Alejandro Velásquez León
Alejandro Velásquez León. Santa Rosa de Cabal, Colombia, 1985. Licenciado en Español y Literatura. Ha sido merecedor a diferentes reconocimientos en crónica, poesía y cuento. Con su primer libro “Orilla”, próximo a publicarse, recibió el segundo puesto en el VI Premio Nacional de Poesía Obra Inédita. Actualmente trabaja como docente.
MARIPOSAS
Nacen de todo,
por esa necesidad
que le impide a la vida
quedarse quieta;
Y en ese ir y venir
por las cosas,
mueven los colores en el aire
sin hacer ruido.
ESPEJISMOS
Para Andrea
Me cansé de buscarme
en las huellas
que no ha escrito la tierra,
en el olor de la noche,
en el sonido del cielo.
Me cansé de cargar.
ÁMBAR
El sol se espesa entre los árboles
y se mueve a través de ellos
como un gusano de luz.
Antes de ser piedra
reconoce las formas del color y el tacto,
transformando la madera
en un vómito dulce.
Y atento a cada movimiento del espacio
absorbe los lentos aleteos del insecto
para dejarlos quietos,
como un ojo que parpadea
antes de morir.
Estos poemas pertenecen al libro “Orilla”, segundo puesto del VI Premio Nacional Obra Inédita 2016.
Orilla
Allí termina el mundo…
y lo que empieza,
carece de tendencias y definiciones.
Es más bien
un paisaje de nubes
como un guadual bajo la lluvia
como un pájaro redondo,
como un tapir.
Y en el fondo
un azul que no puede irse,
una prisión que ya no huye,
un darle la espalda a todo.
Allí termina el mundo…
lo que sigue,
basta nombrarlo para que exista.
Jaula
Los pájaros
a través de las ventanas,
nunca se detienen
a contemplar al hombre
que los mira
detrás de los cristales.
Golondrina en vuelo
Una mancha oscura
que se esparce
en el fondo del cielo
sin dejar huella.
Un agujero móvil
que le hicieran
a la mañana
para encontrar en ella
otra vez la noche.
Una ligera sombra
que la luz nunca pudo domar
y ahora,
de día en día…
se esconde en el aire,
como un pájaro.
Abismos
Las sombras se abren desde las cosas
como vacíos sin fondo
que la luz nunca puede tocar,
por eso,
cuando es mediodía
todos nos sostenemos
sobre nuestro propio abismo.
El amanuense
Cansado de la tinta
y los papeles
que desaparecen tras los años…
unió el índice, el pulgar y el corazón
de su mano derecha
y ensayó sus primeras palabras
en el aire.
.
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