Josué Calderón
(San Cristóbal, Venezuela 1993). Estudiante de letras mención Lenguas y Literaturas Clásicas de la Universidad de los Andes – Estado Mérida, Venezuela. Ganador del tercer lugar en la mención de poesía en el concurso “Explosión Cultural Bicentenaria” nacional en conjunto con Jesús Montoya y Fernando Vanegas por el poemario “Once poemas en los cuadernos de noviembre” cofundador del grupo literario los hijos del lápiz.
Apuntes desde el Eretz
1
Dioses
vednos pequeños como nuestras grandes manos
y con el pecho helado de una cueva
y si tenéis manos, acaricien nuestro cabello
dadnos de nuevo el fuego
pero uno diferente
el cual brote con el choque de un abrazo.
2
Hombres
las palabras nos quebraron los dedos
y este dolor cubre las llagas desde los pies
hasta la bestia del corazón verdadero,
han disfrutado de tierras largas y hermosas,
pero belleza, qué tan real eres cuando no abres los ojos.
3
Tu boca no está hecha para maravillarse de una noche sin estrellas.
Tus ojos se orbitan rápidamente donde el magma estalla la máquina que ama.
Te has quedado sola, hasta despertar, donde la luz quema.
4
Amigos, tengan fuerzas,
nuestras manos están suaves,
aún no hemos gritado nuestro nacimiento
dentro de este gran vientre llamado cielo.
5
Madre, tus arrugas apenas brotan por tu rostro,
dices que guardan cada recuerdo
de tú hijo que te hizo llorar.
6
Padre, tus manos ahora no pueden acariciar sin lastimar,
y este cielo azul, grande e infinito es tu vientre
donde calentarás tus manos.
7
La poesía ha sido el himno,
la unión de los amigos,
el verdadero dolor detrás de sus palabras,
siempre tristes, siempre trasnochados,
elevados en las noches
e iluminados en las calles por los faroles encendidos,
pues parece que lo único que nos ha traído es oscuridad en vez de alegría.
Es un castigo al Alma, una forma de amar a la belleza que apenas tenemos y
que se aleja cada vez más en cada poema,
en cada respiro atrayente de vida
en la alegría fulminante,
en el pesimismo siempre altivo
que anda y camina
escabulléndose hacia calles oscuras,
representación de nuestro corazón.
Nuestra intención en principio fue creer en el hombre,
en la humanidad que nos separa
y en los abrazos que nos unen.
Cuando niños los ojos nos aleteaban como una mariposa
eran nubes donde los dioses descansaban
y aunque habláramos la lengua caía al piso
por la magnética imposibilidad de representarlos en el lenguaje.
Así los labios se nos fueron cerrando fuertes como un puño
de victoria, derrota y silencio.
Ya de grandes conocimos la poesía
y un poco de nosotros mismos en el otro
para buscar en la cima
lo que únicamente era bello.
La miseria no fue castigo
pero sí
lo fue la lucha contra ella.
Lo fueron aquellos rezos de años atrás
cuando creíamos que el espíritu divino
llevaba el único deseo
de que la vida no se escondiera en un sueño.
Sueños con ojos cerrados, mudos
dirigidos al dolor, a levantarse y cepillar los dientes
y olvidarlo
aquellos recuerdos no nos pertenecen
aquellas licitudes nos duelen
y nos es imposible escribirlas.
Eso nos unió y unirá a todas las generaciones de poetas de cada era
como las palabras de fuego quemarán la oscuridad
para comprender la luz, así me decía un amigo
creyendo y alejándose a cada instante de la verdad en la cima de ella.
El único estilo de vida de aquellos viejos amigos
que aún me acompañan
es el dolor, el amor, y la esperanza.
Fernando y Jesús, eternos borrachos de los bares más alegres
Cristian, chileno, no estés atrapado en la misericordia de tu cuerpo
Latinoamérica está en los cabellos de los andes
Sasha, eterna enamorada de la sinceridad de un corazón
amigos esta fiesta está en la cima de la guerra
Diego, te deseo el cielo para que te sientas libre
Manuel, ya quiero que tu Liam nos acompañe y me pida la bendición,
Roberto, no estés triste pues tu cuerpo es viento
y aquellas personas que he conocido les agradezco haber estado conmigo
Romero, la primera cerveza con la mano izquierda no fue la última
Devia, pinta paraísos azules en tus ojos
Omar, definitivamente la salvación está en el amor
y esta es nuestra forma de amar.
De este modo les pido perdón por callar
pero el tiempo siempre juega las suyas
cuando uno lo ve desaparecer.
8
Entre cervezas, grandes caminatas y muchas personas
juegos, risas y algunas tristezas
algunas tuyas y otras nuestras
entre la incertidumbre mía de lo real
y entre la tuya que fantaseaba por otros mundos
y la mía que me hundía al fondo de la tierra
has aparecido floreciendo como una estrella en el cosmos
alumbrando el oscuro espacio de mis manos
para hundirte también como los tesoros de la humanidad
en el océano.
9
El dolor está oculto en las arenas,
cada grano fue una lágrima que se ha secado.
Por eso, la soledad se parece a un desierto/ con la esperanza de un oasis
para que calme tanta pena.
La maravilla del desierto no está en su extensión, sino en su silencio
y su cansancio.
http://afinidadeselectivasven.blogspot.com.es/2013/07/josue-calderon-san-cristobal-1993.html
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