viernes, 16 de octubre de 2015

ISABEL DE LA CRUZ [17.238]


ISABEL DE LA CRUZ

He nacido en Madrid, donde he vivido prácticamente toda la vida. Educadora de vocación, cursé estudios de Derecho y Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. A estas alturas de la vida compagino mi tiempo en diversos artes, principalmente la pintura y la escritura. Escribo poesía, cuentos, novelas, novelas románticas (en colaboración con Blanca Villalba, y pendientes de publicación), algún que otro guion para cortos cinematográficos, y alguna otra cosilla que me guardo para mis memorias. He participado desde hace ya algunos años, en varios programas radiofónicos como el emitido desde California “La-Hora-Del-Poeta”, en revistas literarias tanto de tirada tradicional como de soporte informático. Algunos de mis poemas han sido publicados en Blogs con gran repercusión internacional como Ser siendo, de Nadir Chacín, o en antologías como las de la serie Grito de Mujer, dónde también compartieron algunas de mis obras pictóricas. Actualmente soy una de las coordinadora del Club de Poesía Carmen Conde que se reúne en la Biblioteca Miguel Hernández de Collado Villalba junto a Emilio Muñiz y su esposa, la traductora y poeta Emma Fondevila, y hago labores de fomento de la Poesía en la sierra noroeste de Madrid. 

Entre mis poemarios terminados y pendientes de edición se encuentran: 

EN EL NOMBRE DE LA LUZ
PURO AMOR, AMOR PURO 
LA NOSTALGIA DE LAS HORAS (impreso en papel)
EL PULSO DEL RIO
DE LA FE INMISERICORDE Y OTROS ENSAMBLAJES
EL ALMA DE LAS PIEDRAS
KEMAL o LA MUSICA DEL AMOR




                   
“! Mujer tenías que ser !”

                                 Desde este rinconcito,
            que se me ha quedado pequeño,
os quiero escribir mi carta
                             con mucho amor,
     el que tengo 
         y el que pongo 
                                  en cada cosa que hago:
¡Soy mujer y a mucha honra!
Y aunque a veces me arrepienta de serlo tanto
no he perdido nunca 
                                      ni la memoria 
                                      ni el sueño 
                                      por lo que pudo ser.

                 Ya no leo ni a Lorca ni a Garcilarso.
                  Los desengaños me han hecho ser
                  más valiente y menos puntual.
                  Ahora escucho a Melendi y a Jarabe de Palo,
y algunas tardes,
                  cuando estoy tan cansada 
                                            que apenas si vivo en mí, 
                       León Felipe es mi único espejismo.

Soy mujer
y no pierdo el sentido ni el conocimiento
de lo que me espera. 
Mujer polivalente. Mujer rotunda.
Me vendo por un precio razonable al mejor amor,
             pero no me agotéis 
                                        con demasiadas estupideces
                     que a partir de los cuarenta
                                         si hay que ir
                                              se va
               pero ya no se inquieta una si es innecesario.

                      Ya no sé si odio o amo a Gala
porque ya no me hacen sombra sus hembras poderosas.
       Porque ya no me hace falta 
                                 ni que me midan,
                                 ni que me tallen, 
                                 ni que me den de comer.
        Porque tendríais que verme ser. 
Verme por un agujerito como yo me veo
cuando nadie me mira ni me reconoce,
completamente anónima,
invadiendo la calle con mis bolsas y mi esencia,
ajena a los desplantes de los que no saben nada,
combativa para ser mejor persona,
y orgullosa, orgullosa siempre
cuando oigo que me gritan:
                               ¡Mujer tenías que ser!

Premiado por la “Concejalía de la mujer de Collado Villalba en el 2007;”  





Cúbreme
que está la noche fría e inmisericorde
y necesito tu amor a dentelladas
Envuélveme en tu abrazo Cúbreme de paz
sin compasión
que necesito escucharme en tu aliento otra vez hembra
No son nuestros cuerpos empedrados
los únicos que temblarán para hacer que esta noche unívoca
vuelva a sangrar mar
Mira latir la noche que me consume
y dime que
 no ves
una transfusión de luz en la negrura
Hazte dueño de la memoria que perdí 
Arranca de mi garganta el placer que no grité
Quiero
tu olor
hasta en mis huellas

(EN HORA NUEVA, 2012)






Otro silencio. Como llaves desterradas
en un fondo olvidado, yace una rosa.
Está mustia: de su color conserva el borde,
de su anterior frescura, el aroma.
Allí, regalando sus últimos latidos
a un aire de siempre, tiembla de esperanza.
Aún busca su gota de rocío
en una tierra desértica, árida.
Su cielo se está tornando sombrío,
se estrechan las paredes frías que la cercan.
Todo se está haciendo noche oscura
y en su techumbre ni siquiera una estrella.
Se apaga; desflorece. Esta muriendo una rosa
para siempre. Otro silencio

(ESCRITO EN MAYO DE 1981)





No me preguntes
cómo es posible que lo tenga tan claro 
Hay un murmullo de fondo que a veces no me deja ver
y me hace recordar 
en orden riguroso
el cuco del reló y la corona de sarmientos 
El poeta canta su vida primero y luego 
se para a contemplarla
Cuando 
a veces 
ya es tarde 
Pero no le importa 
Y creo que       a mí          tampoco 
El poeta canta su vida ufano y bobo 
como si fuera un sabio que endereza los entuertos 
para defender su derecho al verso,
su espacio de responsos, 
como si su sangre
        valiera todavía 
No sé. Si tú pudieras abrazarme desde tu abismo 
y explicarme sencillamente
cómo alimentas 
sin besarme
mi barro de diosa sin raíces 
podría cantarte 
como tú quieres 
Podría ser la sombra exacta 
del cuerpo que sueñas y precisas
Sin esfuerzo
Pero no sé
Ando buscando mi destino 
dentro de ti
para decir todo lo que tengo que decir 
como tengo que decirlo 
con un ademán de oda 
que me desahucia 
Vengo vestida de poeta con un gran saco de lágrimas 
que no me atrevo a soltar 
porque no he venido aquí a hacer llorar a nadie 
No he venido aquí 
a afirmar quien soy y en quien he de convertirme
Yo he venido a amarte para que me prolongues,
para que me devuelvas el camino que a Eva le expropiaron desde el principio de los tiempos 
en nombre de una traición que nunca llego a ser más que una travesura ridícula 
de la que sólo da fe un cuento convertido en libro sagrado
No pretendo más
Por eso ando buscando tu nombre por encima de todas las cosas
Tu nombre exacto y verdadero 
El nombre que Dios te ha prestado para que yo te encuentre
Ese nombre que se tiende frente a mí 
para tentarme fingiéndose tentado 
El nombre que pone duros mis pezones y abre mi sexo expectante y totalitario 
arrollando mis prejuicios como no sabía que fuera posible
No quiero otra cosa para vivir orgullosamente doblegada 
Tu nombre 
tatuado en mi cuerpo 
no, 
repujado en mi alma 
sin más aspavientos ni más florituras 
Para eso estoy trabajando en sobrevivirme
Porque ya no quiero vivir sin que alguien me bendiga y me aniquile 
No quiero sentirme sucia por fingir mis huellas
Estoy preparada para entregarme sin retorno 
Sé muy bien 
lo que reclama mi carne ignorante
Voy caminando como un poeta laborioso y estúpido a la sombra de mi corazón con paso firme y acompasado
Sin titubeos
Porque estoy de regreso 
Así de simple
Y debo confesar 
que, aún así, juego con ventaja 
De dónde yo vengo 
la vida no se cuenta en ciclos 
De dónde yo parto 
la vida no es una palabra escueta que nos llena de cosechas anodinas 
Mi historia está llena de un dolor inservible que me ha preparado para no temer ser luz pensante
Es tan fácil como eso
Estoy amaestrada para fingirme sólida 
Estoy amaestrada para tragarme todos los juicios existencialistas y metafísicos 
y trastocarlos en un barro menos indecente 
No tengo otra memoria que me apacigüe
ni deseo otra cosa que tu amor, 
tu amor humano
visceral
intransferible





Al amparo de la noche
viene el hombre robando nuevas sombras
que no le acontecen
No le es suficiente el tiempo que le queda tras el rito sexual
No le complacen los cuerpos extasiados
ni el rifirrafe que la noche poderosa le brinda
Busca otras armas para dominar un mundo que no entiende
Armas de papel con insignias de oráculos que le persiguen haciéndole verdugo de si mismo
Que compran otra dignidad que le señala ajeno
Su prioridad discurre giratoria hacia ninguna parte
Cae en la otra noche
La soledad le consume
empeñada su alma en no volver los ojos donde caduca su infancia
Adopta un cansancio entumecido
amargado el amor por la incertidumbre de los signos
Y observa tu obra
Y escupe al cielo
porque su dinero no es suficientemente bueno para comprar la esencia de tu arte

(LA NOSTALGIA DE LAS HORAS)





Cierra los ojos
No mires como sangra la tierra
No mires como vomita el mar tus escombros
¿Acaso son hermanos tuyos los que lloran?
¿Acaso respiran como tú?
¿Comen como tú? 
¿Paren hijos con el pan incierto bajo el brazo?
¿Acaso no sabes
que nacer con una frontera en las venas 
los hacen menos dignos?
No tienen derecho a pedir justicia
No tienen derecho a reclamar mejoras en sus sueños
No pueden llenar la barriga de la tierra de más remordimientos 
¿Por qué no habrían de doblegarse para que respires más cómodo este aire 
de a mí no me incumbe?
Eso mismo:
Preocúpate de ti
Preocúpate de hundir los dientes en los yates
De acabar con los castaños centenarios
Preocúpate de recubrir tu tejado con materiales que puedas sobornar
para que tu conciencia 
dé menos 
repugnancia
No te voy a condenar por ser cobarde
No te voy a condenar por no saber transitar el mundo que encangrenas
Pero no me pidas que comulgue con tanta hipocresía
Que enmerde mis ojos con tu olor a rosa inexistente
No me pidas que me calle
porque llegado el caso tú estás más loco y eres más salvaje 
No hay suficientes razones para que no me sienta humillada en esta orilla
y me olvide de que también tienen mi mismo padre y mi misma greda
No me pidas que me abra a tu embestida sin cuestionarme quienes somos hoy
y a qué podredumbre huele
No podría volverme a mirar en los espejos ni en los ojos de mis hijas
Haz lo que te pese menos
Comprenderé que cada vez seas menos humano y más inhóspito 
Comprenderé que no soy cómoda
Comprenderás que a tu precio no me vendo
Quizá solo sea una mujer insignificante y estúpida
Quizá sólo tenga la palabra como arma arrojadiza
Pero recuerda que ya hubo un David venciendo a Goliat
Recuerda que ya 
una vez 
el Verbo salvo al hombre del hombre





DECÁLOGO DE UNA VIDA PLENA

Moriré de vieja a los años que tenga que morir
-nada sabemos-
pero moriré
enamorada de la vida

Moriré con una leve sonrisa satisfecha
y acaso
 una lagrima de perdón por las culpas que no tuve
                                             testigo de que habré vivido
todo lo que me tocaba vivir
y un día

Mis huesos darán fe de que fui alta   grande   y valiente
Que tropecé
Y caí
Y me recompuse
Y me reconstruyeron

Que mi sangre
fue hermana de sangre de cualquiera de mis congéneres
sin azules ni aspavientos ni trofeos
que me hicieran
 ni mejor
                              ni peor     
                                                                ni distinta

Me guardaré mi infancia para que me sea útil cuando esté triste
Y pensaré en las grandes frases de los grandes hombres para olvidar cualquier soberbia
Adoraré a mi padre y a mi madre
y a los padres de mis padres hasta llegar al primer átomo
porque es la única forma de ser agradecida que conozco


Me quedaré mirando con los ojos atónitos
las nebulosas planetarias y la primera camada de mi perra
por igual
porque polvo soy y en polvo cósmico descansaré algún día

No envidiaré  la luz del sol ni las cosas bellas
ni a los que tengan menos años o más dones
porque a fuerza de empellones he aprendido
que el corazón no necesita mezquindades para latir sin aburrimiento

No ansiaré fronteras, ni peculio o alabanzas
con las que ahondar mis anónimas huellas cotidianas
porque solo quiero ser feliz de un modo chiquitito

Con eso me conformo
Y si la vida opina que hice bien lo que me tocó hacer que no me lo diga
Que ya bastante premio tengo con hacer camino al andar y en el camino
estrechar la mano del amigo y llenarme el corazón de rosas blancas.


         


LXVI Sí, te quiero 
Sí, te quiero. Te quiero más allá de la leyenda de la que todos hablan 
Más allá del mito que sólo los más afortunados rozan
Te quiero sin orillas, sin murallas, milagrosamente
En la intimidad de tus entrañas sientes crecer mi nombre
como una semilla que no elegiste
y te hace sentirte hombre de un modo que no conoces
No temas. Es la fiesta del amor 
El reconocimiento de un amor que ha venido a verte
como al hijo de un dios hecho carne de dios, dios mismo
Arrojados a esa playa que desbarata toda la ficción del tiempo
te amo sin memoria ni costumbre
ni misterio. Te amo con una dicha que mi cuerpo no elige
traspasado por tu amor más allá de nosotros
La noche se tiende y respira cabeza abajo resplandeciente y pura
Pausada en la sangre con estigma de estrella
Sueño de viento convertido en amor de hombre
dime porque tu boca me ha devuelto la clave de los sueños
Dime porque es tan fácil sonreír en este espacio donde yo sé que existo
y ya no duele ni el norte ni el sur del mundo
Sí mi amor, puedes proclamar en cien idiomas que yo te amo. 
Te amo sin reservas
detenida sobre tu eje en una esperanza gozosa
Te amo con todas las palabras que heredé y las que me heredaron
Te amo y nada es revuelo en mis redondas ansias
El amor es una larga lengua que lame nuestros cuerpos
embriagando nuestros sexos de tanta ternura 
que ni la muerte podrá secar el mar que nos desborda






Tropiézame

Tropiézame
El destino es mudo
en la memoria del mar
En su orilla se me ha quedado clavada la pupila
Tropiézame
Hacia donde tú quieras
haré historia
Cambiaré niebla, religión, conocimiento
Tu sangre teñirá mi voz y mi palabra
El mundo inundado
se levantará en ofrenda
de amor a tu amor único
Dios te dio el color que mi beso ansía
La pincelada que me ancla
La pasión que me pierde
Tropiézame hasta hacerme tuya
y clávame en ti
por los siglos de los siglos

(DIALOGOS CON UN DIOS DE BARRO, 2011)





2 comentarios:

  1. Viajé durante muchos años por el mundo y he conocí a cientos, por no decir miles de personas de todos los niveles y clases sociales, y solo tuve dos amores que yo creí verdaderos. Pero cuando conocí aquella persona que nunca había buscado, la única mujer con la que realmente me sentí identificado, de una forma tan sumamente intensa, tan profunda, que aún hoy no sé ni explicar ni comprender, una mujer que había nacido para mí... o yo para ella y en consecuencia, era mía, era ya demasiado tarde por infinidad de razones que no voy a comentar, y no me quise dar cuenta.
    Debí haber sabido retirarme a tiempo o no avanzar, pero no fui capaz y al final, la misma vida me obligó a hacer lo que no quería y de una forma indigna. Aún hoy se me remueven las entrañas y me estremezco solo con pensar el daño, no que pude hacerle, sino que le hice y el que me hice a mí mismo.
    Estos últimos años he sufrido lo inexplicable, de un hombre sano y fuerte he pasado a ser un viejo achacoso y enfermo, aunque sigo luchando por la vida, pero ya solo me queda pedir perdón por todos mis errores y por todos los males causados a quien sea, pero ante todo pedir perdón a la mujer que tendría que haber sido mi compañera, desde aquel momento hasta el infinito. Jamás tuve mala intención ni quise abusar de nada, aunque esto no me disculpa. Por favor, perdóname mujer aunque no me lo merezca.
    No sé porque razón, pero estas poesías me han llegado al alma y han hecho renacer sentimientos y sensaciones de antaño, este es el motivo de escribir estas letras... o será, quizá, porque la mujer de la que hablo, también se llamaba Isabel.
    Gracias por estas poesías, tiene usted un don especial que no debe perderse, ánimos y no deje de escribir nunca Isabel.
    J.C.

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