martes, 17 de enero de 2017

SEBASTIÁN GONZÁLEZ [19.872]


Sebastián González

Nació en 1978 en General Roca, Río Negro, Argentina donde vive. Poeta y músico. 

Ha publicado Criaturas (Libros Celebrios, Neuquén, 2004), Confortablemente adormecido (Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2009), inclinación corporal (Arte al acecho ediciones, Gral. Roca, 2012) y Chico Vudú (Arte al acecho ediciones, 2014). 

Integró el grupo Celebriedades (2003/2007), con el que recorrió gran parte de la Patagonia Argentina ofreciendo su espectáculo poético humorístico musical y coeditó la revista cultural Hay animales ahí/Arte al acecho (2012/2014). Fue becario de la Fundación Antorchas (Lago Puelo, 2004) e integró las antologías Última poesía argentina (Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2008), Desorbitados. Poetas novísimos del sur de la Argentina (Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 2009), Si Hamlet duda le daremos muerte. Antología de poesía salvaje (Libros de la talita dorada, City Bell, 2010), Poesía. Río Negro, Vol. II (Fondo Editorial Rionegrino, Viedma, 2015) y 53/70, poesía argentina del Siglo XXI (Editorial Municipal de Rosario, Rosario, 2015).
de inclinación corporal (2012):


chamán

podés seguir disponiendo de todo tu arsenal en contra mío
pero quiero que sepas
que logré el equilibrio
y la armonía total.
vibré en otra cuerda y me limpié entero

si te callaras un poco y miraras hacia el cielo
verías que la noche es negra
y profunda
y las estrellas son muchas.
el viento es fresco
viento de la costa

podés disparar directamente acá
mirá mi dedo
acá

me dejé fluir y percibí un hecho energético
acepté
una verdad irreductible

ahora soy pura mística
una endemoniada máquina recicladora de mierda.
lo convierto todo en amor

en amor
la noche es negra
es profunda
la estrellas son muchas…
esa cosa que se erige monumental y blanca junto a la puerta
lo enfría todo

shhh
escuchá
escuchá el motor

mirá esas botellas de plástico colgando del peral
mirá la parra
cartones en el piso
escombros
glamour

puedo quedarme sentado acá afuera durante horas
puedo matar un mosquito en plena oscuridad.
me valí de un elemento externo con el fin de obtener
ooooooouna percepción peculiar
y alcancé un estado de realidad no ordinaria

escuchá la chapa enfriándose
las hojas
escuchá el viento pasándote información
datos sensoriales

ahora estos son mis dominios
mi reino particular

escuchá

por acá los animales andan todos sueltos, mujer
todos sueltos

ahhh… soy un romántico

vi la dilatación en progreso, la joya marmolada
la iluminación celeste y fría…
en este momento podría recorrer toda china caminando
y ofrecer mis servicios por una jarra de vino
un cuenco de arroz
opio

yo te propondría que te calmes un poco
que escuches el flujo de los acontecimientos

shhh
silencio

podés llamarlo como quieras:
llamalo reacomodamiento íntegro de los esquemas vitales
supervivencia porque fumé colillas y robé sobrecitos de sal

mirá mi dedo:
tengo tanto para dar

esto es dialéctica nómade, mujer
la explosión del elemento y mis desperdicios yéndose para siempre

la noche es negra
es profunda
viento
viento de la costa

shhh

escuchá

escuchá



un relámpago te cegó

un relámpago te cegó
y estás sentado en el piso del baño
con las piernas cruzadas.
te estás vaciando

te acordás que soñabas.
soñabas que al tacto preciso de tu mano por sobre una zona erógena
             femenina obtenías respuestas óptimas para con tu accionar

ahora tu mano está bien adentro en la garganta
activando la zona sensible:
te estás vaciando

no tenés nada interesante para decir salvo que te acordaste de un corto
             noruego de trasnoche y te bajaron las defensas

todo es relativo

ves tu nombre impreso en una boleta de servicio y no pensás nada.
te despertó la vejiga y perdiste la serenidad
te temblaron las piernas

sos tan inofensivo…

soñabas cómo poder cambiar la representación mental de lo que te rodea
              ya que habías concluido que no tenés doble fondo

los vómitos tienen sentido:
expeler
trabajar la zona hepática

la culpa no existe

soñabas con restos diurnos y en el sueño ella te hablaba
pero ahora ni siquiera podés mantener firme la mano.
la mente te hizo paf

el secador de piso te cruza el omóplato derecho
y ves delante tuyo los granos de arroz blanco, la pulpa
toda la riqueza latente de tus entrañas

estás tirado.
hay que llamar
y avisar que no vas

a ver: hondo

aaahhh

exhala lo malo, aspira lo bueno
exhala lo malo, aspira lo bueno
exhala lo malo, aspira lo bueno



de Yashin (inédito):

I

Un estado mental, la revolución
es un estado mental, la historia
colectiva de la causa
la estructura de acero blindado que hiela la sangre roja
de Yashin el rojo, la araña negra tejiendo su propio mito
dando la vida por el Partido

Señores, de pie:
Lev Ivanovich Yashin sueña que es un rompehielos nuclear
un submarino atómico
un prototipo increíble que cambiará la historia del arco para siempre

Yashin vio el Acorazado Potemkin y cree que, además de su innegable sentido partidario y propagandístico, la película contiene altas dosis de excelencia cinematográfica

Yashin ama los habanos y el vodka helado en espesura de aceite, de color diamante

Yashin sabe que la patria es el otro, que la pertenencia al partido potencia sus capacidades

Yashin piensa que no ha tenido una educación plena y esto, en el fondo, lo avergüenza bastante

Hay que tener en cuenta lo siguiente:
el delantero que enfrenta a Yashin
está condicionado por el terror

Yashin se autoexige en el ejercicio intelectual y le comenta a su camarada Albert Shesterniov que Einsestein “desafió las convenciones narrativas y el lenguaje visual de la época”

Yashin no es un cosaco en el puerto de Odesa en 1905
Yashin nunca tuvo en sus manos un huevo Fabergé
Yashin está politizado como su condición de clase y su época lo exigen

¿Sabe de la carga simbólica de su posición en la cancha, de los colores que defiende? ¿Se pregunta por la enorme extensión de la República y de la intención de aglutinar dinamismos sin nada en común salvo la cercanía territorial?

Yashin envejece como un dios y es enorme
y en la extensión infinita de la Unión
lo saben todos

¿Comprende Yashin que absolutamente todos los niños de la República quieren ser como él? ¿Cae en la cuenta que es un héroe moderno, un romántico, que tipos como Maiacovsky no le llegan ni a los talones?

En los pasillos donde se decide el destino de la nación se ensaya el concepto de “impenetrabilidad”, se habla de una puesta a punto en un astillero de San Petesburgo, de una nueva forma de hacer política

Sí, una estatua en pleno corazón de Moscú
Sí, más grande que todo el Ejército Rojo en pleno combate
Un estado mental, señores, la historia
colectiva de la causa, un arquetipo
el arquero favorito del sindicato de metalúrgicos

Yashin leyó el Manifiesto Comunista pero eso no quiere decir nada
Yashin trata de no repetir demasiado la palabra “proletariado”
            porque eso sería demagogia
Yashin vuela abajo a la izquierda y desaparece el peligro
Yashin vuela abajo
a la derecha
y desaparece el peligro



IV

La espesura del humo se recorta sobre un fondo vacío
y hay un disparo, una mano que tiembla
olor a pólvora.
Yashin fuma un habano en el vestuario del Dínamo de Moscú
mientras afuera la República escupe sangre,
pura vibración orgánica

A pocos metros del estadio, su amigo de la infancia, Aleksei Ivanov,
balbucea sonidos inentendibles, completamente borracho
frente a un televisor de fabricación nacional

La república se desangra, literalmente: en los surcos,
en los espacios vacíos. Sangre todavía caliente
brotando de un origen roto,
de un dolor

Lev Ivanovich está solo, sentado en una banqueta de hierro en un vestuario vacío y helado y lleno de humo en la noche fría moscovita porque es el arquero más grande del universo y nadie puede hacer nada al respecto

Afuera se oye una descarga, el vacío
abalanzándose sobre la nada.
Aleksei Ivanov tiene una botella de vodka barato en la mano
y es como si el muro se hubiese caído veinte años antes

Bocanada de humo espeso. La repetición de una frase,
una arenga mental. Ni siquiera una idea política
puede igualar a Yashin con el resto de los mortales

Está convencido de algo:
si uno busca bien el lo profundo,
en la función inmediata de la médula,
hay un poco de blues
ahí



V

Biblioteca Nacional Vladimir Lenin.
Yashin está sentado bajo una lámpara verde
en una de las salas dedicadas a la historia de la República,
los ojos bien abiertos.
Lee con los botines puestos

El arquero más grande del universo ejercita su intelecto
e investiga sobre el origen mismo de su propia génesis
ya que no quiere que su imagen sea usada políticamente
(al menos sin su consentimiento)

Se convence que la aplicación del comunismo ortodoxo es irrealizable si no se tiene en cuenta la coyuntura específica de cada momento histórico.
Lee sobre los eslavos de Oriente y sobre extensiones territoriales monumentales,
la guerra, el hambre y la revolución,
campesinos, banderas rojas,
milagros en la nieve…

Se sabe que Yashin es Yashin gracias a la disciplina,
que Yashin es Yashin gracias al esfuerzo, a la exigencia límite del músculo,
a cientos y cientos de ejercicios de reacción.
Hay que aguantar el dolor y quemar el muslo, piensa,
aguantar el dolor
y quemar el muslo

Sino pregúntenle a Tom Finney, delantero británico. Pregúntenle qué sintió mientras caminaba hacia el área para patearle un penal a esa bestia de acero vestida toda de negro en el Mundial del ‘58

Lee sobre astilleros descomunales
que sólo existen en la mente de un desquiciado,
estallidos y la muerte, temperaturas extremas y la muerte,
naufragios, incursiones militares suicidas,
carne humana quemada por la nieve y el hielo,

siempre el hielo…
Se sabe que Yashin es Yashin gracias a su temperamento prendido fuego,
a su excelencia atlética,
al armado de lo posible
a la realización y puesta en práctica de lo posible

¿Qué es una abstracción ideológica? ¿Cuáles son los riesgos de una resistencia a la adaptación de un condicionamiento partidario?

Aguantar el dolor y quemar el muslo, piensa Lev Ivanovich,
los ojos bien abiertos,
aguantar el dolor
y quemar el muslo



VII

A la distancia, Yashin vislumbra los movimientos del contrario como un todo armonioso en donde ningún músculo carece de disciplina.
Imagina la vista panorámica de un golfo, vías de tren,
cadáveres sepultados por la nieve.
Desde casi cuarenta metros el mediocampista alemán dispara de zurda,
tres dedos, fuerte al segundo palo

Se mentaliza principalmente en esto:
Franz Beckenbauer no tiene la culpa de que haya existido Hitler

En su mente la pelota viaja más lento
que lo que podría llegar a discernir el ojo humano común.
Su instinto le ordena pivotear una porción indivisible de tiempo,
               luego contraer,
después estirar como un resorte ambas piernas hacia su derecha

En pleno desplazamiento aéreo piensa en un pantano congelado
               y en trabajos forzados,
en él mismo analizando la estructura hexagonal de una
               molécula de hielo,
en el aire helado que penetra la médula, en la guerra
y en el miedo a la guerra, en el silencio que representa un estadio vacío

Nuevas fuentes de energía y la producción de bienes a gran escala,
cosas de este tipo lee en esta etapa de su vida, ahora con
               los botines puestos
y a punto de llevar a cabo una atajada que el mundo del fútbol
recordará para siempre. El concepto de “invencibilidad”,
la indecisión como calamidad extrema, todo eso da vueltas en su cabeza mientras sus manos como tentáculos se preparan para estirarse hasta lo imposible buscando desviar el misil alemán de una vez por todas

La pelota se desplaza por el aire a una velocidad que sólo él
              puede configurar;
la araña negra teje su propio mito e inventa el arquero-líbero,
              el stop-motion…
Piensa en cómo un avión de caza alemán puede llegar a marcar para siempre una infancia feliz, cómo una biblioteca ardiendo durante la noche puede lograr que el lenguaje no sirva para nada

Goodison Park, Liverpool. 25 de Julio de 1966.
Observen su cintura: torsión de metal noble y base sustancial del pecho oscuro y profundo como la República misma, origen del arqueamiento hacia atrás que comienza a dibujar en el aire la gloria en suspenso, el enorme Yashin a punto de pasar a la historia, un sueño gris atravesando la niebla




X

Nikolai Dementiev camina lentamente hacia el punto penal.
Cuando apoya la pelota en la marca de cal que delimita los once pasos,
siente que una presencia descomunal le hace sombra
y que luego apoya una enorme mano enguantada sobre su
               hombro izquierdo.
Escucha una voz:

“Soy demasiado inaccesible, lo suficiente como para que el normal funcionamiento de tu sistema nervioso esté siendo modificado en este mismo momento.
Me gustaría saber qué hiciste durante la guerra,
si escuchaste el término circulación restringida,
si viste gente amontonada en cuartos clandestinos fabricando
                bombas caseras,
gente muerta…
El pecado y el éxtasis, astilleros con nombres imposibles y troncos balanceándose suavemente sobre la espuma…
Te habrás dado cuenta que esto no es una pose,
que mi amplitud épica no necesita ningún tipo de exageración.
Aunque te parezca extraño te admiro:
para venir a patearme un penal se necesita un estado mental cercano
                a la inconsciencia,
una confianza casi obscena

Quisiera saber tu opinión acerca de las victorias parciales y el ejército rojo creando la unidad en lo múltiple, si realmente creés que tu nación te representa

A veces, en medio de un partido,
puedo ver a mi madre sacudiendo una alfombra en un patio de tierra
(me acuerdo claramente de eso), un sombrero de ala corta,
una escalera y un desván,
tabaco de mascar…
También veo cajones con repollos, remolachas, tubérculos…
Sobre un mantel increíblemente blanco crema de manteca
y masas rociadas con azúcar, limonada fresca

Mi madre llevándome al circo, también, acrobacias,
animales fantásticos y desfiles, concentraciones de gente con antorchas,
banderas ondulándose al viento

Quiero que pienses en toda la gente encerrada a la espera de una condena,
en instrumentos de tortura exhibidos con vergüenza en algún museo,
en un pasado revisitado hasta el cansancio,
en una marea roja, sí
una marea de color rojo,
una ciudad sitiada y gente que come gente,
supervivencia de manual

El mundo es un sueño increíble
y en algún momento todo cobra sentido.
Mirame a los ojos:
soy Lev Ivanovich Yashin,
espero que sepas lo que estás haciendo”


de Chico Vudú (Arte al acecho ediciones, 2014). 

Chico Vudú

El endurecimiento, la pérdida del estado inicial.
En el umbral de la expansión el Chico Vudú es una pieza móvil, sin el alta médica y con prospectos tirados junto a la cama, frascos vacíos, la esquizofrenia todavía sin catalogar.
El escenario en llamas: el Chico Vudú y la euforia,
el Chico Vudú y el Flower Power

Los datos del muerto: 38 años, tez morena, ojos verdes. Uno imagina el desarrollo químico y después el milagro, ese susurro que es como un pinchazo que busca el torrente sanguíneo y entonces la parálisis, la revolución que es un ritual extraño.
El Chico Vudú, el Chico Vudú…

Uno también imagina fotos y la pericia científica,
el voltaje y la excitación.
Una Fender stratocaster prendida fuego, la palabra “tumba”

El sonido de una cuerda de acero estirada hasta la médula y una luna de color rojo. El Chico Vudú semidesnudo sobre un catre de hierro y el equipo forense a su alrededor analizando el fundamento que debería explicarlo todo, buscando la huella que finalmente armará una hipótesis falsa. El delirio, el viaje, caer rendido sobre un colchón viejo en una
pensión olvidada al fondo de un pasillo por el que ya no transita nadie

Los datos del muerto: alucinación, el componente mágico… Una intensidad fuera de lo normal y el misterio que no va a aclararse nunca. El Chico Vudú y los derechos civiles, el Chico Vudú y el Black Power

La rigidez de la carne, la gota que humedece el iris.
Un arrebato estimuló el lóbulo temporal y al Chico Vudú la manía depresiva le llegó hasta
los huesos. Tocó fondo.
Algo terrible: la huella digital, la controversia médica

El Chico vudú, el Chico vudú

el sueño
la profecía

un círculo de flores blancas





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