Alejandro Palma Castro
Nació en México D.F. en 1972. Ha sido locutor de radio, periodista y profesor multiusos. Forma parte de la antología Poetas de Tierra Adentro II (Conaculta, 1994). Tiene un poemario inédito Dios nos compró el infierno (1995). Ha publicado poesía y crítica literaria en diversas revistas nacionales e internacionales. Colabora regularmente para El Universal Puebla-Tlaxcala y el suplemento de cultura Catedral del Diario Síntesis. Recibió la beca estatal del FONCA (2002) en la categoría de jóvenes creadores. Es doctor en Lingüística y Literaturas Hispánicas por la Universidad de Kentucky. Actualmente se desempeña como profesor investigador en la Universidad Autónoma de Puebla. Ha publicado los poemarios Nuncamente (BUAP, 2002), Inédito (2003) y, Mañana, (2012)
Alquimia para unas quesadillas no muy bien cocinadas
De la sartén, que no tienes por el mango,
brotaré reacio ante mi suerte
esencia líquida del humo
disuelta mi voz
no desesperes
aquí va tu tortillón
a lo triste a lo fuego
a la muerte espiritual
del queso conformado un desliz
fondue de pasión
en el doblez mismo comienza
técnica de los contrarios
sujetos al índice que sutura
la herida vuelta lactosa
así un instante inconcluso
uróboros: equilibrio puro olor
a lo más gemirá el aceite.
POSCAMA
Del guerrero viene el engaño
yo débil me dejo conquistar
permito la injusticia social
de tu dulce movimiento
callo entre las miradas ciegas del dolor
colonia previsible inocencia
de mi boca que te nombra
por primera vez y no te olvidará
como a cuestas se cargan los amores.
De mi forma yo ahora soy
tu figura territorio a tus sueños
del ensanche tu relato de las cosas
mi garganta lo silaba sin cansancio
¿cómo puede ser ahora la revancha
el rincón desde donde estorbo
a tu huida si mi vida se ha minado ya?
En tu nombre
me olvido del cuerpo
y me olvido de mí.
Luis Alberto Spinetta
MATE FICCIÓN HISTERIA GRÁFICA
Hutcheon, Linda
usted y la metaficción historiográfica
me jodieron el mundo.
¿Quién se atreve afirmar
en cada flor para un amante
que son tripas desecho orgánico
expulsión repulsiva de objetos
la tierra en descomposición?
Toma despojo fresco mierda en tus manos
floristería tan chic en la etiqueta
garantía de la noche contigo
de por medio unas violetas suaves y frescas
en torno a tu piel
los escupitajos del hacinadero de mi vecino
que robé en escatológica excitación
rompientes amarillos blancos y rojos
pasión a punto de estallar
y mi verso:
"yo no hablo del gargajo puro"
refrendo siquiera nota que existo.
Del mismo modo
¿cómo romper el encanto de las ficciones
pululantes en las bocas
que nos crearon el mundo?
Para empezar con los orígenes, por decirlo así,
nos queda el rollo evolutivo tan ajeno
tras el desnudamiento
del microorganismo tenaz y ambicioso
valiente y combativo
con el sueño de transformarse en pluricelular;
y se concluyen las siguientes verdades
(bajo estricto orden de mi conveniencia):
celulita que nos vio nacer nunca
se operó la celulitis
nuestra frente al arrugarla
atesora recuerdo involuntario de la madrecita
ahora jubilada en el pantano de los gloriosos.
No es que seamos carne de las figuraciones
todo lo contrario
volátil imaginación vieja pervertida
roba niños, los seduce y luego
los nombra poetas.
Sí, parece cierto, de muy buena fuente
Dios se tiró un pedo antes de crear el mundo
pero nadie lo dice.
Aterrado el émulo del ventoso
olvida citar:
"Al principio creó Dios el cielo y la tierra
y se tiró un pedo…
un magnífico flato
Él estaba en el principio en Dios.
por él fueron hechas todas las cosas;
y sin él no se ha hecho cosa alguna
de cuantas han sido hechas.
En él estaba la vida
y la vida era la luz de los hombres
y esta luz resplandece en las tinieblas,
y las tinieblas no la acogieron.
Vino a su propia casa,
y los suyos no lo recibieron
pero a todos los que lo recibieron,
que son los que creen en su nombre,
dioles poder de llegar a ser hijos de Dios".
Practicantes de la mentira como son
aquellos quienes han robado la verdad
su parte del árbol les será arrebatada
ya la misma crónica se corrige:
"Y oí una voz grande que venía del trono
y decía: ved aquí el tabernáculo de Dios entre los hombres,
morará con ellos.
Estas palabras son dignas de todo crédito y verdaderas
mirad que vengo pronto y traigo conmigo mi galardón".
¿Tendrá sentido también
ahuecar la historia de nuestra vida
voces que son para aferrarnos a los hechos?
Recalcar por ejemplo
cómo aquellos cien años de soledad se nos perdieron en la historia
tras la mala traducción del sánscrito original:
una sonrisa horizontal del coño
de Remedios, la bella, en el cielo
se convirtió en sábanas con deslumbrante aleteo.
El coño volador
-animal mitológico-
donde no podían alcanzarlo ni los más altos pájaros de la memoria,
se tragaba escarabajos y dalias y todo
en el sentido acusativo de llevarnos a la chingada;
ni las hormigas, ni el viento tibio huracán bíblico,
un sonriente coño volador.
O que le hubieran advertido a Salman Rushdie,
historiador del afán libre,
con la ficción no se juega
las cosas como deben ser
las religiones aún son susceptibles
al método de la imaginación y no les gusta
que se la toquen
como a nadie le parece que mencionen a sus mujeres
por muy putas que sean.
Y entonces
el ayatola Rujollah Jomeini jamás
en divino momento de inspiración
habría echado a andar un cuento
tan mal escrito
que termina literalmente con la cabeza del escritor.
¿Será punta de tantas verdades
una histeria borrón sajarnos tanta carne
hasta moldear la palabra y su cosa
haga una mentira, la mejor, nos bese como buenas noches
y a mirarlo todo?
Impalpable a tambor turbio
oscuro
menos menos
menos que oscuro…
poema ¿historia? sucio.
[Dentro de la historia]
Dentro de la historia de los golpeados
para asistir al entierro
de tanta lloradera
acabar a pasos el vomitivo
(y nos llamó miedo)
trascender las fronteras
aunque manche la ilusión
los huecos de pradera hermosa
arrojarse a sus dulces piernitas
transfigurar los espejos reales
mentir esta verdad
apareciendo paulatino el mineral
que mancha con lágrima
la historia de lo nunca dicho
donde nadie profana milenario
transmutarlo y a suspiros
evaporar antes que el dragón invada
a los exploradores del desconcierto
áspero así lento
los lados heridos
del animal en la esperanza.
Alquimia para un errabundo
proxeneta de miserias
sin recados de amor
mira al adolescente tocar
piernas de muchacha,
qué le impedirá entonces atesorar tristeza
hundir el hocico en sus entrañas.
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