Idra Novey
(Nueva York, EEUU)
Es autora de los libros de poesía The Next Country (2008), finalista del ForeWord Book of the Year Award en EEUU, y Exit, Civilian (2011), obra seleccionada por el National Poetry Series. Ha traducido al inglés La pasión según G. H. de la novelista Clarice Lispector, así como la obra poética de otros autores brasileños. Fundó un programa de traducción literaria para estudiantes en la Universidad de Columbia y en la actualidad enseña escritura creativa en la Universidad de Princeton. Estos tres poemas son inéditos en español.
Traducción y nota: Natalia Carbajosa
Extraños
Persona no miembro
de un grupo. Visita,
invitado, o el pecho
que te roza el brazo
en el metro. Persona
a quien no has llegado
a conocer pero ha recogido
tu mecedora
junto al bordillo
y se acurruca en ella
y cierra los ojos.
Persona en la cola
detrás de ti ahora, esperando
un vaso de agua,
de güisqui, de elixir.
Persona accediendo a la red
en el mismo instante
desde el Home Depot en Lima
o en busca del Dalai Lama.
Persona no consejo ni partido
tras una decisión, edicto, etcétera,
sino alguien que ha comido
con el mismo tenedor
en la pizzería
y besó a tu hermana más díscola
en Año Nuevo. Persona encargada
de dar de comer al tigre del zoo
donde pusiste tu mano
una vez
en la mano
del padre de otro.
Strangers
Person not a member
of a group. A visitor,
guest, or the breast
that brushes your arm
on the subway. Person
with whom you’ve had
no acquaintance but who’s taken
your rocking chair
from the curbside
and curls up in it
and closes her eyes.
Person in line
behind you now, waiting
for a glass of water,
of whiskey, of elixir.
Person logging online
at the same second
from the Home Depot in Lima
or in search of the Dalai Lama.
Person not privy or party
to a decision, edict, etcetera,
but who’s eaten
from the same fork
at the pizzeria
and kissed your wilder sister
on New Year’s. Person assigned
to feed the tiger at the zoo
where you slipped your hand
once
into the palm
of somebody else’s father.
Al Este de aquí
En el país que sigue a éste, el loto
es marrón chocolate y se hace alto
como el maíz. La única religión
parece ser el pan, de cualquier clase, incluso
uno como de centeno, aunque hecho de loto.
Y si alguien a quien has adorado
muere allí en defensa
de la nación, siete emisarios
del presidente llegan hasta allí,
todos con estetoscopios,
y te escuchan el corazón. Después,
ofrecen sándwiches de alcachofa
en el envoltorio de plástico oficial y te entregan
una lista de respuestas
o de preguntas, pero nunca ambas.
Hay un camino si deseas ir.
East of Here
In the next country over, the lotus
is chocolate-brown and grows tall
as maize. The sole religion seems
to be bread, any kind, including
one similar to rye, but made of lotus.
And if someone you’ve doted on
dies there defending
the nation, seven emissaries
for the president come by,
all wearing stethoscopes,
and listen to your heart. Afterward,
they offer artichoke sandwiches
in official blue Saran Wrap and hand you
a list of either answers
or questions, but never both.
There’s a road if you want to go.
Aduana
Pasaportes, por favor
Abreviando datos, sellos,
la tierra desapareciendo
bajo la espuma salada del Pacífico.
Acordarme de las piedras mojadas
que puse una vez
en cada esquina de la tienda,
por si el viento nos llevaba rodando—
Y el motivo de su viaje
Flores color burdeos en el desierto, señor,
y las dunas, claro,
su mudo girar
la verdadera historia
de lealtades:
dos personas en una cola,
una sola maleta entre ellas,
aunque solo tú
eres un ciudadano aquí—
y me guardo mi miedo:
tarde o temprano
volverás a esta costa tuya sin mí.
Llevan algo en el equipaje hoy
algo perecedero
fruta
plantas
Tu mano cálida en mi bolsillo
en busca de secretos, tu credo:
somos lo que no declaramos.
Customs
Passports, please
Skimming facts, stamps,
the land disappearing
beneath the Pacific’s salty foam.
A thought of wet stones
I placed once
at each corner of our tent,
afraid the wind might wheel us off—
And the purpose of your travel
Claret flowers in the desert, sir,
and the dunes, of course,
their muted shifting being
the real history
of loyalties:
two people in a line, one suitcase
between them,
though only you
are a citizen here—
and I pocket my fear:
sooner or later,
you’ll return to this coast of yours
Carrying anything with you today
anything perishable
fruits
plants
Your warm hand in my pocket
in search of secrets, your credo:
we are what we carry undeclared.
de The Next Country (Alice James Books, 2008)
Propiedad
Dominio
Mi madre quiere
un rancho de caballos, mañanas
de yeguas. Suficiente tierra
para perderse en ella
y aún así conocer las zanjas.
Y las estaciones, dice ella,
sólo sucederían
al anochecer. El medio día
siempre sucederá bajo el yugo del sol,
calentando los bancos de nogal
donde mis hermanas y yo
merodearemos,
nosotras, que nunca comemos
en su cocina todas al mismo tiempo.
Olvida la ropa de cama
perdida en su último desahucio:
cuando mi madre desea,
lo hace pensando en millas de horizonte.
Y deberá nevar, al anochecer,
esperaremos hasta que cubra
de blanco los campos,
para enganchar un alazán
a su trineo rojo.
El Vehículo
Domingo después del fútbol, Marcelo me dice
que es uno de los tres que sobrevivieron
al pasar por la frontera. Siete
no lo hicieron. Cómo, corriendo para ocultarse
en un deshuesadero, escuchó sus cuerpos
caer detrás de él. En algún momento, me dice,
manejará de vuelta a Montenegro
en un Lexus plateado, doctor
en alguna cosa, y batirá
el polvo amarillo en el sendero de su hermano.
La Crónica
Desde su habitación,
Neruda miraba un tablón pintado
ir y venir hacia la orilla, astillado
y azul, empapado por el mar.
Ahí está, gritó,
mi escritorio, viene a mí al fin,
y rápidamente lo montó
en estos ladrillos, escribió
sobre su celeste espalda
mil versos
hasta que no tuvo nada más que decir,
y lo maldijo.
Acerca de un camino
en las proximidades del Canal de Panamá, 2004
El conductor dice que la conoce,
la que lleva al zoológico, la vieja y sinuosa
carretera para norteamericanos,
o aquellos que los servían.
La que está pasando la última esclusa
hacia el Pacífico, dice. Toda esa agua
subiendo y bajando como la espalda
de una enfermera. Pero qué es lo
están buscando, pregunta, y le digo
el pequeño jardín dentro del zoológico,
el jardín botánico, y por supuesto
los tigres. Murieron, dice.
Ahora hay un asno ciego en la jaula.
La gente lo ve del mismo modo.
[Traducción: Luis Alberto Arellano]
Propietat
Domini
Ma mare vol
un ranxo de cavalls, matins
d’eugues. Terreny suficient
per desaparèixer-hi
i tanmateix conèixer els barrancs.
I diu que les estacions
només passaran
als vespres. El migdia
sempre donarà sol,
i escalfarà els tamborets de noguera
on les meves germanes i jo
ens entretindrem,
nosaltres que mai no mengem
totes juntes a la seva cuina.
Oblida la roba de llar perduda
en el seu darrer desnonament:
quan ma mare té un desig,
aquest no té límits
I si neva, en arribar
el vespre, esperarem fins
que es cobreixin els camps,
i enganxarem un cavall bai
al seu trineu roig.
El Vehicle
Diumenge després del futbol, Marcelo em conta
que va ser un dels tres supervivents
al pas de la frontera. Set no ho van
aconseguir. Com, corrent a amagar-se en un
cementiri de cotxes, va sentir els seus cossos
caure darrere d’ell. Amb el temps, diu,
tornarà a Montenegro conduint
un Lexus platejat, metge
d’alguna cosa, per aixecar
la pols groga seguint el camí del seu germà.
La crònica
Des del seu dormitori,
Neruda va veure un tauló pintat
llançat a la platja, estellat
i blau, amarat de la mar.
Aquí està, va cridar,
el meu escriptori, torna a mi per fi,
i ràpidament el va col·locar
damunt d’aquests maons; va escriure
sobre el seu dors atzur
un miler de versos
fins que no va tenir res a dir,
i el va maleir
[Traducció de Pilar Segarra i Joan Navarro]
Property
Domain
My mother wants
a horse ranch, mornings
of mares. Enough land
to disappear on
and still know the gullies.
And seasons, she says,
will only happen
in the evenings. Midday
will always yield sun,
warming the walnut stools
where my sisters and I
will linger,
we who never eat
in her kitchen all at once.
Forget the linen lost
in her last eviction:
when my mother wishes,
it is for open miles.
And should it snow, come
evening, we'll just wait
for it to blanket the fields,
and harness a sorrel
to her red sleigh.
The Vehicle
Sunday after soccer, Marcelo tells me
he was one of three to survive
his border crossing. Seven
did not. How, running to hide
in a junkyard, he heard their bodies
drop behind him. Eventually, he says,
he'll drive back to Montenegro
in a silver Lexus, a doctor
of something, and stir up
the yellow dust on his brother's road.
The Record
From his bedroom,
Neruda saw a painted board
wash ashore, chipped
and blue, soggy from the sea.
There it is, he shouted,
my desk, come to me at last,
and swiftly mounted it
on these bricks, wrote
upon its azure back
a thousand verses
until he had nothing left to say,
and cursed it.
About a road
near the Panama Canal, 2004
The driver says he knows it,
the one out to the zoo, the old winding
highway for Americans,
or whoever would serve them.
The one past the last lock
to the Pacific, he says. All that water
lifting and lowering like the back
of a nurse. But what is it
you're looking for, he asks, and I tell him
the little garden inside the zoo,
the botanical garden, and of course
the tigers. They died, he says.
There's a blind donkey in the cage now.
People watch it just the same.
[The Next Country (2008)]
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