Luz Marina Almarza
Escritora venezolana (Chivacoa, Yaracuy; 1961). Reside en Barinas. Licenciada en letras por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab, 1988). Escritora con más de 20 poemarios.
Premios y menciones:
-I Concurso de Poesía “Eliseo Jiménez Sierra, (1995) Yaracuy, con el libro: “Hasta el fulgor inmaculado”
-Premio Municipal de Poesía (1999) Alcaldía de Barinas con “Siguiendo el Rastro de una Lagartija” (publicado).
-Mención en la II Bienal de Literatura” Orlando Araujo” con el texto “Vislumbrar el Cielo” (2003).
-El poemario: “Frágil Luz Deslumbradora” fue seleccionado en el Concurso Nacional de las Letras CONAC 2004. (publicado)
-Ganadora de la IV Bienal Nacional de Literatura “Orlando Araujo”, 2008, mención poesía, con el texto “La vocación del pájaro”, (2011)
-Recibe una mención especial en el Concurso Nacional de Literatura Infantil “Miguel Vicente, Patacaliente”, de la Fundación Cultural Barinas.
-Ganadora del Concurso de Poesía y Cuento Breve de la Librería Mediática, año 2011, primer lugar.
Otras publicaciones:
-Ha publicado el poemario “Una Ranura en el Cielo”(1999).
-Ensayo: “La poesía en la escuela” (estrategias y antología breve de poesía para niños), inédito.
Otras actividades
Trabajó en el Centro de Cultura e Información “Caridad Novoa de Paredes” de Educación Especial, 1998-2009 y coordinó el Boletín del Subsistema EE. “Sol de Papel”.
Ha dictado talleres de expresión para niños y adultos.
Participa permanentemente en recitales a nivel regional y a nivel nacional en el 7º Festival Mundial de poesía 2010
Recibió el diploma “Orden Educación Especial” (2OO7) y otros reconocimientos como persona con discapacidad.
¿Te son del agrado mis nostalgias,
mis amigos vacíos,
el olor húmedo en las paredes?
¿Te son del agrado mis andanzas,
mis escapadas?
para mí tan necesarias,
mi tarea de desvelarme,
escribiendo,
contando anécdotas?
*
Dios tierno,
que sostienes
con tus manos limpias
mi nube, mi casa,
mis suspiros rotos,
ni rostro trazado
con lápiz de grafito,
mis manos cansadas.
*
¿Señor, dónde vives
hace calor, ruido?
¿Hay oscuridad,
cocuyos y grillos?
Quiero llegar hasta allí.
¿Hay llovizna al alba,
rocío dulce, viento de azahar,
flores de duraznero,
pasto verde nuevo?
*
Señor de la iglesia cerrada,
¡estás tan solo!
No hay eco de campanas;
¡Nadie te visita,
por temor a no encontrarte,
estás en otra parte!
Desde mi casita blanca
de nácar y plata, de luz tenue,
moviéndose, consumiéndose encendida,
de árboles moviéndose;
Te veo desde mi ventana.
*
Hoy descubrí, sentí,
tu mano suave, entre las mías;
tus manos limpias, sobando
mis rodillas caídas, mis tobillos.
Sentí tu beso suave,
en mi mejilla nuevamente,
tu pañuelo blanco, pulcro,
recogiendo una lágrima de amor.
*
Te siento en la brisa
que mueve los ramajes
y me columpia,
en el rayo de luz
que me levanta, alumbra
en mi ventana,
en el aleteo del pájaro
que me saluda
con su trino, en el niño
que mira curioso y pregunta.
*
Te busco en el arroyo,
en la miel del panal,
en la noche sin luna,
en la ansiedad hambrienta,
en fiebre repentina.
*
En el horizonte lejano;
Te escudriño
en el silencio breve,
cuando deja de llover, y mis ojos
no se fijan, se cierran de pronto.
Cuando reposo
la cabeza en tu hombro
el reloj se estanca
*
Mi rostro, nenúfar
abierto en el estanque
se ofrece sutil.
*
Rocío compasivo
no sabe de cuitas,
sólo lava tu cara.
*
Relámpagos y brisa,
un cuento de Poe
en mi almohada.
*
¿Qué miras tú?
¿No ves ninguna estrella?
Sigue en vigilia
*
Mis desvelos
pliegos de almidón e hilo
en mesa de noche.
*
En mi arco iris
se refleja
tu sonrisa,
en luna azulada
tu rostro limpio.
*
En mi jardín
se impregnó
tu fragancia tibia,
de las blancas magnolias.
*
Al amanecer
regresa el aroma leve
de la flor blanca.
*
La fragancia de azahar
un verso breve
en mi mano
debajo de la almohada.
*
Las luciérnagas
iluminan tu rastro,
tu huida
*
Poeta de luceros,
no me robes
el cocuyo.
*
Lágrimas
caen
en mi taza de té.
Cada gota
limpia el alma.
*
Mi mano tiendo
para no cerrar,
buscando otra
que estrechar.
*
Me inclino
a tomar agua
en tu mano;
camino desde lejos.
*
Al escribir poemas
voy tras la nube
hasta tocarla.
*
En las páginas
entreabiertas de tu libro
anidan mariposas
cansadas.
*
Cuando saludas
en mi pecho anidan azulejos
que llegan hasta el sol.
*
Mi sonrisa,
manojo de florecillas
que adornan la sala.
*
Al escribir poemas
voy tras la nube
hasta tocarla.
*
Cartas de amistad
en mi cuaderno,
palabras rosas,
lirios blancos.
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