Antonio Castaño
(Puerto Real, Cádiz - España 1964). Dramaturgo, reportero de televisión, actor, realizador, guionista, conductor radiofónico, poeta y musicólogo por naturaleza. Autor atípico, lleva sus propuestas por caminos indómitos, cultivando una mirada poética en la imagen y la palabra inundada de sonidos y voces, olores y sabores… texturas, como un todo orgánico e indivisible. Animal claramente endémico, de filiación un tanto surrealista y libre, cuestión que lo define ante el mundo por sus actos y en su obra, plasmando una realidad insólita desde lo absurdo. Un asalto a las fronteras… forajido, proscrito, desobediente, ecléctico, furtivo, insensato… Su libro Llenando el vaso de las horas (2015) publicado por The State Of Iberoamerican Studies Series de la Universidad de Minnesota en Edición Crítica de Luis A. Ramos García, será presentado en el XXX FIT-Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz.
…y en el mar
arrecia el viento apátrida
Me cubro de olas
y mi cuerpo respira
sumergido en el vientre
todo lo antiguo
Es acá donde la vida
me comienza
y desaparezco
en partículas…
Diminuto
Jonás y las Ballenas Blancas
(Siguiriya)
Perdiendo el rumbo en la taberna
suelta amarras en la noche y murmura…
-Feliz sin horas sin títulos y sin zapatos nuevos
Nunca te conté que vendo relojes frente al mar de las saetas
Camino las arenas silenciosas sabiendo
que esperan castillos de sueños inocentes
Mis manos dejan correr felices las horas entre los dedos
La playa baña mi recuerdo en cada huella
Pongo rostro a estas palabras muertas
y disimulo el olvido
engañándome en la noche
Vuelvo a gastar tinta y más tiempo prestado
Me voy creyéndome lejos de esta orilla que soy
dibujando un horizonte en el agua
Tan solo he mojado mis pies mis manos y mi frente
y una careta loca
me interroga en un carnaval de espejos sin destino
Una caracola se me ha puesto de sombrero
las olas me arrastran a los confines de mi memoria
Sin cielo y sin tierra
sumergido
habito en el origen
Sin tiempo viajo los espacios submarinos
Ahora
cuatro mascaras como vida
acompañan el rostro que hoy ya no soy
Una mueca
parálisis de este cuerpo
anfitrión de oquedades y tendones
venas
músculos
carne
órganos…
pianos y voces lejanas
y tardías
en esta
mi dormida memoria sin bolsillos
Parpadeo fundiéndome en mi sombra
como la vela
en su cera
¿Qué hago con la sangre de este árbol
que de mi rostro brota
como fruto de dolor y almendras?
Soplar bajo las ramas
el sabor a perejil y yerbabuena
de este rocío amanecido
Mis cuencas húmedas
de cataratas y Cortázar
Tal vez
hice de mi vida un cuerpo
en el que otros
colgaron sus sueños…
y el frío
intruso y profundo
acompañó
mi paseo en soledad
Ciudad
Página del anhelo
Deslizarme por las serenas paredes de tu cuerpo a contraluz
Transparencias sensoriales que me llevan por caminos invisibles
Imágenes líquidas desparramando aromas de matices tostados que bebo en suspiros entrecortados
Busco un espacio en la ciudad íntima imaginaria
Paisaje de mi interior
Ambientes que conforman este díptico humano cuando penetras mis sueños
¿Existe la ley del deseo?
Prisión atmosférica
El paisaje a lo largo del río
Debí haber llegado más lejos Siento como si desapareciera con los brazos desharrapados y en cruz Me voy enterrando y llego a no ser nada ni cuanto ni tanto menos que nada Una imaginación en arrebato Ahora soy una ola en medio del abandono Soy la música en notas de sabores Soy una duna móvil observada por el faro vigía de infinitos Soy la carta que un día me escribiste para decirme que me desamparabas Nunca me la entregaste y aún la llevas guardada en la tinta de mi pluma cual silenciosa lengua de palabras muertas Soy la borra en el café de Cortázar con todas las respuestas sin preguntar Soy el libro que nunca escribiré y este será nuestro secreto Soy el hijo que nunca tuve ¿Dime? ¿Soy la araña que olvida o la tela que no logro recordar? Estoy aquí cansado junto a Tom Waits alfabetos mudos con olor a helado de fresa y ginebra Soy soplo de vida bajo tus faldas Soy el padre que no sé y nada más querer Pierdo el tiempo y me convierto en asesino de horas Soy la memoria que encontré en una semilla de Tamarindo El doliente y gran deshabitado de mi existencia El sorbo de vino que corre por tu garganta Ahora saldré de tu vida por la orina Solo soy un sueño y acabo de despertarme con mucho sueño He vuelto a escaparme de mi mente DeMente
Ti de Oimonidbinomio de mí
Oración
Las historias se rompen
los fragmentos perduran
Digiero las palabras sin lenguajes
con cierto sentido de observación
Me gusta estar solo
y me arrepiento durante la autopsia
Soy como una clínica ambulante
reparando corazones a navajazos
mutando mi voz en el desierto
Nadie
Suspendido
Alejado de mi cuerpo
Por fin vivo y navegando otra vez
El deseo de una pestaña
Presagio
El olvido no tiene recuerdos
ni raíces
ni tiempo
Camina a la altura de los ojos
cuando estos están cerrados
y vemos más allá
Es leve pero pesa más que la memoria
Huele a sabores rojos de ayeres rojos
sabe a un buen vino reserva
y a veces
muchas veces
nos arropa como si fuésemos ya niños
Se nos agarra a los pies y no nos libera
hasta que tropezamos
de repente
con nosotros mismos
Nunca se despide y siempre vuelve
cuando más lo necesitamos
Pequeña muerte
Obituarium
Quedó sonando la música y tu olor de ausencia La habitación vacía se nubló en recuerdos Soñé con las orillas de tus ojos abrazando nuestro universo en una foto El adiós siempre duele a quién se queda y quedó tu piel pegada a mis labios Quisiera dormir y no puedo buscándote en los rincones de mis adentro y encuentro una caricia leve que me alivia Celoso como el viento sin asiento te busco en cada pliegue de mi cuerpo y me alivio nuevamente en la esperanza infinita de volver a verte Quedó sonando la música y olor a ausencia
Calipso
Solitaria en medio del desierto desierto de aire indefinido
salgo de mi alma por las heridas
lentamente
guardando la distancia con pequeños gestos de quién llega tarde
inadvertida de angustia y cubierta de madrugadas frías
como si fuesen de otra persona
o de otros instantes
El sentido de lo cotidiano anocheció antiguo y misteriosamente todo mi pasado
Después de nada mi tristeza soy yo
silenciada de voces
en esta ciudad de humanas islas
Pienso Pessoa (persona)
y la osadía no es suficiente
Me invento ciudad alguna
que no será poema después
Aparezco como realidad
revuelto y al mar sin velas
De nunca era el tiempo
y la ficción hizo mi sombra
No fui inventado todavía
ni recibido ni pensado antes
Y calmo mi apetito ahora
cenando casi todas mis palabras
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