martes, 26 de mayo de 2015

LUZ MARÍA CHAVARRO [16.119]


Luz María Chavarro
                            
Nací en El Agrado (Huila), Colombia, un hermoso pequeño pueblo bañado por aguas del imponente Río Magdalena.  Allí realice mis estudios de Secundaria y luego viajé a Cali (Valle del Cauca)  para realizar mis estudios profesionales.  
En el año 2002 me gradué como Profesional en Psicología.  
Trabajo actualmente como Psicóloga Educativa en Comfandi.

Publicaciones:

 Revista de Poesía Plenilunio 2009 y 2011
 Revista para nocheros Luna Nueva 2011
 Revista de Poesía Clave 2012

Reconocimientos:

Primer puesto Concurso Santiaguino de Poesía 2011
Segundo puesto Concurso Escritores Autónomos 2012
Invitación al Encuentro de Mujeres Poetas de Roldanillo-  Recital Nueva Poesía Colombiana 2011
Invitación al Festival Internacional de Poesía de Cali 2012- Mesa de los jóvenes




El lápiz

Piensa,
antecede el árbol
luego madera
tintura en sus venas
un sueño que escribe
las manos lo abrazan
acoplan el ansia de la hoja blanca
chorrean palabras los dedos.

Caen los sonidos
espiral que marca el tiempo
un instante lento produce
notas de besos con la tierra.






Visita a la casa perdida

Los herrumbres de polvo
dan continuidad a mis pasos

la pared vierte susurros de agua

desnudos y viejos, los ladrillos
se cubren de musgo
forman un jardín exótico
doña iguana borda azules grietas
allí las hormigas y sus alas

por el ojal de la puerta
llega incienso del rosal

una abeja traza el mapa
me conduce al pasado
y la sigo…
frente a la foto
no cabe duda:
Hubo un solar de astros
bajo tus párpados.





Solar

1

Una trompeta vibra
cuando se fuga la noche con su
amante de hoyuelos,
su vientre ha cantado leyendas,
sin falta trajo noticias del bautismo y la muerte
que despertaron generaciones y siglos.
Hoy me ha llamado desde el árbol
insiste salvarme del sueño.


2

Aletea párpados
esgrime las plumas
el pendular del cuello asiente
su pico propaga relámpagos.
Encontró bajo piedra la sorpresa.
¿A quién develará
el secreto del solar?


3

En la guadua recostada
almas de pasos discretos
van al cielo del árbol.
Entre hojas, piedras, restos de comida
extiende su manto el agua tibia  
y un silencio recogido
hipnotiza aves.
El solar está opaco
de tanto jugar con el sol,
a su oído la manguera cecea historias
ella, mi granjera, la lleva de la mano
-domeña su fiereza-
soy testigo del renacer verde.

Risas de colores
dibujan la tarde,
en la dulzura del fruto
la pausa de un silbo
alegra las sombras que ya llegan.






ANCESTRO

Néctar en el umbral de la lengua
sorbo de besos para despertar anhelos
tinta negra sobre lienzo de sol.
Seductores secretos en una taza
confidente en largas lunas
abrigo azul de ojos cansados
dulce tu amargo en días de penumbra.
Catador de placeres
de amores desteñidos
medicina para el alma.
Aroma ancestral
impregna los huesos.





HIERBA TEJIDA

En el árbol florido
la suntuosa cosecha.
¡Es hora de soltar!
nuestras hijas,
el viento aplaude en las ramas
y ellas, entregan el tesoro.
Viajan por septiembre
de color tiritando
abrazan la hierba
deseosa de abrigo.
Sobre el chal
los ojos del transeúnte
se cierran a tiempo
enmudecidos.






NOCHE

Llueve
cada gota vuelo
de gráciles pies.
Llueve
sobre paraguas
ojos y dientes extasiados
iluminan la escena.
Llueve pasos
serios, vacilantes
recién llegados a la vida
forasteros.
Llueve
gotas se hacen espejo
fulgor de los cuerpos erguidos
embrujo suspendido en aplausos.
Llueve…..



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