lunes, 25 de mayo de 2015

ABADIO GREEN STOCEL [16.096]


Abadio Green Stocel

Colombia: Abadio Green Stocel, un líder y un poeta…

El nombre tradicional de Abadio Green es Manipiniktikiya, que significa "el nacimiento de la plata nueva", indígena Tule (kuna), nació el 30 de junio de 1957 en Sasarli Nulatuppu, comarca Kuna Yala (Panamá) y se graduó en filosofía y Teología de la Pontificia Universidad Bolivariana, en Medellín -Antioquia. Es además magíster en Etnolingüística de la Universidad de los Andes de Bogotá y presidente de la organización Indígena de Antioquia -OIA-. 

Manipiniktikinya era uno de los dosmil indígenas Kuna o Tule que habitaban en la comarca de Sasartí Mulatuppu, un archipiélago conformado por 450 pequeñas islas coralinas, de playas blancas y filosos arrecifes, salpicadas de palmeras de coco y de ranchos palma y caña flecha.

El lugar está ubicado en Panamá, entre el Darién y Colón. Allí nació Manipiniktikinya, a quien sus padres bautizaron, por el rito católico, cuando cumplió 15 años. Se llamó Abadio Green Stocel. Ese era el nombre que lo legalizaba ante los blancos.

Sus abuelos le contaron el Green Stocel se debe a que los piratas holandeses e ingleses tuvieron un contacto muy cercano con sus antepasados. En su enmarañado territorio los corsarios escondían los tesoros que robaban en alta mar a los españoles, los familiarizaron con cañones y arcabuces y les enseñaron los secretos de la navegación.

Ahora el hijo de Leutenes tiene 35 años y es el Presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia, Onic. Y el próximo 7 de octubre, a las tres de la tarde, recibe la ciudadanía colombiana en la Alcaldía de Medellín.

Abadio Green Stocel también es filósofo y teólogo de la universidad Bolivariana de Medellín, con post grado en Lingística en la Universidad de los Andes de Bogotá. Usa la cabellera larga, lentes redondos, y un collar de cuentas negras con colmillos de mico y de tigrillo. Por lo general, utiliza una chaqueta de jeans con una mola (tejido de colores llamativos) que identifica a los de su raza.

Sobre sus hombres recae la tarea de representar a las 84 etnias que existen en el país. Por esa razón pasa la mitad de su vida yendo de un lado a otro. Y cuando le queda tiempo se va para el resguardo de Caimán Nuevo, a una hora de Turbo, donde sus hermanos de raza lo acogieron desde los 19 años.

Unos meses antes había terminado el bachillerato en el colegio Fermín Nandau de Ciudad de Panamá, donde estudió patrocinado por los padres claretianos. Esa comunidad le ofreció ayudarlo a ingresar a una universidad en España, Argentina, México o Colombia.

Escogió a Colombia porque en la zona de Urabá todavía quedaban dos comunidades de su etnia, los sobrevivientes del embate de la civilización y de las epidemias que los mataron por miles.

Así llegó a la Bolivariana de Medellín, y apenas reunió el algo de dinero se fue a Caimán Nuevo. El cacique y guía espiritual de la comunidad, Oloeliktikinya, lo presentó ante sus hermanos y desde entonces es uno más de ellos. Tanto, que al terminar sus estudios en Medellín regresó a vivir allí, se casó con la hija del cacique, Manitiowekintil, y tiene dos hijos. Un varón, Ikuaokinyappiter, de tres años, y una hembra, Olowaili, de año y medio.

El ritual de matrimonio de Abadio Green Stocel duró ocho de los diez días que ordena la tradición kuna. Lo interrumpió para viajar a Canadá, a vivir dos meses en reservaciones indígenas, debido a un compromiso adquirido con anterioridad.

Sin embargo, alcanzó a ser entregado a sus suegros por los hombres águila, le demostró al viejo cacique que conocía de la caza y la agricultura y estuvo con su esposa en el chinchorro nuevo que los hombres de la comunidad instalaron en la choza macho, donde se celebra estas ceremonias.

Después hizo otros dos viajes a Europa para hablar de la Amazonía y de la riqueza mileria de su cultura.

Estuvo Francia, Suiza, Alemania, Bélgica y Finlandia. Pero lo que vio allí lo lleno de tristeza: Es una cultura deshumanizante, sin amor, los niños crecen en guarderías, en manos ajenas. Todo está contaminado, las cosas y hasta la gente es artificial. Hasta para engordar una vaca o un marrano es a base de hormonas. Y uno piensa si eso es vida. Si la civilización es progreso... pobrecitos los europeos, tener que vivir así .

De allá llegó amando más sus montañas, sus ríos, y escribiendo poemas al sol, al lucero del alba, a su pueblo y, especialmente, a su hija, Olowaile para que nada de esto le suceda: El humo de ají, llamó a los guerreros de la noche.

Para protegerte de los espíritus del mal .

Parte de su producción literaria apareció publicada en el periódico editado por la ONIC "Unidad Indígena". Este reconocido líder indígena, dedica parte de su tiempo a la poesía y la siguiente es una muestra de su calidad:




OLOWAILE

Carita del amanecer oro que brilla de tus labios de niña
Humo que perfumas el nuevo acontecer
del futuro de los días.

Eres una flor que embelleces
Cada anochecer, cada sueño
Cada idea, cada palpitar de mi corazón.

Eres el sostén de la gran cultura
Eres universo que grita desde su interior
Produciendo múltiples colores
Para que podamos pintar la tierra, la naturaleza
Con los ojos, con el corazón de todos los niños del planeta.

Olowaile, tu madre comprende que la vida
es hermosa, porque existes, porque
lloras, porque tus ojitos negros,
dibujan el origen del Universo
porque tu rostro invita el regreso
de nuestra madre Olowaile.





TINAJA

Cuentan mis abuelos
que la tinaja tiene vida
que la tinaja representa
la resistencia de nuestro pueblo.

Tinaja e Ipelele
son de la misma sangre
por eso el Tule bebe
esa caña fermentada hasta la saciedad
porque beber es recordar el camino de los mayores
es embriagarnos con nuestra historia.





IPELELE

Nana kayapai
Desde el fondo del río Tuiliwala
Sonrío con satisfacción
Al mirar a sus hijos nacer
Desde la tinaja de oro de plata.

El gran río se estremeció
las nubes se acoplaron
para dialogar del gran nacimiento
las distintas capas de la madre tierra
se acomodaron,
se fortalecieron
y profanaron profecías.

El fuego se levantó
con su sombrero brillante
para la lucha
para señalar el camino de esperanza.
el viento volvió a danzar
como la primera vez
cuando Papa y Nana estaban formando a la madre tierra.

El agua roció las mejillas de la madre doliente
para darles la gran noticia
las plantas se vistieron
con sus mejores molas,
con sus mejores aromas,
para preparar la guerra.

El fuego
el viento
el agua
las plantas
y los ocho hermanos
volvieron la memoria
de mi pueblo Tuleo




Ikuaokinyappililer

Tus ojos grandes y negros
representan los ojos de papá y nana
que han posibilitado el origen del universo.

Ikua, eres hijo mío,
tu nombre perdurará desde siempre
las estrellas del universo gritarán tu nombre 
tus luchas harán brillar con más resplandor
a los abuelos el sol y la luna.

en tí pongo todas mis fuerzas, mi espíritu,
mis anhelos, 
mis proyectos,
mis esperanzas.

Todos los hombres perecen en el tiempo y en el espacio
pero deben seguir los pasos de los grandes abuelos,
para seguir defendiendo las formas
de resistencia del pueblo, 
de nuestro pueblo tule




1 comentario:

  1. Escribo desde Apartadó-Urabá, Abadio es la voz que nos transmite la sabiduría de nuestros hermanos indigenas, es la voz que nos pone a pensar sobre lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos. Gracias por publicar parte de la vida y obra de este patrimonio colombiano.

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