jueves, 30 de abril de 2015

DANIEL GUERRA DE VIANA [15.826]


DANIEL GUERRA DE VIANA

Daniel Guerra de Viana (Reinosa, Cantabria  1969): Licenciado en Filosofía y Letras, sección de Geografía e Historia, rama de Historia (Prehistoria y Arqueología), por la Universidad de Cantabria. Con una importante labor en el mundo editorial, su obra, extraordinariamente plural, se encuentra recogida en numerosas publicaciones de alcance tanto regional como nacional, entre las que destacan 9 + 2 Al Natural (Reinosa, 1997), Reinosa: Visiones contemporáneas (Reinosa, 1999), Humus: diez años de poesía última en Cantabria (Humus. Santander, 2003), VerSOS y Aula (Peñacastillo, 2003), Amalgama (Casa de Cultura Sánchez Díaz. Reinosa, 2005), MICRO (Librería Asterix. Reinosa, 2000), Reinosa el paso del tiempo (Cantabria Tradicional. Torrelavega, 2004), Campoo, los
paisajes y la gente (Cantabria Tradicional. Torrelavega, 2005).




DEFORESTACIÓN

Un hombre frente a la profundidad amarilla del imperio
ante la insuperable arrogancia de la historia, de su destino
que se hunde en mares surcados de leyendas y sirenas
que cantan a la muerte.

Lejos la tierra llora sangre blanca
y las hojas de dientes mortíferos
roen las entrañas del árbol,
de los árboles
de los miles de árboles
que cumpliendo sueños y destinos
sucumbieron en las alucinaciones del imperio.

Termina la jornada de horas de sudor en la serrería
y el bosque que era negro se transforma en un pálida
luna de deseos inconfesos ante la lechosa mirada de
pájaros sin techo.

El mar se tragó el imperio, y las ansias
se volvieron acordes que anunciaban
muerte en las costas
y desolación en la tierra
y el rumor del tiempo se aproximó
a su historia
y la mano, la mano,
quedó suspendida
en su quimera.




AVES

Han vuelto otra vez
como la ilusión del embarazo
las aves;
son blancas y tienen pintas negras
picos naranjas como ensoñaciones
y vuelan por la tierra hasta los parajes
de la memoria, escondite donde se regresa
como un viaje a la infancia.

Han vuelto otra vez
todo está en calma
retornan al espacio
del recuerdo.

Hace tiempo que las aves,
las que tenían pintas negras y eran blancas
y los picos naranjas como las fantasías
no regresan, igual que las ilusiones.

Las aves no han vuelto
ya nada está en calma
no hay memoria
que nos diga como era todo antes
cuando aún el agua era un juego
y los montes, gigantes,
y los árboles, alfombras trenzadas por Sherezade.

Las aves no han vuelto
su pecho blanco se vuelve rojo
y sus picos naranjas
sólo anuncian
destrucción
pintas negras.





CABALLO LOCO

No hagas el indio hablando de la hermana luna
el hermano sol,
que la tierra es para todos, que la cuides,
que el agua será un bien perecedero,          aunque tengas piscina y no te lo creas.

Que el hombre blanco no cuida la tierra,
ni el árbol,
ni la montaña
ni el pájaro,                                         sí, hay zoológicos, lo sabemos.

No leas el informe ese de mil ochocientos y no sé que año
que escribió un jefe indio y se lo entregó al congreso de los Estados Unidos de América
del Norte, que decía eso de la tierra y del águila y del agua, y del hombre y de la paz,
no lo leas que es muy viejo y no te interesa,                   sí, como lo de Kyoto.

No sólo el indio loco lo hace… y no es una peli del oeste.
Y GreenPeace, y la vecina de enfrente que se ha vuelto ecologista,
y el niño en la escuela que recicla, y la monjita que casi no gasta,
hasta el anciano que escucha la radio deposita las pilas usadas en
un container especial,                              somos 6000 millones de habitantes…

No hagas el indio, que todavía hay petróleo
y columnas negras como pilares del horror,
y bosques ardiendo con sus entrañas vacías,
y carreteras panamericanas jodiendo la Amazonía,
y los libros de historia dicen que siempre hubo guerras,     todas más lejanas de ti.

Y se habla de biodiversidad…
cuando casi, dice algún profeta iluminado,     la guerra del futuro será por el agua.

                                            ¿será?

y cuando el gigante despierte y comience a comer papel…
no habrá bosque alguno,                                 tengo jardín.

Y la guerra nacerá otra vez, verdadero Ave Fénix,
y esta vez sólo por vivir con la gota de agua
y el fruto rosado de tu esperanza.

y como dijo el poeta Ya no hay locos, ya no hay locos,
solo guerreros
y alguno que hace el indio reciclando y salvando al planeta.






2 comentarios:

  1. Menuda basura, este tío de poeta no tiene nada. Lo de caballo loco no tiene desperdicio, me imagino a Peter (de Padre de Familia) recitándolo y me tiro por los suelos de risa. Patetismo poético diría yo...

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  2. ¡Qué razón tienes! No hay nada peor que los que se creen poetas y lo único que saben hacer es consultar un diccionario. Ni él mismo sabe lo que quiere decir. Malo, malo, malo.

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