Lionel Ray
Lionel Ray, alias de Robert Lorho (Mantes-la-Ville, Francia, 19 de enero de 1935) poeta y ensayista.
Nacido en 1935 de una madre valona y un padre bretón condecorado de guerra, pasó su infancia en Mantes-la-Jolie. Publicó más tarde algunos libros con su nombre real antes de su primera novela. Es profesor de literatura en la Sorbona y vive actualmente en Saint-Germain-en-Laye
Obras
Si l'ombre cède, collection jeune poésie nrf, Gallimard, 1959, 40p.
Les Métamorphoses du biographe ; suivi de la parole possible, Gallimard, 1971, 131 p.
Lettre ouverte à Aragon sur le bon usage de la réalité, Paris, Les Éditeurs français réunis, 1971, 111 p.
L’Interdit est mon opéra, Gallimard, 1973, 116 p.
Arthur Rimbaud, Seghers (Poètes d’aujourd’hui), 1976, 183 p. Nouvelle édition 2001.
Partout ici même, Gallimard, 1978, 191 p.
Aveuglant aveuglé, Saint-Laurent-du-Pont : Le Verbe et l’empreinte, 1981, np.
Le Corps obscur, Gallimard, 1981, 112 p.
Nuages, nuit : poèmes, Gallimard, 1983, 123 p.
Empreintes, Saint-Laurent-du-Pont : Le Verbe et l’empreinte, 1984, [6 p.].
L’Inaltérable, Saint-Laurent-du-Pont : Le Verbe et l’empreinte, 1984, [3 p.].
Voyelles et consonne, Saint-Laurent-du-Pont : Le Verbe et l’empreinte, 1984, [12 p.].
Approches du lieu ; suivi de Lionel Ray et l'état chantant par Maurice Regnaut, Moulins : Ipomée, 1986, 115 p.
Le nom perdu : poèmes, Gallimard, 1987, 127 p.
Une sorte de ciel : poèmes, Gallimard, 1990, 114 p. (Prix Artaud)
Comme un château défait : poèmes, Gallimard, 1993, 151 p. (Prix Supervielle 1994; Prix Goncourt de poésie 1995)
Syllabes de sable : poèmes, Gallimard, 1996, 170 p.
Pages d'ombre : poèmes. Gallimard, 2000. (Grand prix de poésie de la société des gens de lettres, 2001; Prix Kowalski de la ville de Lyon; Prix Guillevic de la ville de Saint-Malo)
Aragon : Seghers, "Poètes d'aujourd'hui", 2002).
Matière de nuit : poèmes. Gallimard, 2004.
12 poetas bengalis : recueil de poésie bengalie en version française et espagnole, en collaboration avec Sumana Sinha, Ed. Lancelot, 2006. Murcia.
Tout est chemins : Anthologie de la poésie bengalie en version française en collaboration avec Sumana Sinha, éd. Le Temps des cerises, Paris. 2007.
L'Invention des bibliothèques (les poèmes de Laurent Barthélemy): Gallimard, 2007.
Le Procès de la vieille dame. Eloge de la poésie. Recueil d'essais. Éditions de la Différence. 2008.
Entre nuit et soleil : Gallimard, 2010. Prix de Poésie Pierrette Micheloud 2010.
«Los poetas somos invitados precarios de un mundo olvidado». Lionel Ray puede ser considerado un lírico, un romántico de cuño moderno adscrito al grupo de poetas de cuerpo dolorido o de identidad frágil, como M. Cl. Blancquart, R. Rognet o B. Mazo, que irrumpen al enfriarse el ardor de las vanguardias y previos a la negación deshumanizada del minimalismo. Es fundamental en Ray la obsesión por las transformaciones del yo y sus distintas perspectivas ante las que se presenta con un enfoque muy personal mientras intenta responder con la palabra al dolor de haber nacido, a la soledad que conlleva la ausencia o a la insatisfacción propia de existir. Con un verso en apariencia sereno nos revela su profundo escepticismo a la hora de rescatar lo que se perdió, esa inestabilidad de las cosas en el recuerdo, esa distancia que media entre lo que fue y lo que resulta ser metamorfoseado ya en indefinible o incluso intocable, la plena conciencia en definitiva de un vano ensayo por recuperar el paraíso de la infancia. Poeta-arquitecto, sus poemarios se apilan sobre unos cimientos en los que abundan símbolos materiales (algunos tan lábiles como la arena) e inmateriales y en los que la memoria se aferra a unos elementos que adquieren con sus idas y venidas tan recurrentes carácter de fijación. Así, los castillos; castillos plagados de vacíos y de ambigüedades; castillos colmados por un caudal de luces y de sombras, otras dos claves para comprender la escritura de Ray, un poeta de trayectoria única y ejemplar al que sus irreprimibles inclinaciones pictóricas parecen mantenerlo cuando escribe con un ojo puesto en los claroscuros de un pincel.
Estos tres poemas han sido extraídos de su último libro, Entre nuit et soleil (Gallimard, 2010).
Entre nuit et soleil de Lionel Ray
Traducción y nota: Manuel Ángel Gómez Angulo
Castillos
...yo construyo en mí castillos con altas
salas torres dragones de piedra escaleras
innumerables grandes parques y tanta gente armada
escuderos y salteadores caballeros y senescales condestable
de gran séquito y nobles damas castillos sin nombre
para olvidar el dolor de vivir y el viento con murallas
tapizadas de seda y de oro sombras sin memoria
rezagadas en sus terrazas castillos parecidos
al silencio de los colores en forestas profundas frente al
mar donde se sumergen pájaros heridos castillos que
se asientan en la última tela de araña de un pensamiento
sin fecha como un encaje oscuro la escritura inquieta
de hormigas a contraluz en un país profundo
hacia el que miramos con los ojos cerrados
Châteaux
…je construis en moi des châteaux avec de hautes
salles des tours des dragons de pierre des escaliers
innombrables de grands parcs et tant de gens d’armes
écuyers et brigands chevaliers et sénéchaux connétable
en grand arroi et nobles dames des châteaux sans nom
pour oublier le mal de vivre et le vent avec murailles
tendues de soie et d’or des ombres sans mémoire
qui s’attardent aux terrasses — des châteaux pareils
au silence des couleurs dans des forêts profondes face à la
mer où plongent des oiseaux blessés des châteaux qui
s’inscrivent sur la dernière toile d’araignée d’une pensée
sans date comme une dentelle obscure l’écriture inquiète
des fourmis à contre-jour dans un pays profond
et qu’on regarde les yeux fermés
Marchitan las rosas
...“otra arcada” (dice) caen velámenes mis anhelos
mis años tierra sepulcral y esa pulsación
en vosotros la arena de las horas y de los días así gira
así palpita tras los oídos y a enmohecer comienza
en tu voz marchitan las rosas esa música de garganta
con su peso de agua tenebrosa esa voz de amor amargo
la oís lenta y frágil y como asfixiada que
moquea en las colgaduras que taconea en los umbrales que
parlotea y tirita pamplinas bagatelas sí todo
devuelto en esquirlas y astillas tú escuchas la última
rosa del verano torbellino en el fondo de un aria leve escoria
de rosa maldita canalla que gruñe y olisquea como una
charca de agua sucia en el crepúsculo por vientos oblicuos agitada
Les roses fanent
...“ça revient” (dit-il) des voiles tombent ô mes faims
ô mes années terre sépulcrale et cette pulsation
en vous le sable des heures et des jours comme ça tourne
comme ça remue derriêre les Oreilles et commence à moisir
dans ta voix les roses fanent cette musique de gorge
avec son poids d’eau ténébreuse cette voix d’amour amer
l’entendez-vous lente et frêle et comme asphyxiée qui
se mouche dans les tentures qui trépigne sur les seuils qui
jabote et frissonne coquecigrues billevesées oui ça
revient tout en éclats et brisures tu écoutes la dernière
rose de l’été elle tournoie au fond des romances petite ordure
de rose sacrée fripouille et ça grogne et ça renifle comme une
flaque d’eau sale au crépuscule agitée par des vents obliques
Memoria:
esa orquesta de secretos
y sus sonidos velados
tan pronto estallan
Como una isla confusa
bosque de palabras
y luego el silencio
que todo lo envuelve
Hacinados los años
mudas las palabras
apagados los deseos
y tú que buscas
a tientas
en las tinieblas
no se sabe qué
Tañe un cristal
como el enigma
de un rostro
Mémoire:
cet orchestre à secrets
et, sitôt éclatés,
les sons qui se voilent.
Comme une île confuse
fôret de paroles,
puis le silence
qui recouvre tout.
L’entassement des années,
les mots muets,
les désirs éteints
et toi qui cherches
à tâtons
dans les ténèbres
on ne sait quoi.
Un cristal tinte
comme l’énigme
d’un visage
http://www.elcoloquiodelosperros.net/numero30/esp30li.html
Por vasto que sea el canto nadie oye nadie escucha
las palabras son sombras. primaveras ya muertas.
nada es nada se mueve, se vaciarán las manos
se alejarán los pájaros bajo el hacha del viento.
Años de brusca espuma y de mutilaciones
años todos enfermos arios sin transparencia
de orgullo y de cuchillos y párpados cerrados
el légamo se agrava de azul, de sangre y muerte.
Por vasto que sea el canto no soy más que su sombra
su vela en las ventanas su techo un poco de agua.
no soy sino su alcoba con el frío que llamea
en el cristal, soy solo su corteza y su eco.
Y nadie escucha y nadie oye este gran espejo
confuso. pero entonces qué gemir largo es este
y esta hambre que en nosotros se arrastra como arado
muerto, como serial ciega sobre la arena.
Por vasto que sea el canto nadie sabe qué dice.
la llave está en las flores en las piedras perdidas
en las ruedas quebradas y en el grito incurable
y en los cuerpos ausentes nocturnos olvidados.
Hay la época de nieve, días de daño y veneno.
paraguas de sombría claridad, hay la época
nupcial el mes abril de vestiduras jóvenes
una y otra que forman mi vida y mi humareda.
Y henos aquí tú y yo unidos juntamente
en los cielos soñados y restos de animales
en la lluvia mecánica y en el fuego enterrado
y la severa ortiga y la vana palabra.
Por vasto que sea el canto nadie oye nadie escucha.
hasta es la noche angosta. consérvame en su nicho
en un sorbo de mundo y en el derrumbamiento
y el pasmo de los árboles y el esplendor del polvo.
El puente
Hay una hora en que todo se hace abismo. Una
hora sola entre sueño e insomnio entre
ruido y silencio entre gemir y gritar, una
donde arde el tiempo despacio al fondo de las lágrimas
y que se pierde como el agua de las tormentas o esos jirones
de tela entre las zarzas aquí y allá, una hora sola
entre los dedos desesperados de la edad, entre un
sol de seda y los prados profundos de julio,
una hora entre bruma y fatiga, entre la carne
hambrienta y la inocente aventura de ser.
Una hora en la que uno se mira en el reflejo del Tiempo
desaparecido como en el gesto de borrar en la comisura
de los ojos las arrugas, una hora como un lugar de sombra
entre las palabras y la memoria: transcurro permanezco.
El otro rostro
Lo que hay detrás de la puerta: un sol
oscuro y que se consume como un ave amenazada
o es acaso la muerte que arde entre la bruma.
Lo que hay: alguien que se detiene un instante,
contiene la respiración mira luego se va
hacia un ramo de rosas rojas que conoció
en tiempos y que llamean frágiles en su memoria
tras la puerta. Así te apoyas sobre el tiempo
volviendo siempre al mismo vértigo y buscas
el otro rostro al que barre un fuego grave cargado
de sombras. Lo invocas anudado al silencio al influjo
del agua casi negra, inclinado sobre palabras
A Syllable, a woman or a city
a syllable that would be the echo of an avalanche.
a new note, a halt where a name to be born
would tremble, a single syllable, a theater
of sounds, enchanted syllable, wondrous like
a childhood birthday. with its dainty dresses fine
fingers its sparrows, syllable of snow and of
forgiven diamond, you are the force the color
of axe and of etching. and I am before you
as before an endless sea, as before all
the din of living and dying. as before
a throng of girls in love, an unexplained text
where hands wave, a syllable the color of the void,
I will call you music, and it will be behind
the hazy hills a sort of city
with splendid streets, ancient as the Sphinx
and the adventure of enigmas. from you all rivers
would flow, day would stop asking its questions
and I answering them search for the surest path.
and all would begin: a standing shadow moving
down the hill, its glad steps on the potent snow,
midnight in the leaves fluctuant like water...
(Traducción del francés de Jennifer Gage)
.
Por vasto que sea el canto nadie oye nadie escucha
las palabras son sombras. primaveras ya muertas.
nada es nada se mueve, se vaciarán las manos
se alejarán los pájaros bajo el hacha del viento.
Años de brusca espuma y de mutilaciones
años todos enfermos arios sin transparencia
de orgullo y de cuchillos y párpados cerrados
el légamo se agrava de azul, de sangre y muerte.
Por vasto que sea el canto no soy más que su sombra
su vela en las ventanas su techo un poco de agua.
no soy sino su alcoba con el frío que llamea
en el cristal, soy solo su corteza y su eco.
Y nadie escucha y nadie oye este gran espejo
confuso. pero entonces qué gemir largo es este
y esta hambre que en nosotros se arrastra como arado
muerto, como serial ciega sobre la arena.
Por vasto que sea el canto nadie sabe qué dice.
la llave está en las flores en las piedras perdidas
en las ruedas quebradas y en el grito incurable
y en los cuerpos ausentes nocturnos olvidados.
Hay la época de nieve, días de daño y veneno.
paraguas de sombría claridad, hay la época
nupcial el mes abril de vestiduras jóvenes
una y otra que forman mi vida y mi humareda.
Y henos aquí tú y yo unidos juntamente
en los cielos soñados y restos de animales
en la lluvia mecánica y en el fuego enterrado
y la severa ortiga y la vana palabra.
Por vasto que sea el canto nadie oye nadie escucha.
hasta es la noche angosta. consérvame en su nicho
en un sorbo de mundo y en el derrumbamiento
y el pasmo de los árboles y el esplendor del polvo.
El puente
Hay una hora en que todo se hace abismo. Una
hora sola entre sueño e insomnio entre
ruido y silencio entre gemir y gritar, una
donde arde el tiempo despacio al fondo de las lágrimas
y que se pierde como el agua de las tormentas o esos jirones
de tela entre las zarzas aquí y allá, una hora sola
entre los dedos desesperados de la edad, entre un
sol de seda y los prados profundos de julio,
una hora entre bruma y fatiga, entre la carne
hambrienta y la inocente aventura de ser.
Una hora en la que uno se mira en el reflejo del Tiempo
desaparecido como en el gesto de borrar en la comisura
de los ojos las arrugas, una hora como un lugar de sombra
entre las palabras y la memoria: transcurro permanezco.
El otro rostro
Lo que hay detrás de la puerta: un sol
oscuro y que se consume como un ave amenazada
o es acaso la muerte que arde entre la bruma.
Lo que hay: alguien que se detiene un instante,
contiene la respiración mira luego se va
hacia un ramo de rosas rojas que conoció
en tiempos y que llamean frágiles en su memoria
tras la puerta. Así te apoyas sobre el tiempo
volviendo siempre al mismo vértigo y buscas
el otro rostro al que barre un fuego grave cargado
de sombras. Lo invocas anudado al silencio al influjo
del agua casi negra, inclinado sobre palabras
A Syllable, a woman or a city
a syllable that would be the echo of an avalanche.
a new note, a halt where a name to be born
would tremble, a single syllable, a theater
of sounds, enchanted syllable, wondrous like
a childhood birthday. with its dainty dresses fine
fingers its sparrows, syllable of snow and of
forgiven diamond, you are the force the color
of axe and of etching. and I am before you
as before an endless sea, as before all
the din of living and dying. as before
a throng of girls in love, an unexplained text
where hands wave, a syllable the color of the void,
I will call you music, and it will be behind
the hazy hills a sort of city
with splendid streets, ancient as the Sphinx
and the adventure of enigmas. from you all rivers
would flow, day would stop asking its questions
and I answering them search for the surest path.
and all would begin: a standing shadow moving
down the hill, its glad steps on the potent snow,
midnight in the leaves fluctuant like water...
(Traducción del francés de Jennifer Gage)
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