lunes, 24 de agosto de 2015

SUSANA GIRAUDO [16.875] Poeta de Argentina


Susana Giraudo 

Nació y vive en Villa María, Provincia de Córdoba. Es escritora, ensayista y pintora. Publicó varios libros, entre ellos: Trazo y Poema, Cuerpo de luz, La luna en fuegos de final de noviembre, La armonía de las desarmonías -edición bilingüe italiano-español, El sonar transparente y ha participado en varias antologías de autores argentinos y de otros países. Publica sus textos en periódicos y revistas de circulación local, provincial , nacional e internacional y en revistas web. Ha recibido numerosos premios y distinciones, entre ellos el Primer Premio del Certamen de Poesía y Primer Premio del Certamen de Cuento de la Dirección Municipal de Cultura de Villa María, el Primer Premio Plaqueta de Oro del Certamen de Poesía "Hugo Mandón" de Santa Fe, la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores en el año 1999, Premio Selección y Publicación otorgado por Editorial Libroitaliano Editrice Internacionale entre otros. Como artista plástica participó en numerosas muestras colectivas, entre ellas: Salón de la Mujer, Municipalidad de Villa María, Muestra Día Internacional de la Mujer "Nuestras mujeres en el arte"- Dirección de Cultura de la Municipalidad de Villa María", Muestra "Amigos" -Teatro Real, Córdoba -. Participación del Pequeño Formato, Galería Guernica, Córdoba, Muestra Inauguración Congreso de Gastroenterología- Sala Hotel República y muestras individuales: en el Centro Cultural Santa Fe, Salón Aerca, entre otras. Ha realizado talleres y seminarios en artes plásticas y es discípula de Nélida Petrucelli y de Eduardo Cervera. Ha sido corresponsal de diversas publicaciones, tales como Papiros del Siglo Veinte, Horizontes de Cultura. Hizo Periodismo Radial y gráfico, dirigiendo la revista Centro Argentino.

El poeta argentino Jorge Ariel Madrazo dice que Susana "Giraudo pertenece al raro escuadrón de las voces femeninas que, abjurando del sentimentalismo, no temen ofrendar la llaga abierta de su hpersensibilidad, unida al diamante de la inteligencia.  Esto le augura el mucho sufrir. Esta es la matriz de su alta poesía."



El perverso atractivo

a Pablo Ziegler



Ella intenta mil trucos, malabares, fuegos de artificio,
sin conseguir ocultarla detrás de tanto y tanto.
Aterida, negada, a la intemperie, vestida apenas
con su miedo impúdico: está la otra, ella.

La que consiguió retener, solo a momentos,
unos pocos abalorios de colores,
algunos cánticos blancos e inocentes,
y las cenizas ya frías de un estallar de estrellas.

Y como un barco ciego que navega sin brújula
hacia puertos sin nombre, no ella, sino la otra,
busca a tientas, con la piel en sangre hasta los codos,
el perverso atractivo de un naufragio.





Repeticiones

Gira el tiempo cumpliendo su rodar recurrente.
En la constante de sus repeticiones,
busca siempre la analogía entre lo vivido
y la apremiante respiración del hoy insoslayable.

Las imágenes danzan en su persistencia por renacer.
Reconstruimos cada instante, sobre la
sombra de la mímesis a la que estamos condenados.

Quién se atreve a no creer
que el recuerdo burla la sinrazón de las negaciones.
En cada cambio de piel cumplimos con el rito repetido,
hasta desafiar el infinito.





Siempre se salva un niño

Un odio definitivo y sólido
arrastra los resabios temblorosos
de la pequeña última muerte.
Sarcófago inventado donde
la nada se arrebuja en los rincones.
Batalla devenida como toda batalla, 
sin precisar la chispa que la engendra.
Turbio lastre de la frustración
moviendo personajes contrahechos,
mientras los hilos se mezclan y confunden.

¿Dónde se apaga el odio?
¿En cántaros de cobalto?
¿En caminos de espuma donde perder su huella?
Las palabras borran un rostro
entre la niebla espesa del futuro,
y las manos intentan 
destruir lo abominado, el sinsentido.

Cuando se aquieta el derrumbe,
entre los escombros, 
siempre se salva un niño.





Herodes

Masticar rosas, creo, es buena práctica,
mientras en el mundo la sangre se convierte 
en río hirviente. 
Delirante, un payaso  vomita odio y desenfreno,
sentado en su trono estrafalario.
No hay abalorio que distraiga sus manías.
Persiste voraz , 
ordena muerte,
su triste poder de historia inolvidable.

Herodes, mirando al nuevo líder del horror
y la sangre,
 se ha tornado 
un niño 
balbuceante.







Sin latir sin calor sin
de la noche llegó
la mentira dentro de un abrigo gris
con fauces abiertas en el lugar de la flor

alientaba el aliento en pequeños
pétalos de vapor
la mentira 
hacía trepar hasta los dedos helados de los árboles
su rítmico respiro
en la noche enfundada en un gris de grises
con fieras en la solapa
cepos feroces clip clap de dientes
amenazantes

peor amenaza la mentira mi propio
lado izquierdo -dije yo -que las fieras
de opereta para las que
tecleo sobre baldosas sueltas
esta mi música sorprendida
en arpegios de dolor mis pasos

la noche fría de fríos dedos sin savia
recibió a la mentira sin latir
sin luna sin estrellas
solo mentira solo noche sin sangre
sin calor sin magia
la mentira no late no calienta
no lleva estrellas ni luna
no tiene sangre
la mentira muere de mismo morir
y mientras muere también mata





Unidos donde los pasos

… dejan huellas y nacen rosas.
Rosas de sangre y agua,
agua y sangre.

Somos lo posible
convertido en goce.
¿De donde viniste,
peregrino del dolor
encendiendo esta nueva luz
que nos contiene?

Llegaste a mi verso desde el vacío,
interrogante feroz,
gimiendo preguntas entre tinieblas,
más allá de la nada silenciosa.

Y este cuerpo 
reconstruido ahora por tus manos,
se resuelve en una flor húmeda,
que estremecida tiembla sobre tu pecho.

La música de un clave suena a Vivaldi
en gloria de miradas.
Ponte dei greci.
Murmuran las góndolas
en la noche bruja,
oscura de oropeles y adioses.

Momento en que la piel se busca,
más allá del hartazgo (solo temblor).
Lo incierto asecha lejos,
tal vez como un rugir de condenas.

Y donde un mapa señalado espera,
seremos fusión furtiva,
dioses o esclavos
en este ir y venir dentro del tiempo.





SUSANA GIRAUDO
POEMAS & AQUARELAS


Decís te beso 
me derramo en vos
y me lo decís a mí
que vengo a traerte ahora
este libro en blanco
unos dulces
hechos con frutos del verano
una puñalada que
te roce apenas la voz
y este pájaro de cáñamo
y algodón
mira
tiene las alas  escritas
con los fonemas confusos
de un silencio
lapidado sobre
sábanas heridas.
está muerto
(como verás)
lo sofoqué con
mis manos y
aún así
no conseguí que soltara
de su pico
este trozo de papel
en el que todavía pueden leerse
nuestros nombres.




Silencio de muebles que 
no pueden olvidar que fueron árbol
suena todavía
la palabra susurrada 
entre  la sábana cómplice 
( tibio algodón inimputable 
en su trama de sudores) 
el fuego en brasas de luz 
y el estruendo feliz de los manteles 
cuando volaban para vestir la mesa
mi cuerpo 
callado 
no pregunta  por tu cuerpo.






A Enrico Malatesta

El silencio es una boca oscura.
Este colchón viejo
tendido sobre ladrillos fríos
huele a cemento y  cal,
Huele a desvelo.
Son las tres de la mañana.
Pienso en el sueño igualitario
y resisto apenas.
Un desfile fantástico se sucede:
veo en cada rostro un manifiesto






De 
Susana Giraudo 
Monedas en el agua de una fuente.  
Buenos Aires:  El Mono Armado,  2009.   67 p.  


LACERADA

En cada sombra de tus noches,
cambiantes amenazas donde la luz
esconde su timidez e insiste,
refugias la angustia de tus grietas.

En los naufrágios de tu sangre,
en la representación espectral de tus delírios,
se destruye un velamen de sueños
desamparados, perdidos entre tormentas.

Oscuras formas detrás de tu escenario
(obstáculos sospechados y temidos)
giran en un carrusel de lágrimas
mientras denodando buscas la salida.

Mis palabras se inmolan perdiéndose en si mismas,
tumbas hambrientas de su propio sentido.
Tu lamento, tu dolerme en los huesos,
laceran la piel de mis resurrecciones.





COMO DUELE EL DOLOR

Hay un muerto que sigue respirando.
Un corazón de escarcha que late monocorde.
Un ídolo inventado que al hundirse en el barro
pelea por un inútil nuevamente.

Nuevamente es un vocablo sin sentido
después de destruirse una y mil veces.
Hay ojos que el asombro no ha cerrado
y miran a la dicha
estallar en pedazos.

Como una boca enroscada
en el ardiente altar del tormento,
siente partirse la ilusión
en sus entrañas,
colmadas
del más crudo dolor.

¡Cómo duele el dolor!
¡Cómo duele el silencio del amor
que muere sin crecer, innominado!






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4 comentarios:

  1. Una Poeta con Letras Mayúsculas... Una Gran Persona...
    Aplausos Totales.

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  2. Felicitaciones, Susana, bella tu poesía, contundente y sin concesiones!!

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    1. Noemí, consideración y valoración de poeta a poeta. Nunca nos perdamos unos con otros. Siempre apretados en un abrazo!
      Susana

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