martes, 29 de septiembre de 2015

DAVID DE DORIAN [17.152]


David de Dorian 

(Madrid 1979)
Especialista en Comunicación y Arte, los poemas de David de Dorian (Madrid 1979), han aparecido en antologías de poesía joven y en la revista Retratos Himnóticos. Ha publicado el poemario Nanas de Ciencia Ficción (2013), dedicado a la depresión y al desencanto de la sociedad y la vida postmoderna, y ha colaborado en proyectos y publicaciones de fotografía e imagen con sus textos. Su pasión por la música pop, la literatura, la historia o el arte se muestra en rocknblogsuicide.com, donde mezcla dichas disciplinas entre sí, en artículos y otros escritos creativos, y donde aparecen habitualmente algunos de sus poemas.

Desde muy joven ha emprendido múltiples proyectos culturales. Participó en el aula de poesía del Instituto Ramiro de Maeztu y creó la revista Retratos Himnóticos (nº 10, 2004). Posteriormente funda Nanas Ediciones Clandestinas, editorial independiente donde publica los trabajos de distintos poetas y escritores, y crea varios espacios web donde vierte sus inquietudes culturales, destacando su blog personal o el programa de música Delorean Exprés.

Ha participado en el fotolibro Blumen (2014), de la artista española Irene Cruz, que aúna poesía y fotografía. Actualmente se encuentra embarcado en varios proyectos, entre los que se incluyen nuevas publicaciones poéticas y un trabajo conjunto de escritura e imagen.

Nocturno Canto del Edén,  publicado por Borderline Ediciones en 2014, es su último poemario hasta la fecha.





DESAYUNO CON CALMANTES

y Lexatín en el café
Croissant avec Prozac
capuccino Risperdal
Tranxilium u Orfidal
Rivotril o Loramet
Zumo con Vandral
que ayer fue L.S.D.
para hacer extraño
un mundo que hoy extraño
necesita colocarse
hasta ser lógico otra vez

del inédito New Wave, 2014




VIVIR ES CAMINAR BREVE JORNADA

Todo quiere carne
Las ciudades –no te das cuenta- están hechas de olvido
de los huesos que los perros de la memoria esconden
Pedimos al cuerpo fraterno que acompañe nuestra noche
tal y como la oscuridad hace con sus estrellas
pero, ¿no entiendes?
hemos nacido del polvo y en partículas volamos
nadie serás sin el silencio
Como usted bien dijo, señor Canogar
“Vivir es caminar breve jornada”
con sucias botas de plomo y ánimo cosido
con la boca mordida por el insulto de un amante
-¿verdad, buen señor?-
De perdidos en la Tierra, solo mascullando falsedades
y luego te das cuenta que nada existe
comer, dormir, fornicar…a veces hasta pensar
Pero yo no pienso, solo escribo y vomito soledades
-que para el caso-
son solo la sombra de un corazón aturdido
y ceniciento
El ayer no tiene sentido –torcida columna-
fuera del suspiro que profieren nuestras esperanzas
de no ser como se era
de seguir caminando –señor Canogar- breve jornada
Todo pide carne
no hay verbo que alimente al mundo
bien lo sé y no pretendo esquivas bocas
pero…
si fuera el hijo prodigo –como un Apolo virgen-
de la nada
y mis huesos fueran a reunirse en tu plato a medianoche
te diría que te amo
que te amo y quiero matarte en el olvido más profundo
Solo son cavilaciones
Mi amor espera tumbado en un nicho transitorio
un beso
entonces –bello diablo-
resucitará cuando mis labios se agrieten en tu cuerpo
y la piedra nos conteste con su fría y abatida escarcha
para encontrarte en el camino
¿Qué piden las almas de esta jaula
sino el pan y la almohada y una muerte en el sosiego?
Ay, señor Canogar,
Mis pies se salen de las orbitas
Soy un pequeño bastardo
pero juro
que algún día mi obtuso cabalgamiento  
por los caminos de la casualidad
no serán tan breves como usted cree
Palabrita de un perdido



Nocturno Canto del Edén, de David de Dorian




EL LATIDO ROTO

Hablemos del anhelo a través de una canción de miocardio resentido...

"El latido roto" es una sencilla canción de amor y pérdida, escrita en el año 2000, entre Viena y Madrid, hija de aquel otoño. Disculpen la tristeza.  



Amanece en las líneas del cielo
y el silencio es una sinfonía rota
que nadie quiere escuchar
¿Cuánto tiempo contemplará el sueño
las dunas y labios de celos
de esta gris ciudad?

Y si vinieras conmigo
pintaría los portales de besos
destrozaría el marcapasos del tiempo
robando el sol para los dos

Se desvanece en la pupila del cielo
el secreto de una nube triste
que escribe a tientas tu pluma dorada
El deseo se hizo con yeso
para que algún artista ciego
esculpiera en ello fuego y palabras

Y si vinieras conmigo
pintaría los portales de besos
destrozaría el marcapasos del tiempo
robando el sol para los dos
y este latido roto
volvería a sonar como un tambor

Y si vinieras conmigo
borraría el tatuaje del miedo en mi piel
escondería la luna en tu cama
para que soñásemos despiertos
Y si vinieras conmigo
pintaría los portales de besos
destrozaría el marcapasos del tiempo
robando el sol para los dos
y este latido roto
volvería a sonar como un tambor





CREYENTE

Lo que no dice tu boca tus ojos lo delatan
y lo que no arrojan tus ojos es mortaja, tu mano
sobre la mía como aferrándote a la certidumbre
de un leve ardor en su carne,
de que este cuerpo no vive aún para la tierra
y la inmensidad fría
de un camisón azul con el que se lucha
evitando la exhibición de la azotada espalda.

Tú llevas en los hombros la desdicha
de todos los siglos,
tú has tatuado este collar de la memoria,
abrochado con su macabra autonomía,
en la espina dorsal de tu existencia.

En el sosiego pegajoso de esta sala
en la que de alguna manera la vida escapa
a la sombra y un dolor de todo tipo
proclama su evangelio
la herida es un castrati tartamudo
exhalando mil fantasmas.

El toque de queda anuncian,
con esos monstruos de ojos celestes
devoraré la madrugada.

Y tú debes irte
sin persistir en las uñas del zarpazo,
que la anestesia cumple
y mi sangre es ártica esta noche.



En Nocturno canto del Edén, David de Dorian vierte su faceta más descarnada y explícita, abordando sin tapujos el tema del suicidio, la depresión y el trastorno de personalidad y su seguimiento clínico, con un lenguaje rico en imágenes de gran potencia y un tono taciturno, crudo y seductor.



¿DÓNDE HAN IDO?

El aspecto de un muerto lo divulga el espejo
y cuando abren la boca un holocausto siega el laurel
para coronar a sus familias.
Caminan de la forma en que caminas
comen de la tierra y muerden la carne de tu plato
y te hacen el amor y te cantan al oído sus fronteras
con el candor de lo que aún no vive para el mármol.
¿Dónde han ido entonces? ¿Dónde están entonces?
Miradas enjauladas en la ausencia
figuras que parecen un suspiro.
¿Cuál fue ese viaje que no tuvo vuelta?
En lo profundo, detrás de esos párpados
nunca velando sus madrugadas, una escalera
baja caracoleando al sótano de la experiencia
donde el olvido no recuerda su apellido de sombras
donde, dormida, una luz bosteza a la madrugada
en la promesa pálida de un cirio.
En sus ojos ha naufragado una luna
y un cuervo mudo habita en su pupila
fantasma de ojos escalfados chupando una colilla.
En la palma de sus manos el mundo
el mundo que se fue ayer a la deriva.




NO HAY BELLEZA EN TODO ESTO
No hay belleza en todo esto
la huida de la mente a otra parte
que el cuerpo no acierta a comprender.
No hay belleza en  la fuerza
que te hace saltar al vacío
con los sueños arañándote la espalda
ni en el silencio que te deja sorda el alma
con su agónico alarido
ni en la visión dantesca de tu juventud
haciendo rafting por el inodoro.
No hay belleza en las ruinas de hombres
que contemplo con su alma disecada
no tienen en su infinita soledad
la hermosura clásica
de una derruida ciudad pagana
son excremento que el gusano del tiempo
olvida en la hiedra cubriendo los templos
                                                                  de un pretérito inaceptable.

No hay belleza en derrumbarse
desde el primer acorde y ser aplastado
bajo las teclas de un piano.
No hay belleza en beber
la ceniza de la vida en un cráneo que es el mío.
No hay belleza en la imposibilidad
de este presente, ni en la marca de la viruela
del ayer en la mirada esquiva
ni en el futuro que es ya Historia, donde
nada excepto provocar al vacío
                                                                     agitando el sonajero puede hacerse.

No hay belleza en esperar
absolutamente nada
nada, nada, nada, ahogarse en el eco
de algo que tan siquiera nombre tiene.
Todo lo que llaman Malditismo
se resuelve en la ausencia de belleza
observada desde el patio de butacas.
No hay belleza en el deseo de vivir
y en el fracaso de su intento.


No hay belleza en la ecuación irresoluta
de la duda si al desnudo se presenta
atizándonos la noche
con el simple por, con el simple para
con su qué y la necesidad casi sexual
de pasar a otro día con alguna respuesta
que te hace pensar que dios
está en el fondo de este vaso de vodka
y el secreto de los hombres
                                                   en un cubo de basura.




TOTENTANZ

Solo las paredes conocen el secreto que somos
los ciegos no cantan el idioma de estos muros.
Solo el loco extrae de una grieta el alimento
la herida es enjambre de habilidades nuevas
solo el que en su dolor se retuerce inhala la palabra.
Sonido de tambores a lo lejos, solo mi sombra
será el jabón para tu cuerpo y mi cuerpo
solo lluvia de pavesa que vaya a posarse en la lápida
donde el arcángel extiende sus brazos de piedra.
Solo quedarán nuestros zapatos tras la cristalera
en el nuevo amanecer desvanecido de Cracovia.
Solo Durero tiene la culpa de que sea una manzana.





ADÁN

Del árbol de la ciencia se balancea un cuerpo.
Vivir había sido bailar borracho a la luna
una danza epiléptica sobre la punta de un alfiler.
Del árbol de la ciencia solo quedó una astilla de ataúd.




SIRENAS

Atado al mástil de la noche
le susurra una canción
al ángel disecado de la ausencia,
la distancia llora música de piedra,
entre sus notas el veneno
fermenta su espuma de sombras.
Esa voz tiene alas de cera
y un beso de alcohol en su timbre.
Y tú caerás en la trampa
como poseído por un vate,
rezarás salmos etílicos
a una  luna de sangre, nombrarás
al rey de tus fantasmas.




TERAPIA DE CHOQUE

Me han dicho que aún existes
me han soplado los lugares donde sueles esparcir
la ingrata soledad que tus muslos dejan
tras la victoria del deseo.
Sería imposible reconocerse en el desierto
lejos de las leyes de aquél lienzo de El Bosco
sería una locura regalarte la certeza de mi espectro
irrumpiendo en tu luna de escayola
para salpicarme de tus pupilas
con la baba del demonio
cuando escuches rugir los dedos de un piano
sobre tu espalda y te des la vuelta
y amanezcas, y preguntes
“¿Por qué no te has muerto todavía?”




LA SOMBRA DE KAFKA

Los soñadores tienen su epílogo en los puentes
y sus ilusiones arrastran la suciedad
de las ciudades atadas a la cola de un perro loco.
Perder el miedo es perder la vida, movilizar
los sentidos en pos de la cuerda floja
sin advertir el vértigo brillando en la cuchilla.
Nunca pensé que tu figura no hubiese regresado
                                     de aquél puente de Praga.








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