Teresa Nalé Roxlo
Nació en Buenos Aires, Argentina donde Estudió Arte Dramático en el Instituto de Arte Moderno. Desde muy joven publicó cuentos en diarios y revistas de ese país y trabajo en periodismo televisivo y escrito al mismo tiempo que mantenía su carrera en el teatro y en la TV. Vivió en Estados Unidos, Brasil, Francia y Holanda, donde reside actualmente.
Publicó en este último país un libro de poemas en Castellano y Holandés: Almario.
Tiene una novela no publicada": 14.000 kilómetros y en preparación un libro de memorias: La casa del camaranchón.
Once palomas
Los fantasmas caminan indecisos sobre las cornisas
y se mezclan con las palomas y las arañas
dejando su baba blanca como los caracoles.
Son once las palomas en el tejado.
Por su postura amenazante y silenciosa
deben tener nombre de apóstoles
o al menos de personajes bíblicos.
Ezequiel, Daniel, Nathaniel...
¿Por qué no Luzbel?
Cada vez que me asomo a la ventana
sus miradas petreas y acuosas me aprisionan
impidiéndome gozar del paisaje
donde la ingenua rivalidad de los colores
anuncia que no puedo remediar la primavera
que penetra en el patio.
Estoy tratando de subir del pozo.
Las paredes encaladas, sin aristas
no me permiten huir.
Abajo el agua sucia y olorosa
Arriba el cielo azul de esmalte.-
Cuartos de alquiler
Inconciencia del alba
que quiebra nuestro abrazo
en sábanas ajenas.
Lágrimas de moho y adioses
escriben las paredes
de cuartos sin ventanas
donde el perfume se obstina
recurrente
en invadir el patio.
Habitual transparencia del espejo
que tu silueta corta irreverente
mientras la caramelosidad de tu mirada,
plagia al amor
en una inconciente repetición
de cuerpos olvidados
y olores revividos.
Mi ojo no percibe tus ojos
Mi ojo no percibe tus ojos
pero sí, tu mirada de lemur viajero y encerrado.
Ayer me amaste en azul
Mañana me amarás en rojo
Y temo el movimiento del prisma
donde mi vida va rotando
al compás de las aristas de tus párpados.
Afuera están la música y los pájaros
Adentro, nuestros tentáculos
que nos oprimen en los abrazos
donde el aire no penetra y lucho
para mantener el recuerdo de los olores
de Bartok y Haydn.
Fue en cualquier ciudad y en cualquier clima.
El esfumino ha triunfado
sobre el mapa de nuestra historia
pero tu mirada infrecuente logra paralizar mis miedos.
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