EURÍDICE ROMÁN DE DIOS
Nació en la Ciudad de México en 1959. Poeta, narradora y fotógrafa. LIBROS DE POESÍA: Estuvo una vez en nuestros ojos (1992), Ángeles de Azar, Piel de Agua, Señales del Sur (1994), Garza Soy, Pasos de Cristal y Siglos de la Piel (2003).
Estudió Letras Hispánicas en la UNAM, cinematografía en el CUEC y el diplomado en creación literaria de la Escuela de escritores de la SOGEM. Titulante en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México en la Carrera de Creación Literaria. Ha trabajado para Canal Once, como guionista y asistente de producción. Trabajó también en la Dirección General de Cinematografía (RTC), en Cineteca Nacional y en la Dirección de la Escuela de Escritores de la SOGEM. Ha sido Productora y Directora en cortometraje en el que destaca su producción “En Viaje” (1983) y como asistente de dirección en la película “Polvo de Luz” (1988). Ha impartido la materia de poesía y cine en la escuela de escritores de la SOGEM. Fue coordinadora de los Talleres de Creación Literaria en la Casa de la Cultura de Tabasco. Ha publicado siete poemarios entre los que destacan “Ángeles de Azar”, “Piel de Agua”, “Señales del Sur”, “Garza Soy”, “Pasos de Cristal”. Los libros: "Siglos de la Piel" , “Relámpagos” y "Desde otro Sitio". Ha sido colaboradora del programa Cineteca Nacional. Ha participado en diferentes encuentros internacionales de poesía, como es el caso de “Mujeres poetas en paraíso” (Costa Rica) y “Primer encuentro de poetas” (Santiago de Cuba). Ha participado en diferentes publicaciones culturales del país como La Jornada, El Búho, Sábado, Reforma, Revista de la Asamblea Legislativa, entre otras. Es miembro fundador del Centro Iberoamericano JADE, durante seis años fue miembro de la dirección y coordinación del Encuentro de mujeres en el país de las nubes. Recientemente fue asistente de edición de la Revista de la Asamblea Legislativa.
Y posteriormente subjefe de Almacén y Embarques en COMISA.
Es colaboradora permanente del boletín "Honestidad y Transparencia" de la Contraloría General, en dos secciones "Murmullos del Texto y pasos de Cristal"
y enlace de la Contralora C.P. Bertha Elena Luján Uranga en la Red de Mujeres Representantes del Jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador dentro de las Coordinaciones Territoriales. (2001-2006)
Representante de Jefatura de Gobierno DF en la Coordinación Territorial IZP-7 (Enero 2008- Enero 2011)
Actualmente soy parte de la Gerencia de Operación del Instituto Local de Infraestructura Educativa DF de la Secretaría de Educación ILIFEDF
Premios:
Mención honorífica Casa de la Cultura de Tabasco. Concurso de poesía.
“para cantar en las barcas” (2000)
1er. Lugar Poema “Abuela” Fraternidad Literaria (Argentina-1998)
Mención honorífica Concursos de fotografía. Instituto de la Mujer (2002)
Antologías
Bahía de Juglares (1994)
La línea Metafórica (1998)
Mujeres poetas en el país de las nubes (20001 y 2002)
Las flores de la dicha (2003)
Trilogía “Pícaras, rebeldes y místicas” (2004)
Poesía y Derechos Humanos (2005)
Bahía de Juglares (2005)
Mujeres poetas de México (2008)
Al filo del gozo (2008)
La república en la voz de las poetas (2012)
Fuego y poesía, Homenaje a Emilio Fuego (2012)
Abuela
"Abuela, trozo de sol que cargo dentro"
Febrero 21 es la fecha de tu muerte
justo en el año 96.
Este día cargado de sol
turrón fue de tu boca.
Como si ocurriera nada,
desvaneciste el cuerpo ligero que aún a los 78
guardaba olor a niña.
La barca en la que cruzamos el río,
la barca que nos une
lleva en proa el jardín de cardúmenes
que a diario regabas.
Ya lo sabíamos
por eso, bailamos, comimos, aromatizamos la casa
con el incienso de tus moles rojos.
Saboreamos helados de limón,
esos que provocaron en tu rostro
carcajadas.
Te fuiste con parte de mis secretos,
cómplice eterna del nacimiento de nuestros hijos.
¿Acaso hubo el tiempo de contar tu vida?
Apagaste el pulso en su momento,
la elección fue la mejor.
Te has ido y aún estás presente.
La noche hoy es isla de antiguos sueños,
clamar tu diminuto andar de eclipse,
sobre el horizonte eclipse,
eclipse en los tejados,
eclipse a la orilla del mar.
Tu alimento nutrió canastas y canastas.
No te hizo falta una causa,
heredera de magueyes y pulque
viviste como embriagada, como el mar que a veces
marea, envuelve, fascina.
Hoy pareces más cerca que nunca,
elaborada y silvestre como la espontaneidad.
Los comensales fueron tu mayor goce.
Te fuiste como se vierte un frasco de cajeta
dulce y maternal.
Nos dejaste a la sombra de tamarindos y mangales,
nos dejaste,
nos dejaste un suspiro.
Signos de agua
Bajo la lluvia donde todo sucede,
germinan los enigmas, los colores tornasolan sus esencias, el pavimento se humedece y la tierra desprende el olor que nos remite a la infancia. No hacen falta los boletos que nos trasladan a otros horizontes. Aquí podemos esperar la llegada del aura. En ese amanecer la cobija (el bosque) cambia la mirada y el tiempo se ensancha, nada se necesita. Los rayos del sol se colorean y un tono mandarina alegra. Danzantes somos y aunque todo no es más que un lienzo, un pequeño estuche, es suficiente para sostenernos el resto de las temperaturas y los ánimos.
Ha llegado la hora del café, cae una llovizna.
Observarse en el espejo no necesariamente significa reconocerse. Siempre hay un testigo que permite transparentar las corrientes y las ligaduras que te componen. Muchas veces un cuadro o un sonido, son más espejo que tu reflejo, son además puertas fugaces que a la distancia guardan como en los roperos lo que te identifica. En días lluviosos como hoy, es mejor reflejo la ventana.
El hogar hoy está iluminado de luz dorada, playa brillante, calma, remanso de paz, donde los habitantes encuentran su espacio propicio para crecer; reboza el bienestar, por el cuerpo fluye la sangre y es claro que el horizonte se abre hacia nuevos caminos. Los sueños se aclaran, proyectan la enorme fuerza que durante años anidaron, es tiempo de dejar un convulsionado estadio alimentado de serpientes, alacranes y tiburones, hoy nadamos libremente, el canto de los pájaros al amanecer, permite que delfines y cardúmenes tornasolados acompañen nuestros largos pasos firmes.
Tiempo nublado.
No siempre las cosas brillan, también el lado oscuro las hace existir, hay veces que el ruido se escandaliza y cimbra el ánimo, nos entristece saber que la irracionalidad predomina, que enceguece abrumadoramente, la sangre se enciende y la humedad desaparece y se convierte en tierra seca y craquelada. En esos territorios del alma humana, no hay lluvia, no hay ruta, no hay boca. El lenguaje es breve y la noche se profundiza en largas temporadas.
En ocasiones las palabras no encuentran su peso, se dispersan, van de tumbo en tumbo, palpan superficies pero no llegan a su sitio. Parecen derrotadas, sufren, se llenan de dolor, ensangrentadas porque los humanos con sus actos no se salvan, nada reparan, se hacen indiferentes y violentos, se les olvida la paz y el amor. No tienen sentido.
Los árboles de ancestrales raíces
me han traído aquí,
los busque desde antes de nacer
hasta encontrarlos.
Sus brazos se extendieron y abrigaron
en su paisaje amplio y fresco
mi cielo despejado.
Con eso construí mi falda de estrellas
mi luna nueva iluminando el camino
por dónde atravesaría tu carruaje.
Una cabeza móvil para rondar
secretos íntimos. Subir escaleras al cielo
dibujar los signos coloridos de mis deseos.
Lejos de bailarinas rígidas y mejor,
alas suaves, leves, firmes.
Colocar la mesa a campo abierto,
evitar paisajes citadinos ruidosos estresantes
que seccionan la palabra tierna.
Se vea con claridad sobre el paisaje interno
lágrimas de Elektra sostenida
férrea en sus columnas.
Cuando el amor;
las hojas de dos árboles se juntan
uno se viste otro se desviste,
uno flota otro camina a paso firme,
dos islas diferentes
unidas para un fruto jugoso.
Se danza y sombrero y abanico
libremente se desplazan,
dos manos vuelan, construyen nidos.
Lugares donde las redes de los títeres
se cortan. Se alejen domadores, se cierra
el espectáculo.
Permiten el ascenso de la casa,
vuela globo al viento.
De las raíces ancestrales nace
El arcoíris que florece
el pecho se abre
mis manos deshacen las rejas de la mirada,
las cintas del vestido estrecho;
abro los ojos y no necesito explicaciones
escucho las notas de pájaros cenzontles:
atravesar, arriesgar, atraer.
La musicalidad, su lira.
Que las ideas salgan, bailen, vuelen
se hagan jinetes en el campo.
Cuando las cosas aparecen flexibles, da la impresión de un recorrido menos arduo. Se puede observar desde la ventana que los riesgos no necesariamente nos producirán excesos dolorosos. Es posible entonces, traspasar los arrecifes, colocarnos las escamas y no quebrarnos ni siquiera en el verano. Recobrar nuestras habitaciones y en silencio observar el muro de los muertos, la gota que se extiende en mares océanos de la vida en el planeta.
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