martes, 12 de abril de 2016

ALBERTO TORÉS GARCÍA [18.413]



Alberto Torés García

Nació en París, en 1959, y reside en Málaga. 

Profesor Agregado de Francés de Escuelas Oficiales de Idiomas. Director de la Revista Literaria CANENTE. Miembro de la Asociación de Críticos Nacionales. Corresponsal de la revista SIGILA. Ha sido miembro del Consejo Asesor de la Colección de Poesía “Puerta del Mar” de la Diputación Provincial de Málaga y de la revista EL MAQUINISTA dependiente del Centro Cultural Generación del 27.

Mención de honor a la innovación pedagógica en el Premio Joaquín Guichot de la Junta de Andalucía por el trabajo “BAJEL, Navegando por la Literatura Andaluza” junto a Francisco Morales Lomas, Rafael Ávila Cañizares y Antonio García Velasco. Colaborador en distintos suplementos literarios como, Europa Sur, Diario Sur, Diario Sol, Diario Málaga. Autor en otros del libro de ensayos Poesía Española 1975-2001 (Memoria viva de la emoción poética) Editorial Aljaima. Es autor de la edición crítica de Testamento de náufrago del poeta Domingo Faílde, publicado por el Instituto de Estudios Giennenses de la Diputación de Jaén, y, en esta misma colección,  Tránsito la edición de la poesía de Francisco Morales Lomas.  Asimismo la edición crítica de la poesía del profesor Pedro de la Peña La poética del fuego, Editorial Huerga&Fierro

Ha prologado entre otros para los cuadernos de literatura del Aula José Cadalso de San Roque, a Antonio Hernández, Francisco Brines, Rafael Pérez Estrada, Luis Mateo Díez. Ha colaborado con crítica literaria en revistas especializadas, Turia, Ínsula, Litoral, Revista de Filología, Bulletin of Hispanic Studies, Analecta Malacitana, Crisol,  Ficciones,etc.

Es Premio de Poesía Bahía de la Fundación José Luis Cano 1991 y Finalista del Premio de poesía Juan Ramón Jiménez 1991. Becado por el Ministerio de Cultura con una Ayuda a la Creación Literaria, 1995.  Finalista de los Premios de Poesía Gil de Biedma (2000), Centro del 27 (2001) y es Premio de la Crítica Andaluza 2000. Ha sido traducido al italiano, francés, búlgaro, rumano y árabe. Figura en diversas antologías de poesía.

En poesía ha publicado los siguientes títulos Tríptico del naufragio (La Habana, 1979, Málaga 1988), La ventana de Lázaro (Málaga, 1989), La entrega de los vientos (Madrid, 1990), El hombre del puente (Algeciras, Cádiz 1992), Tiempo de Charol (Málaga, 1992), Fábulas de la lejanía (San Roque, Cádiz, 1994), La parada de las fugas (Málaga, 1996), Figuras en blanco y negro (Málaga, 1997), El jardín en penumbra (Madrid, 1997), El Salón de la memoria (Málaga, 2000), Los acordes del diablo (Málaga, 2001). Pistas de lluvia (Málaga 2010), Décimas prolongadas (Málaga 2011)


CAMPANA DE GESTA

En su espalda, el hierro que perdura
es hoy de muerte fácil, de asombro
que nos asedia pálidamente ebrio,
que pretende, que cita al infinito.
en una campanada sin gestar.
Aquí en este puente de metal,
corre la sangre silbando con tácitas
maldiciones, con héroes gastados
por poemas, espejos y tableros
de ajedrez. Dolientes universos,
recuerdos, porque ser es esperar.
Esperar al sol mágico y disperso,
cuya carne deleita a la memoria,
esperar entre sombrascon un tiempo
bajo el brazo, ser, aquel cantar
de mercenario, campana de gesta.

(De "EL HOMBRE DEL PUENTE", 1991).




Cadencia blanca de la razón
a fuego y tiempo su partida,
a dolor de mieles que pactaron
un mínimo soplo de mi vida.

Cadencia y dolor a los días
que no pudimos poseer siendo
la infancia los jardines secretos
del sueño que ya nos asumía.

Cadencia cuando la muerte sabia
precisa y puntual se desnudaba
primero para después marcar
su puñal como brillante fábula.

Cadencia que yace perdidamente
triste.

(Del libro inédito Pistas de lluvia)




DESNUDEZ DEL DÍA EN EL UMBRAL 
DE LA NOCHE

Y de las casas de asombro su tiempo
que todo lo envuelve y nada toca,
su luz frágil frente a todas las horas
en las que los deseos toman asiento.

Tímidos y naufragios, la mirada
nos escribe con la distancia del humo,
y por ello tus pasos, siembro trémulo
como un castaño al sentir la lavanda.

Mar último cuando son los espejos
que responden al sentido. Mar último
si la certeza de la piel se vuelve
alma. Mientras, al horizonte espero
entre calles que dan nombre al latido.

Te desnudas al latido del pájaro
herido, y yo, frente a cualquier reflejo
para sentirte la cara me rasgo
sin temor. Tu sonrisa entre mis dedos,
la polvareda última del amor
extiende el rocío a su cruz de ciruela.

Entre tus labios la palabra acepto
para cambiar la historia. La libamos
ahora que las espinas son pisadas.
Entre voces, tus piernas anhelo
como primer secreto de los rayos
ácidos de mi esperanza. Exaltado
silbido de las vidas en barbecho.

Y la espera responde con dos nombres.
Jaana y Albert, Albert y Jaana,
que gritan sin querer convocar al pasado,
tan sólo velar la ventana por si el sueño,
su respuesta tal vez, se precipite y diera luz
a este jardín de la memoria, secreto:

Tu espalda arenosa que siempre veo.

(Del libro Tiempo de charol)




Poemas de infancia


EL HOMBRE TINTA

Un hombre con tinta
se desdice, toma
tiempo cuando quiere
cantar a lo breve
y se precipita
cuando no ve formas.

Un hombre con tinta
al cielo asoma,
después se nos hiere
en el texto, adrede
y feliz, emigra
y bien nos joroba.




LAS FRESAS

El pokemón se mete en mi cabeza;
frente a mi memoria planta rosales,
se come unas fresas. Luego, de mis males
Hace una muestra y los adereza

con limón, con aceite y con fresas
otra vez. ¡Mucho achucha este pelmache!
No contento, coqueto me dice: “Péiname
tío”, replico “no soy tu colega”.

“Ya. Pero te faltan varias estampas:
la dos, la S doce, la veinticuatro...”
Me ablando, pienso a la chitacallando.

Mas Pokemón, rápido me desbanca,
recoge su álbum y dice travieso:
“La vida o las fresas” y me deja patitieso.




LA HERMOSURA DEL CÍRCULO

Al salir del cole, vimos
un tren grandioso, brillante
y dispuesto para llevarnos
alrededor de los mundos.

Al salir del cole, vimos
el mar grandioso, brillante
y dispuesto para llevarnos
alrededor de los mundos.-

Al salir del cole vimos
humo grandioso, brillante
y dispuesto para llevarnos
alrededor de los mundos.

Al salir del cole, vimos
que el tren, el mar y el humo
pues eran la misma nube
blanca, grandiosa, brillante
y dispuesta para llevarnos
alrededor de los mundos.




POEMA PARA TRABALENGUA

El pájaro que trina, nos repite:
¿El recuerdo será juego. Quedamos
entonces?

El pájaro que repite, nos dice:
¿Recuerdo, quedamos entonces para
juego?

El pájaro que trina, que repite
“verte si...”y que confunde, callado
está con el cuello bien retorcido.


***

1. amo y ama se aman, el ama ama a su amo, el amo ama a su ama, si el amo ama y el ama ama, aman y aman el amo y el ama.
2. Si es así como se dice, y dice usted cómo es, como usted dice si es y así es como se dice.
3. Si el verte fuera la muerte y el no verte fuera la vida, prefiero la muerte y el verte, que no verte y tener vida.



COMPOSICIÓN PARA LA CELEBRACIÓN 
DEL DÍA DE LA PAZ

Y la paz estaba en tierra, desnuda,
tiritando de miedo, sola y triste
porque los panes ya no son de harina,
sí de pólvora y metal maldito.

Y la paz la señalo con el dedo,
sin saber qué dirección toma el viento,
cuando repitiendo una y otra vez:
“no la veo, no la siento”, decido
dar la mano a la esperanza; fundirme
con los pueblos en un abrazo cierto,
poner sentido y justa medida
en el hoy, mañana y pasado mañana.




YENI

Y con la música de piedra gris
los ojos verdes del recibimiento,
las manos frías, Yeni amorosa
te recuerdo en corto metraje. Lenguas
que no fueron, cuerpos como la miel.
Es bueno recordar, Yeni enamora.
Enamora y se entrega la ciudad
ahora con armonía no olvida
tiempos de cólera. Pero Yeni vive
de paciente gesto entre las sábanas
multicolores. "Glósame", me pide
con ternura. "Yeni, creo que te quiero",
replico sin pensar. "Loco y el poema".
"Al poema pues que le vayan dando".




EL HOMBRE PLANTA

Erase una vez un hombre que todo el mundo conocía como el salvador de las plantas. Incluso tenía un don extraordinario. Su forma externa era totalmente humana y sin embargo era capaz de hablar con las plantas, comprenderlas o transformarse en una de ellas. El amor hacia la naturaleza y la fascinación por la condición humana eran sus dos baluartes. Un día, estando de paseo por el bosque, apareció un grupo de cazadores. Aparentemente, estos hombres iban a pasar el fin de semana.
Pero, transcurrió el fin de semana y no se habían marchado. Todo parecía indicar que los propósitos eran muy otros. En efecto, montaron un auténtico campamento, fruto de esas ofertas dislocadas que algunas agencias de viajes preparan. Todo simulaba ser un juego aunque utilizaban armamento real. Practicaban distintas estrategias de combate.
Empezaron con balas de fogueo, dardos de tinta sin punta, granadas que al estallar soltaban miles de papelitos multicolor, escopetas que disparaban chucherías, pistolas con recargas de chicles, metralletas con pica-pica hasta que sucedió lo inevitable . Conforme avanzaban los grupos en la conquista del terreno y ponían en práctica las instrucciones militares, fueron sustituyendo de manera inconsciente, casi sin darse cuenta, las cintas por la pólvora, la tinta por los proyectiles, las gominolas por la dinamita y el arsenal cada vez más sofisticado se hacía interminable. De hecho, fue a consecuencia de un lanzallamas como se declaró un fuego que hubiera podido ser una tragedia sin parangón de no ser por la afortunada y rápida intervención del hombre-planta. Supo transmitir el mensaje a todos los árboles, todas las flores, todas las plantas en cuestión de segundos. Ahora el mensaje no fue de previsión como cabía esperar sino que todo el bosque entonó el himno a la lluvia.
Llovió. Llovió a cántaros y el fuego no se propagó. Llovió tanto que los irresponsables causantes del desgraciado acto abandonaron el lugar, desolados y con ánimos encima de pedir explicaciones en los diferentes
despachos que vendieron aquellos programas de vacaciones. Al disponerse para el regreso, el grupo de cazadores se quedó enmudecido. El hombre.-planta había dibujado en la hierba dos palabras “BASTA YA!” Desde entonces, los visitantes del lugar acuden a visitarlo de manera más natural, y el hombre-planta puede dedicarse de lleno al estudio de su entorno.






SIN TRÁMITES DE URGENCIA

Alberto Torés


La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.

Miguel de Cervantes.



anunciando principios

Rubia, antes de dar traslado al espacio santo de los laicos cordeles, se habían bañado los amantes en las ansiadas aguas de las culpas seguras. Donde muere el día y nace la osadía, pues aquí, sólo hay una vida y queremos vivirla como si fueran dos.


tiempo o mentira

El tiempo, viejo, es en aspa de hábitos un dolor que se va forjando con relojera precisión, como un mosto que cae en la trampa de la noche lanzando gritos para hacerse verdad.
El tiempo, viejo, es una llantina entre tú y yo, una frágil barrera de lluvia con melodías dispersas y desconocidos motivos, Nos hace huésped de honor y cuando queremos amarlo nos echa a patadas o clandestinamente.
El tiempo, viejo, es una panorámica semidormida, la certeza de temporadas descarnadas por una esperanza errante y una duda cierta que nos amarga desde la cuna al féretro.
El tiempo, viejo, muestra altivo sus cicatrices. Lo sabemos, es un secreto a voces, cada pliegue de su piel es un trofeo suyo sin más paliativo que nuestra propia derrota. Conocemos algún recuerdo glorioso, pero su relato es la costumbre del engaño, el deseo desplomándose por los acantilados de Escocia y los orgullos de Arabia.
El tiempo, viejo, es una sextina donde los besos de Lauren y Humphrey nos desnudan de carne y nos visten de azar. ¿Es angustia o sólo concepto de angustia?
En las absortas huellas de un mundo ruidoso sigue el rastro de los silencios como si fuera una deuda que quiere ser la protagonista de su propio tiempo.
El tiempo, viejo, no se descifra en ningún arco posible, si acaso, ciframos una caricia hoy, mañana una sonrisa, un mismo perfil siempre. Allende lo escrito, allende incluso lo vivido, el tiempo, como matriz de la fortuna se degenera con regocijo para nosotros y vuelve a regenerarse en su adicción.El tiempo es mentira, pues al mirar el reloj dice siempre una cosa distinta y luego repite su mentira.
 Entonces, acudo presto a la cita, con un nuevo perfume para el amor. Ahí le libraré batalla.

el beso

Besan los vientos al embrollo sus inquietos fermentos en puertas embriagadas de lamentos y muslos heridos por estrépitos y finales llamadas.
Besan vespertinos, el consuelo y la promesa de formar paso entre la  penumbra esférica y el ámbito de la rabia. Sólo el humo se da como ofrenda a la luz, como sonido de bronce que perseguíamos.

No puedo separar el exilio de los años, el beso de la ausencia, la tristeza de una bandera cruel, el suspiro del recuerdo, las tímidas auroras de los gritos en las cárceles. Sobre horizontes de malicia, la mudanza ligera quiere vivir palabras libres que no llegan. Pues en los lugares en los que andamos citados, sólo aparecen ráfagas y tembloroas voces. Tal vez, la aurora encuentre su símbolo más inmediato en una escapada, una huida que trate de no dejar huellas, que desvíe sus ojos hacia los sutiles aromas del ideal. Aquí la lejanía es inconsolable, el frío es vendaval con unas gotas de brisa peligrosamente enfadadas.   

Escribo entonces con el latido de las espuelas muy cercano, con motivo para verte siempre, buscando esa cadencia tuya  que me asombra y cobija desde un barco de cristal repleto de ilusiones a una nave de acero cargada de remembranzas inútiles. Recorto las escarpas de un nocturno celo que nos aleja de un sencillo gesto de amor. Con una mano, esa estatua portadora de antorchas, me enseña el camino de la acción, con la otra sostiene un suspiro de armas que me mantiene despierto sin remedio para lograr la serenidad.



de memorias involuntarias

Para el habitante callado, las constancias de la piel son señas, resecos fondos donde los fragmentos pueden aspirar a algo. En lágrimas que ascienden, te recuerdo Jaana Judith, como memorial al oleaje de tu cintura, como partitura azul de flauta transversal. Te doy las gracias por volver a tener lo que nunca tuve, por reflejar en espejos de placer la conciencia de  fuerza que se torna prodigio en cada esquina de las mañanas. Soy testigo total de cuanto te amo. Por deshojar condenas y castigos enciende fragancias, sueños y victorias al este de la bahía con un irrepetible atardecer.

Y qué decir de la indestructible evidencia del juego, una octava de piano en causa perdida. Creedme por favor, la suerte siempre se lamenta en los confines del palpitar señero donde la brisa es labor vigilante y la bohemia una copa bien fría para un corazón ardiente. Galopando del alba vengo, por asaltar tus costillas, rubia, sin desperdiciar un solo segundo. Lo demás, seguro que es literatura.

En donde palpita la sombra amanece un narrar profundo y esclavo, en labor de poeta caminante, pongo rizos al dolor y tristezas al viento, pues cada uno ponga de su parte lo que del otro no tiene. En tu frente descansa el luto de mis miserias, mis manos rompiendo a llorar y una boca que pide la ciudad carmín del pasado. Ya sabes, que no hay mujer más hermosa que la que se besa al espejo pensando en su saxofonista.


música de lluvia

Quien tiene miedo a la vida, se refugia en música de lluvia con nombres de ficción que reconozco en plena oscuridad. Y para los hemisferios de la conjetura, disipo trenzas de espinas, pues la noche se deja atrapar por la memoria.
Quien tiene miedo a la vida, se asombra sin límites de venturas, utopías y túneles puestos en formas de velas, porque no distingue los mares de sus lágrimas ni la ciencia de sus sentidos, hoy, el árbol de los enigmas de revés leo.
Quien tiene miedo a la vida, suma las imágenes del mundo en un color de luz, dudas o siluetas que arrojan letras por entre las ramas del tiempo.
Mientras, amontono tristeza en todas las tierras del abrazo con alientos abastecidos de espejos infinitos y testimonios finales.
Quien tiene miedo a la vida, juega puentes de hierro contra penumbras de jardín, fábulas lejanas frente a la esperanza en frasco de paradoja.
Y yo, yo daría mi vida por no tener miedo.


resumen de poética

Prefiero la línea de tus medias, la magia de la disidencia, el verde de las simples huellas desobedientes, esas caderas anónimas que me anteceden.



recordando escrituras

A mi hijo Alfonso que evidenció una chispita de luz y a mi nieto Iker que recogió la antorcha.

He recogido todos los trenes del mundo, hace tiempo que os lo vengo diciendo, y alguna vez hemos soñado libres los textos, los raíles, los besos.
Nunca hemos esperado juegos que reformasen nuestros sentidos por nuestras calles, por nuestras ciudades. Aguardamos la oscuridad para movernos y registrar firmas, versos de acero y botes de gasolina con pergamino. Os lo admito, ahora no creo o creo menos y voy descreyendo o descreyendo más. En efecto, en las estaciones del arte hemos pintado conceptos y discutido ideales: cada precepto en su contexto, cada vaso en su mano, cada igual en su molde, que para el caso es lo mismo.
He recogido todos los trenes del mundo  y he llovido casi siempre fundamentos sin límites en camisetas mojadas o gorras de montaña. Hasta reescribí un himno guerrero porque perdí mi cuaderno de viajes en un retretre que olía a sardinas apretadas, aceitosas y complacientes. En otras paradas hemos hablado lenguas de países que curaban sus institutos y sus sedes con formas, proformas y reformas tan necesarias como enervantes. Hemos registrado paredes con presos que no estaban a nuestro lado,  y, en cada sorbo hemos aprendido a madurar. Luego hemos cerdeado frente a lagartos con reservas de proyectiles que no hubiesen dudado en usar contra nosotros, hemos pateado anaranjando los avenares de colischa bajando voces, museando o riendo trozos de historia. Pero también hemos llorado a lágrima viva ante las tragedias de Guernika, ante la injusticia tan severa de la mentira: “Guerra a muerte entre la Rusa Roja y la España Sagrada” puedo leer en el ABC de 22 de Julio de 1936, hace hoy casi 80 años.
La misma injusticia tan mentirosa de la severidad extrema se repite una y otra vez. ¿Qué decir de las tropas nazis, marroquíes, italianas, requetés y los innombrables de la vieja Europa? Sus herederos siguen en el trono, ocupan los escaños del congreso, las cátedras de las universidades, los sillones de los despachos, las comisarías, los cuarteles, las sillas de los claustros de las catedrales,  siguen practicando la guerra aunque la adornan de absurdos adjetivos.
Las palabras, hijo, aquí, entre mis ojos fatigados y el mundo en contradictorio resplandor, encajan naturalmente por las rocas únicas y múltiples del tiempo, encajan naturalmente aunque fueron antes rosquillas a medias, arcos dispares haciendo malabarismos o quizá buscando equilibrio. Otra palabra que te entrego, como antes te ofrecí libre pensamiento, acto responsable, acción rebelde, filas igualitarias, justas tribunas justas.


principiando finales

Y si la mentira fuese la verdad, porque ésta se disfrazara en los confines de la tierra, almenara de nuestras almas en pasas, o porque las historias quisieran hacer verdad lo que no era. Y si la verdad fuese el espejo de la mentira, o su esencia, el altivo origen que ocultamos entre jacarandas, victorias y almendros. Y si la verdad fuese únicamente una palabra sin raigambre, sin ramas, sin hojas.
Sólo una palabra que pretendiera ilusionar o combatir contra la realidad o contra la verdad de las mentiras. Como puro es el símil, la verdad y la mentira como poco comparten facsímil del existir. Del existir en conciencia y en materia, pues son dos caras de una misma moneda, acaso una doble moneda con la misma cara. Y si estuviéramos confundiendo la verdad y la mentira, la certeza con la sospecha, y si fuese sólo cuestión de lugar, mirada, perspectiva o composición; un mero empleo adjetival, prenominal, un sencillo proceder administrativo:
Mi verdad contra tu mentira, tu verdad contra la mía, y ese exquisita categorías de tus mentiras contra las mías. Y si ellas (Verdad y Mentira), no existieran o si lo fueran, estuviesen jugando  con nosotros, o mejor aún, yo con ellas, porque en verdad la única pregunta que cabe, es: ¿y si tu   maldita  existencia sólo fuese tu sagrada verdadera mentira?











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