martes, 6 de octubre de 2015

RODRIGO QUIJANO [17.184] Poeta de Perú


Rodrigo Quijano

Nació en Lima, en 1965. Es poeta y ha publicado cuentos y libros de poemas, de los cuales el más reciente es Una procesión entera va por dentro. También trabaja como curador independiente y ha hecho varias muestras, entre ellas Con los anteojos de azufre: César Moro, artista plástico, Benjaminiana: 7 artistas desde la mirada de Walter Benjamin y, más recientemente, Still Life, Naturaleza muerta - Arte contemporáneo británico y peruano. Ha colaborado en los principales medios periodísticos de su país y también ha publicado diversos ensayos, entre los que se encuentran El Museo Hawai. Una naturaleza muerta de la cultura (Ritual de lo Habitual editores, 1999), Puntos cardinales (Quidam ediciones, 2001), Lima 01-La ciudad por el ojo de la aguja (Ediciones del Escusado, 2001), e Historia, modernidad y ruina peruana (Ritual de lo Habitual ediciones, 2004).

Escritor y curador y vive en Lima. Durante la última década ha trabajado como curador independiente de arte contemporáneo. Sus contribuciones se han publicado en los principales medios del país y ha colaborado también en Ramona (Buenos Aires), Metrópolis M (Amsterdam), Revista Plus (Chile), Fundación ArteBA (Buenos Aires) y Review, la revista del America´s Society, Nueva York, aparte de diversos catálogos en el Perú y el exterior, incluyendo Lima 01. La ciudad: el camello por el ojo de la aguja (galería el escusado, 2002), El Museo Hawai: una naturaleza muerta de la cultura (1999) e Historia, modernidad y ruina peruana (2004), ambas en el sello Ritual de lo Habitual Ed.   Fue fundador y miembro activo del colectivo Espacio La Culpable (2002-2008), un espacio gravitacional en la escena contemporánea limeña de principios y mediados de la década. A partir del 2009 co-dirigió el Ex Espacio la Culpable, reencarnación incompleta del colectivo previamente citado, desde el cual organizó, agitó y difundió exhibiciones y diversas actividades culturales independientes. Ambos espacios constituyeron una intensa actividad, recientemente destacada en el Art Space Directory (2012), la publicación que le dedica el New Museum en Nueva York a la contribución de los espacios independientes en todo el mundo.   En el 2006 recibió la beca de fomento curatorial del Fund for Arts Research Grant del American Center Foundation [hoy Foundation for Art Initiaves] y desde el 2008 es parte del comité curatorial del Comité de Adquisiciones de Arte Contemporáneo del Museo de Arte de Lima MALI, comité desde el cual co-curó Arte al paso. Coleçao contemporanea do Museu de Arte de Lima-MALI, expuesta en la Pinacoteca de Sao Paulo en mayo del 2011.




5.

Después de patear cráneos vacíos en las calles
tomar cerveza entre tus dientes
y contar tus vértebras en las mañanas
después de lamer tu espalda
como si fueran cuentas de un rosario
o perlas sobre el pecho decorado del sicario,

                                             ahora qué.

Así amanecí mirando al cielo
y desperté cubierta en mantos.

Yo era una virgen o algo así
provista de una pequeña estética
de admirar los cromos de los autos viejos
así me adelanté en la hornacina
y fui a caer de bruces en tus brazos.

Tus hombros y mis hombros eran todas las colinas
que circundan la ciudad que conocimos
y la ropa que lanzamos lejos
era como gente con el corazón vacío.

Juntos miramos el cielo
y vimos los jets en formación
y luego alzamos los brazos cansados.

Yo vi que tus costillas estaban completas
yo vi tu cuerpo
yo vi la muerte
yo vi el espacio
                                        aquí adentro.


14.

1. Un lugar para pasar la noche,
o un lenguaje para conversar,
caminando en medio del desierto, o taladrando sueños
sin contenido
como ir durmiendo o mirando pasar las nubes sobre la noche
igual que un recolector perdido,
mirando sobre la oscuridad de las cabezas alzadas
o a través de una botella rota
hacia un horizonte de mínimos resplandores,
aunque murmurando nuevamente oraciones iluminadas
sobre los pastos de los pastos
haciendo medallones de los restos de tus antepasados
pronunciando nombres
pero en silencio como un vampiro Fantasmagórico
sobrevolando los sueños otra vez
y absorbiendo la sangre de sus propias muelas,
como si fueran las muelas rotas de otro y por eso
sin mayor identificación ni huella
de gente sin esperanza pero sin pena
repitiendo todavía
nuestros hijos, según oigo, no son un montón de huesos,
ni son siluetas cuidando el atardecer desde la procesión
ni repitiendo los pasos de nadie, sólo los nuestros.


2. Personas buscaban salidas sobre la superficie del mar,
nadando, pero pensando en silencio y con dificultad,
esperando que las aguas se abrieran como un par de labios
o como si pudieran pronunciar un rezo
estrecho y callado, aunque eficaz.

Personas miraban de frente hacia el cielo
en espera de la respuesta
pero la respuesta se hizo esperar
durante años.

Personas entraban jugando desde la orilla,
nadaban un rato y regresaban cansados a dormir la siesta,

mientras dormían la arena y el viento
los iba borrando.
Joven arqueólogo de estos mares
bucea en la arena buscando los restos
pero los restos son huesos y son arena
son cristales y tiernas manualidades, rosarios y cal
pero no cruces
las cruces aún no existían, sólo la arena.

Mismo Chavín o más bien misma Necrópolis,
nadie sabe de qué murieron.
Todos asumieron una posición, algo ambigua
pero esencialmente fetal frente a la muerte

trying to born again, carnal
aunque, pinche losers, la arena los fue tapando
durante años.

Sobre la cima de ese lugar
un hombre camina solitario pateando montículos de basura
radioactiva, luminiscente o decorativa
armado de un arma veloz, de un rayo paralizante,
de un alfabeto hecho de gestos,
de formas de transformar la pobreza
en otra.


3. No mucho más abajo
respiran con dificultad su muerte los muertos,
decorados de esqueletos, de moluscos y guijarros.

Esta arena, este viento que circula entre tus manos
es cristal de hueso puro, murano desestimado, aunque translúcido,
tristes poemas, puras baladas, puro ceramio.

(de Una procesión entera va por dentro)




UN ACERCAMIENTO A S. COLONIA

Para conocer debo acercarme más.
Se ha partido el cielo y ha cesado la lluvia que enrejaba el paisaje.
Deja al perro lamerse las llagas y el pene encendido.
El neón es una lengua que sonroja santas y querubines
en las mudas sombras de un atardecer postal, 
          pensando que el tallo remonta sobre sí
y hace estallar palmeras y frutos que engordan como garrapatas
al borde de un encerado cocktail de trópico y desorden.
Para saber debo acercarme más, y aquí me tienes. 
          La coloreada imagen de la niña-virgen es
la denuncia de un crimen consumado a medias, la isla
que eleva el único cirio que gotea luces, como esas
          cruces al borde de las carreteras,
así, mitad dispuestas por la arena, mitad por los parientes
que se abandonan al silencio ante el silencio
de miradas que ofenden por su rapidez. Así dispuestas
esas cruces pueden ser casi el cierre-relámpago de un país
que muestra sus intimidades, lo percudido y lo perdido.
Y la imagen de la niña gime: unas rodillas flacas y la madre
suelta la sábana iluminando el cuarto con un aroma
de trenzas que se abrazan en la madrugada, como en un llanto
de despedida. Para saber
vuelvo a acercarme. El equilibrio del grillo tensa
la tarde, y la gente que regresa cansada de las playas
pule rostros en la superficie de sus ollas
y el crepúsculo me bombardea de neones tropicales
que se encienden a mi paso y en los plásticos, ojos del gorrión
mi intuición emprende un vuelo sin retorno.



8.

Todo está en su lugar
o todo está fuera de sí 
pero ese ejército aguarda impasible
dos metros enterrado boca abajo

sus muertos establecieron el comercio de estampas enmicadas 
en las que brillaba todo lo que no era oro
y todo lo que no eran lágrimas de vidrio,
sino más bien 
barrocos brocados y uñas rotas
en los esmaltados sucios pies de efigies santas.

Con los huesos y las piedras 
armaron habitaciones de arena y obvios laberintos
en cuyas hornacinas descubrieron 
el oro y la noche y la plata y la noche 
pero sólo para preguntarse de qué estaba hecha
la carne de sus gordos corazones 
y cual era el color de sus largas y sordas lenguas.

No han tenido más espejos que los de sus santos
ni más sueños que el de sus prolongadas propias muertes 
y sin embargo alguien quisiera verlos morir
sólo por ver qué sucede.





Ahora bien, imagina que eres una bala 


1. Ahora bien, imagina que eres una bala
y eres los manifestantes, que huyen todos
en distintas direcciones.
Imagina que la bala es un misil
cargado de habitantes
que gritan todo su desconcierto
entre las venas, tu corazón
y tu cuerpo se estremecen por completo.
Piensa que eres el corazón
que muestra emblemático una brillante bala de plata
y que la bala es el oro viejo
de una muela rota entre los gritos
de los grillos de una noche por la pampa
seguido por la policia.

Hay una cámara que especulada
busca la noticia y sabe
que toda imagen puede ser una denuncia
si el agujero es un visor por donde ingresas a la piel
a destruir todo lo que encuentras a tu paso,
como un niño suelto en la sala de jarrones
que explotan con su rojo contenido.
Bajo él vuelan los planetas,
con más saturnos que auténticos milagros,
una madrugada echado sobre el pasto,
ya cadáver y ya desenfocado.

2. Ahora imagina que tu cuerpo explota de cansancio
perforado por la balacera.
Imagina que en el inicio,
el hecho mismo -helechos-, y flores
que bajan la frente en una balacera,
que arranca en una procesión

y tatúa los maduros cuerpos de los fieles,
donde alguien ha perdido la dorada hebilla del makario
y no sabe detenerse.
Acaso porque de ese charco vuela un aroma acre
con brillo de una bujía devota
y porque hoy las fresas son cabezas en la playa
y los enigmáticos frutos que cuelgan de los árboles
son los muertos que contaste anoche;

3. Sea por viento que acaba de soplar,
o por el corazón que es un diamante,
sea por su seco ojo de vidrio y su gruesa lágrima de acero:

imagina que lloramos juntos
al leer estas palabras.











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