sábado, 23 de mayo de 2015

ANTONIO CASTAÑO [16.082]


Antonio Castaño

(Puerto Real, Cádiz - España 1964). Dramaturgo, reportero de televisión, actor, realizador, guionista, conductor radiofónico, poeta y musicólogo por naturaleza. Autor atípico, lleva sus propuestas por caminos indómitos, cultivando una mirada poética en la imagen y la palabra inundada de sonidos y voces, olores y sabores… texturas, como un todo orgánico e indivisible. Animal claramente endémico, de filiación un tanto surrealista y libre, cuestión que lo define ante el mundo por sus actos y en su obra, plasmando una realidad insólita desde lo absurdo. Un asalto a las fronteras… forajido, proscrito, desobediente, ecléctico, furtivo, insensato… Su libro Llenando el vaso de las horas (2015) publicado por The State Of Iberoamerican Studies Series de la Universidad de Minnesota en Edición Crítica de Luis A. Ramos García, será presentado en el XXX FIT-Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz.



…y en el mar
arrecia el viento apátrida

Me cubro de olas
y mi cuerpo respira
sumergido en el vientre
todo lo antiguo

Es acá donde la vida
me comienza
y desaparezco
en partículas…

Diminuto




Jonás y las Ballenas Blancas
(Siguiriya)

Perdiendo el rumbo en la taberna
suelta amarras en la noche y murmura…

-Feliz sin horas   sin títulos y sin zapatos nuevos
Nunca te conté que vendo relojes frente al mar de las saetas
Camino las arenas silenciosas sabiendo
que esperan castillos de sueños inocentes
Mis manos   dejan correr felices las horas entre los dedos
La playa baña mi recuerdo en cada huella

Pongo rostro a estas palabras muertas
y disimulo el olvido
engañándome en la noche
Vuelvo a gastar tinta y más tiempo prestado
Me voy creyéndome lejos de esta orilla que soy
dibujando un horizonte en el agua
Tan solo he mojado mis pies  mis manos y mi frente
y una careta loca
me interroga en un carnaval de espejos sin destino
Una caracola se me ha puesto de sombrero
las olas me arrastran a los confines de mi memoria
Sin cielo y sin tierra
sumergido
habito en el origen
Sin tiempo viajo los espacios submarinos

Ahora
cuatro mascaras como vida
acompañan el rostro que hoy ya no soy
Una mueca
parálisis de este cuerpo
anfitrión de oquedades y tendones
venas
músculos
carne
órganos…
pianos y voces lejanas
y tardías
en esta
mi dormida memoria sin bolsillos
Parpadeo fundiéndome en mi sombra
como la vela
en su cera

¿Qué hago con la sangre de este árbol
que de mi rostro brota
como fruto de dolor y almendras?
Soplar bajo las ramas
el sabor a perejil y yerbabuena
de este rocío amanecido
Mis cuencas húmedas
de cataratas y Cortázar

Tal vez
hice de mi vida un cuerpo
en el que otros
colgaron sus sueños…
y el frío
intruso y profundo
acompañó
mi paseo en soledad



Ciudad

Página del anhelo

Deslizarme por las serenas paredes de tu cuerpo a contraluz
Transparencias sensoriales que me llevan por caminos invisibles
Imágenes líquidas desparramando aromas de matices tostados que bebo en suspiros entrecortados
Busco un espacio en la ciudad íntima    imaginaria
Paisaje de mi interior
Ambientes que conforman este díptico humano    cuando penetras  mis sueños
¿Existe la ley del deseo?



Prisión atmosférica

El paisaje a lo largo del río

Debí haber llegado más lejos   Siento como si desapareciera con los brazos desharrapados y en cruz   Me voy enterrando y llego a no ser nada ni cuanto ni tanto   menos que nada   Una imaginación en arrebato   Ahora soy una ola en medio del abandono   Soy la música en notas de sabores   Soy una duna móvil observada por el faro  vigía de infinitos   Soy la carta que un día me escribiste para decirme que me desamparabas   Nunca me la entregaste y aún la llevas guardada en la tinta de mi pluma cual  silenciosa lengua de palabras muertas   Soy la borra en el café de Cortázar con todas las respuestas sin preguntar   Soy el libro que nunca escribiré y este será nuestro secreto   Soy el hijo que nunca tuve  ¿Dime?  ¿Soy la araña que olvida o la tela que no logro recordar?  Estoy aquí cansado  junto a Tom Waits   alfabetos mudos con olor a helado de fresa y ginebra   Soy soplo de vida bajo tus faldas   Soy el padre que no sé y nada más querer   Pierdo el tiempo y me convierto en asesino de horas   Soy la memoria que encontré en una semilla de Tamarindo   El doliente y gran deshabitado de mi existencia   El sorbo de vino que corre por tu garganta   Ahora saldré de tu vida por la orina   Solo soy un sueño y acabo de despertarme con mucho sueño   He vuelto a escaparme de mi mente   DeMente




Ti de Oimonidbinomio de mí

Oración

Las historias se rompen
los fragmentos perduran
Digiero las palabras sin lenguajes
con cierto sentido de observación

Me gusta estar solo
y me arrepiento durante la autopsia
Soy como una clínica ambulante
reparando corazones a navajazos
mutando mi voz en el desierto

Nadie
Suspendido
Alejado de mi cuerpo

Por fin vivo y navegando otra vez




El deseo de una pestaña

Presagio

El olvido no tiene recuerdos
ni raíces
ni tiempo

Camina a la altura de los ojos
cuando estos están cerrados
y vemos más allá

Es leve pero pesa más que la memoria

Huele a  sabores rojos de ayeres rojos
sabe a un buen vino reserva
y a veces
muchas veces
nos arropa como si fuésemos ya    niños

Se nos agarra a los pies y no nos libera
hasta que tropezamos
de repente
con nosotros mismos

Nunca se despide y siempre vuelve
cuando más lo necesitamos




Pequeña muerte

Obituarium

Quedó sonando la música y tu olor de ausencia   La habitación vacía se nubló en recuerdos   Soñé con las orillas de tus ojos abrazando nuestro universo en una foto   El adiós siempre duele a quién se queda y quedó tu piel pegada a mis labios   Quisiera dormir y no puedo buscándote en los rincones de mis adentro y encuentro una caricia leve que me alivia   Celoso como el viento sin asiento te busco en cada pliegue de mi cuerpo y me alivio nuevamente en la esperanza infinita de volver a verte   Quedó sonando la música y olor a ausencia



Calipso

Solitaria en medio del desierto desierto de aire indefinido
salgo de mi alma por las heridas
lentamente
guardando la distancia con pequeños gestos de quién llega tarde
inadvertida de angustia y cubierta de madrugadas frías
como si fuesen de otra persona
o de otros instantes

El sentido de lo cotidiano anocheció antiguo y misteriosamente todo mi pasado

Después de nada mi tristeza soy yo
silenciada de voces
en esta ciudad de humanas islas



Pienso Pessoa (persona)
y la osadía no es suficiente
Me invento ciudad alguna
que no será poema después

Aparezco como realidad
revuelto y al mar sin velas
De nunca era el tiempo
y la ficción hizo mi sombra

No fui inventado todavía
ni recibido ni pensado antes
Y calmo mi apetito ahora
cenando casi todas mis palabras

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