Manuel Lombardo Duro
(Jaén, 1944)
Licenciado en Derecho, ha trabajado en la Enseñanza y en la Administración. Ha publicado diversos libros de poemas entre los que destacan: Ahora Blancanieves cojea algunas veces de mi mano (1974), El tigre y la mariposa (1976), De Jaulas, Espejos y Relojes (1978), Bajo soles de cielo (1982), Canción sílaba (1985) Umbral de transparencia (1987), No (1993) y Contracanto (1995), Miserable poesía y Vivo muy lejos y Carne de letra (2004) y Borrador (2006). Ha sido incluido en distintas antologías poéticas como Viento de cine; también ha publicado numerosos poemas y artículos en revistas literarias y de pensamiento, como Renacimiento y; numerosos libros inéditos: Nadie de nada, La nada en celo, Contrasilencio, y Antiprólogo a nada.
Manuel Lombardo Duro es un poeta atípico y heterodoxo que jamás ha concurrido a ningún premio y que ha eludido siempre el apoyo institucional. “La poesía no es una carrera de caballos, es un placer en sí misma y luchar por lo imposible”, asegura. A su juicio, su obra poética “es la lucha contra la iniquidad y la estupidez, la lucha contra todo poder y toda muerte, la búsqueda desesperada de espacios incruentos, la negación rotunda a colaborar en un mundo que está en manos de granujas y de imbéciles”. Lombardo ha evolucionado desde la poesía social de sus orígenes, en la línea de Blas de Otero, a otra de corte más individual y sarcástico, y ello por su desencanto ante las soluciones colectivas. Con todo, aunque su poesía parezca desesperada y desgarrada él también la califica de “vital y enérgica”, pues considera que “en el hecho de escribir siempre se encierra un principio de esperanza”. Han pasado ya 40 años desde que Lombardo publicara su primer poemario, Ahora Blancanieves cojea algunas veces de mi mano, y desde entonces ha publicado numerosos poemas y artículos en revistas literarias y de pensamiento, entre ellas la sevillana Renacimiento.
Tal vez mis poemas
no sean más que restos,
sustituciones vanas
de aquel dios, aquella madre, aquel cielo
que yo perdí de golpe,
residuos de oraciones musitadas
en la fría soledad
del más claro silencio.
De Oración Vacía
ESPACIOS INCRUENTOS
Quizás
la escritura
nada tenga que ver
con la vida ni con la muerte.
Tal vez sólo sea
una forma de expresar
la insumisión activa,
el rechazo absoluto,
la desobediencia cósmica,
la lucha desigual
de un hombre solo
contra todos los poderes,
la búsqueda desesperada
de espacios incruentos.
Plenitud
Aunque algunos pretendan
racionar el aire
y enjaular la luz,
envenenar la sed y el agua,
aún puedo respirar,
todavía queda espacio
para mi alegría furiosa,
mi rebelión salvaje.
Hay vida plena.
Hay vida infinita y vibrante
fuera del orden y de la ley.
Mira cómo
ahora juego a la gloria
con las articulaciones de mis dedos,
cómo tiemblan los cielos de papel
frente a la anarquía de mi risa.
de su libro Miserable poesía.
Carne de letra
No, no quiero
ni puedo ser
carne de letra sin sentido
ennegreciendo blancas mortajas
de papel inmaculado
ni llevar en las venas
tan sólo tinta en vez de sangre.
En silencio y despacio,
contra toda palabra,
escribir sin lenguaje,
insinuar tan solo
lo que no puede ser,
lo que no está,
lo ya perdido.
Testigo del horror
y de la nada,
todo imposible,
enmudecer en la penumbra,
no prestar nunca más
testimonio maldito:
sólo tal vez
una palabra nueva,
un silencio de nieve.
Miserable poesía
si no te lleva lejos,
fuera de esta vida
tan zafia y repugnante,
más allá de la muerte
democrática y vulgar.
Miserable poesía
si no te lleva fuera
de todos los sentidos,
lejos de todas las palabras.
Miserable poesía
si no termina al fin con la poesía.
De su libro Allegro Bárbaro,
Ediciones RaRo
Donde resisto
Ser escritor,
escribir en Jaén
es andar sepultado
bajo siglos de sangre y de mugre,
de estupidez y de codicia,
garabatear
desesperado y mudo
en la tapa interior de un ataúd
color olivo negro.
Escribir en Jaén
es resistir cercado
de miedo y de ignorancia,
afrontar el desastre permanente,
no rendirse jamás.
INNECESARIO
Vivir no es necesario,
sino tan sólo destruir,
aniquilar lo que te mata,
sobrevivir a tus traiciones
y a todos tus fracasos,
quemar en propia lumbre
todo el amor y todo el odio.
Después de nada y tanto,
escapar de lo nunca
para gozar el siempre,
afrontar la desesperanza
sólo con desesperación,
encontrar sólo vida
en ir contra la vida.
CANSA
Meditar cansa,
pensar el pensamiento,
desentrañar cada lenguaje,
decir esas palabras
inertes y vacías
con lo poco que dicen,
con todo lo que callan,
con lo mucho que mienten
y la muerte que arrastran.
Cómo cansa enjugar
la vida cada día,
no perder el valor ni permitir
que te falte el coraje.
Cómo cansa vivir
entre la ausencia y la inocencia.
JERARQUÍA
Hoy por hoy,
sólo hay dos clases de poetas:
los imbéciles y los muertos.
El hermoso cadáver
de la poesía putrefacta
está ya bien muerto y sepultado
que no me tomaré
ahora la molestia
de despertarlo para mi desprecio
y mi abominación más perniciosa.
Hoy por hoy,
no hay dos clases de poesía,
sólo queda una:
la todavía por hacer,
la que no existe aún ni se vislumbra.
NADA ESPERO
Porque no espero,
porque no espero volver,
porque no espero volver jamás,
ahora voy más y más lejos:
he decidido
no moverme de aquí,
quedarme quieto
en este desamparado lugar
cuyo nombre he olvidado
y que sólo sé que se encuentra
allá en el centro de ninguna parte.
De Noemas y nademas
Atrévete
Ten el valor
de no hacer nunca
nada por compromiso,
no escribir nunca nada
que no brote directamente
de tu alma y tu conciencia.
Ten la osadía
de ser olvido siempre
de todo y de ti mismo,
purifícate con nada y silencio,
atrévete a ser nadie.
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