miércoles, 29 de abril de 2015

PABLO G. BAO [15.808]


Pablo G. Bao 

(Palma de Mallorca, 1950).- No es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia; tampoco lo es en Filología Románica por la Universidad de Salamanca. Desde su más tierna edad ha ejercido de mozo de tiendas, chico de los recados, botones en una constructora (donde aprendió a escribir a máquina copiando el libro Heidi, de la Spyri); oficinista, repartidor publicitario, repartidor de pan, camarero, lavaplatos, hombre de la limpieza en bares (a cambio de bebida y poco más); responsable de un chiringuito de hamburguesas (de donde fue despedido por irresponsable); basurero, desbrozador de campos, pintor de brocha gorda, albañil, cortador de caña, cortador de carrizo, albañil otra vez, transportador de muebles para hoteles, alquilador de hamacas y de tablas de surf en las playas… entre otras cosas. Y desde hace algunos años hasta la actualidad, vendedor ambulante de chorradas para turistas rubios en simpáticos mercadillos veraniegos, donde ya casi tiene lista su tesis doctoral.

Ha publicado los libros de poemas Corazón de ternera (2000, Editorial Línea de Fuego); 
"La muerte es una zorra disfrazada de orquídea" (Pasiónporloslibros, 2015). 
Fue incluido en la Revista Literaria 41-42 (Editorial Renacimiento); es uno de los treinta en la antología Poemas para cruzar el desierto (2004, Editorial Línea de Fuego); 

ha publicado en la Revista bART (de Karmelo C. Iribarren); ha compartido cartel en el nº 6 de la Revista Ex Libris, de la Universidad de Alicante; ha competido con los famosos Hermanos Tonetti, en los también llamados Recitales Poéticos (con derecho ilimitado a rioja tinto), además de enviar sus poemas a revistas locales y provinciales que lo solicitaron, algo de lo que prefiere no acordarse… Y, por supuesto –y como debe ser–, envió sus trabajos a las más renombradas editoriales de poesía (la mayoría de las cuales quedaron tan impresionadas, que una fatal parálisis les impidió siquiera contestar).

(Y por ahora, nada más)





era por la mañana;
esperaba impaciente mi turno
en la carnicería,
cuando miré a aquel bicho
colgado de unos ganchos
bocabajo,
sus ojos cegados de muerte
y de terror
y sentí que era yo;
mi vida entera allí, exhibida
en canal,
colgando tragicómicamente
de unos siniestros ganchos

pude haberles gritado que era
yo,
pude haberles montado
el numerito circense del
poeta

pero ¿quién es poeta?
pero ¿qué es poeta?
y ¿qué sabe el poeta?

yo sólo sé lo que vi allí
colgando una mañana,
mientras guardaba cola
en la carnicería,
doblando de impaciencia
entre mis dedos
el diminuto ticket con
su número.

"Poemas para cruzar el desierto". 
Colección Línea de Fuego, Oviedo, Asturias.




CORAZÓN DE TERNERA 
Editorial Línea de Fuego

Argumento

Es un libro en el que se describe la vida del poeta, sus amores, sus desventuras, sus fracasos etc., pero en un lirismo duro... descarnado y al mismo tiempo lleno de ternura.Un libro de poesía que gustará a quienes casi nunca leen poesía por creer que la poesía es algo cursi y anticuado. Espero que, si alguien lo lee pueda dar también su opinión.




OMMMM... 

Me hablaba del karma
de la India
de Buda
Y sonreía...
Siempre aquella
sonrisa.

Y no era el karma
ni la India
ni Buda:

era esa estúpida
perenne y rematadora
sonrisa
lo que me fascinaba.




 
NO OLVIDES LAS CORTINAS

Comprendes que has aprendido alguna cosa
cuando observas que cierta gente conocida
ha empezado a tomarte la distancia.
Comprendes que has aprendido alguna cosa
más,
cuando ves que más gente –además de más
gente–,
comienza a mirarse los zapatos
al cruzarte con ella por la calle.
Finalmente, si has aprendido lo suficiente
para poderte sostener sobre tus piernas,
es hora de que dejes de pensar
y de hacerte preguntas (que no huelen sino
a ballenas muertas en la playa):

echa las cortinas –si es que tienes
cortinas–,
enciende un cigarrillo –si es que fumas–
y aprende de una vez a respirar solo
y acompasadamente.




CASI MEJOR

Casi mejor que no sepas
cómo te quiero hijo

si lo supieras
si lo supieras de verdad
estarías mordiendo
la misma vida que he
mordido
y ésto -lógicamente-
no puedo permitirlo

Casi mejor que pienses
que te he querido
como un papito más
de esos que temporizan
que sonríen
que calman
que riñen
que se enfandan

como un papito bueno
que toma el desayuno con
periódico
y te acompaña los sábados
al zoo

y que improvisa payasadas
no tanto para que tú
te rías

como para que no te rompa
la risa
su tristeza.




CORAZÓN DE TERNERA

buscaba algo especial
para la cena
económico
y a ser posible
novedoso

un mínimo aliciente
con que espantar un poco
estas jodidas moscas
de soledad y espera

lo hallé, gracias
a la profesionalidad
del solitario
que recorre su híper
como quien hurga el cielo
buscando respuestas
en los astros

CORAZÓN/TERNERA
reza en la etiqueta

lo tengo aquí
en su aséptico envase
sobre la mesa
mientras escribo esto;
medio kilo de CORAZÓN
cortado en láminas
rojo-violáceas

lo estoy mirando
y pienso
que podría ponerse
a palpitar si yo se lo pidiera

está esperando
como yo
a que la noche llegue
lo arroje a la sartén
y palpitemos juntos
y bailemos
nuestra secreta
y silenciosa danza

ni su envase ni el mío
es el lugar que nos
conviene
y lo sabemos

voy a guardarlo en la nevera.






Lencería
a M. A.


era de madrugada.
volvíamos a casa pletóricos
de alcohol, de vida
y de deseo

mientras subíamos las
escaleras
me lancé sobre ti -tú marchabas
delante-
te perforé las bragas con mis
dientes
las arranqué de cuajo
y te follé
entre dos escalones
entre dos miedos turbios

luego, lo de la cama
pertenece a otro ámbito

lo de la cama supongo que
fue bien
pero no lo recuerdo

lo de las escaleras
sólo lo olvidaré
cuando me entierren
junto a mi polla
muerta

(por cierto, que te compré
unas nuevas)





MARZO ’94 – 
TELEGRAMA URGENTE A LOS GUSANOS

* marzo ’94.–
* Bukowski ha muerto.–
* enterrado ayer.–
* id preparando cuchillo
y tenedor.–
* es todo vuestro.–

(sólo con sus pelotas
gusanos
tenéis para un buen
rato)

de su poemario Corazón de ternera





NO SON PERROS, SON FLORES

está lloviendo

miro por la ventana
y veo
a ese perro de calle
que atraviesa la acera
bajo una fuerte lluvia

yo estoy bajo mi techo
a buen recaudo
y me parece bien

y me parece bien
que ese perro de calle
tiemble bajo la lluvia
como una flor de asfalto.






EL SARAMPIÓN

tenía siete años.
tenía mucha fiebre.
estaba pasando el sarampión.
de pronto
me despertó sobresaltado
el familiar sonido
del Infierno.
me levanté tambaleante.
abrí la puerta.
la bota militar del hijoputa
de mi padre
aplastaba la cara de mi madre
contra el suelo. 
volví a cerrar la puerta
y me metí en la cama
abrazado a la fiebre
al sarampión
a todo lo que en ese instante
pudiera darme un mínimo 
refugio,
un mínimo calor.
aquello ya pasó.
el sarampión persiste.






1ª COMUNIÓN

junté las manos
cerré los ojos
abrí la boca
saqué la lengua
recibí la hostia
la única 
hasta entonces
que no dolió





NO TE FÍES DEMASIADO
DE LAS ESTRELLAS

te has ido
dices que te 
preocupo,
tomas tu bolso
y sales
sin ni quiera
darme un beso
y lo entiendo,
aunque me jode
no haber podido
besar ese beso 
no dado
salgo al balcón
te veo dirigirte a
tu coche;
éste hace plop plop
encendiendo sus luces:
parece estar contento, 
como el perro cuando 
el amo se acerca
arrancas
te esfumas
y entonces miro 
arriba, y ahí están,
como siempre
y me pregunto (al 
menos esta noche) 
si ese curioso titilar 
de las estrellas
no es otra cosa que 
una amable y piadosa 
carcajada






CLOWN

abandona la pista
ha terminado su trabajo
ya en casa
se arranca la nariz
se quita el maquillaje
y arroja en el rincón
los zapatones
recuerda:
rostros muertos de risa 
–o simplemente
muertos-
aplausos
niños tirándole del
chaquetón
voces, pisadas
ruido ruido ruido
ahora se ríe él (acaba
de mirarse en el espejo)
hasta soltar la carcajada
luego se sienta
saca la fría pizza de la caja 
abre de nuevo la carpeta
y mastica sin ganas
mientras hojea indiferente 
el taco de poemas leídos 
por la tarde









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