Loreina Santos Silva
Nació en Hato Rey, Puerto Rico en 1933. Es poeta, narradora y ensayista. Ha publicado dieciséis libros. Entre ellos: Amor, amor, una veleta (1990); ABC para los niños puertorriqueños (1990); Como puñales (1993); Poemas para la madre ausente (1995); Este ojo que me mira (memorias) (1996) y El Reclamo de las Rocas (1997). Ha dirigido los cuatro congresos de “Creación Femenina en el Mundo Hispánico”, así como otros eventos de tipo literario.
La Dra. Loreina Santos Silva, nacida en Ciales, es una de las intelectuales más polifacéticas en las letras insulares: poeta, cuentista, ensayista, crítica literaria y novelista.
Además de ser promotora de nuestra cultura y tenaz defensora de los derechos de la mujer y las personas marginadas por la sociedad.
Escribir es para Loreina la razón fundamental de su vida. En sus obras desborda su alma y la transforma en pura energía creadora. Su poesía, observa la Dra. Josefina Rivera de Álvarez “se caracteriza por una angustiada inquietud frente a los misterios del ser, el hombre y su destino, la soledad, el dolor, la muerte, Dios y principalmente, el amor visto con insistencia en el plano de la relación erótica, entre hombre y mujer, como medio de llegar –el mejor al conocimiento cabal del existir y del mundo.”
Su obra literaria abarca gran variedad temática dentro de las letras hispánicas, autores como Góngora, Valle Inclán y Emilio Prados; hispanoamericanos como César Vallejo; puertorriqueños de la talla de Palés, Llórens Torres y Luis Rafael Sánchez, entre otros han sido analizados por su inquisitiva pluma.
Resulta muy difícil recoger en estas líneas la labor creadora de esta insigne escritora, quien ha sido la gestora de importantes proyectos culturales, cívicos y sociales. Sus ya famosos Congresos de Creación Femenina, marcaron un hito en nuestro quehacer literario, logrando reunir por primera vez en Puerto Rico importantes figuras del mundo literario. Su pensamiento vanguardista trasciende las frontera de nuestra insularidad para convertirse en ciudadana universal.
Libros
Santos Silva, Loreina. ABC : rimas para los niños puertorriqueños. Ilustraciones, Ivelisse Figueroa. Hato Rey: Yuquiyú, 1990.
. Amor, amor una veleta. 1a ed. Santo Domingo: Alfa y Omega. 1990.
. Brevialias. [S.l.: s.n.], 2001.
. Como puñales. Mayagüez: L. Santos Silva,1993. et al. (eds e intro.) Conflictos culturales en la literatura contemporánea: 17 ensayos y una discusión. Mayagüez: O.G.S., Universidad de Puerto Rico, c1993.
. Cuentos para perturbar el alma. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 2000.
. Del onto. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1978.
. Emilio Prados aproximación al surrealismo. Tesis doctoral. Brown University, 1977.
. Esquema biográfico de Carmela Eulate Sanjurjo (Dórida Mesenia), primera mujer humanista de Puerto Rico y bibliografía de Carmela Eulate Sanjurjo. Mayagüez: Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez, Biblioteca General, 1986.
. Este ojo que me mira. 1a ed. San Juan: U.de Puerto Rico, 1996.
. Hijos apócrifos. [S.l.: s.n.], 2001.
. Incertidumbre primera; poemas. San Juan: Juan Ponce de León, 1973.
. Mi ría: poemas. [S.l.: s.n.], (Lugo: Reprografía Alvarellos), 1981.
. Motor mutable. Río Piedras: Cultural, 1984.
. Poemas para la madre ausente. Mayagüez: Impresos RUM, 1995.
. Rikelme. Río Piedras: Edil, 1974.
. Vocero del mar. Mayagüez: Imprenta Vélez, 1982.
y José Berríos. Women in higher education in Puerto Rico. Mayagüez: Office of Scientific Research, UPR, Mayagüez Campus, 1982.
“Para que no me olviden he laborado templos,
monumentos, cantos a la Energía
portadora del mito, que engendra la materia
y salva la poesía……………”
Epílogo. Motor mutable, 1984
Soneto de la ausencia
Yo me quedo varada en el umbral distante.
Tú te vas y no vuelves, tal vez, por la vereda
que te lleva a otra suerte y en planetas ignotos,
a la la luz de otros soles, vives nuevos teoremas...
Ay, puerta de la muerte, sólo queda la sombra
de la madre ya ausente. Su rostro congelado
ya no tiene pupilas para ver los afanes
de una niña sin nanas, sin cuentos, ni caricias.
Ni el bastón del ancestro, con el don de la alquimia,
te devuelve a la vida. Ya no escucho la voz
que canta, “ay, turulete, si la niña no duerme...”
Ni los cuentos “Juan Bobos” niños o adolescentes.
Ya no sé del amor que se fue para siempre
haciéndome crecer, con el dolor, más fuerte.
del libro Poemas para la madre ausente
El reclamo de las rocas
Soy un cuerpo listo para la cremación.
Alguien,
indiferente,
aprieta el conector.
Mi círculo se cierra.
Escapo de la Tierra.
Esta roca dura, carbón, metal, mineral, oxígeno
o lo que la Diosa Madre quiera...
Ahora:
ceniza, humo, sombra, sueño de otra quimera.
Mi boca no emite sonido;
se callan los poemas.
Los papeles inconclusos van al vertedero.
el disco del cómputo se queda.
El sabor de los manjares no deleita la golosa lengua.
El ojo no llora la ausencia de cariño.
El vestido, la sandalia, la joya
son artículos de herencia.
Mis hijas se barajan las reliquian:
muebles, libros, cuadros, tallas de la virgen negra...
Soy fantasma para el miedo,
graznido del ave,
aullido de los perros...
El amor siempre atolladero,
desesperadamente
acecha otra masa entre las esferas...
Soy energía en la danza del espacio.
aguardo mi turno de entrada
al umbral de Astralba, mi íntimo planeta.
Entonces….
cuando mi retina esté fija
en los espejos de la nada,
cuando mi voz sea silencio,
mi cuerpo sea partículas
y mi fibra de lumbre ronde las galaxias…
Entonces…
tú recordarás que un día
me cerraste las puertas
de entrada tu casa;
tú recordarás las manos
golpeando mi espalda
como tambor violento
en la noche, cerrada
con la lluvia y el viento;
tú recordarás la lengua,
como ascua de fuego,
que me llama plagiaria
extinguiendo mi aliento
a orillas de una playa…
Entonces…
cuando no sea presencia,
serás la mujer gris
como lluvia insistente
en tardes de nostalgia…
Entonces…
serás la mujer absorta
con el ojo perdido
Poema recogido en Ánfora Nova. Revista Literaria, n.43-44 “Mujer y poesía”, Editorial Ánfora Nova/Fundación Ramón Areces/Consejería de Cultura. Junta de Andalucía, Rute (Córdoba), 2000, p. 37.
En mi plena adolescencia
me atrajeron las bravatas,
amenazas arrogantes
en las olas de altamar
y todo lleno de ensueño
me fui en mi yola al azar…
los peces me dan la vida
la habichuela de mis hijos
la alegría de los vientos
que se llevan mis pesares
al fondo de las madréporas
por un día inesperado
un tiburón al acecho
viro mi yola boca abajo
y me trepé encima de ella
para llegar a la orilla
sano, salvo y sin pesar…
.
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