GLORIA FIGUEROA DE LA RIVERA
Nació en Iquique, Chile. Ha participado en numerosos talleres literarios con reconocidos escritores y poetas. Ha recibido, en 2006 y 2008, el Premio de Poesía de la Municipalidad de Las Condes, el premio La Gacela Literaria. Ha publicado poemas en diversas revistas y antologías nacionales.
VESTIDA DE NIEVE
Todo ha callado en el ruido de la nuez.
La mano castaña cuenta sus ramas
tres
dos
vacío.
Hundida
sumergida
en el pasador del pasillo
abraza rocío de falange extranjera
recuerda besos cuando lee magia.
Tanta cara escrita
en uñas risueñas
bocas destetadas
pies sin reloj.
Como estatua la verdad.
No contó nada, para qué hablar.
Tanto rasguño
y alguna mancha
INVIERNO
Comienza la cuenta de atrás
Mil
Cien
Diez
No quiere entrar.
Hay un lobby deconocido
sin equilibrio ni malla
arrugas dulces y bastones nuevos.
El corazón de hombres desaparecidos mudos
ya no canta letanías a comunión tibia
El mes de espera, todo el calendario.
Y pareciera que habíamos amado tanto
Y parece amamos nada.
No hay un solo cuerpo en el cercano
algodón frío.
Sueño con el príncipe viejo
y dispongo la acogida en mi silla
así me susurra el cuento de nuevo
Anhelo volver al muelle
donde mi ala oxidada
se desenhebra
desperdigada
DESNUDA
Crié glóbulos fríos donde había ecuador
y hormigueo ajeno en vez de hijos.
Venían de otros cielos
y fueron nacidos en otras latitudes
Sordas sus palabras ahora.
Entonces jugueteaba esa risa de cristal
en la campana de cintura angosta
(El caballo volvía como disco espiral en las tardes)
Burlaba todo candado
apresuraba las zapatillas en un trote sin ojos.
Ningún barrote colgó letrero.
Su grito era de criatura pegada al cielo
Y la cintura angosta pudo haber dejado de serlo.
El afluente más circular
albergó esa vez un diamante en bruto.
Quedó allí en que uno más uno no es dos
El silencio del padre
recoge las aguas noctámbulas.
A PESAR DE TANTO
La noche de la noche se acerca
a ese paso que no conoce la memoria.
Aclara todas las sombras
y hasta los fantasmas tienen las muecas del tren
llorando por los pasajeros que no subieron en el humo.
Levanto la mano y quiero rozar la mejilla hueca
Ya no hay caso
Ha partido
Y ahora la lágrima
No moja.
Y ahora tu espacio vuela en el anillo del planeta
tan desconocido como las rutas que no alcanzamos a recorrer.
A pesar de tanto…..
Diviertes mientras tu dedal de carne
en la distancia ajena.
Y lo terrible
viene en presentimientos
en este ovillo de hilo púbico
Hay celos del tiempo, sin anilina fenicia
en el telón de fondo de mis arterias con agujas
Vas adormeciendo tu temporal devenir
en la mordida enojada de mis dientes
Mis huesos vivos aprenden a llorar también.
Así fue como
el ovillo se desmadejó.
Los hombres de mi vida
extraviaron la hebra del comienzo
en los crepúsculos de maletas.
Sólo
El hombre de brazos extendidos
enreda y desenreda
sin fin
sin tiempo
sin contrición
amándome
sin
cambiarme nada.
MEMORIA
Amontonadas están las ropas.
La silla coja acoge
pantalones recorridos
en tierra y agua.
La gota del ojo contiene barro
por la camiseta blanca descosida aún
en la axila izquierda
memoriando los vellos amplios
fenecidos de espalda
No puede la silla coja sostener tantas ropas
y se va llenando de guerras de arañas
tejidas en el espejo sin ojos.
Ha llegado una carta y no llegan las margaritas
para cerrar con pétalos los ojos abiertos.
Da un paso al lado y el papelero sin fondo
cobija miles de letras con olor a viejo.
Cruzando…
SILENCIADA
Silenciada,
bajo sus ojos
esos
tan hablantes
Hasta Cúantas lluvias
silenciada
y esa palabra
rompiendo en el revés
de la caverna cerrada
antes visitada tanto
es un nudillo espinoso
sangrante.
Hasta cuantas hojas
sin cicatrizar la soledad del vientre.
Silenciada
Desamor amor mudo
No hubo ni una silaba en esa mirada
Y los silencios fueron hasta
enterrándose
en la humedad tibia
espantosa expectante
en el abandono húmedo de la cerradura abierta
De hasta cuantos soles dejados en la estación
yaciendo junto al alma y el cuchillo
Ya no hubo más que decir.
Sus ojos claros Mi locura cabalga
hasta cuantas hasta cuantos
DOBLADA
Una bruma espesa ahoga la confusión
La cara vestida de perplejos espejos
deja traslucir lo gélido de mi gente sangre
y mi gente agua.
Y aún así me sigo llamando mujer
Las bisagras humanas redoblan
al compás del aceite caliente
brote de este volcán dentro
La pasión y la pasión hacen bien a estas alturas del monte.
Aún así conservo algunas palabras con significado
en el inventario cardiaco de la biblioteca emoción.
Tampoco he perdido el rictus que ensancha la comisura labial,
en la marcha vertiginosa de este siglo
ni menos aún la rodilla
hermana del polvo desde donde lo diviso sin espinas
Posesionada y desposeída ofrendo la lucha
Desde esta ultima posesión ofrendo la caminata
A Sus ramas con sangre caliente
NATURA MUERTA/ LA SOLEDAD
La soledad tiene cara de bandolero
ataca la ternura en el pastizal propio.
Es igual al ladrón que asoló veladores sin dejar huellas
la distancia se acuesta otra noche conmigo.
Una vez más hubiera querido no ser violada.
Hombre o mujer, rompiente de olas de mi lado oscuro
Quiero agarrarlos . Mirarlos a los dedos y
arrancarles el tic tac de mis horas cansadas.
Mucha luz en los párpados es peligrosa
Mis banderas blancas, siempre buscaban los avisos justos
Con tantos dolores no resuelvo el crucigrama
Tantas partidas cayeron como las noticias más negras.
No sé nada de esta trilogía. Entonces…..
estaré en la tierra cerrada,
O de paso en el lugar caminando delantales blancos
O quizás me estacionaré un rato en la luna comprando locura.
Dicen que el alma no duele y sin embargo, duele mi alma
No hay pronósticos despejados en lo que sigue de la ruta
Por desgracia crié un apego al hada de la memoria.
No me queda nada más; desplazo una sonrisa en el paisaje de mi tierra
y
un cuadro de naturaleza muerta soy
Oye hermano, no tardes en salir.
Bueno,? puede inquietarse mamá
“A mi hermano Miguel ”
(César Vallejo.)
MANTRA
En el viento descansado, hay quietud de ojos y hojas
Todos sentados ven pasar el viento entremedio de sus grietas.
A mantra tiene sabor la tarde y hay quietud de hojas y ojos
mientras las rotulas carentes de minerales
cierran los párpados sobre las manos.
Los recuerdos se montan en el columpio y el resbalín
oscila entre el apego a la tierra y el desapego al cielo
Hay páginas transparentes jugueteando y a pesar
se balancean los pecados del fondo del cofre.
Risas apenas , sonrisas a lo más, rompen el cuadro
mejillas más pálidas que rosadas ahuecan silencios
queriendo no despertar sospechas a visita
no anunciada
al ultimo paisaje
El viento trae equipaje con un nombre agendado
RECORRIDO
La luz a medias ha empezado de nuevo
en la noche con rasgos de lengua
del puerco espín desconocido
y las tantas heridas en esta tierra larga
distinguen humus y musgos
circundando las envidias nacidas
en las casas del amor y el dolor.
Débil, pero no talada sigue como roble fuerte.
Sus manos abiertas entregadas
a la raíz hombrecito y la raíz mujercita.
No los suelta, los ata todavía
entre medio de sus diarios
les teje a escondidas cinturón de castidad.
A cada hora desde el primer segundo del sol
les sigue naciendo el antiguo cordón.
La leche seca en el pecho fláccido
marca ropas nuevas y corta melenas
a ritmo de la moda.
Viste lágrimas en los zapatos sin suelas
La canción de cuna ya no es blanca
Y a pesar del pesar la arrastran con ternura
la mano vieja se va tupiendo de arrugas nuevas
sin desapegarse del primer bolsón de escuela.
Besa el círculo celeste y sin embargo, se queda.
Los letreros no están nada claro
Está pasando por el cuerpo enrojecido del Hijo
Va cargando más cruces
de las que es capaz de colgarse
Apenas camina, o camina nada
lo abultado es tan difícil de mover.
Las llagas de adentro empiezan a aflorar
Olvidando la azucena que llevó en su promesa
Duele vida, duele muerte.
Que golpe verla romperse.
Sus mares no saben decir adiós.
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