jueves, 5 de marzo de 2015

ANNELI M. WAHLBERG [15.145] Poeta de Suecia


Anneli M. Wahlberg

(1965)

Nació en Falkenberg, Suecia. Egresada de la escuela de escritores de la ciudad de Lund. Sus influencias son: Katarina Frostensson, Joyce Carol Oates, y Jack Kerouac, entre otros, además de la guitarra española.



Adquirido 

Fuera gotea la nieve. 
Forma un colchón que atenúa 
el frío aquí dentro. 
La manta no lleva ninguna huella y respira 
fuera como una posibilidad. 
Los copos son tan pequeños que el aire no es visible. 
Caen y caen, 
en la confianza que la tierra los recoge. 

¿Cómo encontrarán su lugar? 

El suelo sigue sus viejos patrones pero también se encuentra en una nueva forma. 
Como los pequeños, pequeños cristales decidieron en común acuerdo. 
Nada espinoso se forma. 
No hay agujeros 
allí nadie quiere llegar. 
Sólo una suave cama para ponerse
como vestido de hueso o colcha. 

Detrás de la ventana cuadrada 
con las persianas bajas, en ángulo hacia el mundo, 
estoy yo. 
La existencia gris afilada de ocho a cinco, 
perfora mi membrana. 
Perforar en el interior para que sea más fácil 
de arrancar. 
Sin tanta resistencia. 
Lo suficiente para que se sienta seguro. 
Así la mano sabe que ha llevado a cabo una seña. 




Resistencia 

Por lo que sé, nunca has estado enfermo. 
Por lo que sé, nunca te  has lesionado en serio. 
Por lo que sé, vas a vivir mil años más. 
Por lo que sé, podrías cambiar el mundo. 

No lo quieres. La vida. Sácate eso de encima.
Relacionarte. Tal vez te es difícil. 
Como una forma de dislexia. 
¿Y qué es lo que hace que la misma incapacidad fuese mi prisión? 
¿Qué es lo que hizo que tenga que afectarme a mí
o tal vez a partir de  mí? 

Tú pones una almohada sobre tu deseo. 
Das patadas salvajes en primer lugar, 
para obtener aire 
y tú obtienes un gran golpe en el diafragma 
donde te afecta. 
Te presionas fuerte, 
mueves las manos 
de la mitad de la almohada a sus lados 
para evitar que salga el aire . 

Tú última ahogo 
presionas tus brazos hacia atrás contra las alas. 
Casi se quiebran. Casi. 

Así, se convierte inmóvil. Como una preocupación, 
se instala y se congela en su forma. 
Retiras silencioso y con cuidado la almohada, 
la incapacidad de comprender. 
La lucha ha terminado. 
Tú ganaste,¿verdad? Yo no siento más, 
tu deseo.






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