lunes, 18 de enero de 2016

TONY RAFUL TEJADA [17.939]


Tony Raful Tejada

Nació el 28 de abril de 1951, en Santo Domingo. Es hijo del comerciante libanés Pedro Raful y de Carmen Tejada de Raful. Contrajo matrimonio con la doctora Grey del Carmen Soriano de Raful, con la que procreó seis hijos: Ernesto, Amín, Faride, Farah, Raúl y  Tony Abel Raful.

Es licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), institución donde impartió cátedras durante varios años en la Facultad de Ciencias Jurídicas. Además, tiene un doctorado en derecho de la misma universidad. Inició su carrera literaria bajo la orientación del Movimiento Cultural Universitario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y del grupo denominado Poetas de post-guerra, surgido a raíz de la Revolución de abril de 1965. Ha dictado conferencias sobre arte, literatura y política en el país y en el extranjero.

Desde muy joven ingresó al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), organización política donde tuvo a cargo la conducción  del  programa radial Tribuna Democrática y, posteriormente, la presidencia de dicho partido. Ha sido Diputado al Congreso Nacional, por Santo Domingo, en tres ocasiones (1982-1986,  1990-1994, 1994-1996).

Como administrador público fue Subdirector de la Radioemisora Estatal, Radio Televisión Dominicana (1978-1980), Director de la Biblioteca Nacional (1980-1982), Presidente de la Junta de Cultura del Ayuntamiento del Distrito Nacional (1998 -2000) y Secretario de Estado de Cultura (2000-2004).

Junto a Pedro Peix y  Andrés L. Mateo, condujo el programa televisivo Peña de tres, sobre temas literarios. Ha sido columnista de los periódicos La Noticia y Listín Diario. Se ha destacado por la transcendencia de su labor poética entre escritores de postguerra, distinguiéndose como uno de los poetas representativos, por su variedad temática, la amplitud de su obra conjunta, en la que sobresalen ensayos sobre algunas de nuestras gestas patrióticas y figuras históricas más importantes del siglo XX.

Se le considera como uno de los más encumbrados exponentes de la literatura dominicana actual, cubriendo sus obras los géneros de poesía, ensayo e historia. No obstante, se ha destacado más en el género de la poesía. Precisamente, fue como poeta que comenzó a obtener renombre en las lides literarias del país.

El 26 de enero de 2014, recibió el Premio Nacional de Literatura 2014, principal galardón literario de la República Dominicana,  otorgado por el Ministerio de Cultura y la Fundación Corripio.

Entre sus obras figuran las siguientes:

La poesía y el tiempo (1972)
Gestión de Alborada (1973)
Nacen alas delante de la ciudad y otros poemas (1982)
Visiones del Escriba (1983)
Movimiento 14 de Junio, historia y documentos (1983)
Ritual onírico de la ciudad y otras memorias (1984)
Pájaros y horizontes sitiados (1985)
La revolución de abril (1985)
El síndrome de Penélope en la poesía dominicana (en colaboración con Pedro Peix) (1986)
La dorada mosca del fuego (1988)
Las bodas de Rosaura con la primavera (1991)
100 años de poesía dominicana (1993)
Poesía Antología personal (1995)
La ciudad y el amor (en colaboración con Marcio Veloz Maggiolo, Lupo Hernández Rueda y Tomás Castro Burdiez (1997)
Emboscada al relámpago (2000)
Utopía de la cultura, cultura de la utopía (2004)
José Francisco Peña Gómez, aportes a la democracia al desarrollo social y económico de la República Dominicana (2006)
La ciudad y sus cantos (2009)
Danza del amor y los mandalas (2010)
Empuñadura de la poesía y la historia (Discurso de ingreso a la Academia Dominicana de la Lengua) 2011.
Cantatas y partituras para amantes y duendes (poemas) (2012)
La barca y el gavilán (2012)
De Trujillo a Fernández Domínguez y Caamaño (2013)
La pasión por la libertad (Ensayo histórico)
El asesinato del Presidente de Guatemala ordenado por Trujillo (Ensayo histórico)


Ante una mujer desnuda

Sorprendí la luz en la colmena del alba,
alta cima que arde como esplendente llama,
acecho dulce del cuerpo que fosforece,
feroz cimitarra donde entigrecemos,
velluda armadura donde la eternidad nos destierra,
empeño de abismo donde se amurallan los sentidos,
claustro del semblante y del milenio dulce,
convulsiona la alondra bajo el fuego del gemido
y es hondura más sonora que el instante
donde la aurora del alma aflora.
Embiste el imán su secuencia ciega,
y la rosa reanuda su mudanza a la deriva,
una estrella de mar se hospeda en el vino
y cabecea en la desnudez su fugaz hermosura,
nos embosca el fósforo ceniciento,
la grávida ensenada del vigía alucinado,
es omniluciente el volumen de los pechos y la loca pisada
donde el amor es un túnel fresco,
un oficio indecible de escándalo y degüello.
Todas mis locuras caben en tu recinto
y es tu cuerpo desnudo la plenitud perdida
del milagro la ocasión festiva,
del volcán furioso y erguido que sólo por ti
se alza y se derriba
y vuélvase acero y quejido
para el desquite de su orgullo herido.






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