LEONARDO BARRIGA LÓPEZ
Abogado, periodista y escritor nacido en Salcedo, provincia de Cotopaxi, Ecuador el 17 de junio de 1936, hijo del Sr. Jorge Barriga León y de la Sra. Dolores López.
Dentro del campo del periodismo ha desarrollado una intensa labor a través de diferentes cargos como: Jefe de Información y Redacción del diario Cotopaxi, de Latacunga; Subdirector del semanario Barricada, de la misma ciudad; Miembro Fundador y Director del Grupo Literario “Galaxia”, Presidente de la Asociación de Escritores y Artistas Jóvenes del Ecuador, y Director de las revistas “Gaceta Municipal”, “Letras de Cotopaxi” y “Voces”.
Ha sido Representante por la Educación Secundaria a la Unión Nacional de Educadores de Cotopaxi, Presidente de la Casa de la Cultura, núcleo de Cotopaxi, Director del Departamento de Educación y Cultura Municipal de Latacunga, Presidente Honorario de la Cámara del Libro Ecuatoriano, y Miembro de la Unión Nacional de Periodistas, núcleo de Cotopaxi.
Sus artículos periodísticos se han publicado en El Comercio de Quito, El Universo y El Telégrafo de Guayaquil, El Mercurio de Cuenca y Letras de Cotopaxi de Latacunga. Además, en El Tiempo, El Espectador, La República y El Siglo de Bogotá; La Patria de Manizales, y Vanguardia Liberal de Bucaramanga; éstos, en la República de Colombia.
Su obra literaria es muy extensa y entre otras, ha publicado, en el campo de la poesía: “Páginas”, “Las Raíces de Viento” y “Canto Final”; en el relato: “Llacta Runa” e “Higar”; en el campo histórico: “Bajo el Pabellón de Colombia”, y junto a su hermano Franklin, el importantísimo “Diccionario de la Literatura Ecuatoriana”.
PÚSTULA
Este es el alarido de mi Patria
que os va a templar los nervios.
No lloréis de vergüenza. ¡Aún quedan fusiles!
Ayer,
un niño se murió comiendo ratas
mientras en Palacio
se empachaban de buitres los políticos.
Hoy,
un hombre ha violado a sus dos hijas,
otro ha empacado el cadáver de su amante
como si fuese arroz.
Esta es la Patria, en síntesis,
de todos y de nadie.
A veces, se hace urgente sacrificar un perro
para dar de comer;
Y el agua se ha ahuyentado de los ojos,
nadie quiere llorar.
Todo está seco y duro.
En detergente están cociendo el pan.
Esta es la Patria, en síntesis,
de todos y de nadie.
Otro hombre,
con el rostro en pellejo e irritado
se tuerce en su miseria.
Le han hecho un basurero su esperanza,
no puede sonreír.
Mientras tanto,
con cinismo foetean la conciencia
y un miedo endemoniado se levanta
traficando el dolor.
Al heladero se le ha enfriado el alma,
al Sindicato le han trasquilado el Código
y la tierra sangrante como lirio
ha perdido el verdor.
Esta es la Patria, es cierto,
de todos y de nadie.
Todo crece en desorden:
el hampa es infamia colectiva
que siembra de cadáveres las calles;
la nostalgia es un pueblo que camina
enterrando la risa y floreciendo en llanto.
Esta es la Patria, hermanos,
¡Salvémosla, por Dios!
BOLETÍN AL CIELO
Señor,
te hablo frente a frente, como hacemos los hombres,
porque tú has olvidado
la espera inútil de tanto hermano pobre.
Traigo la voz, Señor,
del padre de familia útil para sus hijos
e inútil para ti, porque ya no le quieres.
Traigo la voz, Señor,
del maestro que vive ametrallado por las ingratitudes
y de pobres mujeres que viven del pecado.
Tus palabras, Señor, tu música, tu historia,
son recuerdos terriblemente ausentes.
Tienes que perdonarme
pero todo esto pasa porque tú estás de espaldas.
Señor
Con el latir de una ciudad en llamas
concentrada de llanto,
-porque no hay fusil para matar tu miedo-;
con este paraíso de infancia retorcido en andrajos;
con los ojos desprovistos de amor que todavía auscultan;
con este INRI de hastío y de miseria,
te hablo frente a frente, Señor, para que escuches,
estas quejas humanas y silentes.
Ya sé que tu presencia, totalmente perdida,
sirve como amenaza constante a los mortales
y no encuentro resquicio de esa voz temblorosa
que me hizo escuchar tus divinos milagros.
Aquí en mi Patria, Señor.
en esta Patria plagada de caínes,
donde condecoraste mi amor con las dolencias,
tú me has puesto en el alma un extraño cariño
para los niños pobres.
Hay soledad, hay muerte, hay despojos, hay tumbas.
Señor
Quiero llorar de rabia; quiero alcanzar mi sombra,
huir de tu amenaza, ensangrentar mi aurora,
para que el cielo oscuro vuelque toda su furia
y transforme otro mundo, quizá no con poetas
sino con las delicias de inertes sombras blancas.
TRAJÍN
Con furia se abalanza el día a las ciudades
a ensuciarlas de sol y de hojarasca.
Mientras tanto
Se ha desflecado el hambre;
se han desflorado niñas curiosas por ser madres;
se ha matado, se ha carcomido el llanto;
han peleado en la ONU, en el Congo,
en Viet Nam;
se han concebido cohetes que hieran a la luna
para que nadie cante su pétalo redondo.
¡Todo se ha vuelto caos!
Tengo una angustia que invade mi cerebro,
sin embargo ... duermo tranquilamente.
A veces me despierta el recuerdo
de mis cosas frustradas
y me invade un cansancio que no puedo aguantarlo.
Mi barba en el espejo ha crecido muy pronto;
mi madre se ha agravado;
mis hermanos con hambre quieren alimentarse
y revivir el sueño, con bostezos de pan, cada mañana.
Nací como un mal diestro en esta feria inmunda
recibiendo embestidas hasta del ser que amo.
Cuando noté, y esto no lo perdono,
que me sentía un hombre
con sed de hacerme trizas,
me habían registrado, como carro de fábrica,
en la tremenda lista donde anotan la marca
de la vida y sus cosas.
Todo era tan extraño;
hasta el recurso inmenso que tenemos los hombres
cuando escribimos algo
lo noté diferente.
Sin embargo, hay veces que me asalta
el deseo de morir en las calles
patrocinando huelgas.
Apenas un suspiro sarcástico me invade.
Yo sigo las doctrinas de no sé quién o quiénes,
y no puedo pensar ... Me dicen enemigo.
Quieren ensimismarme con ideas ajenas
y que posea otra alma.
En lugar de juntarnos
ponen diez precipicios de cerebro a cerebro.
Mejor cuento mis cuitas
y me llevo el trajín como zorro en mi vida.
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