Aldo Vicencio
(Ciudad de México, 1991). Poeta y pasante de la Licenciatura de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha publicado su trabajo en diferentes revistas literarias mexicanas, como La Piedra, Letras de Reserva, Errr-Magazine, Primera Página, Opción del ITAM, Monolito, LUMO, El Perro, La Cigarra, Aeroletras de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Círculo de Poesía, entre otras. Es autor del libro inédito Piel Quemada: Vicisitudes de lo Sensible. Fue seleccionado para formar parte de Nueva Alquimia: Primer antología de las transmutaciones de Matraz Ediciones y Sikore Ediciones, y recientemente ha sido elegido para ser incluido en la antología Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana compilada por el poeta peruano Leo Zelada, de la editorial española Lord Byron. Ha presentado sus poemas en diferentes festivales culturales, destacando La Semana de las Juventudes, realizado en el Zócalo de la Ciudad de México, en agosto de 2014. Progetto 7Lune presentó material de su autoría en el evento de solidaridad Tutti siamo Ayotzinapa, realizado en Venecia, Italia, en diciembre del 2014. También participó, junto a Sandra Itzel Flores Fabela, en la presentación del proyecto curatorial "Las letras negras de París: conociendo a los poetas malditos" en el coloquio Historiador en primera fila: crítico, curador y guía, realizado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en agosto del año 2013.
A filo seco (la humedad de esta boca)
El momento presente lo es todo;
el aire rebosa de un veneno de color.
¿Qué está comenzando? Nada. Todo concluye.
Yukio Mishima, El templo del alba
en la rivera de la noche
canto como pájaro santo
pronuncio el inicio de una tormenta
penumbra de claridad
caminos perplejos
en los pies de mis pensamientos
tomo el polvo
seduce
incita
me arranca contemplando
la esclavitud de mis nombres:
eremita caído
temporal castrado
hilo de carne
ni el sigilo de las manos aleteando
oculta el brillo de una víscera florida
a filo seco
se humedece mi boca
con la voz del agua
que languidece
hablo
sal de tierra
se enternece el prado
y nada parece sombra
Entre luces
I.
alba de entrebosques
sablera corta/luz
la estocada liviana de cada mañana
II.
presiento el cristal
pretendo-ser-cristal
una hondonada de copos
traslúcidos me señalan
a (contra) luz
a (contra) tinieblas
a (contra) vida
aleteando como espejos
calcinados sobre las bóvedas del invierno
encuentro partículas
de lámparas siniestradas
que interrumpen el compás de cada segundo
alud del lívido espejado
el vértigo se precipita
enmarañado de brillantes
en cada dedo
en cada mano
se rompe la luz
[c o n t r a] r e f l e j o s
de mi cuerpo
doble presencia
doble imagen
convergencia amputada
me miro y me miro
entre piernas y entre[voces]
circuncidando luz y sombra
bocarriba el cielo
es una gema de claroscuros
soy la hendidura radiante
de un llano pardeado de ruinas,
como la zarza que
resplandece en el filo
nocturno de la luna
la cruz de carne se rompe
entre cristal molido
nace la
v í s c e r a d e n t a d a
de brillo y astillas
uno duplicado en la llaga de luz
yo entre soles de espejos rotos
miro mis manos y llueven sobre ellas
cuentas de luciérnagas muertas
Nosocomio (Un hálito silente)
el aire
una hoja
el silencio
espiral de granito
que brisa
el delirio
se abisma
la podredumbre
de la tierra
como aullido clarividente
el alba tañe
voz y forma
voz con forma
voz deforme
el abismo
es cerúleo
los nombres no
pertenecen a los hombres
filtros enumerados
con signos
de húmedos suspiros
en las camas
hay sombras de precipicios
granito – delirio – silencio
tres estigmas
emblemados
con manos amputadas,
caravana de epitafios
y segundos marchitos
la sábana:
áspera caridad
que oculta la noche
entre dientes hay mártires mancos
se atisban remolinos,
espigas acolmilladas
purpureas
avinadas
escarlatas
entre pálidas arrugas
que agrietan la sensación de estar
estar en el aire
estar sobre la loza
estar a perpetuidad, ens i l e n c i o
TANGRAM
demonios fieras putas
se arrastra el cataplasma
de pulsiones en el metro
glúteos muslos piernas
se acomodan y arman
el rompecabezas del placer disimulado
e n t r e l o s v a g o n e s
c r e c e la v i r i l i d a d m a r g i n a d a
ángulos vaginales
trapecios fálicos
no disimulan, se abren y se doblan
equiláteros perplejos
rozan y deslizan
labios labios labios
escurren silentes secretos
asimetría de sexos
el deseo los torna simétricos y paralelos
quíntuple Eros
cuádruple Thánatos
el túnel mastica y lame
los sueños dormidos
húmeda enredadera de torsos y brazos
abrazan retuercen sacuden
amor no
muerte
muerte que gime
dos paralelos se corren:
placer y riesgo
deconstruyendo frágiles pudores
desarmando hombres de duro tacto
bajo trapecios y cuadrados
todos son ángulos agudos
Little Saturn
yo,
cráter de planetas
que se apilan
bajo las estrellas,
descubro lo solo
y viejo que estoy
puñalada
del azar cósmico
y no más,
con agua
congelada
de soles
moribundos
brillo:
luz
de despojos
y muerte,
parpadeo
del infinito
que se retuerce,
y gruñe entre
las entrañas
de la oscuridad
disparos estelares
del hielo metálico
me atraviesan,
dibujan rostros
de esfinges lunares
que me acompañan
en el cenit de la oscuridad
y les pregunto,
y me pregunto:
¿cuánto más
perdurará
esta órbita
fúnebre de
sentimientos
aislados y petrificados?
Incandescencia
(fragmentos)
precipicio de escombro y yerba
trémulo, quieto
se abalanza el viento
yo
yo no sé dónde estaba
acá cerca
allá lejos
oblicuidad inquieta
era un niño
se repliega el tiempo
tu nombre se muere
gatos pardos
sobre las hojas
mi inocencia me estrangula
escombros de gato sobre el viento
tu nombre se me pierde
la yerba se olvida
parado y sentado
sonrisa con llanto
solo era un niño
*
Camino, y en mi carne yace el recuerdo
Tu silueta es la amnesia de los sentidos:
no te veo, te siento, y te siento dentro, no fuera
Desde el sueño hasta la lucidez,
ruges nombrando imágenes,
luchas vistiéndolas con palabras
Siniestro es tu deseo, lengua que saliva llamas oscuras
Te nombro por fin, te arropo de verbo
Nuevamente estas. Nuevamente te recuerdo
Flor de lucha: ábrete. La carne no está
*
Mi hogar es la saturación
que revienta imágenes
La tranquilidad es una compulsión,
tersa y ecuánime
Abrigo de mis días,
me sostengo de ella como oruga
En el silencio meridiano la cordura se tensa
Las ventanas plañen
La luz supura calor ajeno
Lejana está la puerta:
el mundo se anula en la memoria y el olvido
Lloran el niño y el gato
E r e s t ú . La puerta se acerca
Tu rostro sin ojos suspende la palabras
Me hiendes, y temo
*
en espera de la palabra
me hallo, plegado como biombo
las caras de mi desnudez se doblan;
lames la penúltima región de mi cuerpo
mis ojos te sienten
mi piel te observa
pólvora del mundo,
burbujeo que descarapela,
te grito aterrado
porque desciendes
a través del interior de mi todo
mi boca eclosiona:
gemidos que dicen cielo con la oscuridad
gemidos que dicen sangre con la tierra
de punta a punta, tu deseo me toma
no me reflejo con la luz,
no me ensombrezco con la penumbra
tus siluetas: ríos que desbordan individuos
te digo encuéntrame
encuéntranos me dices
.
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