Gerardo Arana
(Querétaro, MÉXICO 1987- 2012).
Escritor y Lic. en Lenguas Modernas por la Universidad Autónoma de Querétaro, UAQ. Participó en distintos talleres como asistente y coordinador. Ha publicado los cuadernillos de cuentos La Máquina de Hacer Pájaros (Herring Publishers – UAQ, 2008), Neónidas (Herring Publishers, 2009) y El Whisky del Barbero Espadachín (Urano, 2010). Ha recibido distintos premios a nivel local y nacional y ha sido becario del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes en la categoría Jóvenes Creadores en 2009, y de la Fundación Mexicana de las Letras para el Curso de Creación Literaria para Jóvenes en 2009. Impartía clases de español e historia a jóvenes de secundaria y estuvo a cargo de la dirección editorial de Herring Publishers México.
(Querétaro, MÉXICO 1987- 2012).
Escritor y Lic. en Lenguas Modernas por la Universidad Autónoma de Querétaro, UAQ. Participó en distintos talleres como asistente y coordinador. Ha publicado los cuadernillos de cuentos La Máquina de Hacer Pájaros (Herring Publishers – UAQ, 2008), Neónidas (Herring Publishers, 2009) y El Whisky del Barbero Espadachín (Urano, 2010). Ha recibido distintos premios a nivel local y nacional y ha sido becario del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes en la categoría Jóvenes Creadores en 2009, y de la Fundación Mexicana de las Letras para el Curso de Creación Literaria para Jóvenes en 2009. Impartía clases de español e historia a jóvenes de secundaria y estuvo a cargo de la dirección editorial de Herring Publishers México.
Localizan sin vida a escritor Gerardo Arana Villareal
Noticias de Querétaro
lunes, 30 de abril de 2012
19:00
►Vecino de la colonia Las Hadas, identificado como prominente escritor y becario del Instituto de bellas Artes...
Por: Alfonso García
Noticias
Vecino de la colonia Las Hadas, identificado como prominente escritor y becario del Instituto de bellas Artes, fue encontrado sin vida ayer por la tarde en su domicilio. De acuerdo a los primeros indicios se hizo referencia a un suicidio a través de una sobredosis de medicamentos.
Luego que paramédicos del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM) confirmara el fallecimiento de quien en vida del también maestro Gerardo Arana Villarreal, de 25 años de edad, en su domicilio ubicado en la calle Mar Mediterráneo, oficiales de Seguridad Pública Municipal y Policía del Estado, tomaron conocimiento, dando a la vez intervención al Ministerio Público adscrito al Servicio Médico Forense.
De acuerdo a los informes obtenidos, familiares de Gerardo se percataron de la situación por la tarde, después de las 14 horas, al retornar a su domicilio.
Al no poder abrir la habitación del joven escritor pues estaba cerrada por dentro, se buscó la manera y al conseguirlo se dieron cuenta que no reaccionaba por lo que se solicitó ayuda a través de la línea de emergencias 066.
El Ministerio Público al acudir a tomar conocimiento llevó a cabo las diligencias e indagatorias en el inmueble, realizando enseguida el traslado del cuerpo sin vida al anfiteatro del Médico Forense para que se practicara la necropsia de ley con la que se determinaría la causa real del fallecimiento.
Mientras tanto en el lugar fuentes policíacas hicieron referencia en base a las evidencias que hallaron, que el ahora occiso había ingerido considerable cantidad de medicamentos.
Ojalá el gobierno me diera una beca
Mi accidente
Mi Rolls Royce estrellado
En la copa de un árbol
Pienso en ti
Y mi pecho se abre
Se abren dos bolsas de aire
La copa estalla
La copa astilla
Dos bolsas de bosque
Muchas hojas
Muchas novelas
Novelas beca
No velas
Para vivir con quien uno ama
Vivir sin velas
Un año viviendo del estado
El estado perfecto
Haciendo nada
Ahora que lo pienso
Ahora que lo digo
Ojalá el gobierno
Me diera una beca
Y me prestara
Un bosque
Para escribir contigo
Para escribir poemas
Para escribir novelas
Donde podamos
Llamarnos Itzel
Cada que escribimos
Internacionalista
Y escritor solicitan bosque y dinero
Para hacer el amor
Un bosque para ti y para mí
Volver a comenzar la creación
Tu cuidas de mí y
Yo de que tú no pierdas el bosque
Cada que me pierdas
Voy a encontrarte amor mío
Te diría antes de salir de caza
Mientras tú escribes
El tratado de filosofía
Que preparará al mundo
Para mi primera novela
Y tú me dirás: te espero mi amor
Y yo te diré: no tardo mi amor
Y me iré de caza
Pensando en Itzel
Siendo Itzel
Itzel
Perdida en el bosque
Esperar a que te pierdas
Esperar a que pierdas
Y ya perdidos
Aprender un idioma
Que nos permita salir
De cualquier problema
Cómo me gustaría escribir un diccionario contigo
Cómo me gustaría fundar un museo contigo
Cómo me gustaría engañar a un país contigo
Cómo me gustaría besarme contigo
Cómo me gustaría escribir un libro de historia contigo
Cómo me gustaría desvelarme contigo
Puta madre, cómo me gustaría desvelarme otra vez contigo.
Desvelarme contigo y hacerte diez preguntas.
¿Dónde nos desvelaríamos?
En una cama que tenga la importancia
Suficiente para ser considerada un país
Con su himno nacional y su historia y sus héroes y sus asesinos
Con sus bosques y sus costumbres
Una cama importante. Nuestro país
Imagínate Itzel:
Tú y Itzel tienen un país
Tú te dedicas a las relaciones internacionales
Yo me dedico a enseñar el idioma
¿Qué más se necesita?
¿Policías?
No será necesario que haya policías
A menos que un día se te ocurra asesinarme
Si intentas asesinarme
Llegarían cientos de miles de policías
Y yo les diría:
No se la lleven
Llévenme a mí (te guiñaría un ojo)
Y te darías cuenta de que yo era
A quien amabas
A quien siempre buscaste
Y yo terminaría en la cárcel
Y en la cárcel no haría otra cosa sino escribirte
Escribirte 100 cuartillas diarias
Después de un año tendría 1200 páginas
Después de 10 años 120000 cuartillas
Después de 100 años 1200000000000 cuartillas
Después de 1000 años 1200000000000000 cuartillas
Gastaría tanto papel que me acabaría
El bosque que nos regalaron los Estados Unidos
Me volvería un enemigo internacional
Habría manifestaciones
Y yo les diría a los periodistas
Necesito ver a Itzel
Y ellos me dirían
La Itzel que usted está buscando
Murió hace 1000 años
Y yo les diría: chúpenme el pito
Y me metería una escopeta en la boca
Me mataría e iría a buscar tu espíritu
A las terribles praderas de Urano
Donde tú en tu pijama rojo
(nos estamos desvelando)
Preparas limonada y libros de filosofía
Me darías un libro de filosofía
y un vaso de limonada.
Me das un beso en la frente (estás helada)
Yo me quedo leyendo el libro de filosofía
No es un libro de filosofía
Es una disculpa por haber intentado asesinarme
Por haber muerto y por haberme roto el corazón
En ese hotel de Veracruz
Nuestros espíritus se encuentran
Dentro de 1000 años en Urano
Y me dices: vamos a desvelarnos
Y respondo: vamos a hacer el amor
Y tú dices: no, no vamos a hacer el amor
Vamos a hacernos preguntas.
Y Itzel dice:
Y yo te digo:
Bien, vamos hacernos preguntas
Itzel: ¿Cuántos lobos necesita un parque?
Itzel: ¿Una ventana es suficiente para construir una casa?
Itzel: ¿Cuántos escritores se necesitan para escribir la historia del mundo?
Itzel: ¿Cuántos ladrones son necesarios para inaugurar una cueva?
Diez minutos
No voy a corregir nada
Demencia
Viva la nueva demencia
Viva el animismo radical
Anarcosentimentalismo
Met Zodiaco
(Fragmento)
Acción:
Rugido láser. Programación desconocida. Máquina decidida a no detenerse. Feroz y exacta. Como tren rápido al fin de la noche. Walter se vuela la cabeza. El vagón sigue su curso. Dos horas después encuentran el cadáver. Reproducción. Masas. Mercado. La ley de Pareto. Sólo el veinte por ciento de adjetivos. Esa es la historia. Suave patria. México veneno.
Las hojas negras se fueron recopilando en la plataforma de salida. Hoja negra sobre hoja negra.
Una vez más frente a la fotocopiadora. Vuelve a iniciar la novela. Escritor detective desvelado. Ganas de toser sangre. En su garganta no hay sangre. Sólo magma rosa y dientes.
Sostengo las hojas entre las manos. Sostengo las hojas negras.
¿Qué son ciento cincuenta hojas negras?
Una constitución.
Una constitución para ratones ciegos. Una constitución que sólo puede leer la gente que ve en la obscuridad. Una constitución para nictálopes.
Aquí es mi primera novela. Mi país, mi clima, mi mundo privado. Las hojas negras mi constitución. Yo sé. Aún no ocurre nada. Espere. Tenga paciencia.
Que quede claro:
Entro al cuarto de fotocopiado. La fotocopiadora imprime hojas negras. Hoja negra sobre hoja negra. Es terrible. Causa magma y baba. Hack ha muerto. Yo no me siento bien. Me acerco a la copiadora. Es la constitución del hacker ratón. Vacío y auge. Auge e historia. Instante crucial en la tierra.
Operaciones mentales:
Cuando los personajes son ideas y la estructura de la narración está inspirada en la personalidad de un delincuente, todo indica desastre.
Se enciende la copiadora. Hacemos click en el simulador de pesadillas. Road trip esquizofrénico. Pesadilla relatada: Hack desaparecido. No hay desafío motriz. No hay que cruzar el pantano. Ho hay que dispararle a nadie. Sólo hay que esperar.
Pura psicología, pura mala onda. Puro lenguaje. Joyce se estrella en una motocicleta. Joyce División. América caníbal, arena movediza. Se me va la novela. Ian Curtis convulsiona frente a su chica.
Me desvío, la novela se desvía. Entre sonido y sentido. Entre las aventuras y los apocalipsis; entre la formación sentimental y la madurez sangrienta, entre la sobrevivencia y la profecía, entre el homenaje y la destrucción.
Hack está muerto y si no está muerto huye de casa para destruirse. No lo voy a volver a ver. Hack atraviesa américa deteniéndose a fumar un cigarrillo en cada hotel de paso.
Hack no aparece todo es mi responsabilidad. Acción y conciencia. Vida narratoética. Narrar y vivir. Ser rápido y listo. Escapar, no perseguir. Esperar.
62570 muertos y no hacer nada.
Escribir novelas en casa. Novelas para sobrevivir a la noche. Se tiende un mapa. Hay una ecuación en la ventana. El escritor desvelado descubre un misterio. Se ha estado metiendo coca y ha estado jugando Grand Theft Auto. Roba un auto y lo conduce en sentido contrario. El acelerador es gatillo. La aventura se invierte. ¿Cuál de los 70000 crímenes voy a resolver primero?
Yo fui asesino en la guerra de los medicamentos.
Se busca albañil para túnel.
Te sientes melancólica
Hablas con un ingeniero civil
Es el siglo XVIII
Todos usan medias
Todos poetas
Albañiles poetas
Un nuevo túnel
No es la primera obra que su gremio realiza para una mujer
En Inglaterra hay
numerosas ciudades unidas por túneles
Todo lo hace el amor
Todo hace el amor
Todo puente levadizo
Túnel abiótico
Fin del feudalismo
2. Presente
La cuchara pala
Las cuchara grúa
Los ojos bien abiertos
Todo alerta
Salgo
Jardín y tierra
Empuño la cuchara
Cuchillo
Chico manos de jardinero asesino
Cavó el primer tramo
Excavación de 217 años
Amor estoy cavando nuestro túnel
Espera al otro lado
SIN TÍTULO (NI SEXO)
Para Warpola
No llevo conmigo el sexo
del padre, tampoco el del hijo,
mucho menos el de la paloma
o el de la oblea de trigo.
No llevo en mi sexo bulbo
o deformidad parecida a
la de las formas femeninas.
Mi sexo no tiene ningún parecido
al que tienen entre ellos
el lápiz de goma y el sacapuntas de acero;
cuando se deforma el prepucio de madera
en el culo dentado de aspas de remo.
No es como el sexo que hay entre
los anzuelos y los labios de los peces.
Mi sexo no es como el de ustedes
ni como el del hermafrodito.
Pues mi sexo nada tiene que ver
ni con los iguales
ni con los distintos.
En efecto,
mi sexo no tiene ni la más mínima aproximación
al de las caracolas,
al de los reinos minerales,
al de las lechugas,
o al de los controles para televisión.
Al principio siendo de mí preocupación
busqué mi sexo
entre mis miniaturas de zoología,
entre los inmensos atlas de medicina,
entre los refrigeradores de los laboratorios forenses,
entre las pantis de una muñeca de porcelana,
en una página de Internet,
entre mis piernas y entre las de María,
y bien supondrán que nada encontré.
Pero poco me importa
pues yo llevo el sexo
de la linterna mágica,
el de la turbulencia marina,
el de la no materia,
el de los fantasmas,
el del plomo
deformándose en la fragua.
Se sorprenderán cuando les diga
que yo no hago de mis tentáculos
artillería propulsa,
que no ando por ahí con la necesidad
de llevar mi cuerpo al acantilado
en búsqueda de nuevos puntos de presión.
Que no sería capaz de seleccionar un acetato,
para fingir lo bestial
de un abominable acto de defloración.
¡No hay nada más en el sexo de lo que hay en el agua!
Y lo digo porque masturbé a una mujer
con un periscopio de luna,
y prestaron atención mis ojos de carpa
pero no vieron nada.
¡En el agua hay más sexo que entre un estuche y un arma!
Y lo digo porque intente reinventar con masa de sal
un inmenso mástil taurino,
un horrendo pene de goma dormido,
y sólo vi el tremendismo de la carne desfigurada.
¡Qué extraño eso de que el sexo es intercambiar agua con armas!
Queridos, Queridas, Que ( )
sus orejas sean orejas,
y que sus ojos no vean nada,
no vaya a ser que sufran mi suerte,
la del pez que
por no llevar sexo
entre sus horripilantes escamas
se inundó como botella en el agua.*
*Aun así, si usted desea acostarse conmigo,
cuente los versos, multiplique por cinco, divida entre dos
e ahí mi numeración.
SIN TÍTULO (NI SEXO)
Para Warpola
No llevo conmigo el sexo
del padre, tampoco el del hijo,
mucho menos el de la paloma
o el de la oblea de trigo.
No llevo en mi sexo bulbo
o deformidad parecida a
la de las formas femeninas.
Mi sexo no tiene ningún parecido
al que tienen entre ellos
el lápiz de goma y el sacapuntas de acero;
cuando se deforma el prepucio de madera
en el culo dentado de aspas de remo.
No es como el sexo que hay entre
los anzuelos y los labios de los peces.
Mi sexo no es como el de ustedes
ni como el del hermafrodito.
Pues mi sexo nada tiene que ver
ni con los iguales
ni con los distintos.
En efecto,
mi sexo no tiene ni la más mínima aproximación
al de las caracolas,
al de los reinos minerales,
al de las lechugas,
o al de los controles para televisión.
Al principio siendo de mí preocupación
busqué mi sexo
entre mis miniaturas de zoología,
entre los inmensos atlas de medicina,
entre los refrigeradores de los laboratorios forenses,
entre las pantis de una muñeca de porcelana,
en una página de Internet,
entre mis piernas y entre las de María,
y bien supondrán que nada encontré.
Pero poco me importa
pues yo llevo el sexo
de la linterna mágica,
el de la turbulencia marina,
el de la no materia,
el de los fantasmas,
el del plomo
deformándose en la fragua.
Se sorprenderán cuando les diga
que yo no hago de mis tentáculos
artillería propulsa,
que no ando por ahí con la necesidad
de llevar mi cuerpo al acantilado
en búsqueda de nuevos puntos de presión.
Que no sería capaz de seleccionar un acetato,
para fingir lo bestial
de un abominable acto de defloración.
¡No hay nada más en el sexo de lo que hay en el agua!
Y lo digo porque masturbé a una mujer
con un periscopio de luna,
y prestaron atención mis ojos de carpa
pero no vieron nada.
¡En el agua hay más sexo que entre un estuche y un arma!
Y lo digo porque intente reinventar con masa de sal
un inmenso mástil taurino,
un horrendo pene de goma dormido,
y sólo vi el tremendismo de la carne desfigurada.
¡Qué extraño eso de que el sexo es intercambiar agua con armas!
Queridos, Queridas, Que ( )
sus orejas sean orejas,
y que sus ojos no vean nada,
no vaya a ser que sufran mi suerte,
la del pez que
por no llevar sexo
entre sus horripilantes escamas
se inundó como botella en el agua.*
*Aun así, si usted desea acostarse conmigo,
cuente los versos, multiplique por cinco, divida entre dos
e ahí mi numeración.
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