jueves, 23 de abril de 2015

DANIEL DE CULLÁ [15.750]


Daniel de Cullá

De origen castellano aragonés, 1955. Poeta, escritor, pintor y fotógrafo, miembro fundador de la revista literaria Gallo Tricolor. Es miembro de la Asociación Colegial de Escritores de España. En la actualidad participa en espectáculos que funden poesía, música y teatro. Dirige la revista de Arte y Cultura ROBESPIERRE, moviéndose entre Burgos, Madrid y North Hollywood (USA). 

Ha realizado performances en Burgos, Madrid, Alemania, Bruselas y Suiza. Los últimos recientes en 2008 en Alemania: Hannover, Minden, Bielefield; Bélgica: Bruselas, St. Niklaas. “COEVOLUCION Y EL VIEJO TREN” .
Colaboración en el "Segundo Libro de Literatura y Creación Artística" editado por "La Bañera con Trampolín"

Exposiciones colectivas:

Feria de Arte Contemporáneo de Vigo Espacio Atlántico, del 14 al 17 de enero de 2010, en el stand de "La Bañera con Trampolín".
Miembro de la Asociación de Escritores de Ciencia Ficción.
Miembro de la Australian Haiku Society.
Miembro de la Asociación de Escritores y Artistas del Orbe.
Miembro de Poetas Actuales Contemporáneos en Creatividad Internacional.

Tiene más de 66 libros publicados.




A MI DIOSA SALIMA

Hay en Burgos un Bar Los Dos
(Tu y Yo? ¡Ojala¡)
Donde vienen a montones
Los viejos valentones
Con ardiente corazón
Donde muero Yo de Amor
Dejándote este poema-oración
Y el testamento
De que si muero me entierren
En tu viña
Para chupar los sarmientos
De tu Vida
Y los labios de tu nardo Amor.
No te enamores mi diosa Salima,
No te cases
Porque te acostarás sufriendo
Amaneciendo sufrida.
OH, mi diosa santa Salima
Virgen y mártir de la barra
Hija de un labriego de Villadiego
Y de una bella mujer árabe
De Marrakech
Quiéreme
Y por favor no me digas
“Anda vete, anda vete
Que mis padres no te quieren
Ni un poco
Ni yo tampoco”
Pues en tu Bar Los Dos
Me muero por Ti, diosa de Amor
Y daré una puñalá
A quien te me quiera quitar.
No hay ojos que no te  miren
Ni corazón que resista
¿Recuerdas?
Dos polis nacionales
Han venido al bar
En busca de unos ladrones
Mi diosa Salima
Tus ojos son
Que me han robado el corazón.
Ofréceme tu agua bendita
La lluvia dorada
De tus labios rojos.
Déjame besar
El cielo de tu paladar.




ORACIÓN A JEZABEL

Yo creo en Ti, Jezabel, y te adoro
Por el sexo de las flores que nos diste
Por el aire, los ríos y montañas
Y porque somos todos hijos tuyos
Arropados por los labios pequeños, los grandes labios
De tu carnal Amor
Pasados por el manto sagrado de Astarté ( Ishtar)
De la ciudad de Uruk
Cortesana de los dioses
Amante de los hombres
Amor de los Amores
Reina del cielo y señora de la Tierra
Puta de los bosques
Alimento de vida eterna
De paz y de felicidad
Que nos pusiste colocados sentados
En los cuernos de Baal
Como un toro joven (becerro)
Presentado
Dios de la lluvia y el trueno
Dios de la fertilidad
Hijo de El, Dios supremo y creador
“El Bondadoso”
Presentado como un toro
( No el manso de Osborne, claro¡)
Dios y señor del mundo
Aliyán prevaleciente
Zebul, príncipe señor de la tierra
Jinete de las nubes
En los Textos de Ras Shamra
Verdadera luz que nos guía
Creador, dios supremo
Que con tu esposa Isthar
Diosa del Amor y la fertilidad
Reina del cielo y de la tierra
Cortesana de los dioses
Amor de todos los Amores
Cantaste con Gilgamesh:
“¡Tú has amado el león, poderoso en fortaleza
Y has cavado pozos para él siete y siete
Has amado el corcel, orgulloso en la batalla
Y le has destinado el cabestro
 El aguijón y el látigo amoroso'".
Jezabel, Jezabel
Reina del Tanaj, princesa fenicia
Hija del rey Ithobaal primero de Sión
Esposa del rey Acab del reino norte de israel
Reina del más noble, hermoso y nutritivo de los pecados
El de Lujuria, ¡ay, fornicar¡
Líbranos de los Asnos y Asnas
Jumentas y Jumentos de Yahveh 
Y del ya ves Trino y uno
Idólatras de cuentos chinos
Como el de la viña de Nabot
En profecías de nabos
Y milagros para bobos de baba
O el de los dos animales masacrados asesinados
Al estilo de todas las religiones
Que en el mundo ha habido
Defendidas por meapilas criminales y castrados
Como esos eunucos capados de Jehú
Que agarrándote de los pelos
Por la venta te arrojaron
Dejándote en la calle
Para comida de los perros en Jezreel
Quedando de ti sólo el cráneo
Los pies y las manos
Tres cuartos que hoy se encuentran
Como me dijo un ateo y pagano
En la Capilla de los Huesos en Evora
Y más o menos así quedaron
Los miembros de Rafael del Riego
Arrastrado en un serón hacia el patíbulo
De la Plaza de la Cebada en Madrid
Y ejecutado por ahorcamiento
Para posteriormente ser decapitado
Entre los insultos de la misma población madrileña
Turbas soeces del populacho
Que poco antes le había aclamado
Por haber sido uno de los diputados
Que había votado por la incapacitación del rey
Felón, cruel y asesino afrancesado
“Rey cobarde y acanallado”
Como dice El Niño Republicano
En tres cuartos
Quedando uno en Madrid
Y enviándose los otros tres
A Sevilla, León y Málaga
Para gloria de la Patria
Y el asesino amado.
Gloria a ti, Jezabel, Jezabel
Tu lluvia dorada es agua de río ¡Viva¡
Río de agua viva en nuestro Ser
¡Viva¡ Aleluya¡



CANCIÓN DEL CURA PEDÓFILO

“Mi culo en la Séptima Morada” Santa Teresa

Salir de mí
Tengo un hermoso plumaje
Grande y afilado pico
Por encima de lo que enseña el cilicio
Que me hiere el muslo
En rojo ensangrentado
Mostrando todavía
Las señales de vida en masturbación
Llevada a cabo
Sobre el sueño adormilado
Del culo firme de san Valentín
por mi amor
No me importan
Los asnos que creen en dios
Yo, donde nadie sube, trepo
Lo que nadie come, trisco
Muy poco estoy en la Iglesia
Pues lo mío son los carnales riscos.
Soy un cabrón de dios.

Estoy desolado
Peno en la senda de la Perfección
Los testículos elevan mi fe
Hasta el Señor
Levito
Y probablemente por eso
Soy venerado.
Agotado estoy
Perdido todo lo que tenía
Mi serpiente corre
Pero no vuela
Y cuando ve el ojetil reguero
Mete la cabeza.

“Apaciento mi grey con la “Caña la Doctrina”
Como dijo Juana la Papisa
Ocupado el solio pontificio
Con el nombre de Juan VIII
Entre los pontificados
De León IV y Benito III
Mi nombre es feroz
Con un tercio de Mijares
Un tercio de Badajoz
Y otro tercio de Linares
Los medios me dan cordelejo
Pero el pueblo la espalda al coro
Pide que silencie mis pecados
Sobre todo
Las mujeres mansas, dóciles
Y sumisas
Si la tendré larga
Que a todas admira
Y con dios la comparan enseguida.
Chúpate esta, marquesa ¡

Abrázame aquí
Quiébrame la lechetrezna
Que yo bien se
“corderilla mega  mama a su madre
Y a la ajena”
Y tu bien sabes
“El cordero manso mama a su madre
Y a cualquiera”
El bravo, ni a la suya
Ni a la ajena
Tan presto va el cordero
Como el carnero
En corriente de Esperanza
Destruyendo la célula dañada
De Purificación.



Daniel de Cullá. LQSomos. Marzo 2015


Antes que Valentín, Priapo

-“¿Qué tal, hijo amado,
Qué tal, Valentinito
Has cuidado bien
De tu pajarito?
El padre que vio
Milagro tan glande,
Al señor obispo
Trató de avisarle.”
-Copla de Ciego

Antes que Valentín, Príapo
Pues en el amor como en las creencias
Todo es falso
Que, en todos los tiempos
Ha habido amantes falsos y perversos
Pues Amor no se atiene a hombres cuerdos
Y a ninguna Vesta le ha gustado
Hacer sexo
Con dioses nacidos hombres lerdos.
El sexo en la mujer que se cree
Tan bruja o hechicera
Es una calumnia
Para el Orgasmo del hombre
Que yo me he bajado muchas veces
Para meterla y sacarla con bien
A salvas de un riesgo
La lengua en el coño de Vesta
Y le he puesto la oreja derecha
Que es por la que mejor oigo
Escuchándole decir entre labios
Que “el miembro de todos esos dioses
Que os creéis hombre
No es más que morcilla de Cardeña, en Burgos
O chorizo de Cantimpalos, en Segovia”.
Y yo me digo, exclamando
En punto tan delicado:
Qué de juicios más estúpidos
Han levantado las falsas Chirlomirlas
De artistas consagrados
Haciéndonos creer lo negro del pelo, blanco
Como con aquella Marilyn Monroe
En ”Con faldas y a lo loco”
Ocultando, fácilmente descubriendo
Su braga blanca
Haciendo que “Los caballeros las prefieren rubias”
De Anita Loos
Eleven sus penes geriátricos
Andando y lentamente mirando
(No es menester que se diga a qué objeto).
Que Amor habla una lengua viperina
Es una puta verdad
Pues se muestra con graves sentimientos
Sí, dando chasco, las más de las veces
Al diosezuelo entrante
Que despierta siempre sorprendido
En poniente.
Que la Jumenta maldice al Asno
Que la apriapa sin quererlo
Y más, cuando a la opción primera del sexo
Amor se atiene a cualquier agujero
Tragándose agitado
Un pene en pena, por ejemplo
y diciendo:
“¿Qué buen pienso va a darse nuestro dios, eh?
Y para sus adentros:
“Ya se relame el hijo puta este….
Ya se acerca….
Ya llega…
¡Qué asco¡….
Que mierda sorprendida en sueños
De Cuentos de Hadas
O “Las Mil y Una Noches”, en arabesco
Ver a Vesta apoderarse de un miembro
En la Taberna Culo de Gloria
O en el piso de citas
De cualquier edificio global
Es como ver al Inquisidor General
Encender la hoguera
Donde asar a brujos y hechiceras
A no creyentes en majaderías impuestas
Y acostarse, después
Cumplida su misión criminal bendecida por la Iglesia
De propagador de la muerte
Divinamente en la cama
Para coger a su “santa esposa”
Y, apretándola,
Llevarla para Huesca
Levantándole la falda
Con su falso testigo entre dos huevos
Delator infame y perverso
De esa legitimidad de heredar la tierra
Esperando ese divino cuesco tan tremendo
Que despertará a curas y frailes
A novicias y novicios de conventos
Entre campanas
Que resuenan la aventura, una vez más
No de Valentín
Pero sí, la de Vesta con Príapo.





Madre: hija, te has casado con un bandolero
hija: madre, yo le quiero

Esta es la historia en Copla de Ciego
De Francisco Ríos González “el Pernales”
Ladrón castigante y amante, para unos
Y para otros, congoja y carne de presidio
Que en zaga no va
A cuantos bandoleros creó la Iberia.
Vivió señalado por los “Arpías”
Agentes de la autoridad
Antojado por esposas y grilletes.
No era muy arbolado, pero sí
Pequeño, sagaz y astuto
Con unos ojos azules plenos de sagacidad
Un verdadero manazas
Que apandillaba la flor de la bandolería.
Fornicaba como ninguno
Y se jugaba a su mujer
A los dados o a las chapas.
También, era armadillo
Que daba dinero a otros
Jornaleros y braceros
Para que no se arrodillaran ante la desgracia
Sonando a campanillas de gloria
Los cinco o seis reales regalados
En sus bolsillos.
Campanillas que despertaban el diente
De los perros cortijeros
Que siempre están de centinela
Inquietando el sueño de caciques
Y la mansedumbre del bracero
Cubriendo y protegiendo a las mancebas
Desde Estepa a Puente Genil
Desde Puente Genil a Lucena
Un vasto campo donde explayarse
Cual atalaya, ladrón arrogante
Atorigando, cogiendo y hurtando
Sin retóricas frases ni lisonjas
Con fusil recortado o navaja limonera
En villas, en cortijos, en aldeas
Mostrando el bandolero su hombría:
“- ¿Qué hace usté aquí, Pernale
Maldito en el corral?
– Los amores de mi amada
Por aquí me hacen rondar”
Con visos de valor y poesía
Dando pruebas manifiestas
De su audacia de algarín
Ladrón de la aceituna.

Nacido en la calle de la Alcoba
En Estepa, diócesis y provincia de Sevilla
Y bautizado en la iglesia parroquial
De santa María de la Asunción la Mayor
Saltando, de pequeño
Tapias y cercados
Como un san Juan de la Cruz
La tapia de conventos de novicias
Ejerciendo de cabrero
Un día, en Puente Genil
Viendo cómo a su padre en el cuartelillo
Le abrían la cabeza
De un fuerte culatazo
Poniéndole las costillas
Como nueces en costal
Juró odio eterno a los “Arpías”
Cumpliendo su deber bueno o malo de vengarlo
Recordando que a la sombra de un pesebre limpio
Le enseñó su padre
Lo que vale un bandolero en todo tiempo
(Un ser humano bien útil
A la raza andaluza, a la raza hispana).
Saliendo con sus ojos avizores
Y cabalgando Relámpago, su caballo
Atravesando los olivares
Soñadores de la recolección
Y la molienda de la aceityuna.

Va bailando a cortijeros y caciques
Atracando a maleantes del público Erario
Ladronzuelos, ladronazos
Que hurtan al jornalero y al bracero
Por el procedimiento del bajamano
Señalándoles con una mano
Mientras que la otra se aprovecha de algo
Ofreciendo éstos su sudor y lágrimas
Al cacique, al Estado
Que exclama:
-“ ¡Ay¡ ¿Qué queréis, Pernale?
Dios mío, ¿Qué gente es ésta?
-Venimos a degollar
Si no entregáis la moneda”

Él quería, también, tirarse a la Bartola
Volviendo a sentir del corazón
Su entrañable latido
Y en la casa de la calle de el Toril
Se enamora de María de las Nieves Pilar
Con quien casó y cumplió con maleante amor
Consagrado por la Iglesia
En legítimo matrimonio
Como así dispone de Trento el Santo Concilio
Tocándole obscenamente, tentándola
Palpándola, sobándola
Y de sus manazas brotando hostias como panes
Sobre todo cuando viene mamado
De “bala-rasa”, aguardiente malo
Como cuentan de él las beatas de la iglesia
Que dicen le decía puta, marrana
Dándole tal paliza
Que los huesos le descoyuntara
Y si las niñas con sus lloros despertaban
Su siesta de bandolero blasfemo
Con mala sangre y extrema gravedad
Las cogía por las piernas
Bajándoles los vestiditos
Y en su desnudita espalda
Con una moneda de cobre de diez céntimos
Que ha echado en las brasas
Poníales la moneda y su marca
Acompañada de un olor de carne chamuscada
Al grito de:
“¡Toma¡, pa que con motivo yores”
Trocando estos belenes de amores
En desprecio de su víctima
Que obligó a María Nieves abandonar la casa
Y, con sus hijas, huir a los montes de Padiela
Al término de Gilena
Para más tarde, volver a Estepa
Harta de humillaciones
De vergüenza y de lágrimas
Consentidas otrora
Porque fueron bendecidas
Y obligadas por la iglesia.

Desde ese instante “el Pernales”
Más duro que un canto
Vivió al margen de la ley
Bailando en la cuerda floja cual perdulario
Huyendo de un lado para otro
Montando su caballo Relámpago
Acariciando los olivares a su paso
Cuyas trémulas sombras del ramaje
Se agitaban a la luz de su cuchillo
Llenando los campos de sangrientas luces
Como las que iluminan Peñarrubia
Estepa y Aguadulce
Y estos otros “Santos Lugares”
De Marinaleda, Matarredonda y el Rubio
En cuyas tabernas y mancebías regala
Los costales de Aceitunas robados
una borrega abocada a parir
Y un marrano
Cogidos en las cuadras y corrales
Esta vez, con sonoros versos cantados
En pollinales metros
Pues ahora siente enamorado
Su asinino plectro
Y hará que su amor alcance hasta el cielo
Pues se muere de amor por Concha, “Conchuela”
De El Rubio, eligiendo su destino
Una linda mocita de poco más de veinte años
Alta, esbelta, de correctos modales
Pelo largo y labios encendidos
Con las virtudes con que sueñan
Las zagalas y muchachas casaderas
Pues sabe bordar, planchar y coser
Sabe, también, guisar
Y la tabla de multiplicar
O, como dice su padre
“es trabajaora, modosita y mu desente”
A quien la leyenda del bandido
Con aromas de recia montaracía
La convertirá en amante de héroe de novela
Que les hace ser, por ello, la bella y la bestia
Porque el azar ha colocado a esta hermosura
En las manazas de un criminal amor
Que, por desgracia
A Ella, sin culpa,
Llevaran los “Arpías” a un final irremediable
De cárcel y represión
Llena de cadenas hasta el corazón
Tan sólo por amar
Que por eso las gentes cantaban
“-¿Quién ha sido el asesino
Quién ha sido el criminal
Que ha apresado a la más bella
Sin que nunca hiciera mal?”
Siempre, orgulloso, “el Pernales” decía:
-“Este sí que es mi amor glande y verdadero
No como el de Romeo y Julieta
O los Amantes de Teruel
Que no fueron más que amores fulleros”.

El Pernales, olvidado de su mujer e hijas
Despreciando, también, a su amante María
“la Negra”, y a otras mancebas
Que ha regalado a “el Niño de la Gloria”
Y a otros bandoleros
Entre los Ojuelos y Marchena
Le da su mayor cariño
Haciendo amor con Conchuela
Resguardados entre los olivos
Escondidos en una choza
En quiebra del terreno
Prometiéndose amor eterno
En Palma del Río
Siendo aplaudidos por braceros y gañanes
Que están en la parte afuera
Gente humilde que alaba
El robo a los ricos
Y sus muestras de humillar al poderoso
Recitando la felicidad de “el Pernales”
Cuando canta:
-“Mira si será guapa
Mira si será bella
Que hasta el mismo Cortijero
Se ha enamorado de ella
Más cuidado, que voy yo
Y la garganta le cerceno”.

Su predilección por su caballo Relámpago
Es extraordinaria
Pues, para él, su caballo es más
Que los caballos de todos los héroes de leyenda
Es más rápido en giros y bello
Que Babieca de el Cid
O el caballo blanco de Santiago
Mucho más parecido a Rocinante
El caballo de Don Quijote
Por sus modales de justicia social
Y de ayuda a los pobres de la tierra
Siendo como él y Rucio
El Asno de Sancho, el más hábil
Pues se acuesta en un sitio
Levantándose en otro
Como cuando los “Arpías”
Le corren en un punto
Apareciendo él en otro.

Cuadrillas de segadores de Aguilar, Ecija y Herrera
Saben de sus hazañas
Y las cantan a los cuatro vientos
Como su amor por Conchuela
La de el Rubio
Amor tormentoso y de altos vuelos
Definido con pelos y señales
Por los gentes del pueblo
Que unos lo aceptan
Y otros lo callan por miedo
Y muchos lo envidian
Como ese anciano, ese mozo, ese cura y fraile
Ese sacristán y paisano
Todos ellos temerosos de la “carabina de Ambrosio”•
La de “el Pernales”
Escopeta de dos cañones
Fuego central de retroceso
Para unos, bien bueno
Para otros, mucho malo
Que ahora marcha al garbanzal
Donde Conchilla siega garbanzos
De un cortijo del término de Ecija
Pues los amantes han quedado conchabados
Junto al pretil de un pozo
Para montar él a su amada
A lomos de su caballo
Sobre una manta jerezana
Que les llevará a consumar el Acto
En un caserío del término de Puebla de Cazalla
Materia de una leyenda más
Nacida en la cumbre de los Morricos
Término de Villaverde
Sobre una manta encarnada
Con estribos y corra.




Sal mos

Sal mos, o nos salimos, por la ventana:
Sale el sol, sale el pelo
Sale el retoño braguetero
Y a la niña le ha salido un novio
Salen de sus casillas los popolíticos
(Dios sabe, que sabe a nada, de dónde han salido
Estos Burros, como decían las sacerdotisas de Marte
En la antigua Roma)
Éramos pocos y parió la Burra:
Jamás el pobre saldrá de la pobreza
Y el rico, poco a poco, ganará más de su cosecha
Pues en lo listo salen a Caco
Su padre putativo
Que el cura párroco nos ha salido un bribón:
Naturalmente tiene sal en su lecho
Porque se acuesta con sor María de Salinas
Célebre religiosa natural
De Tamante de Litera
En cuyo vientre dejó escrita su mística erecta
Que se corre como música de Francisco de Salinas
Célebre músico natural de Burgos
Precipitado pajillero
Devoto de la gansa de Cantimpalos, en Segovia
Que le sale al campo, sale a las afueras
Al padre Gamo, franciscano
Quien, con un cencerro, llama a la Jumenta
Recordando el primer coito de su primer siesta
Donde “ A fuerza de lavados
Dijo la madre abadesa de las Huelgas
Salieron las manchas de los polvos sagrados
Ahora comentado por un viejo de geriátrico
Que va a la paja a 10 euros por rabo
Con un sentido Rebuznado y exclamando:
“por un Rebuzno, salí de diputado
Salí de alcalde, por otro mejor Rebuznado”
Alabando en los estrados
Las Rajas “por do sale” el agua del cántaro
Por do entra el sacro esperma
En chotillo o chotilla más tarde esperada o esperado
Que por eso cantan en tu pueblo los mozos en celo
Haciendo pajas a los guiños de las bragas:
“Se sale la cuba
Se sale el costal
Y a mi linda Raja
Me la voy a follar”
Aunque salga caro el trueno
De un culo pastoral
La aguja grande y gruesa de enjalmar
Coserá los salmos del joder
Sobre un ano o bóveda casual
Que descansa sobre un asnal salmer escorzonero
Con la salsa de san Bernardo
Que es la salsa del Chumino
Que a mí me gusta tanto la salsa como la perdiz
Y el Rebuzno de una Jumenta exhalado
Por el que nació y murió Rimbaud y Diocleciano
En templo de Tetis, sagrario malmetido
Con hostias de milano
En cantinela acompasada, cadenciosa
Con que se suele acompañar la fuerza ejecutada
Por los marineros del Ano
Zoquetes y tarugos que van unidos
A la grande esfera del Culo, diciendo:
Sal del paso, sal a la lección:
Saltero, putero zancado
Acaba de bajar las escaleras de un piso de citas
En la calle Virgen del Manzano, en Burgos
“zapato jodedor” le llaman
Y se le ve en la calle, después del desove
Flaco y espatarrado
Quien nos dice: “no queda más chichota.
Salina, a quien me he beneficiado
Tiene un Chumino donde se cría
El sarro salinero
Cuando el Rebuzno de Amor es de Oriente
Este, de Levante
Silbando yo con la chifla
Un Rebuzno enamorado
Como cuando tras los montes en Sedano, Burgos
Con unos personajes históricos
Mirando la estrella Sirio de primera magnitud
La más brillante del firmamento
En la constelación del Can Mayor
Con gallegas y portuguesas agarrando nuestros penes
Les hablaban de esta guisa:
“Malandrín, tú que eres chiflador y chiflas
¿A qué te sabe el Chumino?
A Malarrabia, decíamos todos
Cierta confitura de plátano y boniato
Ya, respondían ellas, Chichisbeo, chichisquiero, claro
Prosiguiendo:
Hermanas haced que den estallidos
Estos lagartos”.





Urraca

Canto a Urraca Fernández
Sentada en su silla del Museo de Burgos
Una grande, libre y real Puta
Quien, sin sentir, ha venido a decirnos
Qué son ayuntamientos
Hija del conde de Castilla, Fernán González
Reina de León
Por haberse trajinado a Ordoño III
Hijo de Ramiro II
Cuyos Rebuznos se elevaban hasta el cielo
Amancebada, después de repudiada
Por su marido
Con Ordoño el Malo
Que reinó, también
Y, por último
Después de muerto éste
Casada con Sancho II el Cornudo, rey de Navarra
Y, a escondidas, ligada con un príncipe
Llamado Jimeno
Quien llevaba meajuelas en su miembro
Ciertas piezas pequeñas
Que solía ponerse pendientes
De los sabores del pene
Para refrescar la boca de la reina
El cual, viendo la emulación, el ansia, la presura
De esta reina
Elevó su Rebuzno de amor hasta el Monte de Venus
De su vaina con jactancia
“Una Vaina plegadiza, que puede plegarse
O doblarse
O que está dispuesta para ello
En pendencia bien solemne”
Como dijo el tal Jimeno
Cogiendo entre sus dos manos
El real Opérculo
Pieza redonda generalmente
Que sirve de olla y cobertura de ciertas alargaderas
Elevadas a plenario por unas meajas
Cierta moneda antigua de vellón
En los reales meaderos
Donde a la reina le gustaba yacer
Junto al meandro, revuelta o recoveco
Del río, o camino
Que hacen los gatos cuando mean
Pues la reina decía:
“Aquí, donde está esta meada de gato
Trae tu expósito a mi Meca”
Entonando un “mea culpa” orgásmico
El principito eyaculando
Golpeándose los dos
Con vejigas hinchadas
Y el matachín del príncipe
Cuchillo jifero de carne y hueso
Haciendo raja donde había herida
Por beneficiar la puerca a manteniente
Sin soltar el arma de la mano
Pues la reina maneaba su rotura
Con el glande de Jimeno
Buscando querubines del culo
Como quien busca grillos
En el primer coito angélico.



Lola montes, mujer

O Amor de una Señora a un Asno
Estoy leyendo sobre Lola Montes
Celebre aventurera
Que cabalgaba en Asno
Favorita omnipotente
Del rey Luis de Baviera
A quien conoció en Getafe, Madrid
Inesperadamente a la luz del día
Y pegando horribles Rebuznos
Porque los hijos de Atenaida
Todos bastardos
Marquesa de Montespán
Y coneja concubina de Luis XIV
Le acosaban con una lluvia de dardos
Por ese reírse de ella torciendo la boca
Pues cantaba:
“En Valverde, moquillo verde
En Berlanga, lanza y albarda
Y en Getafe, la lerda pollina bien atada”
Todos lugares de Extremadura
Menos Getafe
Marchando saltando
Por un portillo de una tapia
Como la zorra que huye de una casa
Donde ha entrado
Y, al pasar
Toca las cuerdas de una guitarra
Huyendo
Sin poder evitar ver a Lola Montes
Pasando hoja en el Arte de Amar
De Ovidio
Que, ahora, está leyendo
Acordándose de su rey
A quien cariñosamente llamaba en broma
“Mi Luis de Verga”
Y, en punto serio, “Mi adulador Asno”
Rebuznando riendo
Como dice el autor del libro
Que Rebuzna el bello sexo
Pues de su Arte Amatoria ella sabía muy bien
Desde pequeña
Aun sin leerlo.



Dar latidos el perro

Alisaba la cabeza de mi novia
Rayándole enteramente el pelo
Y ella me mesaba repetidamente la barba
Arrancándome un pelo
Mientras escuchábamos una conversación
Sobre la remembración de las muertes diarias
Que tienen mella
En los labios y los párpados de los ojos
De la prensa vueltos hacia fuera
Anunciando que la función dada
Al “Je suis Charlie”
No era más que un “remedión”
Función con que se suple
La anunciada en un teatro
Cuando esta no puede ejecutarse
Colocándose los jerifaltes de las naciones
En el remiche
O espacio que hay en las galeras
Entre banco y banco
Con extraordinaria concurrencia
De mercaderes y negociantes
Dejando enteramente muerta la muerte
En el canal o hueco
En que las ventanas se ajustan sobre la corcheta
Pues “la muerte llama a la muerte
Y varea y menea los olivos
Para que suelten la aceituna
Dando latidos el perro
Anunciando
Que el crimen mortal es un remedo de la muerte
Ejecutada generalmente por burla”.
Que así fue por los realces o bultos
Que quedaron sobre las mesas y en el suelo
Tomando la vida el hábito del crimen y la muerte
Por quienes sostienen que no puede haber salvación
Fuera de las falsas creencias y embustes religiosos
Cayendo en pequeña hijuela de acequia de sangre
Los asesinados de ayer, de hoy y de siempre
Por afirmar que “ninguna creencia
Merece veneración y culto
Si para besar y dibujar las cosas materiales
E inmateriales
Necesita de la maestría del ultraje y el asesinato
Como tampoco
Que a los gemidos
Lamentos y muestras de dolor
Que excitan la compasión y la lástima
Se les cargue con el peso de la opresión
Con síntomas que ocultan
Su verdadera naturaleza autoritaria
De crimen revertido
Naciendo en la huerta
Lo que no siembra el hortelano
Quitando o haciendo perder
La garantía o fianza de humanidad
Que se tenía concedido.




Méjico, sangre de varia lección

Méjico está siempre en la escena del crimen.

En cada una de las partes en que se divide cada acto del poema dramático,
hay un decapitado, algunos y algunas, muchos,
violentados y asesinados,
otros, los más, desaparecidos.

El espectáculo de algún suceso de la vida real,
más o menos extraordinario, cruel y conmovedor,
está al orden del día:
La célebre historia de Iguala,
por haberse firmado en ella en 1.821 el llamado “plan de Iguala”
o “de las tres garantías”,
en cuya virtud quedó establecida la independencia de Méjico,
hoy cae por su peso, y se baña en sangre
por la matanza de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa,
poniendo al igual del crimen la manera de los conquistadores
o los virreinatos de gobernadores, obispos y frailes
dedicados al sometimiento por el crimen, la violación y el degüello
del estado mexica o azteca,
principiado por el asesino Hernán Cortes
en nombre del rey felón y estuprador Carlos I de España.

Los amuletos, los colgantes, los exvotos,
las imágenes de santas y de santos del Cristianismo
impuesto por las armas y el estupro
lloran lágrimas de cocodrilo en el santuario de Guadalupe, en Guadalupe-Hidalgo, en la catedral de Durango, en la catedral de Méjico,
lo mismo que el monumento a Guanthemoc, (Guatimozín),
sucesor inmediato de Montezuma,
último soberano indígena que reinaba cuando llegó al país
la expedición conquistadora,
débil y amariconado en el trato con los invasores,
lo que le valió recibir una “puñalada trapera”
con herida de muerte en un motín de sus súbditos.

Sin embargo, Teoyamici, dios de la muerte y de la guerra,
en el Museo de Méjico,
sí que llora lágrimas de sangre,
pues se parece a la antigua fuente del salto de agua en efusión de lágrimas acompañadas de lamentos y sollozos
por la muerte de estos estudiantes
detenidos por policías locales y entregados a miembros
de un grupo criminal venático con vena de locos,
sinvergüenzas de condiciones despreciables,
quienes les transportaron en camionetas hasta una brecha o barranco
junto al basurero de Cocula
para que una vez envueltos en mortaja
como el papel en que se envuelve el cigarro,
despeñarles y quemarles vivos,
como si fueran leña en la pira de quemar los cadáveres
o las víctimas del virreinato,
para después de apagado el pavoroso incendio provocado,
desmembrarles, dividiendo y separando sus miembros
para meterles en bolsas de basura de plástico negro
que arrojaron al río,
con las que el venaje, su manantial o caudal, aumentó
corriendo al agua sus vidas que les salía por los huesos calcinados
hacia el seno de la muerte entre río san Juan y Nuevo Balsas,
estando el aire como pasmado o asombrado
en sus riberas.







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