Isabelle Forest
(Montreal, Canadá 1970). Poeta y novelista, ha publicado L’amour ses couteaux, La Crevasse y Les Chambres orphelines. Sus poemas han sido aparecido en diversas obras colectivas en Quebec y en el exterior. Su obra poética ha sido reconocida con los Premios Alphonse-Piché, Félix-Leclerc y Radio-Canada. Dirige numerosos proyectos de difusión literaria para festivales y eventos literarios y dicta talleres de escritura desde hace siete años
Muy pronto (…)
habremos acabado con nosotros mismos
Michel Beaulieu
nuestros órganos pesan
gestos muertos
es posible que sea
inmenso y bello
en nuestras bocas frágiles
los vértigos
vertederos de fantasmas
que se deshacen lentamente
colgados
de las ventanas interiores
aún más labores
bajo las camisas
y el método tan insólito
del corazón para amar
soy uno más
que no encuentra descanso
estamos solos
sobre el colchón
acurrucados
cuántas cosas frágiles
y risas tan ácidas
otra quemadura
y mi cabeza que arde
parece un sol
a punto de morir
aún más cierto digo
son las aves
sus pequeños
triturados entre nuestras manos
pienso en las alambradas del amor
por donde salté despreocupada
yo soy nosotros somos
la desmesura del mundo
los detalles a veces
atraviesan la espesura
de lo cotidiano
entonces surge
el pánico de vivir
nuestros cuerpos mi cuerpo
de pronto se engancha
a sus perros guardianes
y ese peso en los tobillos
que nos aligera la cabeza
el estupor de vivir
desquiciados
felizmente
los sexos deslumbrantes
incendian nuestras camas
a veces alcanzamos
alcanzo el interruptor
mi conciencia se licua
mientras mis piernas
tiemblan aún
yo voy nosotros vamos
los ganchos impacientes
mordisquean la carne bajo el sol
y la fibra de los corazones
del verdadero estrépito de las cosas
no podemos no puedo hablar
y me voy a comer rostros
para escapar de su bondad
me altero a veces
por poca cosa
aplaudiendo
al matar moscas
tengo en la garganta
pájaros heridos
que debería matar
primero sumergir
en mi hocico
de nuestros comas alucinados
pequeños pasos pequeños grietas
por donde deslizarme
nadie está protegido del desastre
hay tanta esperanza por acarrear
que nuestros cuerpos mi cuerpo ya
no responde
hundido en el asfalto
hasta bajo mi cráneo
los horizontes se distorsionan
se aplastan
fluyen en la melaza de la noche
tengo que divertirme
a la espera en algún lugar
de saltar sobre mi cuello
ni siquiera una venganza
este fin del mundo
que dormita en cada uno de nosotros
partir hasta que desaparezca
el nudo de lo cotidiano
abandonar las mañanas inquietas
los amores detestables
abrazas mi vientre
una amenaza de ahondar incluso
más allá de la muerte
y eres tú quien sangra después de todo
sí allí
entre el índice y la esperanza
ya hemos reído lo recuerdas
era la época de los toqueteos
tu mano apenas tocaba mi sexo
y tu alma no subía más allá
de mis tobillos
nunca desocupadas
nuestras bocas genitales
a lo lejos los escombros
entre las piernas
y fingíamos la paz
mientras que todo en nosotros
se arrancaba la belleza
nuestros rostros
puestos en el mundo
tan crudos como la verdad
tan oscuros como las cenizas
nuestros rostros por un momento
desvalidos de promesas
nuestros rostros
lado a lado
frente a frente
beben el tiempo
hasta la náusea
cuáles serán nuestros futuros cadáveres
tirados en desorden
al pie de nuestras camas
sin cesar erramos
sin domicilio fijo
en el interior de nosotros mismos
qué es el yo
una piel un aroma
un descenso a ese cielo interior
una caída libre
hacia una libertad mancillada
qué es el nosotros
suave cabellera cartílagos
pesadumbre
aves planeando
entre nuestras costillas frágiles
golpeando las ventanas
un espacio para correr
hasta mañana
y pasado mañana
hasta la muerte infalible
Francis Catalano (fran.catal@sympatico.ca)
Carl Lacharité (carllacharite@hotmail.com)
http://www.fiplima.com/2013/download/fipl-ebook.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario