domingo, 17 de abril de 2016

CINDY JIMÉNEZ-VERA [18.461]


CINDY JIMÉNEZ-VERA

(San Sebastián, Puerto Rico, 1978)

Ha publicado una versión artesanal de Tegucigalpa, (Ediciones Aguadulce, 2012), Tegucigalpa (Erizo Editorial, 2013,  400 nuevos soles (Atarraya Cartonera, 2014), Paquitos (Ediciones Aguadulce, 2015) y Islandia, editorial EDP University, Puerto Rico, 2015). 

Textos suyos han sido publicados en Tierra Adentro (México: Conaculta), Metrópolis (México), Transtierros (Perú), La Galla Ciencia (España), Conexos (Miami), Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña (Puerto Rico), entre otras publicaciones periódicas, así como en las antologías Los prosaicos dioses de hoy (Puerto Rico: La secta de los perros), Calibrar la voz (Cuba: Encaminarte), entre otras. Es editora, bibliotecóloga y profesora universitaria.
Mantiene el blog: apocrifosinflables.wordpress.com

La escritura de Cindy Jiménez-Vera es el golpe que dan contra el suelo las mujeres en las ceremonias de Día de Muertos. La acuarela de una poeta que mide con los dedos las cualidades y el sabor seco de la contundencia. Un catálogo bibliográfico de ausencias. Más hermoso que un atlas, un atlas imaginario. Lo que se agrega a ese libro. Datos de geógrafos aficionados, de exploradores cuyas informaciones no se esperan, como las de ese monje, en un mapa de las Antillas, que asegura que Noé construyó camarotes especiales para las Sirenas y los Dragones.

(Jorge Posada, México)




Íconos de la ufología

Se busca astrobiólogo que dicte una
conferencia en el Congreso Mundial de
Fotografía del Espacio. Debe sufragar los
gastos de su propio billete de avión, el
hospedaje y los viáticos diarios. La
austeridad es un fenómeno
intergaláctico. Interesados favor de
enviar un retrato no alterado en el que
usted posa junto a un Premio Nobel o
junto a la tumba de un casi ganador del
Premio Nobel y sonríe.

(De Paquitos, Ediciones Aguadulce, 2015)




Mitopoiesis

Aquel día llegó con una carta de desalojo en las manos. Fue así como el horno, las gavetas, las cortinas y los zapatos dejaron de aparecer en aquellos poemas
domésticos.

(De 400 nuevos soles, Atarraya Cartonera, 2014)





Numismática

A partir de la crisis del 2008 pareciera una afición obsoleta, ésta. Debería, incluso, figurar en un inciso en el sermón de la montaña. Bienaventurados los que teniendo hambre y sed, en lugar de gastarlas en granos, frutas, verduras, cuenta de ahorros o un plan médico, las coleccionan. Bienaventurados por los siglos de los siglos amén.

(De 400 nuevos soles, Atarraya Cartonera, 2014)




El capital

Compra un par de zapatos de payaso en una tienda de artículos de segunda mano. Al día siguiente los pone en venta por el doble del precio que había pagado. Tanto ego no era para mí. Igual hay que pagar las cuentas.

(De Tegucigalpa, Erizo Editorial, 2013)




La mujer de Tommaso Landolfi

—Traduciré a Gógol, —le dijo a su mujer, Tegucigalpa.
Suena un portazo.
Landolfi lleva tres días encerrado en su estudio en Roma. Los vecinos alarmados al no ver salir de su casa al huraño escritor y, ante la ausencia del olor del pan que su mujer hornea en las tardes, advierten a la policía del suceso.
Dos carabinieri confirman, frente a las incrédulas luces de las cámaras de los
paparazzi, que Landolfi yace desinflado en el suelo justo detrás de su escritorio. Una tachuela incrustada en su glúteo izquierdo es prueba infalible del asesinato.
Tegucigalpa ha huido con todos sus materiales inflables.
Nunca superará el suicidio de su mejor obra.

(De Tegucigalpa, Erizo Editorial, 2013)




La lluvia

El periodismo latinoamericano está de luto tras la muerte del hondureño Rodrigo Rojas, quien en vida fuera el escritor mexicano Carlos Fuentes. Afuera llueve como lo hahecho siempre. Desde mucho antes que naciera Fuentes, que muriera Rojas o que llegara Morales a esta historia

(De Tegucigalpa, Erizo Editorial, 2013)




El ahorcado del juego de palabras

No tiene rostro. Su cuerpo lo conforman los trazos del carbón o la tinta de quien lo vaya dibujando. Antes, su silueta surgía muy lentamente y pocas veces la anatomía de su cuerpo entero se apoderaba del papel. Por tal razón describirle en su totalidad fue considerado una tarea titánica por grandes científicos de la grafía. Hoy día, con las escasas destrezas de deletreo, escritura y lectura que sobreviven, podemos constar que el ahorcado del juego de palabras cuenta con una línea vertical que funge como base o cuerpo, dos palitos en la parte inferior que cuelgan como piernas, dos en la parte superior como brazos y, por último, un círculo pequeño que le sirve de cabeza. A nadie nunca le ha importado dibujarle un cuello.

(De Paquitos, Ediciones Aguadulce, 2015)




Cultiva tu propio jardín

Los titulares
de los periódicos electrónicos
para intelectuales
hablan de la revolución alimentaria
del desarrollo sostenible
de la paz mundial
por medio
de la ecología
a mí me parece todo
un spark note
del Cándido de Voltaire
en papel reciclado
con un giro predecible de marketing
reutilizo las botellas plásticas
con hojitas verdes en la etiqueta
—de muchas maneras por
si acaso.

(De 400 nuevos soles, Atarraya Cartonera, 2014)



400 nuevos soles

Un periódico latinoamericano informa que Perú ofrece una bonificación de 400
nuevos soles a los empleados de gobierno que obtienen un grado universitario. Tengo tres de esos. Si hago la conversión de moneda, 400 nuevos soles peruanos son aproximadamente 153 dólares estadounidenses. Con eso, mi pareja y yo pagamos las facturas de electricidad y del agua por un mes. O no las pagamos y compramos comida. O no comemos ni tenemos servicios de luz y agua, y pagamos la cuenta del celular con algunos atrasos pendientes. O no hacemos nada de eso. Igual en Puerto Rico los huracanes y sus amenazas, nos dejan sin servicios de agua potable, electricidad, telecomunicaciones, y con alimentos de reputación dudosa. Mejor, fornicamos borrachos en el ojo de la tormenta. Él, despedido de una compañía que se fue a la quiebra. Yo, con dos trabajos que no suman uno, un vientre despoblado de hijos y algunos poemas con pocas palabras. Los bancos no saben de conversión de monedas. 400 nuevos soles es más de un año de amaneceres.

(De 400 nuevos soles, Atarraya Cartonera, 2014)




Audífonos

Cuando aquel niño de ocho años entró a la biblioteca a buscar libros de origami para revelar los secretos del adivino, supe que debía aprender a leer los labios. No dije nada. En su lugar, le ofrecí un libro para dibujar dragones y otros animales fantásticos. Aceptó. Aliviada, levanté el auricular del teléfono más cercano e hice una cita con el audiólogo. Tanta poesía de golpe puede ser letal para los oídos.

(De 400 nuevos soles, Atarraya Cartonera, 2014)





                                   De Islandia, editorial EDP University, Puerto Rico, 2015

Tres poemas del libro Islandia:



Apéndice xxiii sobre cartografía

Tengo claro que cuando escribí el poema Archipiélago, que forma parte de este libro, no lo hice con pretensiones cartográficas. Pensé en el agua que comparten las islas de las Antillas con Islandia; el Océano Atlántico. Sólo propongo una pequeña reflexión hidrográfica. Los pronombres, vistos desde lejos son manchas.



Apéndice xxiv sobre las peinillas

Recibir los libros entregados en el mostrador de circulación de una biblioteca es una aventura impredecible. A veces entregan libros con una tarjeta de crédito como separador. Otras veces usan una fotografía. He visto dólares, pedazos de papel roto de manera improvisada y urgente, incluso, están los que no usan separadores, y prefieren doblar la esquina de la página, y continuar su lectura más tarde. Sobre los lectores que dejan lápices, bolígrafos y crayones no deseo hablar ahora.
Una vez recibí un libro con una peinilla roja adentro. Marcaba el inicio de uno de sus capítulos. Era evidente que la persona nunca terminó de leerlo. A la peinilla roja le faltaban un par de dientes. Quise imaginar lo duro que fue afrontar el fin de la historia para aquel lector, ahora despeinado. Me encanta imaginar a mis lectores como personas con crisis existenciales, como si la crisis fiscal y la del agua no fuesen suficiente. La verdad, pudo haber sido un libro aburrido. Han pasado muchos años, y lo que me preocupa genuinamente es saber el paradero de aquellos dientes rojos de la peinilla.


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 Y el telégrafo
llegó demasiado tarde
a la isla.
La vida nos duró
un día
como la libertad.

  




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