jueves, 21 de mayo de 2015

SAID AKL [16.054] Poeta de Líbano


Said Akl

Said Akl (árabe: سعيد عقل‎, 4 de julio de 1911, Zahlé - 28 de noviembre de 2014, Beirut‎) fue un lingüista, teólogo, historiador, periodista, profesor, escritor y poeta libanés. Creador del alfabeto libanes de caracteres latinos.

Biografía

Fue el creador del alfabeto libanés, al adaptar el dialecto árabe libanés al alfabeto de caracteres latinos. En su transcripción del alfabeto árabe con 36 letras de las que ocho son vocales. Escritor de varios libros. De creencias cristianas, fue parte del Frente Libanés durante Guerra Civil Libanesa de 1975 a 1990.1 En 1962 fundó y financió el premio de poesía que lleva su nombre para el escritor que fuera capas de describir el Líbano.

Beirut (AsiaNews) - Un funeral extraordinario, celebrado el Domingo, ha caracterizado el adiós a Saïd Akl (1912-2014), uno de los más grandes poetas que el Líbano ha conocido alguna vez después de Gibran Khalil Gibran, que murió la semana pasada. Un poeta que, a pesar de no haber tenido un escenario internacional como Gibran, sin duda lo igualaba, si no lo superaba, en la apertura de espíritu, en magnitud y en la fe. Para celebrar el servicio, que se realizó en la Catedral de San Jorge de los maronitas, en el centro de Beirut, estuvo el Patriarca Maronita en persona, el cardenal Bechara Rai.

En su homilía el Patriarca rindió homenaje a un hombre que era a la vez un gran poeta, como un gran cristiano. Tanto poeta como escritor, filósofo y aún filólogo, Saïd Akl (en la foto) ha buscado constantemente, a lo largo de su larga vida, la presencia de Dios en el rostro de Cristo. En particular, escribió palabras simples de una canción de adoración que todos los cristianos libaneses saben pero ignoran quién es el autor. "Todo lo que realmente no muestra Tú cara es quimera" ha dicho de Cristo. Por otra parte algunos de sus poemas han sido traducidos en canto por el gran Feyrouz y se han convertido tanto en patrimonio universal del mundo árabe.

La búsqueda del sentido profundo de las cosas, la búsqueda de lo esencial - recordó el patriarca en la homilía - que han marcado la vida de Saïd Akl, lo han al mismo tiempo llevado a escribir "una misa maronita" en el que ha puesto en  relieve el entusiasmo que ha caracterizado toda su obra, poemas, teatro o versos épicos.

El patriarca también hizo hincapié en que, cuando se le preguntó acerca de su infancia, Said Akl un día me dijo: "Empecé desde la teología, que es lo más grande de la filosofía, la ciencia y el arte. Mi amor por estas cosas es grande, pero mi amor por la teología es aún más". Y añade el cardenal, habría firmado con gusto la fórmula del querido Dostoievski: "La belleza salvará el mundo".

La "belleza inscrita por Dios en la naturaleza, en lo humano y en el Líbano era la perla preciosa que Saïd Akl compró al precio de todo lo que tenía", agregó el jefe de la Iglesia maronita.

Fallecido a la edad de 102 años, Saïd Akl ha calado el siglo libanes y árabe con su genio. ¿Excéntrico? ¿Cómo este espíritu que se dedico primero que todo a la ingeniería civil, no podía serlo, frente al convencionalismo y limitaciones artísticas y literarias e ideológicas de su época, que prevé la redacción de los libaneses en letras latinas, y nos encontramos hoy en todos los portatiles?

Para el funeral de Saïd Akl, todo el Líbano político e institucional se reunió en la catedral de San Jorge. Sin embargo, una silla quedó vacía, la del presidente de la República, vacante desde 25 de mayo. A los políticos presentes, el patriarca recordó lo que dijo Said Akl un día: "A veces, descanso en silencio, cuando alguien comete un error. Soy indulgente con los errores cometidos en el campo literario Pero en política, no puedo permanecer en silencio... por naturaleza no siento odio, pero odio a los políticos que están desperdiciando oportunidades valiosas para el Líbano".

"La desaparición de Saïd Akl - dijo el Patriarca - es una gran pérdida para el Líbano, pero su prodigiosa producción mantendrá viva su memoria en los espíritus, en las mentes y corazones, de generación en generación".

Crítico, Saïd Akl lo fue vigorosamente. El patriarca recordó en particular que el poeta amaba descubrir a los libaneses en el patrimonio cultural fenicio, citando en particular Cadmo, inventor del alfabeto o Euclides, padre de la geometría. En este esfuerzo por corregir una duda exclusivista cultural árabe-musulmán, Saïd Akl se ha dejado llevar por movimientos descarados. Hoy podemos encajar las cosas de acuerdo a una mejor perspectiva.

Desafortunadamente, sobre algunos temas nuevos y atrevidos, como la existencia de la famosa Caná del Evangelio en territorio libanés, una élite hipócrita y bien pensante ha dudado en seguirlo. Políticamente, fue criticado por complacer a algunos grupos cristianos extremistas, que reclamaban su legado ideológico, en el comienzo de la guerra civil. "Id en paz poeta, escritor, gigante de la fe en el corazón de la bondad divina - concluyó el Patriarca - que esperan por ti en el cielo, tú que has dicho un día que ver a  Jesús era lo único aún más hermosa, que el pensar en él".








Este viaje en Dios, nada más que en Él
Explorarle, deslumbrarse
De ofrecerse a Dios
Ya no en sueños.

A pesar de las penas y tragedias, adora al
Altísimo, y se aferra a la Esperanza:

Dios permite que negro
El cielo sea, que la flor muera
Que una madre llore,
Pero crea la Esperanza.





Ce voyage en Dieu, rien qu’en Lui,
Y défricher, être ébloui
De s’offrir Dieu,
Non plus en rêve.

Malgré les peines et les tragédies, il
adule le Très-Haut et s’accroche à
l’Espoir:

Dieu permit que noir
Soit ciel, que fleur meure
Qu’une maman pleure,
Mais créa l’Espoir.









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