Gloria Gómez Guzmán
Poeta.
Nació el 25 de mayo de 1950 en Tampico, Tamaulipas; México.
Es autora de los poemarios No eran la epopeya de estos años nuestros días (UNAM/Punto de Partida, 1981), Litoral sin sobresaltos (Praxis/Dos Filos/UAZ, 1987), Para quienes en altamar aún velan (ITC/PCF, 1988), Aguamala y otros poemas (CONACULTA, 1998), Antología personal (Gobierno del Estado de Tamaulipas/CECAT, 1998). Ha publicado también narrativa para niños.
En 1987 ganó el Premio Estatal de Poesía Juan B. Tijerina convocado por el Gobierno del Estado de Tamaulipas.
» No eran la epopeya de estos años nuestros días
México, Universidad Nacional Autónoma de México. Revista Punto de Partida, 1981. 32pp. (Cuadernillo de Taller y Seminario, 24).
tendríamos que decir de aquellos años
Go, my songs, seek your praise from the young
and from the intolerant
Ezra Poun
tendríamos que decir de aquellos años
en que todo parecía recién inaugurado
y jóvenes los hombres y dulces las mujeres que éramos
saltábamos los muros
la vida era una roja bandera y esas cosas
entonces sí llovía la época sobre amapolas
éramos los dueños del futuro y esas cosas
tendríamos que contarles cómo amamos
como el sueño estableció su reino entre nosotros
dejar bien claro que estuvimos
palabra desde manos sucias
intentando derribar el muro
tendríamos que decir que somos
los sobrevivientes
de una década jodida
nosotros
amaridados en el setenta
dotados de poemas y excelentes intenciones
pensábamos sobrevivir
llovía parejo en esos años
las paredes de la casa caerían
si las manos soltaban la palabra
y bueno
qué
estábamos dispuestos y sonriendo
nos hicimos una hija
y gritamos a los amigos
nuestros discos
nuestros héroes muertos antes del setenta
se nos podía mirar diciendo
los renglones de poemas nuevos
a las tres de la mañana
solos y puteando
en contra de la muerte
mirando los ojos de la gente
preguntábamos
qué historia contarán las fotos de este tiempo
qué dios se pondrá de nuestro lado
qué amigos prestarán una pequeña ayuda
para que vivamos otros ojos
qué dura lluvia caerá y limpiará
las lodosas aceras de la historia
nunca fuimos niños flor en san francisco
no estuvimos en woodstock ni en bolivia
los amigos que quisimos
se marcharon a otro continente
nuestros héroes vivos
se hicieron millonarios
la música de nuestro tiempo
sus palabras y las nuestras
todo en vano
la pared permanece
nosotros
padres melancólicos de ahora
que huyen de las multitudes ciegas en la calle
nosotros
pobres poetas de aquí
no entregaremos las armas
tercera versión acerca de lo mismo
una se detiene
se desata las abrochaduras del brassiere
las de los zapatos
se derrumba en una silla demasiado alta
piensa lo poco
soles que de tan brillantes huyes
pedazos de poemas a los ojos de ella
troncos que el enmohecimiento aturde
una se aburre de tener la espalda
soportando un muro sordo
que
se sabe bien
caerá despacio sobre la memoria
una escribe
porque
no hay ocupación más torpe y desdichada
que vivir
poesía no ha salvado a nadie
no resuelve insomnios
no sirve gritarla en pantallas de tv
o hacerla canciones y que traguen de ella
dulcemente
los muchachos
poesía es un reluciente
bruto
fragmento de náusea
un aullido
están matando todo
la razón desvalida
para seguir aquí
que el poema me sostenga en esta tarde
que el poema me sostenga en esta tarde
en que la náusea va a sobrevenir violenta
quiero un poema manos
un poema labios
un poema falo
sólo soy una mujer de treinta
y debo morir mañana
que el poema sobrevenga a chorros
que inunde brutamente
el cuerpo sólido de noche
en que agonizo
el poema se ha atorado
el poema se ha atorado
entre el recibo de la renta
y el de la luz eléctrica
qué bueno hubiera sido que existieras
qué bueno hubiera sido que existieras
así podría invocar tu amparo
cuando me acosaran mis escasos acreedores
o bien cuando el servicio de transporte en la ciudad
no pusiera en mi esquina un autobús a tiempo
qué adecuado sería prenderte encendedores
ofrendarte kilos de jamón serrano
darte en sacrificio al primogénito afectado
por el mongolismo
todo para que sonrieras
con esa la dulzura
que te pintan
qué bueno sería que estuvieras
para que mami supiera
que sus hijos muertos
están a tu diestra
para que mi hermana delia me arrojara
un lunes por la mañana
(con sol de preferencia)
la certeza de que existes
qué bueno hubiera sido oirte decir
cuando yo salía de la playa esa tarde de agosto
con 18 años y todos los sueños del mundo
“esta es mi hija bienamada
en quien tengo contentamiento”
encendí el televisor
en el momento en que anunciabas una pasta dental
y estuve preguntándome
cómo te verías sin dientes
de qué vivirías si no tuvieras tan bellos ojos
qué será de tu figura a los sesenta
enviarás tus hijos al extranjero?
votarás por el pri las próximas elecciones?
¿sabrás que en este país hay mujeres
que sueñan con tu suerte mientras soportan
tediosas jornadas en tiendas de autoservicio?
qué clase de felicidad hace posible tu sonrisa
qué fuerzas vegetales terrestres te animan
a quién tengo que dirigirme para saber estas cosas
dios no recibe correspondencia
los hombres y mujeres comunes
estamos a la deriva
alrededor nuestro la pasta de dientes
los botes de cerveza muebles automóviles
y heladas bellezas sonriendo
en vano nos arrojan salvavidas de concreto
» Agua mala y otros poemas
San Nicolás de los Garza, Nuevo León, Universidad Autónoma de Nuevo León. Coordinación Nacional de Descentralización. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1998. 113 pp. (Los Cincuenta).
Polilla
En defensa de algunas especies de animales que amenazan con no extinguirse
“la polilla que vive en los libros
-dice el poeta- se me parece
ella también necesita devorar
kilos de palabras
para que le salgan alas”
Un poema
si escribí
si me hallé
si ésta es mi cara y sólo yo la reconozco
si capitulé
y derrumbándome en la arena
de un litoral sin sobresaltos
me he reído
si teniendo compasión de mí
me arrojé con ropa al feliz oleaje
si he logrado salir entera
y húmeda aún he vuelto a tierra firme
si nada de eso tiene que ver con la poesía
y sí conmigo
-aunque no sea cierto aunque haya ocurrido-
si a nadie en verdad le importa
de cualquier manera
viva el personaje
Oso con poema adentro
para el Cronopio
el oso un día se encierra en su pelambre espesa
y no está para nadie
el oso procede así
cuando siente que el frío afuera es insoportable
al oso no puede preocuparle
que su prolongado aislamiento
le haga perder algunas amistades
él sabe que ésta es una cuestión
en la que está de por medio
lo que el oso guarda pelambre adentro
sus amigos lo entienden
y a veces
sin dejar de quererlo
lo envidian
Agua firme
aunque de nada sirva gritar
que tú y yo
hicimos de la vida
un sitio demasiado hostil para la vida
aunque ya no quede nada por decir
y no me salve
ni tú
aunque vengan a decirme
que la poesía no importa
aunque no importe
Aguamar
con mi vida hice un poema
sin rima
casi sin medida
intentando un ritmo de época
que me movió
y me puso al centro de la canción
temblando
viva y feroz
casi feliz
Agua marea
si soñaste
si osaste -aterida y húmeda- amar
si lloraste y deveras harta
lograste sonreir
si estuviste aquí
dispuesta para la vida
con las armas en alto
si aprendiste a defender la porción de sueño
que nos es posible jalar a tierra firme
si es de noche y aún bailas
porque siempre ha de llegar
el amanecer espléndido
si estás viva
éste es tu poema y el mío
Agua nieva
parada ahí
entre la calle y la noche
a mitad de la esperanza
supe
que el mundo
no estaba preparado para darme otra cosa
que un baño de realidad helada
sin miramientos
Aguamala
una vez respiré el aire del mundo a través de su sangre
cuando le pedí que no me derribara cada vez
que lograba ponerme en pie
le estaba diciendo que quería respirar por mi cuenta
(esa vez era mi vida lo que estaba en juego)
una vez quise amarla en un poema
me faltó misericordia me sobró dolor
me quedé sin habla
lo he dicho de mil maneras
si no he sido culpable
quién me marcó los ojos
y me arrojó a la angustia
que es vivir en la palabra
una vez quise cambiar mi vida
me pinté lunares me obsequié una flor amarilla
me descalcé y salí a la lluvia
dispuesta a intentarlo todo
lo he dicho de tres maneras
lo he creído en todo tiempo
no nací para perderme
una vez fue necesario un último balance
estaba harta tenía frío y me sentía tan alegre
que creí que moriría muy pronto
esa vez hice una carta
una larga y lamentosa carta
dirigida a usted
a quien debo la vida y otras cosa
eran palabras mías para usted
para mi hija
para los hombres
que tan mal nos han amado
cuando la terminé pude vernos
sólo entonces intenté aprender a amarla
aunque usted no pueda
porque usted no lee cartas
y yo no sirvo para otra cosa
que para hablar conmigo misma
El poema
porque yo fui una mujer como algunas
(pocas)
que accedió a las alturas
(con pena y escondiendo los pies)
que tocó a las puertas del cielo
y para su desdicha se abrieron
yo que fui entre los humanos como un dios
temblé
allí hay nada nadie
bajé aterrada al suelo firme
y anduve por ahí
atravesando mi época
con el largo sable del asco en las manos
porque yo amé los rostros
donde el odio iba dejando su lumbre
y hubiera lamido ese anti-sueño
si mi propia sequedad no le hubiera deparado
el desprecio que me sustentaba
quise entonces arrimarme a la palabra
entibiarme el pecho con el fuego blanco
que contiene el poema
pero
digo
qué poema podría sobrevivir
con ese fracaso como sostén
yo que he camindo la razón al revés
he amado porque odio es siempre el más fuerte
y porque no he olvidado el costo de una redención
Golpe de agua
suelta ese costal de polvo gris hey
tira un golpe
duro y bien
mételo (tú sabes cómo)
en el maxilar derecho
de la desesperanza
La poeta porteña declara
yo no canto al mar
pero
es el golpe de su oleaje
lo que sacude
las extenuadas orillas
de todos mis poemas
Agua de uso
he pagado con vida
cada línea del poema
ese crecimiento doloroso alborozado de la luz
fue mi pasión y mi esperanza
la porción del sueño que me sustentó mientras viví
Agua quieta
estas manos ya han metido
suficiente ruido
entre las líneas
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