martes, 27 de noviembre de 2012

TOM PAULIN [8603]




Tom Paulin
Thomas Neilson Paulin (nacido el 25 de enero de 1949, Leeds, Inglaterra) es un norirlandés poeta y crítico de cine, música y literatura. Vive en Inglaterra, donde es profesor de Literatura Joven GM Inglés en Hertford College de Oxford.

OBRA:

Theoretical Locations (Ulsterman Publications, 1975)
Thomas Hardy: The Poetry of Perception (Macmillian, 1975)
A State of Justice (Faber and Faber, 1977)
Personal Column Ulsterman Publications, 1978
The Strange Museum (Faber and Faber, 1980)
The Book of Juniper (Bloodaxe Books, 1981)
A New Look at the Language Question (Field Day, 1983)
Liberty Tree (Faber and Faber, 1983)
Ireland and the English Crisis (Bloodaxe Books, 1984)
The Argument at Great Tew: A Poem (Willbrook Press, 1985)
The Riot Act: A Version of Sophocles' "Antigone" (Faber and Faber, 1985)
The Faber Book of Political Verse (editor) (Faber and Faber, 1986)
Fivemiletown (Faber and Faber, 1987)
The Hillsborough Script: A Dramatic Satire (Faber and Faber, 1987)
Seize the Fire: A Version of Aeschylus' "Prometheus Bound" (Faber and Faber, 1990)
The Faber Book of Vernacular Poetry (editor) (Faber and Faber, 1990)
Minotaur: Poetry and the Nation State (Faber and Faber, 1992)
Selected Poems 1972-1990 (Faber and Faber, 1993)
Walking a Line (Faber and Faber, 1994)
Writing to the Moment: Selected Critical Essays 1980-1996 (Faber and Faber, 1996)
The Day-Star of Liberty: William Hazlitt's Radical Style (Faber and Faber, 1998)
The Wind Dog (Faber and Faber, 1999)
The Fight and Other Writings by William Hazlitt (co-edited with David Chandler) (Penguin, 2000)
Thomas Hardy: Poems selected by Tom Paulin (editor) (Faber and Faber, 2001)
The Invasion Handbook (Faber and Faber, 2002)
D. H. Lawrence and "Difference": The Poetry of the Present (co-authored with Amit Chaudhuri) (Oxford University Press, 2003)
The Road to Inver (Faber and Faber, 2004)
Crusoe's Secret: The Aesthetics of Dissent (Faber, 2005)
Metaphysical Hazlitt: Bicentenary Essays (co-edited with Uttara Natarajan) (Routledge, 2005)
The Camouflage School (Clutag Press, 2007)
The Secret Life of Poems: A Poetry Primer (Faber, 2008)



ARTHUR

Todo el mundo tenía alguien que le obsequiaba naranjas, 
soberanos o florines lustrosos,
que usaba sacos verde-botella, que fumaba
una pipa de arcilla el día de St. Swithin1
y que calentaba su cerveza metiendo un atizador al rojo vivo en la jarra de litro.
Pero tú, tú eres distinto.
Tú partiste antes de que millones se calzaran las polainas 
y huyeran al mar, a las praderas, a New York,
donde te arrojaron a una celda por haberle dicho a alguien 
que el pelo rubio te hacía espía de Alemania. 
Después del telegrama solicitando 
tu certificado de nacimiento,
nadie en la Isla supo nada de tí
hasta que el Armisticio trajo una carta de una esposa 
de la que nadie nunca había escuchado. 
La dejaste con el niño.
Ella quería dinero.
Tú estabas en algún lugar de Sudamérica en la mayor libertad, la libertad
de desde-entonces-nunca-más-se-supo-de-él.

Así es que te veo a veces
remontando el Orinoco o el Río de la Plata 
con rifle, mestizo fiel y una querida nativa, 
atravesando ciudades de estuco derruido y cubierto 
de lianas y anaconadas,
pasando por sus teatros abandonados
donde solía cantar Caruso entre un millón de botellas 
de espumante importado.
O te veo si no en las repúblicas de abasto, 
tomando ron por el puerto en Buenos Aires, 
esperando que te cambie la suerte;
las noches cálidas y pegajosas, las noticias de Europa, 
los criminales de guerra anidando como murciélagos 
en la pringosa oscuridad.
Tu hermana creyó ver tu rostro una vez en una escena, 
entre el gentío. Fue al cine toda una semana, 
aguardando tu opaca aparición. Ella piensa 
que estás vivo, sentado en la galería de tu hacienda, 
mi tío abuelo perdido, el rubio temerario indestructible 
que andaba siempre haciéndose la rata y saltando 
del muro del puerto.
Lo que yo quiero saber es
cómo lo hiciste,
cómo te libraste de una prudencia heredada 
o si es que sencillamente nunca la conociste. 
Creo que tu tumba está perdida
en la espesura de un continente tropical.
Eres un recuerdo que dejó de emitir señal.
Y aunque te pusieron el nombre por el rey que supuestamente 
despertará y regresará algún día, 
yo sé que si te aparecieras en mi puerta, 
un viejo lobo de mar con un cinturón de cuero gastado 
y un rostro que he visto antes en otra parte, 
no serías bienvenido.
Querría que te fueras.


Nota:
'Santo irlandés en cuyo día los curas bendicen las gargantas de los fieles.


Traducido por Jorge Fonderbrider y Gerardo Romano




ARTHUR

Everyone's got someone who gave them oranges,/ Sovereigns or rubbed florins,/ Who wore bottle-green blazers, smoked/ A churchwarden pipe on St Swithin's day./ And mulled their ale by dousing red-hot pokers/ In quart jars./ But you, you're different./ You pushed off before the millions wrapped their puttees on/ And ran away to sea, the pairies, New York/ Where they threw you in jail when you told someone/ Your blond hair made you a German spy./ After the telegram demanding/ Your birth certificate/ No one on the Island knew anything about you/ Until the Armistice brought a letter/ From a wife they'd never heard of./ You'd left her with the baby./ She wanted money./ You were somewhere in South America/ In the greatest freedom, the freedom/ Of nothing-was-ever-heard-of-him-since.// So I seeyou sometimes/ Paddling up the Orinoco or the River Plate/ With rifle, trusty mongrel and native mistress/ Passing cities of abandoned stucco/ Draped with lianas and anacondas,/ Passing their derelict opera houses/ Where Caruso used to warble/ Among a million bottles of Imported bubbly./ Or else I watch you among the packing-case republics,/ Drinking rum at the seafront in Buenos sires/ And waiting for your luck to change,/ The warm sticky nights, the news from Europe,/ Then the war criminals settling like bats/ In the greasy darkness./ / Your sister thought she saw your face once/ In a crowd scene -/ She went to the cinema for a week, watching/ For your pale moment. She thinks/ You're still alive, sitting back/ On the veranda of your hacienda,/ My lost great uncle, the blond/ Indestructible dare-devil/ Who was always playing truant and jumping/ Off the harbour wall. / / What I want to know is/ How you did it. / How you threw off an inherited caution/ Or just never knew it./ I think your grave is lost/ In the mush of a tropical continent./ You are a memory that blipped out./ And though they named you from the king/ Who's supposed to wake and come back/ Some day,/ I know that if you turned up on my doorstep,/ An old sea dog with a worn leather belt/ And a face I'd seen somewhere before,/ You'd get no welcome./ I'd want you away.





Personales 

Son mensajes secretos, cifrados por iniciales
que nada nos revelan. “LY ¿dónde estás ahora?
Te sigo queriendo. MN”
Y luego, al día siguiente, “MN ¿aún estás ahí?
Te amo. LY” “¿Te escribo a la vieja dirección?”,
sugiere entonces MN, a la espera.

Cada tarde, a la hora del té, las escuetas señales recomienzan.
Casi pueden escucharse los susurros de amores separados,
oscuros adulterios que terminaron en el estacionamiento de un pub,
aunque ellos quieren revivirlo, verse otra vez,
furtivamente, como espías cuyos pensamientos se tocan
antes de que sus cuerpos puedan hacerlo.

Tal vez el amor sea así, en un depósito vacío.
Pensar en letra chica, tan pública, tal vez sea tierno.
¿Quién diría que en una ciudad donde el periódico es normal
tantos hombres y mujeres esperen que el chico del periódico,
su celestino, los lleve, solitarios pero confiados,
a una cama en alguna parte?

Versión © Gerardo Gambolini 





Personal Column

These messages are secret, the initials
Code them, puzzling most of us. ‘LY
Where are you now? I love you still. MN’
And then, next evening, ‘MN are you still there?
Loving you. LY’ Shall I write
To old address?’ MN suggests, waiting.

Each teatime, the thin signals start again.
You can almost hear the cheeping
Of separated loves, obscure adulteries
That finished in pub carparks, though they want
To make it new, to meet again, furtively,
Like spies whose thoughts touch before their bodies can.

Love, in an empty warehouse, might be like this.
To think small print, so public, can be tender.
Who’d guess that in a city where the news
Is normal, so many men and women wait
For the paper boy, their go-between, to bring them
Lonely but hopeful, to a bed somewhere?






Desertmartin  *

A mediodía, en el punto muerto de una fe 
entre Draperstown y Magherafelt, 
este poblado amargo muestra la bandera 
bajo la luz recocida de setiembre. 
Aquí la Palabra se ha reducido a unas pocas 
certezas resecas, y el rastrojo chamuscado 
ciñe como un negro cinturón una siembra de Biblias. 

Porque este es el territorio de la Ley 
lo atravieso con un conocimiento estéril 
— el buho de Minerva en un auto alquilado. 
Un guardia escocés mira por la calle y sonríe, 
feliz y desechable, como un cartucho de bronce. 
Un individuo útil, casi en su patria, 
y sin embargo no del todo, no del todo. 

Es un nido blanqueado, este lugar. Veo avinagrarse 
la simple gracia presbiteriana, y encallecerse luego, 
mientras el espíritu libre y vigoroso se convierte 
en una rebeldía servil que gime y chilla 
por el sometimiento de la letra: grita 
para que el Amo conduzca a sus inferiores 
a una impecable prisión, su mañana calcinado. 

Islam masculino, el gobierno de los Justos, 
dunas y geometría egipcias, 
una teología de la culata y ejecuciones: 
estos son los lugares donde el espíritu muere. 
Y ahora, en la arenosa luz de Desertmartin, 
veo una cultura de ramitas y caca de pájaros 
agitando una bandera chillona que ama y aborrece.

* Pequeño poblado del condado de Londonderry, Irlanda del Norte

Versión © Gerardo Gambolini 







Desertmartin 

At noon, in the dead centre of a faith, 
Between Draperstown and Magherafelt, 
This bitter village shows the flag 
In a baked absolute September light. 
Here the Word has withered to a few 
Parched certainties, and the charred stubble 
Tightens like a black belt, a crop of Bibles. 

Because this is the territory of the Law 
I drive across it with a powerless knowledge-- 
The owl of Minerva in a hired car. 
A Jock squaddy glances down the street 
And grins, happy and expendable, 
Like a brass cartridge. He is a useful thing, 
Almost at home, and yet not quite, not quite. 

It's a limed nest, this place. I see a plain 
Presbyterian grace sour, then harden, 
As a free strenuous spirit changes 
To a servile defiance that whines and shrieks 
For the bondage of the letter: it shouts 
For the Big Man to lead his wee people 
To a clean white prison, their scorched tomorrow. 

Masculine Islam, the rule of the Just, 
Egyptian sand dunes and geometry, 
A theology of rifle-butts and executions: 
These are the places where the spirit dies. 
And now, in Desertmartin's sandy light, 
I see a culture of twigs and bird-shit 
Waving a gaudy flag it loves and curses.



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