MANIGUEUIGDINAPI STANLEY
Jorge Stanley Icaza (Manigueuigdinapi)
Nacido un 11 de mayo del 68 en Panamá, decepcionado mi familia por haber nacido niño y no niña como lo establece las tradiciones del pueblo Kuna, aún así mi madre me enseño a leer y escribir si haber leído nunca. Tropecé luego con la filosofía y la historia hasta que las nubes, la Madre Tierra y el Festival Internacional de Poesía Ars Amandi me atrapo en un eterno espiral de palabras y voces. Me dedico como principio de vida a luchar por los derechos humanos de los Pueblos Indígenas y la Soberanía Alimentaria de los Pueblos.
Declaración poética
La poesía es Vida, es Chucha, es Madre Tierra, Abuela Mar, es abuelo Sol, es las olas, los ríos, las gotas de agua que salen de mis ojos.
POEMAS
La Chaquira y la Kuna
Yo que estaba acostumbrado a los polvos de 2 minutos, trataba de quitarle la blusa pero no podía, entonces inicie por su falda de colores y peces, cuando quitaba una, aparecía otra tela, quitaba su otra falda y aparecía la siguiente tela, estaba enrollada en telas infinitas de colores.
Y me abalanzaba hacia ella, besándola, poseído por los olores de mar, me detuvo en seco y me baño con plantas, albahacas y rodeados de muñecos de madera pintados en ceremoniales colores de rojo y negro e inicio un ritual con sahumerio impregnando el ambiente de humo y cacao, mostrándome sus cuentas de colores, desnuda.
Con cada cuenta amarilla me robaba un poro de mi cuello, si tomaba una cuenta roja me bañaba con jugos de mango, con cada cuenta anaranjada me premiaba con baños de chicha de plátano tibio y fermentado, cuentas negras, pequeños trozos de guineo maduro.
La hamaca estaba húmeda, la chaquira de sus pierna y brazos la desprendía poco a poco, con sus colores me juntaba una frase, una palabra indescifrable, está chaquira humana dorada iniciaba sus cantos chamanísticos, sus colores se habían desprendido y entro en mí una oscuridad infinita de tatuajes negros, colmillos y olores a albahaca.
Yo, debí morir
El 20 de diciembre de 1989 por las bombas estadounidenses
debí ser un Sioux y ser masacrado en Wounded Knee
exterminado junto a mis ancestros Taínos del Caribe
sucumbir con los más de 30 millones de guerreros en el
ombligo de la Luna, Tenochtitlan, México en 1521
descuartizado y desmembrado en el Perú junto a Tupac
Amaru, quemado cuando la iglesia católica reconoció que no
tenía alma
y acompañar al Mapuche Caupolicán a la hoguera.
Fusilado junto a Victoriano Lorenzo
morir de hambre como aquel niño Kuna.
Abatido en las encomiendas y minas de Potosí
arrancado de raíz de la tierra y alcoholizado
desaparecido y ser el numero 44 Ayotzinapa,
pero me dieron esta tarea
los millones de muertos que habitan en mí
escribir poemas, danzar y jamás olvidarlos.
Jorge Stanley Icaza (manigueuigdinapi),
un G (K) Una náufrago en la AVENIDA CENTRAL
Mani, como le dicen sus amigos, es otro más de la tribu G(k)una que sobrevive en la ciudad de la noche y las nostalgias de las islas, como Olo, Diguar, Aristeides o Vianor, entre otros, artistas y héroes. Poeta autóctono que escucha bachata y rock and roll. Hombre de caña y sol. No pertenece a esta ciudad de cristales y acero, viene de lejos, de las islas, de Usdup, Comarca Guna Yala (Panamá), pero trae un mensaje cargado de amor y mar, mitos, soledades y sed. Otro náufrago del viento que se resiste a dejar atrás su memoria de pueblo, pero cargado de humor e ironía. Nacido en 1968, además de poeta ha hecho teatro (Grupo IbelerUagan-Los nietos del sol). Sin dudas su poesía procede de su militancia por la vida y por su pueblo. “Miembro del Movimiento de la Juventud Guna, y del Consejo Internacional de Tratados Indios. Es activista y defensor de los derechos humanos de los pueblos indígenas”, como se afirma en una nota. Yo que compartí junto a Mani y la tribu algunas noches de ron y vallenato, ebrios por la Avenida Central, paso a paso, atrapados por las arañas de la melancolía, la rabia y el dolor, ignoré su talento, nunca supe, hasta que amaneció… por eso hoy saludamos a este poeta que rompe su silencio para hacer estallar en nuestras caras pálidas blancas su voz de poesía y protesta, fundiendo origen y ciudad, mar limpio y vómitos, mitos…
Una navidad más
Sin tierra para niños Nasos*
sin ríos para campesinos
con violencia en las calles
Donde los hijos de Antonio Smith
jugarán a las escondidas sin él.
Donde la Senafront
regalará soldaditos
y vaqueros a sus hijos
para matar indios y negros…
Donde los ciegos y tuertos
no verán los arco iris, ni la luna.
Donde los borrachos y analfabetos
putearemos a ministros y diputados.
Donde los muñecos de año nuevo
serán locos y ñames.
Un año más
para tomarnos la calle
pintar las paredes
recordar los mártires
defender la Madre Tierra
los ríos y la vida
y escribir poemas para ella.
*Nota del articulista: (Según Wikipedia, los miembros del pueblo Naso de Panamá habitan una vasta región selvática del noroeste del país, junto a la frontera con Costa Rica).
Por Moisés Pascual
Exclusivo para la Revista Prometeo, Colombia
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