Lizabel Mónica
Lizabel Mónica (La Habana, 1981)
Narradora, poeta, crítica de arte y editora.
Es Licenciada en Historia. Es la coordinadora del proyecto internacional multifacético de arte, escritura y pensamiento DESLIZ y de una revista digital del mismo nombre. Es probablemente una de las personas en Cuba que más blogs ha desarrollado, entre los que se encuentran: CUBA FAKE NEWS, PALADEO IN DELEITE, REVISTA DESLIZ, BROKEN SPANGLISH, LIZABEL MÓNICA, y LA TAZA DE CAFÉ.
Actualmente, Lizabel Mónica realiza su PhD en la Universidad de Princeton. Esta joven autora es un rara avis cuya vocación experimental se alterna con relatos precisos y transparente donde emerge siempre la perversión como resultado de la represiones corporales del ser humano.
Su nombre completo es Lizabel Mónica Villares Plasencia, aunque firma sin apellidos. Licenciada en Historia Universal por la Universidad de La Habana, tiene un posgrado en Estudios de Literatura Caribeña (Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y Casa de las Américas, 2010). Es poeta, narradora, crítica de arte, artista multidisciplinaria y promotora cultural. Fundadora y coordinaroa de la revista Cacharro(s)(2003-2006). Asesora de la revista 33 y 1/3. Creadora del proyecto Desliz, el cual comprende la revista Archivo Digital Artìstico Literario Desliz (2007...) y la Bienal de Mail Art, así como la página cultural Desliz. Primer Premio de Cuento Erótico Farraluque 2003 (Los mismos ojos) y Primer Premio de Poesía Erótica Farraluque 2007 (Lo mórbido palpable), finalista del IX Premio de Cuento La Gaceta de Cuba (2003) y ganadora del Premio Beca de Creación Novelística Fronesis 2010 (con la novela Tim sin Tina).
CONJUNTO DE PALABRAS
Subimos por la ondanada de agua en trozo.
Comentamos entre guiños que el astro es inútil a las
lombrices.
Y le colocamos otro nombre a la escarlata.
Hemos sostenido una mano de otra en la nuestra.
Comenzamos, repetir esto y esto
ininterrumpidamente. Flores que saltan a la vista,
desgarradas por el sol, por la demasía en vapores.
Eso es la vida, rememoro, y sigo sonriendo, mientras
pienso en que mis ojos, en algún instante lejano en el
tiempo, se llenaron de brillantes hierbajos como
estacas; como (toma esto, puedes hacer, debes hacer
algo con ellos).
Si se pudiera tomar un conjunto de palabras y pulirle
hasta formar la pieza unitaria.
A veces me gustaría tomar la palabra en sí misma,
como por azar, y formar con ella, con el ensamblaje
de varias de ellas, una pieza mayor, una pieza móvil,
pieza cambiante, con palpitación musical, con
bombeo de corazón armónico y orgánico. Blando y
compacto en la fragilidad de un movimiento
intermitente y perenne (hasta que dure la vida que le
mantiene andando…).
A veces, por azar. A cada palabra.
Como pequeñas piezas juntables,
como pequeños trozos inmóviles
selección del libro Desgenerados poemas (2005-2007)
Ni que sentirse mal rindiera frutos
Se levantó a rompedientes.
(Sinuosidades entre la escama de la una hacia la escama otra.) Lloraba nada más poner las plantas en la losa tibia y resentirse de la temperatura fuera de su adentro.
Por qué habría de caminar sobre los pies de otros cada tarde, cuando el sol poniente reconocía sombras por entre la gente lúcida que gritaba, se agachaba, escupía su suerte desde cualquier anexo de la sobrevivencia ajena.
Que maniática manía de entrecortar las instancias: una y otra, y esta será para ti, mi amorcito, y esta otra, para la otra.
Cariadas fórmulas de inversiones cruzadas: y amorcito mi ti para será esta y otra y una:
Cosificada cada sílaba de mí solo resta que se coma uno la extrañeza a pedazos. Pedazos de algo que está ahí, cada todo día, para que le repasemos solapadamente antes de salir a tomar el sol correspondiente a la madrugada que vino, y a la que se le sobreviene una mañana repetida
Por qué viene a la cabeza sargazos cuando se tiene entre ceja y ceja la desvilculación
el modismo todo
la sordina de lo que se sostiene a desgano nuestro más que el polvo en el aire
la naturaleza toda
el edificio todo de la edificación humana
En una pequeñita ínfima posibilidad de sentirnos bien encausados dentro del conjunto.
Escribir entre páginas blancas es nada cuando una solo sabe sortear palabras en cuarentena al olvido,
Y encima se espera que sirva para algo -igual a- se pueda vender en el mercado del mundo.
Con un poco de suerte.
Nexo
Es buenísimo escribir una página detrás de otra y otra y otra página detrás de una.
Sólo eso.
El papel límpido y grave sostentiendo tu pesantez lívida.
Tu muerte de papel de cada día.
Aquí viene una línea, aquí un poco más allá otra línea.
Una línea sobre otra para variar la organización vitalicia de la especie.
(La enfermiza mímesis de la laguna en todo.)
Caba ahí caba ahí caba ahiueca la totalicea vasta figura del contorno nuestro. Más bajito más gordo menos más son las diferencias consignadas.
Una caja a molde para el hermano.
Y luego otra caja a molde para el hermano. Y el cementerio uniforme se levanta entre los vivos para sondear una espera llena de la solemnidad que enmascara bien nuestro miedo/reflejo -hacia una desnaturalización- tanto de muerte tanto de vida.
(El valor-legitimación.) (La mascarilla a usanza se considera imprescindible… Es imprescindible.)
Góndola patidifusa
Cada táctil hora es un anteojo de la góndola patidifusa
en qué maneras (me concibo), en qué aguas (me afuero)
para sumir, manzanas y peras entre hojarasca.
Lavanda la noche se me fue a la orilla
para buscar una manta, a mama, yo no fui
dormí como una mula, entre las piernas del otro.
Y busqué otra tromba
otra sala otra mira
vamos dando hasta las palmas envolviéndola latidos
latidos latidos y
una muerta cosa.
Escribo sin anteojos
-los espejuelos a la cabeza-
mientras deslizo
plumas.
Me entrego a la danza de las palabras
y quisiera zurcir sin ver, lo suficiente,
esta hilera de hormiguitas sobre la cama
cantando, balando, catando,
a cada trazo
la tromba
de la desesperanza “indispuesta”;
de la burla, dormida ancla,
sobre lo nuevo.
Cayendo las san vas tala –con temor- no/puerta.
Ojo
A Naile
Tu ojo-tu ojo-tu ojo. Tu dedo dentro de mí, mojando sobre yo-vido, mojando. Mi cara sobre la tuya en su costado. Miro tu ojo. Parpadeante; intenso. (Vivo.) Bello.
Tu ojo, mientras entras y sales.
Serpentean
Epílogo para Sandra
Murmullo de hojas pálidas serpentean
cantábricas, volátiles silabosas
como si hubiera una marea calma
en su seno.
Tiene panza cuadrada, desnuda piel lechosa,
mustia y blanda,
la suerte
es mía la pregunta, es mía la torpeza de la desfiguración
¿tiene figura mi suerte?
No hay certeza, Sandra, ya lo atisbas mientras intentas sostener la fórmula maravillosa
del contoneo adecuado,
de la apropiada conducta; solo el polvo
y pequeñas piedrecitas ínfimas en su peso
que una va escurriendo siempre levemente bajo el zapato de tacón regular.
Mudillos
Mudillos, mundillos. (nudillos.) nunca paralelos. líneas maleables que se entrecruzan aquí. y luego se retuercen allá. desatornillando cuidadosamente. falso. motivo-jugarreta sin autor. tampoco sumidero espaciado o no. de contenido intelectual en bebedero púbico. (existe agua corriente a gravedad.) inquebrantable líquido caída seguramente no. cantemos otra. cancioncilla o al menos. entendamos que. se trata de vocalizaciones;
sólo raja/duras de voz.
Amago de estress
Múlido amago de estres chess es.
Mierda. Si pudiera sufrir en la esquina. Dormir en la esquina. Llorar y comer en la esquina vacía, bajo tarde semisoleada de transidos musgos a pies sobre el asfalto en calle y barrio propios. Pero todo lo que tengo es mis entrañas son cuerdas que se retuercen y se anudan y las vainas vaiveneando y meando (las pisadas. Urbana podredumbre.) Y las palabras, mis únicas manos, se resisten.
Hoy no, silabea mi grafía; molido el tendón en la pará lisis, pálida la partida. Amago de nuevo.
No hay punto.
Borboteo
Bastaba la quietud de las alcancías despedazadas para disponer ante una columna de estilo indefinible las sinuosidades que vegetan a su través devuelto, a su través encolumnado sobre azafatas y túnicas de cuerpo completo solo-ojos-hacia-fuera. Cantabrillábamos ella y yo, yo y yo, por sortear malpasadías. Por sortear. Es un alivio tener, aún del destiempo, el borboteo de sí.
Lavas vocálicas y consonantes atragantadas como placas flemosas de infección viral; aún del destiempo. El borboteo de sí.
Entre veteaduras
Cuando el elevado piso entre las veteaduras una orquilla/hormiga pálida descorre las tartamudeadas orillas
y des(en)ciendo la sintaxis inoculada a glúteos mordidos por la piel colectiva
vivo vivo entre piedras.
piedra: revoltillo de trazos que hierven (en) mis venas; ya es necesario bajar la leche del fuego de la hornilla.
Entre veteaduras (I)
Cuando el elevado piso entre las veteaduras
descorríanse aguas en climas templados ánimos
a la inusitada suerte
inusitada suerte
inusitada espera and sad tribulación
tribulapi dada, por generaciones y generaciones
de palabras contenidas. Anidadas. Con T. Nidas y
quitas y quitas, pequeña personilla asusta-
da.
Principio
En principio es un impulso, un toque que da al traste con y hace que acontezca el drástico ademán de un juguete mecánico. Todo juego, dicen, tiene de antemano sus propias leyes. Un cosmojuego que actúa en soliloquio seguido al pie por los jugadores participantes.
Pero si sale un negro a la calle un día iluminado ¿ha de ponerse o no la piel oscura para pasar por la cebra cruzando hacia la otra vía?
Hueco
Un hueco no tiene por que ser un hueco a través de que se enuncie como tal.
Un hueco se cava.
Y sale a la luz la retahíla de gusanos y malolientes metáforas e imágenes de la muerte.
La maloliente muerte. Maldoliente orificio en la pared. ¿Alguien sabe dónde puedo encontrar una pared?, preguntó el hombre. ¿Alguien ha visto hoy alguna pared?, interrogó la mujer. En ambos un eclipse de preocupación opacaba las miradas. La pared se erguía desconmesurada sobre los hombros de los cuestionados. Estos observaban, desde posiciones más o menos cómodas –colocan a veces bancos en estos corredores-, el curioso efecto de su propia sombra sobre aquella representación de la especie (un hombre y una mujer, una pregunta en los labios de cada uno, una interrogante desfigurando los rostros para siempre tiesos); figuras disecadas tras la muerte –previo consentimiento de la familia-, y pegadas de alguna forma a la pared, expuestos al público.
Hueco. Uno sabe ya lo del hueco, pero… hablando claramente, el hueco está hueco, de manera que: seguro señor, por supuesto señora, todos los días, hora por hora, ya no nos cuestionamos tanto lo de estar rodeados de paredes.
Nimiedades
Nimiedades. Conjunto inarticulado sostenido (agudo destímpanante de pequeñeces sobrevaloradas).
Ni. Ni. Ni. Ni. Ni. Ni.
Nada puede darme el momento bienaventurado
-instante de lucidez satisfecha.-
Si no se escucha a través de mis redes de hierro,
De mis arañadas paredes sordas, de los sonidos inundados a chorros estridentes.
La oscuridad rincónica donde dejo los pasos.
Qué no he querido dar en los días de no poder alzarme en la cama a salir bruscamente de mi cálida somnolencia
(de mi difícil somnolencia; ella es la que dará conmigo,
la que da conmigo, golpeándome, una y otra vez, una y otra, a la vuelta de la esquina.
Ahora escucho. A través de mis redes, quizás distinga mi voz de las) restantes.
De hoja a hoja
Tibias las exánimes aletargadas vacuas mismas hojas blancuzcas que pasas
a pocas delineadas con puntos encriptados y uniformes
del dibujo rescalla un leve giro aéreo de lo que es indecible y se percibe,
por el pasar que acumula el rasgado huir de hoja a hoja,
la aventura.
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