Juan Carlos Quiroz
Nació en Aguascalientes, México en 1969. Poeta. Estudió lengua y literaturas hispánicas en la Universidad de Aguascalientes. Premio del Certamen Salvador Gallardo Dávalos 1994 por Crónicas de navegación (los demonios)
Obra publicada
Poesía: Crónica de navegación (los demonios), CONACULTA, Tierra Adentro, núm. 162, 1995. || Tauromaquia, Letras de Aguascalientes, 1995. || No había mar (coautor), Gob. del Edo de Aguascalientes/ICA, 1996. || Las violetas (carpeta ilustrada), ICA, 1997. || Versos para morir despacio, CONACULTA, Tierra Adentro, núm. 162, 1998.
III
Levantar la memoria
el riesgo
toda esta ceniza
tirada en el descuido
desempolvar
la palabra arrumbrada sobre el muro
recordar que la sangre
ni era un núcleo motivado por la lluvia
ni era una razón compuesta por el fuego
solamente
una simple partícula hinchada en las venas
una mera solución esperando que la nombren
un firme vacío sensorial y puro
[de Versos para morir despacio]
El poeta de la casa
Escribo versos porque en mi casa no me dejan hablar.
Por ejemplo, cuando hablo de la rosa, del fuego,
o del profundo giro del vuelo de un pájaro,
mi sobrina Ana, que tiene el pelo largo y negro y los ojos hermosos,
me dice: «¡Tío, ya cállese!»
Después, cuando describo la misteriosa profecía de las aguas del mar,
mi madre me dice: «¡sh sh sh sh sh…! Por favor,
mejor deja que hable tu hermano».
O cuando menciono la intensa melodía que brilla en la cima del universo,
mi hermano Martín, que le tiene un enorme pavor a los ratones,
dice: “¡Ah, ya va a empezar éste con sus tonterías!”
Es por eso que escribo versos, porque en mi casa no me dejan hablar.
Y aunque los publique,
casi nadie los lee.
Adagio
El señor abrió sus ojos
señaló con su voz
el final de los hombres deshechos
por dentro
el mayor de los castigos -dijo-
a esos cobardes enfermos del alma
que siempre lloriquean pidiendo
ternura
a ellos
que no son capaces
de amar
con dignidad
sí
ustedes
miren su carne ofrecida a un abismo
irritado y visible
miren la verdad y la mentira
bajo esta misma boca
que los destina en medio de un círculo gris
a no distinguir
la bondad del universo
después
de arriba dejó caer un relámpago sediento
y opaco
e inmóviles quedaron
ante el estallido más puro
“del más
profundo cielo”.
Carta
Juan Gelman:
Este hombre con el corazón roto, agradece tu poesía.
Este hombre lleno de miedos y de frágil voluntad,
agradece tu poesía.
Este hombre con su mente enmarañada, agradece tu poesía.
Este hombre que ama el símbolo profundo de las aguas del mar, agradece
tu poesía.
Este hombre con los ojos tristes, agradece tu poesía.
Este hombre que observa las estrellas en plena madrugada,
a g r a d e c e t u p o e s í a.
Este hombre con su alma cobarde, a. t. p.
Este hombre que le gusta mirar cuando cae la lluvia, a t p
g u
o
r
e
a
s
d
í
e
a.
c
e
Este hombre con su fe de polvo, ecedarga
ut
aíseop.
Este hombre perdido por el mundo, sono gradito della tua poesia.
Juan Gelman,
este hombre,
este simple hombre, AGRADECE TU POESÍA.
¡Muy bueno! buscaba el de La hermosa, pero igual me gustaron. Gracias por compartirlos
ResponderEliminar¡Muy bueno! Buscaba su poema La hermosa, pero gracias por compartir porque me gustó mucho.
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