PABLO JAVIER PÉREZ LÓPEZ
Pablo Javier Pérez López (Valladolid, España, 1983)
Doctor en Filosofía por la Universidad de Valladolid (España).
Publicó como antologista y traductor el libro “Los Mató la vida. Antología de escritores suicidas portugueses”, Tragaluz, Medellín, 2013. (Edición portuguesa : Suicidas. Antologia de escritores suicidas portugueses. Ática, Lisboa, 2014).
Autor del libro Poesía, Ontología y Tragedia en Fernando Pessoa (Manuscritos, Madrid, 2012), coeditó los libros Viajes, literatura y pensamiento (Uva, 2009), El pensar poético de Fernando Pessoa (Manuscritos, Madrid, 2010), Filosofía y Literatura. Diálogo recobrado. (Manuscritos, Madrid, 2013) y la obra Ibéria. Introdução a um Imperialismo Futuro, de Fernando Pessoa (Ática, Lisboa, 2012). OSCURO SUAVE (Madrid, Manuscritos, 2013)-EL MISTERIO DEL OFICIO (Madrid, Amargord, 2014), “La orilla detenida”, Editorial Manuscritos, Madrid 2015 y “Otoño en los Urales”, Olifante. Ediciones de Poesía, Papeles de Trasmoz, Zaragoza 2016.
Las temáticas esenciales de sus publicaciones son la dialéctica Filosofía-Literatura, la Infancia, el pensar poético, la voluntad de ilusión, la filosofía de la cultura portuguesa y la dimensión filosófico-estética de la obra de Fernando Pessoa. Ha sido coordinador de diversos encuentros y coloquios internacionales. Es colaborador del suplemento cultural ‘La sombra del ciprés’ de El Norte de Castilla. Ha publicado varios libros de poemas y traducido diversos escritores y poetas de lengua portuguesa.
El misterio del oficio
Amargord Ediciones (2013)
El secreto de este oficio tan antiguo
que se paga con heridas y cuadernos1
Por Samuel Jara Miñano
Cuando recibí el libro de Pablo Javier Pérez López no sabía lo que se escondía tras esa portada minimalista que usa Amargord Ediciones en su colección Fragmentaria. El poemario no tiene desperdicio alguno. Desde el Frontispicio de Antonio Gamoneda hasta las palabras olvidadas de las últimas páginas, Pablo Javier es un autor que debe ser leído. Su poesía tiene un estilo único, que se nos hace difícil encarrilar dentro de alguna de las corrientes habituales. En su primer poemario Oscuro suave ya se muestra como un poeta con una impronta propia. Para Pablo Javier el escenario no es tan importante como la imagen. La acción, cuando la hay, sucede sin sobresaltos, como el vuelo de los pájaros.
Este segundo poemario sobrevuela un tema que anteriormente sólo había esbozado: el oficio.
[…]
Hay un hilo misterioso en la palabra
que se entreteje en la sombra
en la extraña resurrección del ausente
en el nombre sin nombre que aún no viene
que cae sobre este lento oficio
de estar sobre la tierra.2
Así comienza El misterio del oficio. Pablo Javier Pérez López nos muestra un oficio, si no el más antiguo de todos, el segundo oficio más antiguo de todos.
Se trata del oficio del que vive y del que es poeta. Un poemario metapoético en el que la vida y la poesía están unidas. Pablo Javier consigue acercarnos al oficio con un lenguaje claro que atrae y hace que uno siga pasando páginas. Cada poema es como un pequeño hilo de luz que muestra una parte del oficio.
La primera pregunta es obligada:
La enfermera me preguntó por qué escribo
la pregunta habitual de los mamíferos
[…]
Escribo porque nací para nacer
porque escuchar no me basta y no me calma
y porque no sé hacer otra cosa.
Hay oficios extraños, lo confieso
Usted cuida enfermos
a mí me cuidan las palabras3
¿Por qué escribir? La fuerza de la poesía reside en el poder de la palabra. Las palabras enfermeras son un elemento muy presente en este oficio. Algunos cambian de oficio afirmando que las palabras estan acabando con el mundo y con el amor y prefieren ser hacedores de silencios. Las palabras se las lleva el tiempo, o bien son palabras olvidadas, perdidas que terminan por formar familias.
Allí van contra su voluntad, con miedo
las palabras por un sendero sinuoso
Van serias y de manos atadas
cantan como esclavos o jilgueros
saben el camino de regreso
pero hay algo de pena en sus miradas.
Morirán de miedo
antes del primer mordisco
Las palabras se las lleva el tiempo4
El futuro es lo que sudamos cuando somos jóvenes o la isla que se le aparece en el horizonte al marinero. En estos hilos de luz que son los poemas de Pablo Javier el futuro está presente siempre con una inmediatez que abruma:
El futuro es lo último que se tiene.
Primero se tiene la infancia
después la muerte
al final la vida
El futuro es lo último que se teme.5
Estas son unas páginas cargadas de reflexión. Aparecen pensamientos e impresiones que hacen que el lector también se haga preguntas, se interrogue partiendo de la propia lectura:
Dicen que no escribo nada alegre
que hay oscuridad en mis palabras
pero la luz nace de lo oscuro
y la alegría es otra forma de tristeza
y así es el oficio del que escribe […] 6
Pero no sólo hay reflexión. También hay duda:
¿Cuánto duran los años de los poetas?
¿Quién cose sus heridas con deseos y eternidades?
¿quién paga la cuenta de sus lamentos?
¿Cuántas veces nacen cada año? […] 7
Lo que más sorprende al leer a Pablo Javier es su capacidad para conseguir aligerar la carga de los temas más densos y trabajar con un lenguaje sencillo, que permite seguir la lectura con la fluidez del cauce del río. El ritmo se mantiene a lo largo de toda la composición. El lenguaje es sencillo, pero las imágenes son profundas. Ya ha quedado dicho más arriba: Pablo Javier Pérez López es una autor que debe ser leído.
En esta actualidad que nos ha tocado vivir, donde predomina lo estándar y lo homologado se agradece encontrar autores como Pablo Javier, que se alejan de las etiquetas y consiguen crear su propio camino. El misterio del oficio es otro paso más en el camino.
Quedamos pendientes del curso que seguirá este sendero.
1- El misterio del oficio, Pablo Javier Pérez López. Amargord ediciones, 2013, página 37.
2- Op.cit. pp. 13.
3- Pp. 14.
4- Pp. 41.
5- Pp. 65.
6- Pp. 35.
7- Pp. 43.
http://www.lagallaciencia.com/2014/07/pablo-javier-perez-lopez-el-misterio.html
“La orilla detenida”, Editorial Manuscritos, Madrid 2015
Viene de lejos la esperanza
Es una bala perdida
en busca de un alma perdida.
Hay quien huye de ella.
Hay quien la busca.
Hay quien la encuentra
absurdamente
como una miga de pan
o un diente de leche
en la orilla de un río
que no existe.
.
Creo en la orilla detenida
en los pájaros del amanecer
en las ramas secas del olvido.
Creo en el barro mojado de la linde
donde la corriente sabe del mundo
y lo gana con melodía y paciencia.
Creo en el espejo traspasado del mar futuro
y en el clamor de las barcas rotas
creo en las bocinas de los barcos
y en mis manos grandes en tu rostro:
Otra mañana flota espesa ya
junto a la quieta orilla que habitamos.
La orilla detenida
Pablo Javier Pérez López
Editorial Manuscritos,
La Galla Ciencia,
Madrid 2015.
Por Ángel Guinda
Wallace Stevens escribe en Adagia: “Autores son actores, libros son teatros”, palabras apropiadas para centrar la lectura de La orilla detenida.
El clima hace paisaje, el paisaje hace alma, el alma hace lenguaje. Coherentemente con esta concatenación, la existencialidad de la lengua en Pablo Javier Pérez López tiene como tuétano la gravedad meditativa, la inmediatez temática y la austeridad formal hacia una clara sencillez de expresión que incluye densos versos aforísticos: “Aquí no es un lugar / es un rostro ante la lluvia”, “Orilla que en la luz teje lo invisible”.
Poética de la observación, de la contemplación, tensión e intencionalidad.
Poesía ecfrástica: desarrolla la representación verbal (“Una orilla escribe a un hombre. Fin.”) de una manifestación mental-visual ya acuñada en el título mismo de la obra.
© Diego Giménez
Pablo Javier elige el escenario del poema para interpretar un lazo germinal entre dos ciudades (Valladolid, Lisboa) del que nace su voluntad de ser, de ser poeta, trascendencia contra lo estéril de la actual banalidad invasora.
Con horizonte interior, su conciencia se mueve -mejor dicho, se conmueve- entre dos ríos: el Duero y el Tajo, entre dos estados del espíritu: pensamiento y sentimiento.
Destaca la quimera de parar el tiempo mediante un paradójico fluir de orilla a veces seca, a veces húmeda, y el deseo de inmovilizar la corriente. Fundación del yo lírico contra la confusión del mundo épico.
Poeta barco de agua, pájaro de aire.
Poemas ascetas. Poemas contemplativos del tiempo transparente; algunos excelentemente cercanos al cuadro de género a lo Samain, como este “Poema sobre un mantel”:
Vamos a inventar un universo:
Necesito para cada día
una mirada, un ojo abierto
tus brazos, tus desiertos
Pero sobre todo tu vientre
abrazo eterno al infinito:
Pan y poesía.
“Otoño en los Urales”, Olifante. Ediciones de Poesía, Papeles de Trasmoz, Zaragoza 2016
TANTAS bocas cerradas junto al cementerio
¿quién no le abre la boca al destino?
¿quién no planta un árbol en el ojo de la muerte?
¿quién tiene agua para los tranquilos?
Hay que hacer un río en el reloj de los desesperados.
VIII
Aprendí a amar los paisajes blancos
junto a la ventana
en un lejano cumpleaños
Una certeza viene en la carretera
Hay que sepultar en el blanco
las palabras, teñir sus tejados
Sepultarlos en luz y nubes
Nieve para el mundo nuevo
En la blancura se encuentran
los ciegos y los ojos de los niños.
¿quién no le abre la boca al destino?
¿quién no planta un árbol en el ojo de la muerte?
¿quién tiene agua para los tranquilos?
Hay que hacer un río en el reloj de los desesperados.
VIII
Aprendí a amar los paisajes blancos
junto a la ventana
en un lejano cumpleaños
Una certeza viene en la carretera
Hay que sepultar en el blanco
las palabras, teñir sus tejados
Sepultarlos en luz y nubes
Nieve para el mundo nuevo
En la blancura se encuentran
los ciegos y los ojos de los niños.
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