CÉSAR TORO MONTALVO
Toro Montalvo nació en Lambayeque, Perú, en 1947. Ha seguido estudios superiores en las universidades Inca Garcilaso de la Vega, Mayor de San Marcos y Pontificia Universidad Católica del Perú. Fue fundador del Movimiento Poetas Mágicos del Perú.
Obra: Mágicas y mabú el Meleno de la guitarra (1970), Las crías de los huevos de mármol (1972), Especímenes (1977), Torres y Praderas de Machu Picchu (1980) y Arte de Soñar (1983). Ha sido incluido en importantes antologías de la poesía peruana.
Este es un pequeño homenaje a un excelente profesor que tuve en la universidad Inca Garcilaso de la Vega, por su forma tan apasionada como nos mostraba la riqueza de la literatura peruana. J.V.J
Yo he visto brotar venados en el monte
Yo he visto brotar venados en el monte.
Me he acercado a más de uno,
y se ha hecho a mi lado, lo he vestido
por los surcos con el color con que vuela.
Lo he visto abrir el horizonte con sus astas.
Se hace un árbol que huye, pero no.
El venado, de lento sendero,
como el amigo, un día regresará en sus ramas.
Matrimonio de la dulce maru
y su hermoso okobín cuidador de odres
cuando cruzo maru oh tu ciudad admirada en mil manzanas,
me enredo en tu barrio de la esquina
y me pongo a silbarte
la balada de cheyenne montado en un carnero negro
me encuentro con que estás
colgada encima de los nísperos contemplando a okobín
volabas graznando con tu taza de begonias en la mano
y te veía parada en el establo
subida al techo
con tu listón mostrando las uvas de fragoroso terciopelo
y saltabas luego
por encima de la catedral de agujas y florerones
y se enredaba tu vestido
encima de mi mano
(vestido hecho con enredos de agujeros)
y te traía a mi mesa acompañando a mi madre
y te llevaba a mirar las batallas perdidas de mi hermano
y te seguía corriendo hasta el sena
tocando los tambores con las gotas de nylon que caían
de tus labios y te traje en mi caballo alakur
con tu cuerpo de colores hacia lima
ay dios te dije
y okobín con su ruiseñor en el hombro
te cuidaba los odres llenándolos de mies y natas salidas
de los higos
ay dios te dije
y okobín te peinaba y te borraba las primeras pecas de amaranto
ay dios te dije
y okobín te peinaba las manos y te traía a new york
en una tarde de carnaval cubriendo tu rostro de bolas y boroles
y okobín rompía el último milagro de tu boca
a su pecho de cañutos
casándote por cuidar vuestros odres montado en un carnero negro
Violeta lila
(Flor de La Alhambra)
En broche abierto la violeta lila se afirma en pétalos de rocío. En perfume de iris tornasolada aprieta el rastro breve.
Su campánula se desflora y alarga la oreja, o son de rodeos. Algunas se despiertan en rayitos de luna.
La violeta lila escribe su haiku en pergamino morado. Aparece tal de gotitas, tal de tictac en evaporación que no se siente sino en sus venas.
Sus peciolos se arriesgan en pequeñas orlas. Se cuelga en hilo de perlas.
Desde los puntos de la tierra llegó el jardinero de humo y le chisporrotea espejos cristalinos. Su agua se macera. Se hace pie de multiplicados dedos.
La violeta lila en el árbol yace enramada, y se ha invadido de todas sus partes.
Cuando cae -leve, y casi en silencio- el aire no la siente. La lila en botón, sin peso, cae como una breve página de aire arrugado.
Si se abre en antigua ermita, si se detiene a sus rayos solares, si está en hostia de pétalos, si es lámpara de olor, si se ensueña en pestañas, si es campánula pequeña y abierta de ternura.
Cae como cascada sin agua, como copo de cristal, como lila de arete, como luz
demorada.
La violeta lila más que aire inflamado es desaparición nupcial. Más que vellocino de púrpura es mano desordenada de lociones.
Más que buganvilla de soltera es papel de turquesa. Más que sencillamente lila es violeta ante la luz suficiente.
Como estrella de bengala se entrega a su paseo de monja enrarecida en la rama. Si es sedosa, el terciopelo aparece en poros de amatista.
Un vestuario de duquesa reza en sus ramas. Baila en esas calles enamoradas con ese silbido de las cuculíes.
Si es rubí despelucada, si es el primer beso de los canarios, si es bouquet sencillamente violeta, si es Flor de La Alhambra, si es flor del Tao Lila.
Si asume todo el aire en columpios, si es pie quebrado de paje, si sus linderos
asumen su catarata, si es sensación, me agranda de inmensidad los sentidos.
Si es toda la humanidad para su piel primogénita, si chisporrotea en pestañas, si al caerse recojo su oración de convento.
Si está sobre las aceras de las calles o los jardines; si es lila y morada, si es violeta lila, si es violeta lila.
Cómo calla su procesión de corolas, cómo despierta sus papilas, cómo esconde su perfumario.
Cómo se escancia largamente en sus fuegos artificiales, cómo se da de limosnas en el aire, cómo se empequeñece ante la primavera morada.
Cómo se hace saltimbanquis entre la enramada, cómo se escapa de soltera, cómo se ensueña la violeta lila entre el néctar casadero, cómo se cae de baile en el jardín, cómo luce entre sus pétalos de estuche.
Se cae de morada, en azul celeste, en lila esencial. Ella no sabe si es pimpollo de orquídea en la nocturnidad.
No sabe si es artificio de ultravioletas que no está en agua. Solo los picaflores
absorben su anisado y coquetea con sus membranas.
¡Oh bella gema de broche vegetal! Alveolado lobular de zafiro, cerumen del alba amanecida, flor de pasión suspirante, tintura de azul y rojo que se da en morado.
Y si es celeste vuelve a su estado natural. En su casquete, de jade verde, se abre de escanciada como arete de lociones.
Se abre. Y allí está. Ahhhhhhhhhh, cómo la siento desde aquí que se me extravía el corazón.
¡Oh, la violeta lila! Cómo cae sobre mi consistencia y me llueve.
Me llueve. Me llueve perfume.
Nena
Hermanita
te pido que cubras mi rostro
con tus panes que has derramado llamándome
porque te acercas cuando te cuento mi paz
cuando sabes que boto la basura
con mis manos que nunca las lavaré.
Por eso
a la arena hay que saberla moler muy a menudo
así como si la inocencia
fuera la paloma de la familia.
El osito y la manzana
Porque me fui al río
y soñé con el cielo
yo fui
esa fruta de algodón
colgada en el manzano.
Porque volé al cielo
yo fui
ese osito de cuerda
que bailaba
con estos zapatos azules
cosidos con hebras de luna.
Quiero vivir durante un siglo
Quiero vivir durante un siglo
Darme un día de esa suerte para cada planeta
Repetir los idiomas de todos los labios
Mantenerme unas horas con luna llena
Ser el árbol que representa mis venas
Ver cada pàjaro como un compañero de mi canto
Dibujar desde un sueño los suspiros más hermosos
Beber la última gota premiada de la tierra
Saber que millones transitarán después de nosotros
El orbe por ese afán se detendrá un segundo para mí
Sentiré que la paloma rebuscada está en el vocabulario
Tal vez sea el último que tendré un círculo maravilloso
Ese círculo será el sol que calentará mi pecho
De ese modo seré el milagro de un niño dormido
Pero un día desapareceré como un aerolito
Si me ausento de todo y de mí
No habrá lágrimas salobres prestadas del mar
Pero aún tendré días de luz
Siglos de cultura terrestre
Manos que escribirán para mis próximos advenimientos
En fin
Quién sabe...
Quiero vivr durante un siglo
El mar es tan breve
A Justo Jorge Padrón
La profundidad del mar
no tiene cabida en nuestra mirada.
Cierro mis ojos para contenerla.
La vida es tan breve
que no alcanzo su misericordia.
El mar se ha almacenado en una piedra,
y no es el mar.
El mar es mi casa.
su punto sin límites
está en medio de todos.
Tengo todo. Tengo el amor,
pero aun no me es sufuciente el mar...
Gota a gota construiré
el amor,
y con ello - supongo -, me llenará
todo, todo el amor del mar.
el mar es tan breve
que me falta la vida.
Las palmas de Gran Canaria,
12 de diciembre de 2002
La máscara
A todos -supongo-
se nos cae la máscara.
En algunos
Aparece
Como una lenta sombra.
A otros se da idéntica.
Cada uno se ofrece
En máscaras.
Si avanzo, está ahí. Si retrocedo,
Es otra en su vario sueño.
Por qué mi máscara
Es de varias
Máscaras.
¿Dios estará allí?
Madrid,
18 de diciembre de 2002
La muerte no existe
Cuando se muere
no se muere
de vida.
La muerte es un sueño
que la vida prolonga.
Es mentira
-está probado-
la muerte no prolonga todo.
Para vivir
eternamente
¿necesitamos de la muerte?
Los seres eternos - lo saben-
no han muerto eternamente.
La muerte
sólo
es un sueño
de unos miutos, años, lustros,
o siglos.
Si sabes que vivirás.
No necesitas que la muerte te llame.
Ya sabes lo que es la vida.
Ya sabes que la muerte
es un sueño dormido. Ya sabes.
La muerte no existe.
Madrid,
16 de diciembre de 2002
Desde la vida inmensa
Ama desde la vida inmensa,
extremadamente sin límites.
No dejes que la vida, afán de nuestro ser,
se disuelva en la tierra dulce, fuera
del ritmo del odio, sin saberlo
en la sociedad, en un acto tan puro
de energías de imágenes vividas.
La vida es un regalo que nunca espera.
Como un ángel
abre la yema de la mano.
Tómate el tiempo en la medida de la intensidad.
Alégrate que la bóveda -oro tan nuestro-
se abra como un cerebro grandioso que celebra.
Es hermoso leer la bondad de la inmensidad.
Desde la vida inmensa,
desde el mundo,
en su ciencia exacta,
entrégate
a la vida.
La vida es inmensa todavía.
Madrid,
12 de dciembre de 2002
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