miércoles, 25 de enero de 2017

JOSE JAIME MATTOS CHAMBY [19.897]


Jose Jaime Mattos Chamby

Baterista de blues, estudiante de sociología, el sol no es su amigo y colecciona cactus en la ciudad de El Alto, La Paz, Bolivia. 

Correo electrónico: abuelamelomana@gmail.com
Facebook: Abuela Melómana 


1

Equivocada mañana para despertar
Malhumorado de hacerte daño
Intereses mediocres fuera de la norma
Aterrada señora magia
Anónimas huellas de una alucinación mía
Árboles asustados
Ahogos
Procesos de caída
Reacción 
Cartas nerviosas habituales
Visión natural no poder gritar
Miserable aspecto
No obstante, poseía formas de rock and roll
Espasmos de serenidad
Las náuseas desencantan los estiletes
Todos estos días
Las largas horas
Lecciones y psiquiatría
El silencio de la respiración 
Inmovilizado con tus ojos desorbitados
Visitando al sepulturero
Vulgar clemencia y horrenda desesperación rodea mi voluntad
Hermanos abandonados y apenados
Cabezas al piso 
Suburbio
Escalofríos
Lentamente sin rumbo
Desolación
Y el consuelo no es un problema
Instantes de inexistencia
Indeciso a la hora de despertar     



2

Precaución
Cuando tus abrazos ya no alcanzan
Y tus besos se escapan
Me quedo en suspenso
Borrosos recuerdos recuperando la luz de la luna
Perfumes de noche
Despedidas rústicas 
Extraño carácter vehemente
Indiferencia ante mi espanto
Incómodos suspiros
Extirpando mi masa encefálica
Sombría clemencia para que no me dejes…
Silencio en las pupilas
Ilícito es decirte que te extraño
Agotamiento de mi espíritu
Súplica a tu indiferencia
Hundiéndome en la niebla cotidiana
Sin pronunciar mis dudas ante el dolor
Ansiedad profunda
Triste comedia inquietante
Atrofiados lamentos desconocidos en mi rostro
Anticuadas lágrimas
El pánico es demasiado convincente
Inquietud frente a tu despedida
Vergüenza y sin remedio
Instantáneamente he vuelto a fragmentarme
Escaza comunicación con mis sentidos
Borraré el melodrama de estas letras
Inexistente felicidad después de ti
Una sola fotografía
Inexplicables serán los días
Y volveré a sentirte
Quizás, cuando esté en medio de la nada  



3

Encerrado, despojado de cualquier sueño
Paredes como cáscaras pálidas
Intrépido territorio de ausencias
Oscuras distancias como bosques solitarios
Enmudecido y con pérdida de noción habitual de vida
Desconcertantes prohibiciones de tu corazón 
Sábanas en silencio
Abominable suplicio al recordarme
Escalofríos al no poder apuñalarme  
Delirio y remordimientos
No existe el veredicto esta noche 
áspera buena costumbre
transformando podridas ilusiones 
en imaginadas voluntades suicidas,
me recuerda lo subversivo que es conversar con cualquier rincón. 
Enfermedad silenciosa.
Última voluntad en la atmósfera
Tampoco tus sombras tienen escapatorias
¿Verdad?



4

Tu último suspiro me ayudó a respirar, ¡consuélate muerte! Cerró sus ojos y le taparon la cara, muere, porque no muere, dolor imperecedero, instinto de desdicha, la muerte hospeda mi alma, zozobra tu cuerpo inerte, durmiendo fratricida, maléfica la muerte, tu muerte, mi muerte. Cirugía y fumando fuera de mi cerebro, infestado de mi ansiedad. Maldito estaba yo, la oscuridad, las estrellas, la felicidad... devastada e inexorable mi alma te siente al saber que tu vida atravesó a la ceniza de los sentimientos muertos; inarticulado umbral, sombras y abismos que bordean mi realidad ahora, ¡prematura muerte para las tumbas marchitas. Etéreos espíritus que agarraron tu mano y no la mía, mas apenas se vislumbran mis lágrimas de la espantada oscuridad... entre lamentos será velado el negro sol del silencio donde las palabras constelarán trastornos y nunca más esplendores que súbitamente fingía un corazón -no sé cómo decirlo- propenso a la felicidad; ahora descansas y yo me entrego a esa soledad que propicia el desvarío de un vino triste.



5

¿Somos humanos? 
Fraternal cobardía diaria de nuestro corazón
Por último comienzo… 
Color de tumba:
Desagradable respiro hacia el tiempo
No recuerdo al monstruo del espejo cortado
Se divertía conmigo, con el uno y con el otro
Esclavo de la sombra, siempre se extravían los olvidos
Muerto para siempre
El coge de las narraciones en huelga.
Hurañas las personas del silencio
No importa. No saludan
Matándote
Anunciando porque despierta tu imaginación
Subjetividad en el cenicero
Remordimientos lentos con el invierno
Enamorado bajo tierra
Íntegramente dilatado
Ya has sido notificado: 
Cualquier signo de autoestima será olvidado 



6

El razonamiento no existe cuando dos cuerpos inertes y descompuestas se encuentran en un mundo inimaginado, horror e historias dilatas cuyas silabas histéricas carecen de crepúsculos. Nuestros días son frágiles para estar en la civilización y nos precipitamos a los abrazos porque nos persiguen las fobias de los prejuicios, dulzura de las anfetaminas para abolir el sentirse vivo. Serenidad y a punto de estallar, sin equilibrio filosófico nos condenamos a la autodestrucción. Vehemencia suficiente para desmoralizarse, psiquiatría para recuperar el abstracto poema tuyo. Universo restringido de lúcidos placeres, metamorfosis para la anormalidad y nos condenan por no ser parte del planeta tierra. Monotonía del tiempo sin letras y profundizando sabiamente nuestras depresiones. Cadena perpetúa para más inspiración, pretextos para la necesidad de lastimarnos. Argumento de novelas de perdición, intimidad arrebatada y todo pierde sentido después de la agonía de estar lejos el uno del otro.



7

El aislamiento se ha vuelto una adicción. Obstruyendo los ojos de tu maldito cerebro, esparcido por todas partes, desgarra la cordura a través de sus venas y toma el lugar de las cuchillas y te adormece. Estás desnaturalizado. Incluso si tuvieras miedo de morir, arrástrate, sólo como mereces, sólo como siempre, más allá de las emociones. El arma esta lista para matar. Ayúdame, no estoy muerto, despiértame, no necesitas estar lejos… Tú que deseas morir, son tus heridas imposibles de amar, imposibles de odiar… cada día… de cualquier forma... eso no importa más...



8

I

Me entusiasma salir de la vida
Detengo mi despedida
Respuestas hacia la nada
Consecuencia de la trampa
Naufragan los cadáveres al despedirse
Con la cicatriz del silencio

Sus perspectivas son inversas.


II

Traspasaré las dimensiones del asombro
Destino excluido
Huesos sin importancia
Enjaular mis ojos ante el olvido 
Reclamos ajenos y equivocados
Son alimento para los sueños

Sobran las angustias.


III

Respuestas abandonadas
Alegría y tristeza con plenitud
Sequía de gobiernos y otoños
Las penas explotan desnudas
Podredumbre sin destino, brindando

Fluye la sangre en tus muñecas.


IV

Caída, escaza y tímida
Osadía ante tus nostalgias
Abandono la sensual depresión
Los triunfos son sólo cenizas
Mas la tierra es guerra

Mensajes inexistentes.


V

El insomnio busca ahogarte
Los días sin colores
Lluvia de luna que a nadie le interesa
Solicito una tregua para quedarme absorto
Con la ilusión de mi calamidad

Versos de infortunio.


VI

Anónimos perfumes oportunos
Escasean los pájaros en el cielo
Y los perros de la calle se comen entre sí
Confusión humana
Mandibuleando la realidad 
Para no extinguirse en la cárcel

Sonata sin deseos.


VII

Lejanía de las sombras del ocaso
Ninguna salvación
Se presagian las traiciones
Oraciones para la descomposición
Errores de civilización aposentados en tu alma
Desprotegido y calvario

Continúa el desencanto.


VIII

Atrevidos los caminos de frenesí
Apetecido es el silencio
Y maltrechas las fantasías
La vanidad de la maldición 
Irrita las amistades
Fiesta de despedida para todos

No es fácil el desvelo.


IX

Delirios en el espacio
Lentamente empiezan los cánticos
Acariciando las espinas
Indispensable sufrir
Soportando las angustias

Balbuceos.


X

Osado intento de lanzarte al vacío
Concretos en el socavón de barro 
Mi memoria, embriáguese
Sin saber dónde exiliarte
Castigos de claridad
Espejismos, hábitos y limosnas
Símbolos no comunes, dogma

Todo entusiasmo no satisface.


XI

Adormecido embrujo
En los bolsillos, solo semillas
Empiezan los cuentos a ultrajar
Insisten los miedos sin final
Sentimos ardor en nuestro éxtasis
¿Llegará el desprecio?

Últimas máscaras de la naturaleza.


XII

El mañana no te mejorará
Canciones corpóreas 
Aduéñate de las montañas
Entrevistas en los cementerios
¿Aprendimos a hablar?

Santificado enfermo


XIII

Ojos bien cerrados
El espíritu ya no tiene movimiento
Trastorno al perderte
Concebida nuevamente la soledad
Marchitos quedan los secretos
Esclavo de la sociedad con las falsas leyes del trance
Atractivo sabbat
Magnifico funeral
Experimentas con los muertos

Malas palabras.







-

No hay comentarios:

Publicar un comentario