jueves, 10 de septiembre de 2015

JORGE J. FLORES DURÁN [17.025] Poeta de Chile


Jorge J. Flores Durán 

Poeta chileno, bilingüe francés-español. Responsable de Tertulias Literarias en : Colegio San Agustín y el Liceo Experimental Manuel de Salas.Autor de los libros : “Londres 38” (2003) y “Sino recuerdas lo haré por ti” (2007).

Blog del autor:   http://jorgefloresduran.blogspot.com





Concerto

Allegro
Una hora de su presencia es insuficiente,
es suficiente en mis anhelos,
es insuficiente en la extensión de la vida,
es suficiente para mis ojos.

Adagio
Como una concertista ejecuta su belleza,
con calma, esperando el momento para mirarme,
siempre con la culpa de una religiosa
por no mirar siempre a su Dios.

Presto
Yo desde la sala disfruto su belleza,
como cuando miro al mar sonreír
luego tomo mis manos y las estrecho
al no entender la maravilla humana.

Cadenza
Yo no puedo amarlo a usted,
la sabiduría  y el amor me los he negado,
para sanar mi corazón herido
por las ortigas de sus palabras
que cuando yo las albergue en mi pecho
comenzó a sangrar hasta quedar vacía.
¡Oh amor mío!, usted sabe de mi dolor
pero yo sé de mi sufrimiento,
siga las aguas del río, que por lejanas que estén
ahí  encontrará el perdón al mal amor
¡Oh amor mío!, busque la paz a su tormento
será  mi dicha, al sentir que su culpa ha terminado.





Insight

Mi casa nunca fue mi casa,
porque en mi casa siempre se habló de otras casas,
de otras casas
y así de otras casas, de otras casas.
Nunca tuve una casa,
porque en mi casa siempre se habló de otras casas,
no se hablar de mi casa 
porque donde crecí se hablaba solo de otras casas.
Ahora que los habitantes de esa casa 
se han mudado al silencio
hablo de esa casa, 
porque ya no vivo en esa casa.
Estoy en mi casa, pero tampoco es mi casa
porque no dejo de hablar de esas casas
cuando yo pensaba que sí era mi casa 
pero nunca, nunca fue mi casa.
Porque en mi casa siempre se habló de otras casas,
de otras casas
y así de otras casas,
de otras casas.





Como lamento

Yo que busqué sus silencios
hoy me pregunto qué quería decirme
decirme.
Cuando usted me mira, me mira
ya no quiere hablarme
hablarme
sonreírme.

Yo que busqué sus silencios,
hoy me pregunto qué quería decirme.
Si es tarde el arrepentirse  
para mí lo es también
todo lo que se aleja vuelve, vuelve vuelve

como lamento, como lamento.





Y USTED COMO SI NADA

Usted está tendida sobre la arena 
el mar conversa y conversa 
y usted duerme y duerme
olvidando sus tristezas y su nombre.

Y usted se anuncia como si nada
como el grito sin palabras
sin dar cuenta del tiempo
ni de la espera , ni del anochecer.

Todo se extiende como la pena
por la brutalidad del acontecimiento
al escuchar el frenesí 
de su ausencia y de su silencio.

La ilusión se deshace 
como un dulce en la boca
al igual que sus ojos en la arena
como mis palabra en sus oídos.





NO ME SUME

No me sume en ese beso,
porque los besos son
hojas nuevas de un cuaderno.
Si siente el deseo de besar 
deberá dar vuelta la hoja
para volver a besar,
deberá dar vuelta la hoja
como unos naipes al azar
deberá dar vuelta la hoja 
cuando alguien la quiera besar,
no me sume en ese beso
no me sume no me sume
cuando su boca me quiera besar,
no me sume no me sume
cuando alguien la quiera besar.






SUDOR

Su mirada se detiene en la esfera de su reloj
como freno inesperado de una locomotora
es el término de los movimientos
una lápida al encuentro celestial.

No es necesario abrir las palabras
corregir la acentuación, los tildes
sin mover los labios hemos comprendido
que todo esto no tiene solución.

Un calendario con un día semanal
con cuatro días por mes 
un año con cuarenta y cuatro días
es lo único que nos podemos ofrecer.

Es lo único que nos podemos ofrecer
usted y yo en el mundo del sudor
todo se suspende y se posterga
por mirar la esfera de su reloj.





LAPSO

No podremos leer lo que escribimos
porque lo escrito no es lo que se habla
en ese singular lapso indescriptible
hay muchas civilizaciones
que se mecen en cada modulación.
Toda velocidad es menor
a la del pensamiento humano
no hay nada más rápido que el pensar,
ni la luz, ni la oscuridad lo podrán vencer.
El hombre vivirá y morirá con su bravura
impugnando el beso y las caricias
luego será tarde para pedir el indulto
a tanta decidía y yerro,
por defender la espada en la frente
y las rodillas en el suelo.
Cuando llegue un beso a tus labios
o una mirada a tus ojos no demores en sonreír
si no la recibes se puede ir
no tendrás palabras para escribir
lo que dejaste partir.





NO PERMITAS POR FAVOR, 
NO PERMITAS QUE ME VAYA

No permitas por favor, no permitas que me vaya,
por favor no me dejes ir, ir
las hojas que vuelan ya, ya nunca volverán,
no me dejes ir.
Sí tú no me retienes, yo no volveré,
no volveré aunque me llames, no volveré,
no permitas por favor, no permitas que me vaya,
por favor no me dejes ir, ir
las hojas que vuelan ya, ya nunca volverán,
no me dejes ir ,
no me dejes ir,
no me dejes ir.






El temor no está en el verso, no está en la palabra,
sino cuando se juntan una y otra vez


NADA ME GUSTA, NADA

I

Así… entre nosotros te diré: que nada me gusta, nada. No me reconozco en nada, no me siento parte de nada, es en ese sentido, que nada entiendo, nada. Es la desnudez  del alma, las manos extendidas revelando la existencia, implorando al silencio, su armonía eterna. Así… entre nosotros te diré: que comienzo cada día,  cada madrugada, agradeciendo la luz y luego la oscuridad que desde millones y millones de años llega cada día.


II

Así… entre nosotros te diré: que nada me gusta, nada. El dolor que duele más, es el que no tuvo intención de hacer doler, porque el  otro, el que te apunta para  destruirte, si logras entender su intención te fortalecerá. ¿Por qué mueren los hombres?  Si nadie desea su muerte.  Porqué mueren los hombres porque mueren.  Yo no lo sé, es como un libro cerrado, la respuesta existe, sólo debes abrir los ojos.


III

Así… entre nosotros te diré: que nada me gusta, nada. Yo te he hablado del silencio y tú eres silencio, y también te he hablado de belleza y  tú eres bella, sin embargo solo escuchas lo conventual que se apodera de tu rostro y te  lleva al olvido, al retiro, al claustro. Las herida no se cierran con heridas deja entrar un poquito amor a ese corazón, cierra la agonía como una puerta que se despide con el viento.


IV

Así… entre nosotros te diré: que nada me gusta, nada. Es por eso que miro tus ojos para desmentirlo. Dime cómo me levanto luego de tu mirada, el peso de tus ojos me derrumba, tanta hermosura en un instante, cuál de todas las tristezas puede ser la mía, a pesar de todos los esfuerzos de un hombre no logra entender la profundidad de los sentimientos. Así… entre nosotros te diré: que nada me gusta, nada.












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