viernes, 15 de mayo de 2015

ELÍAS CAPRILES [15.976]


Elías Capriles

Elías Manuel Capriles Arias (España, 1960) Tibetólogo venezolano, de origen español.
De 1993 al 2003 Elías-Manuel Capriles-Arias ocupó la Cátedra de Estudios Orientales en la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes en Mérida, Venezuela (originalmente adscrita al Decanato y luego al Departamento de Filosofía). Desde entonces ha estado adscrito al Centro de Estudios de África y Asia en la Escuela de Historia de la misma Facultad, en la cual enseña Filosofía y materias optativas sobre la problemática de la globalización, las artes orientales y el budismo.

Su trabajo principal es la producción de obras sobre la transformación en todos los planos de la que depende la supervivencia de nuestra especie, la filosofía política, la ontología , la filosofía de la historia, el budismo tibetano, la estética, la psicología, la gnoseología, la sociología, la axiología y otras variadas disciplinas, así como la poesía. Del mismo modo, ha realizado activismo ecológico en el área metropolitana de la ciudad de Mérida. Asimismo, creó y dirigió refugios para sicóticos en India y Nepal, en los cuales se les permitía a los espíritus disturbados atravesar por el proceso natural al que sin proponérselo conscientemente se habían iniciado.

Desde temprana edad Elías Capriles se interesó en la transformación de la realidad, tanto social como psicológica. Cuando contaba doce años abandonó la religión en la que fue educado, haciéndose agnóstico y socialista, e iniciando una exploración a fondo de las filosofías y las psicologías desarrolladas en Occidente. Alrededor de la edad de dieciséis años leyó acerca de la existencia del budismo zen, el cual según la publicación en cuestión no postulaba la existencia de un dios, de un alma ni de ninguna entidad no perceptible a través de los sentidos, pero cuya práctica permitiría obtener una condición de plenitud y armonía. Esto lo hizo iniciar un proceso que lo llevó a abrazar el budismo, no como un culto, sino como un método para la transformación psicológica a la que aspiraba. En dos períodos sucesivos de su juventud, emprendió proyectos políticos infructuosos. En el campo de la psicología, fue influenciado por R. D. Laing, D. Cooper, G. Bateson y otros pensadores afines, por lo cual cuando quien entonces era su compañera atravesó una crisis sicótica, en vez de hacer que recibiera tratamiento psiquiátrico la sacó del país, y luego de la rápida mejoría de aquélla trabajaron ambos en Suecia, reuniendo dinero para poder viajar al subcontinente indio.

En India y Nepal Capriles publicó sus primeros trabajos, escritos en lengua inglesa. Del mismo modo, conoció a maestros de la disciplina budista transmitida en el Tíbet conocida como Dzogchén, y luego de recibir las debidas enseñanzas y transmisiones o iniciaciones, se dedicó a la práctica de las mismas en cuevas y cabañas en las alturas de los Himalayas. Después de diez años en el subcontinente indio, una serie de circunstancias forzaron su retorno a Venezuela. En Caracas prosiguió sus estudios universitarios en la Universidad Central de Venezuela , institución que publicó su libro Qué somos y adónde vamos con el contenido de las conferencias que en 1984 y 1985 dictó en Auditorio de la Facultad de Humanidades de dicha casa de estudios. Luego se trasladó a Mérida, donde continuó la escritura de sus obras, alternándola con el activismo ecologista y fundando con activistas de pensamiento afín la Coordinadora Ecológica Arturo Eichler, que pretendía servir de puente para la coordinación de las actividades de los grupos ecologistas de la región destinadas a frenar la contaminación de ríos y territorios, impedir la tala, reforestar y así sucesivamente —pero también dirigir las actividades de los ecologistas más allá de éstos importantes pero limitados proyectos, hacia la transformación radical de la sociedad y el individuo de la que dependen la supervivencia de nuestra especie y la creación de una sociedad igualitaria y frugal en armonía con el resto del ecosistema—. La falta de éxito de este último proyecto lo hizo concentrarse en la escritura, a fin de difundir su proyecto de transformación del individuo y de la sociedad que debería resultar en la regeneración del ecosistema. En 1993, por iniciativa del ilustre profesor Ángel Cappelletti en la Facultad de Humanidades y Educación de la ULA (Universidad de Los Andes) en la ciudad de Mérida, se fundó la Cátedra de Estudios Orientales; Capriles ganó el correspondiente concurso de oposición y pasó a encargarse de la misma. Debido a la conflictividad del Departamento de Filosofía, en 2003 se trasladó al Centro de Estudios de África y Asia, Departamento de Historia Universal, Escuela de Historia, en la misma Facultad y Universidad, donde todavía labora en el momento de realizar esta reseña (enero de 2007). Aparte de todo esto, Capriles es un instructor de budismo y dzogchén certificado por el maestro Tibetano de dichas disciplinas Chögyal Namkhai Norbu; en este ámbito, ha dictado cursos y dirigido talleres en Venezuela, Perú, España y Costa Rica.

Capriles ha publicado muchos libros, artículos académicos, capítulos de libro y así sucesivamente, sobre temas que incluyen la ontología, la filosofía de la historia, la estética, la psicología, la sociología, la filosofía política, la axiología, el budismo, el taoísmo y otras disciplinas, así como poesía. Sus publicaciones incluyen trece libros publicados en Venezuela, España y Nepal (ver la Bibliografía en la sección “Libros”); treinta y seis artículos académicos en Venezuela, EE.UU., Rusia, Francia, India, España y El Salvador (er la Bibliografía en la sección “Artículos”); y diez capítulos de libro, entre los cuales ocho en Venezuela, uno en Italia y uno en India. Por otra parte, ha sido el curador de la traducción inglesa del libro de Gendün Chöphel Clarifying the Core of Madhyamaka: Ornament of the Thought of Nagarjuna (publicado en Italia), que contiene un estudio preliminar y muchas notas de su autoría. Del mismo modo, ha co-compilado cuatro libros con trabajos de varios autores en Venezuela (ver la Bibliografía). Capriles considera a Capriles (1989), Capriles (1994), Capriles (2000a), Capriles (2000b), Capriles (2003), Capriles (2004), Capriles (2007a [3 Vols.]) y la Introducción y notas a Chöphel (2005), como los trabajos más importantes que ha publicado hasta ahora.

NOTAS:

El dzogchén ( rdzogs-chen ) constituye el vehículo ( yana ) supremo del budismo tibetano. El mismo transmite la vía de autoliberación, como diferente de la vía de transformación constituida por el tantrismo y de la vía de renuncia constituida por el sutrayana ( hinayana y mahayana ); sin embargo, el dzogchén se transmite dentro de un marco más amplio que también incluye estas últimas dos vías.

Namkhai Norbu Rinpoché es un lama o maestro espiritual nacido en el Tíbet y reconocido oficialmente como la emanación de algunos de los más importantes maestros de dzogchén que vivieron en el pasado, así como del dharmaraja (en tibetano chos-rgyal ) o “rey religioso” del Bhután. Este maestro es el presidente y supremo guía de la Comunidad Dzogchén Internacional.

Bibliografía

Capriles, E. (1976). The Direct Path. Katmandu. Mudra Publishing. ASIN: B0007C6BDG..
Capriles, E. (1985). Introducción a la teoría y práctica del budismo tántrico. Centro Dzogchén de Caracas..
Capriles, E. (1986). Cremation Grounds/Campos Crematorios. Centro Dzogchén de Caracas..
Capriles, E. (1986). Qué somos y adónde vamos. Sobre la crisis mundial y la problemática individual. Ontología, filosofía de la historia, ecología, física, psicología. Unidad de Extensión de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela..
Capriles, E. (1989). The Source of Danger is Fear: Paradoxes of the Realm of Delusion and Instructions for the Practice of the rDzogs-chen Upadesha. Editorial Reflejos..
Capriles, E. (1994). Individuo, sociedad, ecosistema: Ensayos sobre filosofía, política y mística. Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes. ISBN 980-221-641-0 ISBN 978-980-221-641-3..
Capriles, E. (2000). Budismo y dzogchén. La doctrina del Buda y el vehículo supremo del budismo tibetano. Ediciones La Llave. ISBN 10: 8492393378 ISBN 13: 9788492393374..
Capriles, E. (2000). Estética primordial y arte visionario: Un enfoque cíclico-evolutivo comparado. Publicaciones del Grupo de Investigación en Estudios de Asia y África (GIEAA)/CDCHT-ULA..
Capriles, E. (2003). Buddhism and Dzogchen: Volume One: Buddhism A Dzogchen Outlook. Universidad de Los Andes..
Capriles, E. (2004). Clear Discrimination of Views Pointing at the Definitive Meaning: The Four Philosophical Schools of the Sutrayana Traditionally Taught in Tibet (With Reference to the Dzogchen Teachings). Universidad de Los Andes..
Capriles, E. (2007). Beyond Being, Beyond Mind, Beyond History: Dzogchen, Western Philosophy and Transpersonal Psychology (3 vols.). Volume I: Beyond Being: A Metaphenomenological Elucidation of the Phenomenon of Being, The Being of the Subject and the Being of Objects. Volume II: Beyond Mind: A Metaphenomenological, Metaexistential Philosophy, and a Metatranspersonal Metapsychology. Volume III: Beyond History: A Degenerative Philosophy of History Leading to a Genuine Postmodernity. Universidad de Los Andes...

http://webdelprofesor.ula.ve/



Campos crematorios
Poemas escritos en retiros en los Himalayas
de fines de los setenta y comienzo de los ochenta
y algunos poemas más recientes


Cremation Grounds
Himalayan Retreat Poems
from the Late Seventies and Early Eighties
And a Few More Recent Poems



CAMPO CREMATORIO

En el campo crematorio de mi corazón
arde lentamente el cuerpo del deseo.

No hay amante ni hay amigo,
ni satisfacción futura que me tiente.

Mis esperanzas
por un mañana de placer
un mañana de grandeza
o inclusive de satisfacer
un deseo de Dharma
arden lentamente
en el campo crematorio de mi corazón.

Que se quemen,
cuerpos de esperanzas
cuerpos de apego,
cuerpos de deseo
cuyo nacimiento engendra muerte
y más nacimientos y muertes.

Que se reduzcan a cenizas
en su campo crematorio natural,
y sus cenizas sean barridas
por el gran viento...
y lo que quede sea lavado
por las aguas del Río de nuestras vidas.

La Gran Muerte
no deja sombras
ni huellas
en el prístino estanque.




CREMATION GROUND

In the cremation ground of my heart
burns slowly the body of desire.

No lover and no friend,
no future beguiling satisfaction.

All hopes
for a morrow of delight
a morrow of greatness
or even of fulfilling a Dharma wish…
slowly burn away
in my heart’s charnel ground.

Let them burn,
bodies of hope,
bodies of clinging,
bodies of desire
Whose birth leads to death
and to further birth and death.

Let them be reduced to ashes
in their natural charnel ground,
and the ashes be blown away
by the great wind...
and the remains
be washed away
by the waters of our lives’ River.

The Great Death
is shadowless
no traces remain
in the pristine pool. 




LA DANZA

¡Dejando a un lado tus cuidados
y tus preocupaciones
sin tratar de mantener
quítate todos tus trajes
y desnudo y expuesto
únete a la danza
que toda experiencia es!

La danza tiene mucho tiempo
pero ha llegado la hora
de que caiga el velo
que nos impedía ver
que todo era la danza.

Sin velo, no hay “yo”;
sin “yo”, ¿quién podría unirse?

Sin objetivar el frenesí
o el gozo o el ímpetu
únete al círculo de danzarines
donde no hay unión;
entra el Mandala
donde no hay entrar;
ojos frente a frente
donde no hay ojos.
mirada panorámica: es el cielo —
los pies que rápido se mueven
y los sinuosos cuerpos ondulantes
todo ello en la sabia perspectiva
de lo ilimitado y no-nacido.

El error es la danza
cuando los danzarines conciben su actuación
como algo que emana de “ellos mismos”
y olvidan que no es más que un movimiento
de la danza sin propósito.
La Iluminación es la danza
libre de conceptos
en Gran Gozo.

La danza produce la apariencia del error
y la danza la disuelve.
Sin embargo, si no lo intentamos,
con todas nuestras fuerzas
quien intenta no se disolverá. 





THE DANCE

Forgetting your cares,
letting all concerns fall off,
not trying to maintain,
strip off all costumes
and naked and bare
join the dance
that all experience is!

The dance has long been going on
and now the point
is the falling of the veil
so that we may see
that all was but the dance.

Without the veil,
there is no I;
without an “I”
who is to join?

Not objectifying the frenzy of the dance
or the bliss or the momentum
join the circle of dancers
where there is no joining;
enter the Mandala
where there is no entering;
eyes facing each other
where there are no eyes.
Panoramically gazing at the sky—
the fast moving feet of tireless dancers,
the sinuous undulating bodies,
all of it within the wise perspective
of unlimited, unborn Awareness.

Delusion is the dance
when the dancers’ performance
is conceived as their own action
ignoring that it is but a movement
of the aimless dance.
Enlightenment is the dance
free from conceptions
in Great Bliss.

The dance engenders that appearance
that I have called “delusion”
and the dance aimlessly and naturally
puts an end to that appearance.

Yet, we must strive
until the illusion of someone who strives 
is no more. 



SUFRIMIENTO

Nos ponemos una armadura,
nos ponemos una concha,
para evadir la conciencia
del sufrimiento de otros
y no ponernos en su lugar.

Un corazón abierto,
un corazón vacío,
no se protege contra las penas de otros.
Abertura al sufrimiento
es superación total del miedo.

Estar libre de congoja
es haber superado
la protección del ego,
las vallas, la tensión y el miedo.
El corazón abierto y vacío
irradia sin cesar
cálidas ondas de compasión y amor.

Este corazón no puede ser desarrollado.
El corazón que es no-corazón
es la Naturaleza no-nacida.
Si se te revela,
no permitas que se nuble
ni tan siquiera por un instante
hasta que todo se haya vaciado
de la ilusión de sustancia.

Sin las barreras de la auto-protección
los sufrimientos atraviesan el corazón
sin tocar a nadie en él —
el viento mismo
atraviesa nuestro pecho.

La calidez que irradia del pecho
no conoce los límites de “un cuerpo”.



SUFFERING

We put on an armor,
we put on a shell,
to evade awareness of others ‘ suffering
to avoid putting ourselves in their place.

An Open Heart
—a Heart of Emptiness—
has no protection against others’ woes.
Openness to suffering
is freedom from fear.
To be free from distress
is to have given up
all ego-protectiveness,
closedness, tightness and fear.
The Open Heart of Emptiness
ceaselessly radiates
warm waves of Compassion.

Such a Heart cannot be developed.
The heart that is no-heart
is the Unborn Nature.
If It Reveals Itself to you
you must not waver from It for an instant
until everything has voided itself
of the semblance of substantiality.

Without the barriers of ego-protection
sufferings go through the Heart
finding no one to touch—
and the very wind goes through.
The warmth radiating from one’s chest
does not know the limits of “a body”. 




EL GANACHAKRA DEL MANDALA

¡Llena el mandala de ofrendas como dijo el gran Saraha!

Pon licor en tu mandala
y suficiente amrita
para que la Gnitividad brille;
ofrece una consorte, mil consortes:
todo lo que te ayude a descansar en el Centro,
todo lo que aumente la rata de tu aprendizaje,
todo lo que despierte a los Guardianes
de modo que te despierten cuando surja el error.

¡Protectores, no nos rechacen, déjennos entrar!
¡Una vez dentro, no nos dejen salir!
Al comienzo, revelando el dolor de la sobrevaluación
de modo que tengamos que aplicar la instrucción;
luego, liberando todo lo que surja,
sin que intervenga la mente que medita;
finalmente, ejecutando Actividades Búdicas
más allá de la dualidad ejecutor-ejecutado. 



THE MANDALA’S GANACHAKRA

Fill the mandala with offerings as the Great Saraha sang!

Put enough liquor into your mandala,
enough amrita to make Awareness shine;
offer a consort, one thousand consorts:
anything that helps rest at the Centre,
anything that increases your learning rate,
anything that awakens the Guardians
so that they stop you
from following after delusions.

Protectors, don’t drive us away, but let us Enter!
Once inside, keep us from moving out!
At the beginning, revealing the pain of grasping,
so that we may apply the instruction;
later on, freeing whatever arises,
with no intervention of mindfulness;
finally, performing Buddha-activities
beyond performer and performance. 





LA RUEDA

Cuando me siento feliz
porque completé un trabajo indeseado,
porque obtuve un objeto de deseo,
o porque entré en contacto con una “fuente de placer”
—o cuando sigo cadenas de pensamientos—
¡hazme despertar!
¡hazme obtener de inmediato la certeza intuitiva
de que el ascenso lleva al descenso,
de que el adherirnos a lo que consideramos “placentero”
creará las condiciones para que nos adhiramos a lo “doloroso”
cuando lo encontremos —que será tarde o temprano—.

Así, corazón de púas, en esas ocasiones
deja que la serpiente se desanude
una y otra vez hasta que se vacíe la casa.
O, al menos, hazme sentir el dolor
de caer en el reino del error
de modo que la upadesha venga a mi espíritu
—o, mejor aún, haz que el error se libere por sí solo—.

La rueda gira,
y si logramos estar mucho en el tope
tendremos que estar mucho en el fondo;
si llegamos al pico mismo del placer
tendremos que vivir el abismo mismo del dolor—
a menos que trascendamos la aceptación y el rechazo
despertando a lo que nunca nació. 





THE WHEEL

When happiness arises
because I have completed an undesired task,
because I have obtained
an object of desire,
or because I had contact
with a “source of pleasure”
—or as I follow lines of thought—
let me awaken!
Let me immediately obtain the intuitive certainty
that ascent leads to descent,
that grasping what we regard as “pleasurable”
will create the conditions
for not being able to avoid
grasping the “painful” and “unbearable”
when, sooner or later, they come.

Thus, Spiked Heart, on those occasions
you must let the snake uncoil,
again and again until the house is emptied.
Or, at least, show me the pain
of the realm of grasping
so that the pain may bring the upadesha to my mind
—or, better still, activate self-liberation.

The wheel goes round and round.
If we manage to stay long on the top,
we will have to stay long in the bottom;
if we come to the very peak of pleasure,
we will have to experience the very bottom of pain—
unless we awaken and,
beyond acceptance and rejection,
realize the Great Bliss of the Unborn. 




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