miércoles, 16 de septiembre de 2015

RODRIGO SUÁREZ PEMJEAN [17.083]


Rodrigo Suárez Pemjean 

Nació en 1971 en Santiago de Chile. Profesor de Castellano y Magíster en Literatura Chilena e Hispanoamericana por la Universidad de Chile. Pertenece al Grupo Casa Azul desde el 2011, año en que empieza su residencia en Valparaíso. Editor de la Revista El Puñal y de la Revista Botella del Náufrago, editor del libro colectivo PlexoAmérica: Poesía y Gráfica Morelia-Valparaíso, libro del Grupo Casa Azul bajo el sello de Ediciones Universitarias de Valparaíso, 2013. Corrector y editor ayudante, junto a Karina García, de PlexoPerú: Poesía y Gráfica Chimbote, Trujillo, Lima, Temuco, Santiago, Valparaíso. Ha publicado poemas y cuentos en diferentes revistas literarias. Los poemas reunidos aqui son parte de un proyecto colectivo llamado PlexoSur: Poesía y Gráfica de Temuco, Concepción, Valdivia y Valparaíso, postulado al Fondo del Libro 2014, a través de Ediciones Universitarias de Valparaíso. Esta plaquette Constituye un adelanto de su primer poemario La república ardiente.




POR HECHO

Nos veremos,
tenlo por hecho,
cuando el último crucero encalle
en los riscos de un faro
sin espejos

Como antes,
tomaremos el té
en un balcón olvidado del puerto, 
cuando el mar 
levante su párpado azul
y en su ojo quepa la ciudad entera

La noche que el viento cubra las huellas
con su abrazo, hablaremos,
quizás
tome tu mano y la aceptes
y el dolor se duerma 
en tu palma.





Bolero altivo 

No más tus besos
las anguilas 
            cuelgan al sol
esperan el agua 
que viene a tornar tu cielo
Aléjate, la distancia no se acomoda
al trajín del viento

Brilla tu lágrima,
          no temas este adiós
que la sangre tira su bucólica 
luz alrededor de la manzana
Ya en la distancia, los abrazos
revelan su efímero contorno
sin embargo.




Espectro

Toma este dolor y desármalo
 como un prisma, descompónlo
 el espectro yace despierto
deliciosamente
contra la mañana de cabecera
Hace tiempo, nunca lo sentí como ahora:
 tren de nervios tendidos
 al cruce del umbral, colgando
 a secar los dientes
 en la roldana sobremirando
los techos de zinc —de una ciudad
dejada a los cerros veleidosos





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