PAOLA CASTAÑO
Poeta nacida en Bogotá, Colombia el treinta de abril del año 1974. Licenciada en lenguas modernas por la Universidad Escuela de Administración de Negocios. Ha participado en varios encuentros poéticos nacionales como el del Roldanillo (Valle del Cauca) y el de Tabio (Cundinamarca). Asiste a los talleres Domingo Atrasado, dirigidos por Jaime Londoño. Le han publicado poemas en la revista "Voces de la Coruña" en España, en la revista virtual Argentina "Mis escritos" y en la antología de la Academia Iberoamericana de Artes y Letras. Ha publicado el libro de poemas Tejido de aire.
PUERTA HACIA EL SILENCIO
En el fondo del mar,
la niña se encuentra
con el brillo de la tierra,
con el sol en sus ojos.
Se vuelve castillo de nube,
tren de agua en la distancia.
En el fondo del mar
revive el universo,
la niña se vuelve rosa,
música y cuerpo.
Encuentra versos de oro,
besa la magia que la busca,
Al tocarla, es marea y fuerza.
Puerta hacia el silencio.
RUINAS
Telarañas cuelgan de la razón
Luis Cernuda
Todos quedamos en cenizas
después de la tempestad.
Todo queda vacío,
en un tierno silencio borrado.
La tremenda sequía
agrava el corazón.
Y al llegar la adversidad
cuando se destiñe el día,
dejamos de ser humanos.
LE DEJO MI CORAZÓN AL AGUA
Le dejo mi corazón al agua,
en éste tiempo sin horas
cuando vuelo en páginas libres
cómo sombra sin puñal.
Dejo el hoyo más profundo
de hojas y cinco estaciones,
dejo notas de silencio
y una espera desértica y horizontal.
Dejo en el agua mi asombro
y muchas islas disfrazadas
dejo al caminar.
Y dejo la niña fundida en el aire,
cómo polvo etéreo que se va.
Carta oscura
Golpea el piso
con manos de hielo.
El corredor
deja la puerta
de entrada vacía.
Las horas
ya no tienen dedos,
patinan por los caminos.
Viaja por un cielo insólito,
deja el frío
en el bombillo
y una carta oscura
sin huellas,
sin miradas.
Canto en blanco y negro
Los días están
en el morral.
Las nubes
encienden el alma
y se queman.
Todo es claro
en el farol.
Las hojas tienen
el cuerpo sucio,
se nota que el pantano
corta sus pies.
El morral pesa,
los colores vivos
se marchan.
Se alcanza a ver
la cúspide.
El ojo que
alarga las formas
para morir.
::
La vida
se tiñe de negro,
los ojos buscan
otro tunel.
La luz despierta
la cara del torbellino.
La vida se mece
en labios
de sueños.
Se duerme
con la cobija
de humo
para no derpertar.
Se pierde
en el desmayo del árbol.
En las hojas
que besan
la sombra de las palabras.
Se vuelve lluvia
para no dejar morados
en el sol.
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