Marina Arzola
Marina Angélica Arzola nació en Guayanilla el 12 de julio de 1939, murió el 4 de diciembre de 1976 a los 37 años, debido a complicaciones de asma.
Hija de Federico Arzola Emmanuelli y Carmen Porcell. Ingresó a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, en la cual obtuvo un bachillerato en Artes en el 1961.
Arzola es una reconocida poeta puertorriqueña asociada a los poetas de Guajana, grupo literario que se destacó en Puerto Rico en la década del sesenta y que se caracterizaba mayormente por cultivar una lírica revolucionaria y de compromiso social.
Formó parte del Grupo Guajana, movimiento de poetas jóvenes puertorriqueños que para la década del 60 se interesaron y produjeron una lírica comprometida con las realidades políticas y sociales de Puerto Rico y el mundo. Fundaron en 1962 la revista Guajana con la cual proponían una poesía revolucionaria, de crítica política y social.
Al grupo de guajana en su mayoría , no les interesaba la poesía “pura” dedicada a la estética, ni el poeta solitario que logra separarse de las dificultades cotidianas . En su lugar, indagaron en una poesía activa, humana y útil, más accesible y al servicio del pueblo.
El lenguaje de este grupo de poetas, se inclinó más bien hacia el uso de formas claras, sencillas y directas de la expresión popular y vocablos africanos e indígenas , ambos heredados de nuestros ancestros. Sus temas reflejan las preocupaciones e intereses revolucionarias de esa década: la lucha anticolonial, y la lucha de clases, el capitalismo, el comunismo, la guerra de Vietnam, la critica a las sociedad burguesa, la condición racial, el amor y lo erótico , el universalismo entre otros.
Según algunos críticos, la relación de Marina Arzola con Guajana responde más bien, a sus inquietudes formales de vanguardia que a sus inclinaciones ideológicas. Aunque no se niega que compartía el sentimiento revolucionario de la revista.
Alzola publicó su primer cuaderno El niño de cristal y Los olvidados en 1966. Su segundo libro impreso, Palabras Vivas (1968), revela cómo la poeta, internalizaba el idioma: como una herramienta o instrumento cuyos usos y sonidos se encuentran en constante y posible reinvención.
Cuatro temas resaltan en su obra: Dios, la patria, el amor y el cuerpo. Algunos críticos describen la poesía de Arzola como extraña y la lectura de su trabajo como una experiencia placentera, incluso, cuando puede resultar difícil de comprender muestra una preferencia por los juegos lingüísticos. En sus poemas manifiesta el uso continuo de la musicalidad (las aliteraciones, las paranomasias, las ecolalias).
Además en sus versos abundan los neologismos, que produce por derivación, por composición (juntando dos palabras con significados definidos) y por parasíntesis (palabras que incluyen tanto derivación como composición.
La poeta utiliza las palabras como arma para abrir paso a significados insospechados, adentrándose en terrenos psicológicos, de ensueño, fantasía y angustia religiosa.
Las técnicas de Arzola derivan, entre otros, de las vanguardias hispanoamericanas de principios del siglo XX, es decir, el neoromanticismo (con Pablo Neruda y César Vallejo como modelos), el creacionismo (Vicente Huidobro), el surrealismo y el existencialismo religioso (Blas de Otero).
Se entiende, que lamentablemente una parte de la obra de Arzola se ha perdido y que otra parte continua inédita. Entre los libros de poemas inéditos y de cuya existencia sabemos porque ella misma aludió a ellos, se encuentran:
Tierra del eterno sueño, Plano altivo, Los almiares del tiempo, El padre de los cargos, Monólogo del sur al amado, Poemas de las circunstancias, Los niños y las abluciones, La sangre primitiva, Hablando en castellano, y Terriblemente ángel.
Además de su participación en la revista Guajana, colaboró con regularidad en varias revistas literarias tales como: Alma Latina, Prometeo, Bayoán, Surcos y Versiones, llegando a fungir como subdirectora de esta última.
El Grupo Guajana, en el número dedicado póstumamente a su compañera, edición de noviembre de 1978, afirma que “los poemas de Marina no se ‘entienden’, se perciben.
Su obra:
La critica ha comentado sobre la escritura de Arzola, que en su poesía hay un contenido social y personal que influye en la escisión de su mente “requebrajandola” que influye tambien en su escritura. Afirma que Marina Arzola: locura y creación en el niño de cristal y los olvidados , es un recorrido por el mundo de la psiquiatría, que permite reconocer , en los fenómenos de la esquizofrenia , la capacidad creadora no solo de Arzola , sino de muchos que recorrieron esas distancias y supieron, aún desde su enfermedad , encontrar una luz por medio de las artes. Escritores como ; Francisco Matos Paoli, Antin Artaud, Alejandra Pizarnik, Annie Sexton Sylvia Plath y otros que vivieron atormentados por algún trastorno mental, que no les impidió , sin embargo desarrollar una poética que nos deja impresionados y ha marcado una huella en la historia a quienes los lean. Todos ellos escriben en pleno siglo XX, quizás desde el sufrimiento provocado por su entorno social , el cual les margina y discrimina.
Por otro lado la doctora Irrizary estudia en su tesis doctoral , las analogías entre Arzola y Pizarnik y revisa con ello el intrincado mundo de la psiquis desordenada. Encontrando que un dialogo entre las dos poetas en los temas del amor, la muerte , la infancia, los dobles, Dios , ella , niño , niña , así como otros que la aprisionan o la salvan. Ambas quedaron atrapadas en la tragedia y el dolor de una enfermedad que las consumió y de la cual no pudieron librarse sino por medio de la poesía.
Por otro lado explora el mundo de Antonin Artaud, uno de los más proliferos y polifacéticos poetas franceses que vivió en el caso de la esquizofrenia y que compartio con Pizarnik y Arzola el tormento de los hospitales, del encierro, de la soledad y la locura.
Arzola le dedicó su poemario El niño de cristal y Los olvidos a su hermano Roberto, que también padeció esquizofrenia. El poemario es de corte doloroso y el viaje de la palabra discurre entre la impotencia y el vacío, sin perder en momento alguno su corte sutil.
Sería apropiado establecer los parámetros que utilizaremos para adentrarnos en el universo poético de Arzola, sin perder de perspectiva que nuestros comentarios nacen de la mirada personal de un amante de la poesía:
Soy terriblemente dependiente
de cuarzo de tu carne.
estoy terriblemente descendiente
de ti en ti. De tu carne dormida.
Detenida.
¡Cómo recuerdo aquel niño
de ojos grandes y roncos
como cuevas
mirando los tranvías
de telarañas mustias!…
Las luces rojas, formes,
sacudiendo con su brazo espantado
las aceras de chozas
y escupiéndote las manos de arañas y cabezas
afluidas sin saber cómo, de dónde
ni cómo han venido…
Cómo iba tragándose las caracolas,
los caminos, mares de espacio y de infinito andante
sin pisada huella…
Su cenizo…
Aquel pobre dolor de aterrado
gastado a niquelazos entre perros muertos, gris…
extático disuelta por frenéticas de niño angustia.
Y él está ahora dormido en las viejas paredes
de eslabones durados, largos, largos,
viejos, feos,
entre aceros de cuarzo
derramado del mismo casi yo
como yo de tu carne vacía.
Disuelto y encubierto en bronces
y quebradas caladas de arzones y sillas monteras en casidas.
Por sillas de montar desparramándose ingles
y axilas llenas de pus
blanca e ignota!
¡Ganso gris desplumado e ignorado
de entrecortado aliento por afanes de infinito,
abriéndose las venas!
¡Ganglio! Ganso de pus vacía y hueca!
Por casetas bongós; tambores.
Dominado en el cuarto de 4 omoplatos.
Abriéndose cuadros y objetos tuberculosos en las uñas.
Comiéndose los dedos de tragos secos,
inyectando vacunas.
¡Oh!
Ese mirándose objetos inteligibles ahora
fuera de sí…
fuera del mundo informe de su inteligencia…
ya más cosas!
Calcinado de cales de habitaciones tétricas…
Los motivos sin forma por lobregueces,
explícitos como su figura doblada de figurín
implícitos como su mismo estar.
De la certeza tuya, aconcavada de lápices y crayones
deformes y espantosos.
Nos referiremos a Umberto Eco «Every kind of literature has a narrative structure, even a poem.» 13, para establecer que al igual que todo poema tiene su estructura también se desarrolla en un lugar que bien puede ser físico o imaginario y este, en particular, discurre entre el recuerdo de la poeta y la realidad abrumadora que suele acompañar a las malas noticias.
Esta secuencia de versos es una buena muestra de eso que he elegido describir como expresionismo-lírico, porque el caos con que nos hemos encontrado, lo antecede un orden que fue trabajado y calibrado coherentemente. Desde el primer verso, la poeta estableció el aire del poema. Luego movió la carga emotiva al recuerdo y, después, enlazó el producto de estos dos elementos con el estado de salud de “El niño de cristal” y consecuentemente inserta el resultado del ejercicio en un lugar –claroscuro– dentro del espacio-tiempo. Y lo que nos resulta espeluznante, es que mientras todo eso sucede también establece la tensión y el tempo del poema. Cuando miramos con detenimiento los versos, en cuestión, nos damos cuenta de que, en ocasiones el expresionismo-lírico también puede ser lúdico, ya que dentro de la imagen subyace un juego de palabras que nos presenta la influencia de grandes poetas como; Blas de Otero y César Vallejo que están inmersos en la poesía de Arzola.
Indudablemente se puede negar que el caos y lo absurdo son elementos que discurren en la poética de Arzola, lo que queremos establecer, es que , dentro del caos y lo absurdo hay un orden y que aunque, a veces, no sea posible analizar la poesía de Arzola sí podremos identificar unas señales que la poeta intercala a propósito y que también en su poesía hay un método y una técnica que, aunque en ocasiones cueste entenderla, se puede identificar y que su poesía está influenciada por un caudal amplio de lecturas.
«1 Canto» es el título del primer poema. Este comienza con dos versos en los que la poeta cuantifica la ausencia.
Soy terriblemente dependiente
de cuarzo de tu carne. 11
Y continúa diciéndonos: «Estoy terriblemente descendiente»12 Este enunciado da pie a un periodo de transición que se extiende hasta el próximo verso y de ahí en adelante procede a evocar el recuerdo de la infancia de su hermano y luego a utilizar el tranvía y sus rieles de telarañas como recurso para transportarnos desde el mundo de los recuerdos hasta el presente. Y de ahí en adelante procede a darle rienda suelta a lo que muchos han denominado la poética del caos, que irrumpe ante nuestros párpados como un relámpago en el que las imágenes junto a las palabras vuelan en todas direcciones. Y es ahí, precisamente, en el caos donde radica la magia de la poesía de Arzola y de este poemario en particular.
Siguiendo el consejo y la astucia de los poetas, trataremos de mantener el equilibro mientras intentamos interpretar algunos de los símbolos de la secuencia de versos discutidos aquí. La voz poética de Arzola, comienza describiendo El Niño de cristal:
34 Ganso gris desplumado e ignorado[…]19
Las aves y los seres alados, en general, simbolizan a los mensajeros de Dios, las aves el alma y la espiritualidad y los gansos, en particular, fueron consagrados por los romanos a Afrodita, a Marte a Eros y al dios fálico de la fecundidad Príapo. También en el «Bestiarium» se los asocia con las personas despiertas y vigilantes.
A partir de la década de los sesenta, en Puerto Rico la poesía vislumbra nuevas formas de representación, que contribuyen a distinguir esos años como un periodo de renovación y cambio. Es entre otras cosas un tiempo en que se desarrolla la fe en la ideología política. Por tal motivo esta poesía emotiva se distinguirá .
Según Ruben González los editoriales de Guajana son de gran importancia pues trazan los principios de una estética , las opciones que la poesía de este grupo habría de fomentar.
Refiriéndose a Marina Arzola González , apunta sus versos son complejos, posee otro tono, otras relaciones con el lenguaje. refiere que los versos de Arzola son desgarrados y densos, cuyo proceso experimental la llevaría a una poesía donde la imaginación muchas veces participa como en una relación fantasmagorías, pero donde siempre figura un registro íntimo:
Te busco por las raíces de los cuellos,
Duros de lavanda oprimida
Y corazones duros de alcanfor;
Por las magnolias de la madrugada
Que recogen enseres y uvas rancias
Tapizadas de amor
Y de las nieves violetas incendiadas.
La obra de Arzola ha recibido muy poca atención de los críticos, como la mayoría de los escritores de la generación de los sesenta , sin embargo su poética ha sido comparada con poetas como Clara Lair, Julia de Burgos y Soledad Llorens Torres.
La extensa bibliografía de Marina Arzola se centra mayormente en la vida de la poeta, la locura , que la autora parece proponer como tema que subyace en la poesía.
Luis Hernández Aquino en su ensayo Marina Arzola y su poesía como caótica y absurda, reconoce que en su poesía hay un dejo de marginalidad con respecto a sus coetáneos. Define la poesía de Arzola como enigmática y en otras ocasiones como portadora de musicalidad.
LAS NOCHES ROJAS
A Roberto Alberty y a su pintura
¡Vibra! la noche roja,
se arrolla en arma ardiente;
loco espeso,
con el hielo invernal
de los crepúsculos,
noches en cien musgones ateridos
de cerrazón que arranca el tiempo rígido
al manjar del sonido,
del pensar.
Así se encienden cúpulas:
perales de relojes
lejanos extendidos,
rápido haz de encrucijadas táctiles
y móviles,
de ruegos, fuegos rápidos,
tendidos de pesar.
Y húsares escondidos
asoman sus cabezas y sus capas
lejos de un corazón verde encendido
en violetas y cápsulas heridas,
lejanos de las noches de Moscú;
capotes de la nieve
en el frío del mar
que anuda gritos.
Las versátiles cuerdas de las torres
se alzan en el doquier de lontananza:
blanco que quiebra gris del asaetar,
yermo del zumo amargo del sentido.
¡0h entendida violeta del soñar
requiebra el corazón
y anuda voces!
En las cúpulas verdes del soñar
se encuentra un alto pájaro encendido.
Yo ya quisiera andar por esas calles
que añuda el corazón de atardeceres,
parecer de mejor encuentro solo.
Yo ya quisiera ser una violeta,
roja de presentir,
y hurgar en quioscos de parques,
de recreos escondidos.
En encendidos borbotones rubios
beber el vodka y el champagne hirsuto;
melenas del soñar en cascarones
que hurguen mi corazón.
Yo ya quisiera andar por esos parques
dorados por el sol de atardeceres,
ver cúspides y gnotos en lugares
de suave y blando y rojo
penar arrepentido.
¡Yo ya quisiera andar por esas calles!
Y en espátulas verdes de las algas
alzar copones largos
y expandidos.
DE ESTOS MUNDOS
El niño que en costilla se da solo: al pensar
si su pueblo será una sola sombra
del omoplato azul encabezado en andas del trajín.
El niño que fregona su cuello deslustrado
de tanto padecer frota sus venas;
Si será que sentado: al almorzarnos juntos
los puntitos cerrados
verdaderamente venceremos!...
Si será que sentados encenaremos juntos:
hora final vencida por el Ser:
Cena última de amor en panecillos.
Oh oh...
Nada más sabio de coagular en dos
que una estampida:
anida en corazón,
pero por supuesto,
del corazón al pecho,
anida un águila feroz que da la sangre.
Pero entre el intelecto y la costilla
sólo hay un paso:
hueso:
(del colocar sólo se sabe eso.)
Enjundia del tuétano voraz:
en cabecillas de diptongos manchas
y leucocitos blancos:
a matar!
Solos en cada idea.
Si será que generosamente
nos damos al quehacer petrificados:
Si será que nos tiende hasta el alacrán
sus patas de puro rojazón en puro nervio.
Si será que de pura nerviación
vendremos a ser el único tornillo
potencial
que mueva sólo el anquilosado anillo
del diptongo, anulado.
Si será...
Si el universo en ello echará solo
y acabará sus andas..!
En ello esperamos, corazón...
ANA FRANK
Escondida tú en la penumbra
llameante de pequeños y minúsculos seres
que te observan y escuchan sollozar.
Perdida madre de ámbar,
perfume de heliotropos en tu jardín quemado.
El anexo secreto sin flores perfumadas
y sin árboles que gemían afuera
en su postrer hedor hacia la guerra.
Tú sin venda en los ojos
lo veías todo arrimarse,
arrastrarse, hendirse en dos.
Los árboles sin hojas en invierno
muestran sus raquíticas extremidades
en esterilidad perenne
en esos campos de Holanda
y Bergen Belsen.
El Dios de tus antiguos y perennes rezos
te exime de tu culpa y la de nosotros todos.
Las rosas de los floreros de tu infancia
parecen decirte adiós...
Tú muerta permaneces en tranquilidad absoluta
Esa cierta sonrisa de tus labios ya muertos
y sedientos parecen crucificar tu cruz.
Sales del valle prieto y sediento
traen el viento negro hasta tu cabecera
lechosa y mustia.
Los catafalcos benditos de tu sangre
esgrimen tu cruz sola, abandonada y triste.
Celos de tu virgen proximidad ausente
entre tus mismos miembros
y séquitos de sinagogas y pieles rahídas
negras y mayúsculas
de anexos rotos y mustios,
se violan en violetas y robles.
Contra la acera parduzca de los años
parece sentir tu corazón sombrío.
En los tangos vinosos y oscuros de tu madre
pareces encontrarte.
Las costas de una isla
parecen decirte adiós en la distancia,
tú pobre cosa sola
muerta
distante...
cenagosa y oscura.
A LA MUERTE DE UN AMIGO
I
No eres tú. Por saberte tengo miedo.
De claridad y luz desesperada.
Estancia roja de la miel alada,
alocada de cuarzo entre mis venas.
No eres rosa de luz. Eres mi pena.
Mi corazón de luz sobrepasada.
Sobrepesado en haz de flechas largas,
cual el remilgo azul de tus edemas
que me lanzas al cuerpo. Tengo frío
de tus manos y loor: rosa de acero.
Engarzado secreto poderío
será el mío quizá cerco de adentro
atado en garza, de tu luna, ¡amigo!
Quemado siempre ¿para qué?...
en las venas,
atado siempre para qué,
Dios mío!
A LA LUCHA
Verdaderamente, porque leídas
fueron las 4,000 palabras del
Viejo Testamento en voz alta.
Verdaderamente,
porque leídos fueron los sabios
adalides del saber.
Verdaderamente,
porque hay hombres que no saben
qué hacer con su dolama
a cuestas: como el Apocalipsis.
Verdaderamente,
porque hay un solo Dios
y no hay ninguno: nadie,
que no esté solo: ausente.
Verdaderamente,
que sólo hay una esclavitud soberbia para el
hombre:
la Libertad innata.
Y porque hay una sola e incuestionable duda
y porque hay una sola pasión: la Verdad
el hombre cae en sí de rodillas
sangrándole el ombligo martirizado de tanta
madre
en desflorones súbitos de frío...
Oh Hambre Oh Sed Oh Frío
(Qué hacer con su alma a cuestas)
Cuánta barbaridad se descoyunta
de rodillas al son de un feroz juego:
cuervo amado y sabido.
Cuánta retama escondida de sabores
en estertores lúgubres de amianto:
Sombría ingratitud de la esperanza
regada en muertos brazos cometidos,
sangre narcotizada en nuestras venas,
olas ferocitantes del saber:
Ay hombres de verdad,
hijos de madre,
del verdadero ser haceos pena;
(hordas alquitarantes vuestros nombres),
Despertad en bandadas! ¡Y a la lucha!
(Nota: Poema inédito de la autora. Está dedicado a Juan Hernández Cruz y se incluye en su libro Testimonio de juventud: Carpeteo y represión en Puerto Rico (2012), en imprenta.
Fue escrito durante la segunda mitad de 1963.)
http://www.revistaguajana.com/marinaangelicaarzolapoemas2.html
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