jueves, 16 de abril de 2015

CHRISTOPHER AMADOR [15.638] Poeta de México


Christopher Alexter Amador Cervantes

(La Paz, Baja California Sur, México, 1984), es licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Autónoma de Baja California Sur. 

Su acervo de poesía está integrado por “El mar es el silencio que hace Dios para no pensar en la Tierra”, “Minuto cero”, “Cadáver en llamas”, “El lenguaje de las piedras” y “La rosa semántica”, entre otros títulos. 

Se le otorgó el Premio Estatal de Dramaturgia Ciudad de La Paz 2008, por el libro: La Ciruela. En 2009 ganó el Premio Estatal de Poesía Ciudad de La Paz, por el libro: Escribir es incendiar. En 2010 ganó el Premio Estatal de ensayo Ciudad de la Paz y el Nacional de Poesía Sonora.  Premio Nacional de Poesía Tijuana 2011 en su edición número 13, mismo que le fue entregado el domingo 15 de mayo de ese año durante la XXIX Feria del Libro de Tijuana y ganador del Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura 2013, Poemas a un lector del 2020.

Es compilador de la primera antología de teatro en Baja California Sur (En el cuerpo de nadie. UABCS, ISC, SAMSARA). Actualmente es director del Instituto Sudcaliforniano de Cultura.



la palabra no es la cosa

I                                                                                          

ante todo poner en duda
lo que decimos y lo que vemos[1]
ante todo buscar la experiencia de las palabras
la experiencia en la palabra[2]
si la palabra no nos sucede en el organismo
llamémosle impostora
el poeta quiere saber si el objeto “es”[3]
cuando escribe habla con berkeley
(¿sólo puede saberse un objeto
siendo percibido por una mente?)
no podemos tocar lo que pensamos
no podemos degustar el nombre
los nombres no tienen peso
no nos doblan las muñecas –querido garfias–
no podemos conocer la realidad
porque la realidad es un invento de la percepción
el sueño de los sentidos
(al poeta le aterran todas estas cosas)
uno se inventa el objeto
el objeto quién sabe qué sea
lo único que podemos conocer de las cosas
es la apariencia de las cosas
las cosas no existirían sin el lenguaje
serían ideas de las sensaciones
existe lo que vemos
(¿y es como lo vemos?)
basta con pensar una cosa para que exista[4]
todo lo que puede ser pensado
puede ser enunciado
el lenguaje se muerde la len/
ante la experiencia mística
esa esfera de lo inefable
la zona muda de enrique lihn
ser poeta es tensar los límites
otorgarle ser a lo que no lo tiene
(a esas que no siendo
                         son lo que dicen)[5]
nombrar lo que no es para que pueda ser
nombrar el éufrates y el tigris
dando golpes en la roca
hablar de la rosa no es hablar de ella
sino de lo que yo percibo
cuando creo experimentarla
[hablar de la rosa no es hablar la rosa
al hablar de la rosa
nuestras palabras no son pétalos
ni nuestra voz es perfume]
pero si los poetas
no quieren hablar siempre de lo mismo
tratarán de construir un telescopio
–explorador infrarrojo de campo ancho
como el de yaxkin melchy– para saber…
…y el aparato ha de fabricarse
con las cosas que tenemos a la mano…
hay que eliminar el pensamiento
(“el gran prejuicio”)
para acceder de manera pura a la percepción
pensar [el mundo] nos ata al mundo
                                         ¡soltemos las raíces!

metimos la pata
donde ya no la podemos sacar
el mundo es una habladuría
hemos hablado
de lo que no sabemos

[1] la palabra no es la cosa

[2] las palabras
son el guante que utilizamos
para tomar las cosas  
sin que nos quemen

[3] el poema casi nunca dice
lo que la cosa es (esencia)  
nos dice cómo es
ser poeta es intentar mirar las cosas
en la plenitud de su verdad

[4] ¿la mente es todas las cosas?

[5] “mamá” dicen los niños 
mucho antes de entenderlo






II                  

la poesía[1] es transferencia
logra que lo que digo
le suceda a quien lo escucha
–o suceda en quien lo escucha–[2]
el poeta es un diseñador de trampas
dice una cosa para referirse a otra
(en ocasiones
          decimos lo que decimos
para ocultar lo que no decimos)
convierte esto en          aquello
sabe que el lenguaje es un juguete
pero no la diversión
la palabra “squirt”
que no le puede quitar la sed
(pero sí la idea
de ese deseo que lo consume)
             el lenguaje no sirve
nunca ha servido…
sólo nos permite formular
cosas que tienen tres
            cuatro cinco diez
veinticinco sentidos
que el sujeto supuestamente
debe conocer
gracias a personas como lacan  
–lacan no es sino la suma
de los que están detrás de él–
                     nuestro lenguaje
es un engaño conocido
la mentira materna
la leche cuyo sabor es su nombre
(la bebida mentirosa
con la que CRECEMOS)
la que sólo sabe
a lo que el paladar
              nos puede decir

la palabra es un trapecio
en el que vamos
y venimos
               sabedores
de que no tenemos red

[1] ese darle a la cosa
los atributos del sujeto

[2] el poeta debe lograr suscitar
la cosa misma de la que habla





III

no es lo mismo recibir un puñetazo
que escuchar la palabra puño
no es lo mismo decir desesperación
que jalarse los cabellos
designar la cosa
no significa padecerla[1]

[1] decir fuego no es quemarse






LA CONTESTACIÓN

¿Algún día permitirás que el mar se te escurra
de entre las manos
para aplastarnos a todos?
(Dios rompe en llanto. Arranca su lengua,
                                                        [devora sus labios
Y con sus ojos me pide que guarde silencio
                                                        [ y me ponga a observar).






Y seguimos pidiendo la palabra: DE HABLAR AL CUADRADO (13/47)

A veces la poesía es una curva cerrada continua
Pero no diferenciable en ningún punto
Una curva continua que no posee tangentes
Y obtenida por los métodos de la geometría elemental
A veces un verso es un cono de nieve.




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