ANNE SPENCER
(Virginia, EEUU, 1882-1975)
Escritora afroamericana actualmente casi desconocida. Se dice que en su tiempo fue una de las figuras más influyentes de lo que vino a llamarse en los años veinte el Harlem Reinassence. Sus poemas fueron publicados siempre en distintas colecciones y recopilaciones de autores negros, sin llegar a consolidarse éstas en un poemario concreto hasta después de su muerte. En 1964 se publica su último poema en vida de la autora. Tendremos que esperar a 1977, fecha en la que se recogen la mayoría de sus poemas (los que consiguieron rescatar sus amigos, mucho se perdió por el camino) en Times Unfading Garden: Anne Spencer's Life and Poetry (1977).
BIBLIOGRAFÍA:
Times Unfading Garden: Anne Spencer’s Life and Poetry (1977).
Afro-American Women Writers 1746-1933: An Anthology and Critical Guide (1989) Shockley, Ann Allen, New Haven, Connecticut: Meridian Books ISBN 0-452-00981-2
With Head and Heart: The Autobiography of Howard Thurman, Thurman, Howard. Chicago:Harvest/HBJ Book, 1981. ISBN 0-15-697648-X
Anne Spencer: Ah, how poets sing and die!, Spencer, Anne. Ed. Nina V. Salmon. Lynchburg: Warwick House Publishing, 2001
Shadowed Dreams: Women's Poetry of the Harlem Renaissance, Rutgers; 2 Rev Exp edition (October 25, 2006). ISBN 0-8135-3886-
El poema recogido se puede encontrar (es un decir) en una antología de Charles S. Johnson: Ebony and Topaz: A Collectanea (1927).
Traducción: Ángel Gómez Espada
Carta a mi hermana
Para una mujer es peligroso desafiar a los dioses;
Burlarse de ellos con la puntita de la lengua,
pavonearse bajo la debilidad de la mera humanidad
o dibujar una línea desafiándolos a cruzarla;
Ellos poseen el rayo destructor,
aguas que anegan, miedos que atormentan
y la ira de los pecados rojos.
Oh, pero mucho peor todavía es si tú pinchas tímidamente
Evítalo de cualquier manera, ni te arrodilles ni reces,
Sé amable, suda gotas de agonía,
Deja que tu breve cuerpo se apoye en tu débil juventud;
Si tienes belleza como si no, si eres célibe
Como si tienes los votos, los dioses son Lo Supremo
Que arrasan una y otra vez (que acaban con todo… Con todo)
Esto es lo que harás:
Cierra tu corazón y, después, sigilosamente,
Por miedo a que ellos vean en su interior,
No enciendas lámparas cuando la oscuridad caiga
Ni levantes las persianas cuando amanezca,
Jadeante debe ser tu aliento cuando acometan.
Si murieras y los desafiaras negarías
A los dioses su divertido endiosamiento.
Letter to My Sister
It is dangerous for a woman to defy the gods;
To taunt them with the tongue's thin tip,
Or strut in the weakness of mere humanity,
Or draw a line daring them to cross;
The gods own the searing lightning,
The drowning waters, tormenting fears
And anger of red sins.
Oh, but worse still if you mince timidly—
Dodge this way or that, or kneel or pray,
Be kind, or sweat agony drops
Or lay your quick body over your feeble young;
If you have beauty or none, if celibate
Or vowed--the gods are Juggernaut,
Passing over . . . over . . .
This you may do:
Lock your heart, then, quietly,
And lest they peer within,
Light no lamp when dark comes down
Raise no shade for sun;
Breathless must your breath come through
If you'd die and dare deny
The gods their god-like fun.
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