jueves, 26 de enero de 2017

JERRY HARP [19.900]


JERRY HARP

(Evansville, Indiana, EE.UU., 1961). Poeta, ensayista y profesor universitario.

Bibliografía:

Libros de poemas de Jerry Harp son Creature (Salt Publishing 2003), Gatherings (Ashland Poetry Press 2004), and Urban Flowers, Concrete Plains (Salt 2006). 

Jan Weissmiller coeditó A Poetry Criticism Reader (U. of Iowa Press 2006). También ha escrito Constant Motion: Ongian Hermeneutics and the Shifting Ground of Early Modern Understanding (Hampton Press 2010) and For Us, What Music?: The Life and Poetry of Donald Justice (U. of Iowa Press 2010). 

Sus títulos universitarios son de St. Meinrad College (BA 1983), Universidad de St. Louis (MA 1985), La Universidad de Florida (AMF 1991), y la Universidad de Iowa (PhD 2002). Está casado con la poeta María Szybist. Ellos enseñan en Lewis & Clark College en Portland, Oregón.


HOUSES

They’ve been around in dreams a long time now,
Those houses where nobody lives, hidden
Along long stretches of field, accessible
If you run alone down dirt and gravel roads

Late in the afternoon when shadows start
To sift like sand. I think you’ll know the place
Better than I. Maybe you’ll finish this poem.
Here’s my attempt to hand it over to you.

The time. The place. The sound. They fade from me
As my pen scratches across the ragged page
And the cat lounges, observing every move.
By the time I climb the stairs to sit before

My glowing screen, how many days and years
Will have gone by? But only you will know.
Someone is sitting in an upstairs window,
Head bent beside a desk lamp, writing. You knock.

No other houses show. There is no answer.
You cross the dusty living room. A grove
Of alder trees, entwined with vines, appears
Out back—on the mantle, a clock without a face.

The crickets scrape their stridulation from
The shade. The nighthawk with its plaintive cry
And rush of wings appears at the right time.
Nothing stirs upstairs. You look in every room.

The moonlight shines through a far window. Now
The poem begins. The anticipated turn.
The much awaited answer from the trees.
Here is the moment when translation begins.


CASAS

Hace mucho que están en los sueños,
Esas casas donde nadie vive, escondidas
Entre largos trechos de campo, asequibles
Si corres solo por caminos de polvo y gravilla

Al final de la tarde cuando las sombras empiezan
A filtrarse como la arena. Creo que conoces el lugar
Mejor que yo. Quizás termines este poema.
Aquí intento entregártelo.

La hora. El lugar. El sonido. Se desvanecen de mí
Mientras mi pluma araña la página irregular
Y el gato holgazanea, observando cada movimiento.
Cuando haya subido las escaleras para sentarme frente

A la pantalla brillante, ¿cuántos días y años
Habrán pasado? Solo tú lo sabrás.
Alguien está sentado en una ventana de arriba,
La cabeza inclinada junto a una lámpara, escribiendo.

Tocas a la puerta. Ninguna otra casa se asoma. No responden.
Cruzas la polvorienta sala. Una arboleda
De alisos, enredados con vides, aparece
Atrás –sobre la repisa de la chimenea, un reloj sin cara.

Los grillos raspan su estridulación de
La sombra. El chotacabras con su llamar desolado
Y su prisa de alas aparece justo a tiempo.
Nada se mueve arriba. Buscas en cada habitación.

La luz de la luna alumbra por una ventana lejana. Ahora
Comienza el poema. El turno anticipado.
La respuesta muy esperada de los árboles.
Aquí es el momento en que la traducción comienza.



HAYSTACK ROCK,
CANNON BEACH, OREGON

It rises to overhang and feather.
It is face and highest form.

What is its name but failed imagination?
One day it will be gone,

but in its own geologic time.
I lean into wing, into fall and jut forth.

Framed by the telescope, a black oyster catcher
sits at the base, its orange beak

pointing into the wind—Chase and Take.
The words sit brooding there.

They ask nothing of us.
Centuries come to them.

Centuries come and go.
Mantras to my run: “edge” and “pointed end.”

Along the shore, one monolith
after another stands—dark, brooding, barnacle-covered.

Stop there long enough,
you’ll see a barnacle move in the sun, the slightest shift,

a foreign realm’s illegible communiqué.
The oily, ink-blot waves rush

and rush the shore, as in “shadow.”
As in delete, erase, scrape clean.



HAYSTACK ROCK,
CANNON BEACH, OREGON

Se alza para sobresalir y estabilizarse.
Es la cara y la forma más alta.

¿Qué es su nombre si no la imaginación fallida?
Una día no existirá

pero de acuerdo con su propio reloj geológico.
Me inclino hacia ala, hacia caída y exceso.

Enmarcado por el telescopio un ostrero negro
se posa en la base, su pico anaranjado

apunta al viento –Perseguir y Tomar.
Las palabras se sientan allí, incubándose.

No nos piden nada.
Los siglos llegan hasta ellas.

Los siglos van y vienen.
Las mantras de mi carrera: “filo” y “borde puntiagudo”.

A lo largo de la orilla, un monolito
tras otro se yergue –oscuro, inquietante, cubierto de balanos.

Detente un momento,
verás un balano moverse al sol, un leve movimiento,

el mensaje ilegible de un reino extranjero.
Las olas aceitosas, manchadas de tinta se precipitan

una y otra vez hasta la orilla, como “sombra”.
Como tachar, borrar, limpiar a raspones.



TESTAMENT

I give my body to the grass,
the roots, and the weather.

I give my ears to sunlit piercings,
my fingers to the fellowship of clouds.

I toss this dirt across your grave.
To the dirt I give my hands,

to the roses my eyes.
My teeth I give to the wooded path

where I burn myself like incense
and swallow stones instead of bread.



TESTAMENTO

Les entrego mi cuerpo a la hierba,
las raíces y el clima.

Les entrego mis orejas a las perforaciones soleadas,
mis dedos a la hermandad de las nubes.

Echo esta tierra a lo largo de tu tumba.
A la tierra le entrego mis manos,

a las rosas, mis ojos.
Mis dientes le entrego al camino arbolado

donde me quemo como el incienso
y trago piedras en vez de pan.



HISTORY AND SUN

Splitting sunlight with its angled head,
Slowly twisting in the angled light,
A crystal angels sways, suspended by a thread.

The light fades down the walls, an indigo streak
Forming a hieroglyph, or something in Greek,

About an underworld where shadows
Arrange themselves in shifting formation.

Who could rest easy, being dead?
Like the living, they seek new motivation.

Ten minutes after the hour, the hours chime.
These things are not my obsession,
But give them time.

Approaching the age my father died,
I’m learning again to orient the world
As I did when I was a child:
Face the river. West lies to my right.
Fields stretch behind me. Sun rises in the east.

From the shade of cedar trees, my father approaches
With all the petty grandeur of the recently deceased.

Head down, his unzipped jacket flailing in the breeze,
He points down to the river, but does not speak.




LA HISTORIA Y EL SOL

Rompe la luz solar con su angulada cabeza,
Lentamente gira en la angulada luz,
Un ángel de cristal se mece, suspendido de un hilo.

La luz se difumina por las paredes, un rayo índigo
Forma un jeroglífico, o algo en griego,

Sobre un inframundo en que las sombras
se ordenan en una formación vacilante.

¿Quién podría descansar tranquilo, estando muerto?
Como los vivos, buscan nueva motivación.

Diez minutos después de la hora, las horas repican.
Estas cosas no son mi obsesión,
Pero dales tiempo.

Al llegar a la edad en que murió mi padre,
Aprendo de nuevo a orientar el mundo
Como lo hacía de niño:
De cara al río. El oeste queda a la derecha.
Los campos se alargan detrás de mí. El sol se levanta en el este.

Desde la sombra de los cedros, se acerca mi padre
Con la leve grandeza de los recién difuntos.

Cabizbajo, su chaqueta abierta se sacude con la brisa,
Señala al río, pero no habla.




WHERE ARE YOU TAKING ME?

There you were saying more,
describing the lore that makes your day run,
roses and myrtle, limelight and hunted shade.

The place, the other place
without language or dreams,
a hunted-for and offered place,
drew your language away from you.

The moon bore down its heavy light,
one revolution and another, the lonely woman—
where were you wandering then?
Asleep, why would you care for
the resonant, the grass?

We’ll have eternity to brood about it all,
like the lore gone dripping from the skies.
The speaking happens, it comes undone,
and what is coming next, it’s what comes next.
Like the grass, don’t let the lexicon go.
Don’t let it, it echoes.
Don’t. It goes.




¿A DÓNDE ME LLEVAS?

Entonces decías más,
detallabas la sabiduría tradicional que hace funcionar tu día,
las rosas y el mirto, la candileja y la sombra cazada.

El lugar, el otro lugar
sin idioma ni sueños,
un lugar buscado y ofrecido,
te alejó de tu idioma.

La luna presionaba con su luz pesada,
una revolución y después otra, la mujer solitaria
–¿por dónde vagabas entonces?
Dormida, ¿por qué te ocupabas de
lo resonante, la hierba?

Tendremos la eternidad para rumiarlo todo,
como la sabiduría tradicional que gotea del cielo.
El habla ocurre, se deshace,
y lo que viene después, es lo que viene después.
Como la hierba, no dejes que se vaya el léxico.
No dejes que se vaya, hace eco.
No. Se va.

TRADUCCIÓN DEL INGLÉS: KATHERINE M. HEDEEN Y VÍCTOR RODRÍGUEZ NÚÑEZ



Jerry Harp | Issue 84


Beginnings Again

A silver thread pierces my hand,
Gleams in lamplight, my fingers flexing there,
The needle plunging into bleeding skin,
Making a high-pitched, silver sound

Becoming words shining in the flame that they create.
Tarnished words converge into beginnings,
Flame and words, beginnings
In moonlight, fairy rings, clouds across the sky

Entering a sentence that began elsewhere.
The tarnished thread. The hand it pierces.
Hand it weaves. The gleaming
And nothing before. The before it weaves.
The after.




Verbum: A Rhapsody

Word lived in solitude.
Walked the dog before dawn.
Coffee on the patio. The air was thin.
There were no stars.
Silence drifted from the river
with the mist. Word
wandered through the house,
looked out the window.

Could the darkness speak,
what would it say?
What would Word answer?
Word took a deep breath, yawned,
and spoke the beginning.

Word spanned the darkness
in a single stride, sprawled
across the couch too exhausted
to speak, snored all afternoon,
woke with a bitter taste,
woke in the time of the human,

time of the archive speaking
beginnings into time. The time faded
and came back in a cloud bank
going gold then gray.
Time of the hall with mud floors.
Time of the sun.

Time of cathedral bells echoing the city.
Time of dust falling through the day.
Shining moon time.
Time of ticking hands.
Time out of time just in time.
Crumbling bread. Heavy wine.

Word walked in the garden in the early evening,
waited in the desert, went into the city, wandered
along the winding streets, read the law,
roared, slept some more, stirred
in dreams—What shines in profusion there?—

upended tables, screamed
all over, received wounds, broke
into works and words, spoke tongues
on the back porch, nighthawks
diving, cicadas coming on.

Word spoke another’s tongue—can you,
can you speak the holy time?
Lost time. Glowing digits time.
Dig in the dirt time.
Touch and taste. That
touch and taste.
Heavy bread, heavy wine.





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