jueves, 1 de noviembre de 2012

ALBALYRA FRANCO DE LINARES [8231]




Albalyra Franco de Linares
Nació en Colón, PANAMÁ  un 24 de febrero.
Tomó clases de dibujo y pintura con los maestros, Alfredo Sinclair, Juan Manuel Cedeño y Ricardo Martínez. En 1992 tomó clases de escultura en el taller del maestro Armando Granja. Recibió un Diplomado en Creación Literaria de la Universidad Tecnológica de Panamá en el año 2001 y en Historia del Arte en la Edad Moderna y Museología en el año 2002, llevado a cabo en el Museo del Canal por profesores de la Universidad Complutense de Madrid y de Sevilla, organizado por lo doctora Ángeles de Castillo.

En 1980 presenta una exposición de sus cuadros en la Galería del Chase Manhattan Bank. Trabajó en la organización y ayuda a los Damnificados del Chorrillo ubicados en la escuela República de Venezuela en 1989 - 1990. En 1992 participó en una exposición colectiva con esculturas y escultores del taller del mestro Armando Granja en la Galería Arte Consult. En 1996 expone escultura con otros artistas en la Galería Habitante, con motivo de la inauguración de sus nuevas instalaciones.

Trabajó con el Monseñor Rómulo Emiliani en el programa "Cristo y su Iglesia" dedicado a visitar a los presos a lo largo de toda la República y con el grupo Tierra Nueva que ha hecho posible que se inicie la construcción de un Colegio Agro Forestal en el Darién.

Premios, becas u otras distinciones nacionales o internacionales: Ha ganado en dos ocasiones el primer premio de pintura del concurso organizado por el Club Unión entre sus socios y segundo premio en el concurso de fotografía.

Libros, cuadernillos y folletos publicados: Liras y albas (Panamá, 2003), Sonata a la vida (Panamá, 2008).

Descripción temática de algunos libros:

Sonata a la vida (poesía, 2008). Podemos leer en la contraportada en libro lo siguiente: "Este libro, breve y sustancioso, es una especie de salvoconducto para entrar en el alma de su autora, poeta vivida en el oficio supremo de autodescubrirse.

Liras y albas (poesía, 2003). Podemos leer en la contraportada en libro lo siguiente: "Con este mi primer libro presento un sentimiento sincero y sencillo de aquello que rodea parte de mi mundo interior, de lo que tengo y tuve y que a través de los años permanece en mí.



Al Quijote 

Canto a la gloria perdurable de tu palabra,
a la oración de tu saber
guardada en la corteza de las aulas,
en los azules caminos del anhelo,
en sabios instantes de eternidad.

¡Tu sueño Quijotesco!
Cada suceso de tu andar.
El viaje memorable de los ansiados logros,
la semilla de tus días renovados,
los gigantes arrolladores.

¡Al fin he llegado a tí, soñador!
Al recorrido de la épica jornada,
al encuentro del audaz
y ardoroso pensamiento.

¡Tu voz canta al son de la palabra
en la intacta materia de los años!





Sonata a la vida 


La rebaja

Ando por las calles
que pocas veces ando.
Siento un aire de luz
en claro goce,
el arpegio de la brisa
circunda
aglomerados rumbos,
"shopping" anuncian sus rebajas,
el pueblo acude al desembolso.

Entre verdad y engaño
se asoma el tiempo
siempre frágil,
el mensaje
con su aroma sugerente,
cuarenta, cincuenta,
sesenta por ciento de descuento.

Como moscas en maniobras
acuden a la cita.
Van por los ojos de la piel
de los anuncios,
y hay un algo que se esconce,
yo lo sé.
Una trampa entre gigantes naipes
de azar.

Llegan entre ráfagas de voces,
voces que encienden las órbitas
del suspiro.

Saltan de la escasez del pan
al laberinto de las deudas,
como llamado dócil,
como fuego ardiente.

Alcanzan una torre de espinas.
Y allí obtienen la cruz.

¡Viva quemadura en la piel del engaño!






En el hilo de aguja

Se juega la suerte.
Cosí la tarde
para aprisionar sus dientes.
A ella,
la que muere con la noche
y se propaga día tras día.

La que invade
los cuatro puntos cardinales
y rueda
entre clamores y tropiezos.

La Capitana,
la Pastora,
la que da la hora del cansancio.

La cosí para detener
las casillas del diluvio,
ese ruido que atraviesa
su columna vertebral
como tumba abierta al infortunio.






Sí, cae la lluvia

Allí donde no llega el humor diario.
Gotas sin vida en la aurora,
en la verdad desnuda
de la pálida lumbre,
al asilo de vientos feroces,
huella doliente de sed
en la piel de la calle.

Llanto de espera,
golpe certero
traspasando la carne.

La sed maúlla,
la carne gime,
formas fisuras,
distancias olvidadas.

Como si no pasara nada.






Este canto

Que desmiente otro canto.
Esta presencia doblada,
caminante de sed,
aliento en los años,
desnudada pluma
ante el cerrojo del tiempo.








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