PADDY BUSHE
Nació en Dublín en 1948. Entre sus poemarios caben destacarse los siguientes:
Poems with Amergin, Teanga, Counsellor, Digging Towards The Light, In Ainneoin na gCloch, Hopkins on Skellig Michael, The Nitpicking of Cranes, y To Ring in Silence: New and Selected Poems.
Ha recibido numerosos premios y galardones literarios y su obra ha sido traducida a varios idiomas.
Paddy Bushe was born in Dublin in 1948 and now lives in Waterville, Co. Kerry. A prize-winning poet in Irish and in English, his collections include Poems With Amergin (1989), Teanga (1990), Counsellor (1991), Digging Towards The Light (1994), In Ainneoin na gCloch (2001), Hopkins on Skellig Michael (2001) and The Nitpicking of Cranes (2004). To Ring in Silence: New and Selected Poems was published in 2008. He edited the anthology Voices at the World’s Edge: Irish Poets on Skellig Michael (Dedalus, 2010). His latest collection is My Lord Buddha of Carraig Eanna (Spring, 2012). The recipient of the Oireachtas prize for poetry in 2006, he also received the 2006 Michael Hartnett Poetry Award. He is a member of Aosdána.
Selección, traducción y prólogo de Jorge R. G. Sagastume
LUNA LLENA, 18 de marzo de 2003
Sale la luna sobre Binn Mhór,
Dándole al vasto
Y ancho mundo
Un color negro y plateado.
Esta no es luna creciente,
Ni tampoco fértil.
Es una luna desértica
A punto de explotar.
Es una concha
A punto de fragmentarse y convertirse
En cráteres, cuencas, cráneos.
Esta es una luna que aún oye a los dioses
Ordenando sus propias muertes
Y sus propias resurrecciones.
Esta luna es un nuevo siglo
Que aúlla compadeciéndose.
Esta luna conoce sus verdaderos colores
Demasiado bien: negro profundo,
Rojo sangriento, dorado.
Esta luna anhela Iluminar minaretes.
Ahora tiembla
Sobre el oscuro horizonte
Como una lágrima aún no derramada.
15 de abril de 2003
El cielo se ha desintegrado,
Las estrellas se hallan apiñadas como bombas
Y las palabras que expresan destrucción masiva
Se elevan gritándole a la luna creciente.
Ahora la verdad es un susurro silencioso
Encastrado en poderosas mentiras,
Y la justicia una lengua aullante de fuego
Que corta a través de los humeantes cielos.
Ahora la historia es una ciudad saqueada,
Cuyo título se halla desfigurado y rasgado,
Y Cristo aparece en una bandera acérrima
Deseando jamás haber nacido.
Ahora el mal ha creado un eje
Que se extiende de polo a polo,
Y una superpotencia faustiana
Reclama posesión de toda alma humana.
Ahora el gobierno se reúne en el mercado
Donde los estadistas tienen lenguas aceitosas,
Y la razón se ahoga en la charlatanería
De los mercaderes que exhiben sus armas.
¿Y qué venderán los mercaderes,
Cuando nos hayan dejado sin agua y sin pan,
Cuando todo lo que quede sea sólo desierto
Y petróleo para embalsamar a los muertos?
CONCIERTO de EQUINOCCIO
a Mícheál Ó Súilleabháin y Mel Mercier
La luz y la oscuridad se hallan en equilibrio
Esta noche a lo largo de todo el globo, el mundo
Se encoge como lo hace una nuez
Endureciéndose en su cáscara invernal.
Pasan los años y los milenios, y diez
Días después que las torres se incendiaran,
Las esferas continúan moviéndose sin tono
Y a destiempo, sin hallar el ritmo exacto.
Pero esta noche oí la música de las esferas
Estrechando manos consigo misma, viejas
Marchas arregladas en nuevos tonos, el bodhrán
Y los huesos hacen resonar ruidosamente su resurrección.
Que el eje del mundo continúe existiendo,
Que la estrella polar sea constante, nuestro lento
Paso del oeste al este nos lleva,
A diario, de la oscuridad a la luz.
05:40
You're only gone to Dingle, overnight
That's all, but the abrupt gale-driven sleet
On the window hammers that absence home
When you make no shape against the clock's
Lit figures, and I cannot smell your hair.
Awake now, reassured, I click the luxury
Of an undisturbing bedside light to read,
And to quickly lever out the nail that drove
Itself slyly home, that other - at sixty,
It does cross the mind - utter absence.
New Moon over Nepal
Over Himalayan foothills, on a scale
Inconceivable at home, a sickle moon rises
And edges itself against the grain of stars.
In the valleys, fluttering over the blue
Corrugated roofs, postered on flaking walls
Or sloganed in roadblocks and marches,
The hammer and sickle rises, on a scale
Inconceivable at home, and a king bows out
Amid talk of Maoist votes, and landslides.
The Himalayan summits, which have seen
The other side of all of this before,
Feel their snow gather itself, and stiffen.
And they hold their breath, and listen,
Stock still, in the high, white silence.
Organ Recital, Norwich Cathedral
for John and Hilary Wakeman
The organ-pipes, sunstruck by the last rays
Through the high cathedral windows, beamed
Beyond sin or sanctity, radiating around
Arches, colonnades and flowering vaults.
And, secular with sacred, Latinate
With vernacular, the music moved
Eternally within the walls. Bede's sparrow
Would have flown in and never left.
And most vernacular of all, the organ-screen,
Arched high between the nave and choir,
Came down to earth on the digital screen
Where the organist's fingers spread wide
Over keyboards, and bellows and stops.
How digital and screen revelled in all this,
This playing hide-and-seek with meaning,
This waltz, this benedictus de profundis!
And for no reason except all this, I recalled
That afternoon's walk through the low arch
Into the herb garden, close by the cathedral,
Its sunny lines of aromatic, curative paths
Notated by bees, who'd pulled out all the stops,
Swelling digitalis into passages of fairy fingers,
Worts, sorrels, balms and alliums falling over
Themselves, dying to be useful again.
Waiting
When fog freezes around heart's landscape
And stops the veins and wells, and drains
The colour from everything that grows,
Oh then heart must kernel its sweet self
In hiding from the hooded crow, and wait
For hints of sap. Then thaw. Then flow.
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