lunes, 8 de julio de 2013

LUIS MASÍS [10.190]

Luis Masís

Luis Masís 
(Nicaragua) Poeta. Administrador de Empresas, Proyectista, Contador y estudiante de Psicología.  
Integrante del Grupo Literario Metanoia. Editor y director de Revista Pandemia. 




DES – PEDAZO EL MAR 

Tus huellas 
en la plomiza arena de la playa 
se borran 
bajo la espuma de las olas 
que ya no regresan. 

Camino y golpeo 
la salada sábana del mar 
que grita persistente 
como puerta violenta 
se cierra a tus espalda 

Des – pedazo el mar 
con luna óleo sobre el líquido 
o larga mancha blanca embravecida, 
emergen voces, 
gemidos, 
brisa; humedad en los ojos, 
ternura irascible. 

Duermo en el cóncavo histórico 
de las remarcadas huellas 
de tus pasos. 






HOY QUE TE VI 

Hoy que te vi... 
fui un poco más discreto; 
quizá te diste cuenta. 

 Hoy que te vi... 
la acostumbrada conversación 
con el espejo tomó sentido... 
no sé si te pasó lo mismo. 

 Hoy que te vi... 
mentir fue necesario 
y te reías sabiéndolo 
por que vos también mentías. 







MI TRISTEZA 

Yo no lucho contra mi tristeza 
mi tristeza es fascinante

 arrastra sus uñas en mi cara 
y finge dolor. 

 No se avergüenza de mí 
sino de ella de ella 

que no ha podido sentirme como la siento 
de ella, que sin mí, no fuera ilustre 
sino loca impertinente en los burdeles del amor.






Demencia

Deja de llorar con ese porte de irremisibilidad.
Hanzel Lacayo

Juega a que eres hoja
lívida
cayendo en la corriente
y llora
llora
hasta que tu llanto
sea el charco
en el que vivas.







El ángel y el otro

Que la vida sienta mi partida y que la muerte celebre mi llegada.
Luis Masís

Soy el retrato de un niño muerto
mi epitafio no tiene tumba.

Soy el Otro detrás del Ángel
el mártir de la historia.

De nada dudo
más que de mi propia existencia;
mi estéril compañía.

Si todo tiene que ver contigo,
entonces, todo carece de ojos.

La pesadilla no acaba aquí,
falta el beso de buenas noches.

Ahora, la soledad me permite
escribirte un poema
y estrangularte sin testigos.







Esperas la noche

Esperas la noche
y practicas a estar dormido
para siempre
la tierra ensaya un nuevo hijo
con rostro pero sin nombre
y ves correr los gatos
hacia donde dormirás mañana.







Cada quien en su sitio

Puedes atardecer conmigo
sin esperar sobriedades
arrugar tus labios con los míos
que tendré cuidado;
los devolveré como llegaron
incluso, un poco más nuevos.

Tal vez la tarde
a su ritmo –  tiempo – espacio
te haga volver como la lluvia
cada vez que quieras,
_ sin un cada quien en su sitio,
atardecer conmigo








Solo quería un café

Arjona sólo quería un café
“con poco azúcar, quizá un croissant
no iba por la tertulia”.

Yo iba por la mesera
y echarle un buen vistazo.

Él jura que fue por un café
… pero la vio.

Y según él, le cambió su vida, su ritmo, su espacio,
su tiempo, su historia, sus sueños y todo.

Para no redundar tanto
a mí,
me cambió por otro.




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